Historias cortas 10. Tiburón capítulo 1
El poderío de un hombre maduro.
Nota del autor: a veces escribo historias que no me atrevo a publicar, unas por el alto y pesado contenido (Estas creo que nunca las subiré) y otras por no sentir que tienen algo reelevante, o sea por no tener esa chispa, ese morbo que me gusta en las historias. Esta historia la tengo desde principios de año, pero no sabía como relatarla, la he editado tantas veces que ya perdí la cuenta; bueno, hoy me atrevo a subirla, espero la disfruten tanto como yo al escribirla, saludos besos y abrazos.
adalberto1979
Tiburón parte 1.
Los que me llaman Don Bernardo generalmente son mis sirvientes y empleados del imperio transnacional que dirijo, los que me llaman Don Berna son más allegados a mí y solo algunos pocos tienen el privilegio de llamarme Berna.
Fui educado y preparado para ser lo que soy, mi padre ya tenía gran poder en este país, incluso impuso varios gobernadores estatales y participó en las decisiones de que integrante, a sus intereses, ocuparía el puesto en la presidencia nacional.
Mi padre al morir me heredó a mí, su único hijo, todo el dinero y las empresas, a mi madre solo le dejo una propiedad grande y un fideicomiso para no depender de nadie económicamente y vivir cómodamente.
Antes de heredar, mi padre me enseñó como dirigir, me acostumbro a obtener lo que quiero, nunca importó el precio, sé que han de pensar que no fue el mejor padre, pero tenía que preparar a un tiburón para que pudiera sobrevivir en el estanque de la vida, en mi nivel socioeconómico no sobreviven los débiles, si quieres sobrevivir tienes que ser despiadado y saber destruir tus obstáculos. Los tiburones sobreviven, las presas mueren…
Dicho esto, me he acostumbrado a obtener lo que quiero, siempre gano, ya sea por las buenas o por las malas; lo sé, para algunos no seré el más simpático ni ejemplar, pero mi intención no es agradarles, solo seguir siendo quien soy y permanecer en el estatus de poder donde estoy.
*****
Miré a la linda niña que se retorcía debajo de mí, tenía Cabello castaño y ojos marrones, estos enmarcaban una carita de duendecillo eso casi me hizo pensar en “campanita” de Peter pan. Una vez, cuando tenía unos dos años menos, le compré a la niña un vestido verde y ella se veía igual que la pequeña Ada asexuada; tan dulce e inocente.
No había nada asexuado o inocente en esa niña, la forma en la que la pequeña se movía debajo de mí, distorsionaba la idea de algo asexuado, la niña se retorica buscando que mi verga entrara más en ella, empujaba sus caderas hacia arriba, gimiendo mirándome a los ojos.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—la pequeña gemía sin parar.
Era impresionante la imagen de mi verga, como un cilindro grueso que se desvaneció repetidamente en el cuerpo de la niña, y luego en cierto momento de éxtasis, reapareció manchado con sus secreciones y las mías.
Por encima de la pequeña rendija obscenamente distendida por mi verga, estaba una barriga pequeña y plana que se abultaba cada vez que mi gruesa verga se deslizaba dentro de ella, aunque no lo crean, ella lejos de quejarse o asustarse, se retorcía de placer.
- Aaahhh… aaahhh… abue… abuelito… aaahhh
La niña gemía llamándome, tratando de encajar gran parte del pene erecto de su abuelo dentro de su cuerpo mientras se seguía retorciendo.
La niña era demasiado pequeña para tomar una polla tan gruesa dentro de su vagina, sin que se vea desde fuera abultando en su vientre, pero eso nunca la ha detenido.
A un lado mirándonos, estaba Marce su hermana mayor de 12 años, sonreía viendo como su hermanita pedía más verga dentro de ella.
- Mas abue, mas, puedo con mas, aaahhh—decía Caro moviendo desesperada su cadera para hacerme entrar más en ella.
