Historia de amor de una hija con su padre 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Yessenoaec.
Hola, mis amores aquí estoy de nuevo con la tercera parte de este maravilloso romance entre mi bello padre y yo, como les había comentado aquella gloriosa mañana luego de desayunar mi macho salió a trabajar y yo me quedé como dueña y señora de mis dominios y me dedique a los quehacer de un hogar campesino, que básicamente consisten en alimentar a los animales, lavar la ropa, arreglar la casa, y lo más pero más importante de todo cocinar, un buen cholo manaba tiene que estar bien alimentado para trabajar duro y rendirle en la cama a su mujer, en este caso yo que era la esposita de mi padre.
Alrededor de las 11:30, regresó mi amado y lo recibí con un inmenso y profundo beso muy húmedo y con lengua incluido, ya le tenía listo el almuerzo, pero se me había olvidado la más importante orden que me había dado, que mientras él estuviera en casa era mi obligación mantenerme absolutamente desnuda y pues el muy amablemente me lo recordó con una nalgadita bien puesta, como todo macho tiene que hacer cuando a su mujer se le olvida algo que se le haya ordenado.
Después de comer, me dijo bebe es la hora del postre y yo ingenuamente me asusté porque no había preparado nada, pero el dulcemente me dijo no tontita tu cuerpo es el postre.
Y me tomo de la mano y me llevó a nuestra habitación, me pidió que lo desnude y ahí estaba nuevamente esa maravillosa enormidad que era su falo junto con esos dos testículos de toro que contenían ese maravilloso semen que me pertenecía a mi sola.
Me dispuse a realizarle una felación, pero muy delicadamente me detuvo y me dijo que aún no era el momento y me sentó en sus piernas y comenzó a degustar mis senos, mi padre/esposo tenía una manera de hacerlo inigualable (que tan solo pude experimentar de una boca diferente cuando le di de lactar a mi hijo durante 4 años), primero mi bello macho me lamía insistentemente los pezones hasta ponerlos totalmente duros y erectos, para luego chupar y chupar como un bebe hambriento de la leche de su madre, mientras el me chupaba mis enormes senos mi vagina secretaba un mar de flujos producto de la inmensa excitación que sentía, quería tocarme y no me lo permitía, pero tampoco el me tocaba, me estaba volviendo loca.
Yo le rogaba que acaricie mi vagina, pero el parecía no oír seguía concentrado en mis majestuosos senos (36c para una nena de 14 años), amigos no sé si será normal o si ustedes me creerían pero literalmente mis flujos salían como si estuviera orinándome, sin siquiera tocar mi velluda vagina, hasta que por fin mi padre se acostó boca arriba y me dijo siéntate en mi cara bebe y comenzó a hacerme un sexo oral bestial, succionando mi clítoris y lamiendo mis labios vaginales y para rematar estimulando desde afuera mi agujero anal, el hombre iba trabajando desde temprano para el futuro.
Siguió estimulado mi vagina y mi ano hasta que alcance dos orgasmos por demás potentes con mucha producción de flujos que ensuciaron las sabanas de la cama, por lo que quedé agotada, pero mi esposito no se iba a quedar tranquilo hasta que yo le realice su correspondiente sexo oral, toma con mis dos manos eso dos potentes testículos y los comencé a acariciar con una devoción enfermiza, para a continuación chuparlos con todo y vellos (lo que le da un sabor súper especial), luego inicie el ritual de lamer de arriba abajo su falo hasta que comenzó la maravillosa secreción de su líquido preseminal (saladito y amargo a la vez), esta vez me propuse introducirme más de lo que pude la vez pasada, mi objetivo era en algún momento introducirme todos esos majestuosos 20 centímetros de pene.
Así me mantuve chupándolo hasta que logro una cuantiosa eyaculación, pero esta vez estuve más preparada y pude lograr mantener mayor cantidad de semen en mi boca, de esa manera se desperdició menor cantidad de ese elixir de vida.
Al terminar me beso en la boca con profundidad y lengua como queriendo saborear su propio semen en mi lengua, una vez más se vistió y se fue a trabajar y yo me quedé atendiendo mis dominios, antes de irse me ordenó cambiar la sabana, que la deja para que mis fluidos se concentren en el colchón a lo que accedí muy felizmente ya que de esa manera dejaba marcado mi territorio, por si alguna perra hubiera querido invadir mis dominios.
Bueno, y así pasaban los días en este idílico romance entre mi padre y yo, entre los quehaceres domésticos y maravillosas felaciones donde poco a poco fui logrando mi objetivo tragarme todo el falo, yo seguía idolatrando esos testículos porque sabía que en ellos vivía la semilla que algún día me iban a regalar mi mayor felicidad que es mi hijo que en la actualidad es un machito de 14 años.
Luego de quince días de esta maravillosa rutina, pregunte a mi padre que cuándo por fin me iba a penetrar, insistió en que tenía que buscar la manera de prevenir un embarazo, y yo le sugerí que use un preservativo como me había enseñado la obstetra del centro de salud, pero él me dijo que él no iba a usar ese caucho, yo me puse triste porque ya mi cuerpo necesitaba ser penetrado y poseído por mi padre/esposo, me dijo que no me entristezca que lo iba a solucionar pronto.
El siguiente lunes, mi padre/esposo me dijo que no iba a regresar a almorzar porque iba a salir al pueblo a realizar algunas compras, entonces me quede sola haciendo algunos quehaceres pero al mediodía entro en mí una desesperación que nunca había sentido, no sabía que me pasaba, pero luego de pensar algunos minutos y de examinar qué era lo que me sucedía, caí en la cuenta que era la hora del postre y que no estaba mi macho para comerme su monumental postre.
Surgió en mí una urgencia por acariciar mis senos y en la tremenda calentura me desnudé toda y terminé acariciando mi peluda vagina, hasta que tuve una terribles convulsiones que solo mi macho me había hecho sentir y una vez más salieron de mi esos chorros de flujos que más bien se parecía que estaba orinando, meses después descubrí que esta práctica se llamaba masturbación, misma que fue mi compañía cuando mi padre salía al pueblo o viajaba a la capital para negociar la cosecha de cacao, y la que es mi compañía desde que mi macho falleció hace cuatro años.
Esa tarde mi amado regresó con una mujer, y enseguida se apoderó de mi un sentimiento de ira y miedo que no pude controlar, era una mujer desconocida que entraba en mis dominios estuve a punto de caerle a golpes, pero me puede controlar para pedir explicaciones.
Tan pronto entraron le pregunte a mi macho, ¿quién es esta? Ella se asustó con mi tono, mi padre/esposo sonrió, porque me vio muerta de celos, y me dijo tranquila ella es una obstetra que nos va a ayudar para que no quedes embarazada.
Pero mis amores, eso será parte de la cuarta parte de mi historia, una vez más les pido sus comentarios.
Sus comentarios son los únicos que me inspiran a continuar,.
Con amor,
Yessenia
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