El cabello de la niña mayor era de un tono ligeramente más claro y sus ojos eran azules, desvaneciéndose levemente a verdes, iguales a los de su madre. Tampoco era una imagen de virtud, mientras me miraba cogiendo a su hermana pequeña con fascinación se masturbaba.
La adolescente lucía excitada, sus pupilas dilatadas lo demostraban, sus ojos claros facilitaban ver cuando estaba excitada por la dilatación de sus pupilas, el color azul de su iris apenas era una línea alrededor de una esfera negra llamada pupila; ella se daba placer a sí misma, pero también lo hacía para excitarme a mí, sabía que me gustaba eso, verla meterse dedos.
Estaba tan excitada al verme follar a su hermanita, aunque no tan fuerte como me la había cogido a ella 20 minutos antes, con ella sí que fui salvaje, la puse en cuatro, la nalgueé, le jalé el cabello, la chupeteé toda, mordí sus pezones arrancándoles gemidos de doloroso placer.
Terminé con ella hincada frente a mí, desde atrás de ella gemí moviendo mis caderas dándole poderosas estocadas, ella gritaba otra vez su orgasmo al mismo tiempo que machaqué con mis dedos sus pezones de niña-adolescente.
Marce estaba de lado frente a nosotros, su pierna estaba elevada y metía obscenamente dos dedos en su raja mojada con su secreción y mi semen. Sus tetas ya más desarrolladas caían un poco de lado, prometía tener las mismas suculentas tetas de su madre. Debajo de las tetas apenas en desarrollo lucía un vientre liso y plano, con un ombligo que solo ansiabas lamer, y acá entre nos, no me canso de hacerlo.
Más hacia abajo estaba su monte de venus, finos bellos nacían, también demostraba sería igual de peluda que su madre, tendría que pagarle la depilación láser antes de lo que pensaba, sin embargo no me cansaba de enterrar mi lengua en esa raja, sentir como su secreción aumentaba mojando mis labios y todo su alrededor.
La raja de caro babeaba secreción, eso facilitaba que aumentara mis estocadas dentro de ella, miraba a marce, sus dedos también brillaban, solo que había una masa gris que poco apoco acabó en el muslo inferior, de alguna manera había logrado sacar mi semen mientras se masturbaba, eso solo me motivo a aumentar la intensidad sobre caro.
- Aaahhh, si, así abue… aaahhh… fuerte… aaahhh más fuerte… aaahhh—me incitaba la pequeña apretando sus dientes, mirándome directo a los ojos.
De reojo miraba la mancha gris en su raja, que solo nos recordaba lo bien cogida que estaba Marce, pronto su hermanita menor correría la misma suerte recibiendo toda mi leche dentro de ella, casi nunca eyaculaba fuera de ellas, no importa que hiciéramos, la idea era eyacular dentro de sus rajas, me gusta sodomizarlas y hacérselos fuerte por su culo, pero aun cuando lo hago como quiera termino en sus rajas, ellas saben que tendrán que darme hijos, y están felices de hacerlo, de hecho lo ansían con plenitud.
La sensación del anillo apretado de la vagina de Caro con mi verga deslizándose era increíblemente buena, indescriptible; y yo sabía que ambas niñas disfrutaban sentir mi pene grueso dentro de sus apretados y pequeños coños, tanto como yo, si no es que más.
Lo sabía, no pasaría mucho tiempo antes de que me explotara la polla enviando un espeso chorro de semilla incestuosa en el pequeño útero joven desprotegido de la niña, donde tanto lo deseaba ella.
No hay nada como la sensación de una pequeña de diez años exprimiendo tu verga con su pequeño coño apretado, la sensación de su suave piel suave bajo tus manos, sus pezones atrevidos frotándose contra tu pecho peludo, la sensación sexy de tu pubis golpeando húmedamente contra el coño de la niña pequeña, abultando tu verga en su barriga preadolescente y sobre todo, la dulce y satisfactoria sensación de tu chorro de esperma espeso ondeando a través de tu pene hinchado, mientras envías carga tras carga de gruesa y pegajosa semilla para hacer bebés directo al útero infantil, con la sensación de que formas una nueva vida con ella.
Mi padre también me enseño eso, tenía yo 12 años cuando entró a mi habitación con una sirvienta bellísima de 20 años, nadie habló, la chica se desvistió ante la presencia de los dos, se acostó en la cama, abrió sus piernas lo más que pudo mostrando una hermosa raja depilada y húmeda, se empezó a masturbar, voltee a ver a mi padre quien con una seña con la cabeza me motivo a penetrarla, me subí en ella y experimente esa hermosa sensación de penetrar una raja joven y húmeda, era mi primera vez, iba a acabar pronto, mi padre lo sabía y me dijo sus sabías palabras, “la leche va dentro del coño de las mujeres, es donde pertenece, no tengas miedo de hacerlo, tienes el poder y la riqueza para hacer lo que te venga en gana, para eso mantienes tu fortaleza financiera, así serás intocable, hazlo, aviéntale la leche dentro”.
Sabías palabras que nunca olvidaré, así que siempre deje la leche en las rajas lo más profundo que pude, esa es la sensación más placentera de la vida, especialmente si la niña es tu propia nieta, y a la niña no solo le gusta follar, en realidad no le importa si tú la dejas embarazada, si también obtiene un placentero e incestuoso orgasmo.
¿A dónde iba nuestra Mente? Al infierno seguramente, pero Caro y Marce estaban ambas haciendo todo lo que una niña puede hacer para reproducirse con su abuelo; insistiendo en que haga todo lo posible para impregnar a cada una de ellas, arrojando mi semilla tan dentro de sus úteros como puedo, al menos dos veces al día, son ellas mismas las que me llevan mi pastilla azul y esperan pacientemente que haga efecto arrodilladas frente a mi mamándome la verga con verdadera pasión.
- Caro, mi leche, ya sale, aaahhh
- Abue, si abue, dámela aaahhh
Dejó mi leche dentro gritando mi orgasmo lo mismo que la pequeña caro, que se retuerce con más entusiasmo debajo de mí, nuestras lenguas se unen, sigo eyaculando mientras la beso con toda la pasión que puedo.
Caigo exhausto a su lado, estoy fulminado, llevo 1 hora y media cogiendo con ellas, eyacule en cada una, y no son ni las 9 de la mañana, muy temprano despertaron y se metieron a mi cama pidiendo verga, aun traía el efecto de la pastilla de anoche, así que sin problema me las cogí dejándoles mi semilla dentro.
- Niñas, hay que dejar descansar al abuelo.
Es María que entra después de escuchar mis gritos eyaculando en su hija, las limpia a las dos con un trapo húmedo mientras las va levantando, las niñas se pierden en el pasillo y ella saca una tolla con la que me empieza a secarme el sudor.
- Como amaneciste Berna—pregunto Maria, la mamá de las niñas y esposa de mi hijo.
- Con dos coños en mi verga—digo yo sonriendo feliz.
- Si, levanté a las niñas desde muy temprano, las bañe y las preparé para ti mi amor, hasta un enema les puse. Aunque creo que esta vez no hizo falta ¿verdad?
- No, pero bien hecho, se me pudo haber antojado cogérmelas por el culo, te agradezco que las enviaras, me gusta despertar así.
- Bueno te dejo para que te bañes, cuando quieras bajar te esperamos en el comedor para el desayuno.
Me dio un beso en la boca, le metí la lengua, ella al sentirlo levanto un poco su falda y se sentó sobre mí a horcajadas, no traía pantaleta, su raja depilada estaba sobre mi verga aguada y babosa, no se iba aparar, pero eso no resto disfrutar nuestro morreo matutino.
- Que rica boca tienes mi amor—le dije acariciándole las nalgas—nunca me cansaré de ella.
- Mi amor—me dijo emocionada mientras me volvía a besar—te quiero mucho ¿quieres que te haga una mamada?—contestó lamiendo mi rostro.
- No mi amor, ni de chiste aviento leche, mejor de rato.
- Bueno—dijo sonriendo coqueta mientras se levantaba de mí, al hacerlo veo su raja mojada por mi semen y los jugos de sus hijas.
Salió del cuarto y bajo a preparar las cosas, me levanté con algo de dificultad, ya no soy un chaval propiamente, entré a la regadera y me di un reconfortante baño, cuando salí los sirvientes ya me habían traído mi ropa planchada y lista para vestirme.
Miguel, mi hijo, y María, su esposa, estaban tan felices de que me chorreara en las rajas de sus niñas, ya que las dos niñas iban a llevar mi descendencia, ellos saben lo importante que es eso en nuestro nivel socio económico.
María dice que realmente no las podré embarazar hasta que maduren un poco, hablamos de que cumplan mínimo 16 años, sin embargo eso no impide que me permitan cogérmelas cada que quiera, ellos saben que mantenerme contento es mejor para todos.
Tanto miguel como María, saben que difícilmente embarazaré a sus hijas, por la edad que tienen, ellos sugieren esperar un poco, sin embargo tampoco les han puesto anticonceptivos, al parecer no les molesta la idea si de repente una de sus hijas desarrolla su vientre por un bebé producto de mi semen en sus rajas.
Llegué al comedor y ahí estaban todos, yo me sentaba en la cabecera de la mesa, a mi lado derecho estaba mi hijo, mi heredero, a quien también educaba igual como me educaron a mí, como un tiburón, a su lado estaba Maria y más allá estaban caro y marce ya con sus uniformes para el colegio.
A mi lado izquierdo estaba Nelly, la hermana mayor de María, a lado de ella estaba su hija menor Ninfa de 7 años recién cumplidos y del otro lado Karen de 16 años, traía su uniforme de la escuela, solo que ella lucía un hermoso vientre de 4 meses de embarazo, se veía tan hermosa con su cabello más lacio de lo que ella lo tiene, esto por su embarazo, fue un momento hermoso el dejar mi semilla dentro de su raja para hacerle un embarazo, eyaculé dentro de ella gimiendo y bufando, sentí que me quiso dar un infarto de lo acelerado que estaba mi corazón.
*****
Nelly entró ese día a mi habitación, tría una bata corta y trasparente, se metió a la cama conmigo y me empezó a besar, yo correspondí su beso con mi mano bajo su bata buscando su húmeda y depilada raja, sonriendo se fue bajando a mi verga liberándola de mi pantalón pijama.
La olió sin dejar de verme ni sonreírme, la chupó hasta dejarla toda dura, se sentó a mi lado y mientras me masturbaba suavemente me dijo.
- Berna, hoy te tengo una sorpresa—su mano subía y bajaba en mi verga.
- ¿Sí? ¿Cuál?—dije yo sintiendo el placer de su mano.
- Karen está lista para ti.
- ¿Para mí?—pregunte desconcertado.
- Si, desde hace 3 meses le doy vitaminas, dejó de tomar anticonceptivos y hoy empieza sus días fértiles.
Mi verga brincó al escuchar la dulce voz de Nelly diciendo como preparó a su hija para mí, volteé a la puerta cuando esta se abrió y ahí estaba Karen, traía una bata similar a la de su madre, se acercó a mí y se acostó a mi lado, la mano de ella sustituyó la de su madre.
- Berna—dijo Karen con los ojos entrecerrados—méteme tu verga y deja toda tu leche dentro, lo haremos hasta que salga un bebé.
No esperé más, me levante y me desnudé lo más rápido que pude, vi como Karen se sentó y su madre fue quien le quitó la bata por encima de su cabeza, su escultural cuerpo de 15 años lucía pleno a mí, su escaso monte de venus marcaba su juventud, me puse sobre ella que abrió sus piernas para recibirme, mi verga dura como roca se puso en el introito.
- Si Berna, así, ya méteme tu verga, aaahhh—mi verga se fue entera de un solo empujón.
- Estás muy mojada—le dije repitiendo la acción de sacar y meter profundamente.
- Es que mamá me estuvo chupando la raja para llegar ya mojada para ti… aaahhh— gimió cundo le di un empujón con mi verga, me excitó que su madre le provocara orgasmos con su lengua para que yo no batallara en penetrarla.
La tomé de ambas corvas y me moví profundamente en ella, lo hacía fuerte y algo desesperado, estaba demasiado excitado pensando que mi leche la haría madre.
- Aaahhh, Berna, si… dame más adentro… aaahhh—decía ella gimiendo de placer, jalándome de las caderas con sus manos para que le diera más fuerte, y no me hice de rogar.
Nelly estaba a su lado sentada, una teta se le había salido de su bata transparente, la miré como su pezón marrón invitaba a besarla, ella lo notó y se hincó de frente a mí sobre la cara de su hija, se bajó un poco y Karen al ver la raja depilada de su madre sacó la lengua, Nelly gimió.
- Aaahhh—me volteo a ver con una sonrisa de felicidad—ten chúpamela e imagina que en unos meses se la mamarás a Karen y le saldrá leche, te amantará como yo lo hice.
Me moví con más entusiasmo imaginando la leche que le saldría Karen y que sería sólo para mí, al bebé le daríamos fórmula.
Solté las corvas de Karen y ella inmediatamente rodeó mi cintura con sus piernas, miré a Nelly que con ojos abnegados me miraba, sabía lo que iba hacer, puse mis dedo en cada uno de sus pezones, los tomé, cuando lo hice ella abrió su boca y entrecerró sus ojos, cerré mis dedos fuertemente y ella abrió sus ojos y boca, no gritó, pero su cara reflejó el dolor que sentía al ser pellizcada por mis dedos en sus pezones.
- Aaahhh… aaahhh… Berna que rico siento… aaahhh—dijo Karen dejando de lamer la raja materna para gemir y después sacar la alengua y seguir lamiendo el clítoris materno.
Solté los pezones de Nelly y vi como regreso su cara, entrecerró los ojos y se acercó a besarme, su lengua entró a mi boca.
- Te amo Berna—dijo con pupilas dilatadas.
Le empuje y quedó sentada liberando el rostro de su hija, se la saqué a Karen y la levanté poniéndola en 4 frente a mí, mi verga su fue a su raja, la jalé mientras ella gemía, sujetándola de las tetas y la deje hincada, en esa posición me moví atrás de ella y la hice gemir más.
- Aaahhh, Berna… Berna… aaahhh—apreté sus pezones escuchando sus gemidos y el chasquido de mis caderas golpeando sus nalgas.
Las nalgas de Karen tenía algo especial, desde pequeña me gustaron mucho, tenían algo diferente que cuando se la metía por el culo cambiaban de forma, recuerdo una ocasión, ella tendría ocho años más o menos, había terminado su desayuno y pasó a mí lado con su mochila y su uniforme escolar contoneo sus caderas, pero no lo hizo para excitarme, ese era el punto, ella era sensual por naturaleza, no me aguante y la detuve cerca de la puerta que era un enorme ventanal al patio donde el chofer la esperaba; le quité la mochila dejándola en el suelo la recargue en la ventana de vidrio, levante su minifalda escolar y baje su pantaleta blanca de algodón, escupí en mi mano y embarré la saliva en su culo, Nelly y María pasaron a nuestro lado indiferentes, puse mi verga en la entrada de su culo y se la metí, ella ya lo tenía dilatado por la noche anterior así que no fue problema penetrarla y como les dije sus nalgas cambiaron de forma, era como si separara sus huesos coxales, fue un orgasmo maravillosos cogiéndomela desde atrás y ella apoyada con sus manitas en la ventana de vidrio recibiendo y aguantando mis feroces embestidas. A unos cuantos metros del otro lado del vidrio el chofer, con ambas manos al frente en posición de descanso, esperaba a Karen mirando la escena.
Ese recuerdo me dio una idea, se la saqué de la raja y le apunté a su culo, ella volteo desconcertada, pues la idea era aprovechar sus días fértiles.
- ¿Quieres darme por el culo?—pregunto desconcertada.
- Solo un rato bebé, se me antojó
- A bueno
Dijo como si nada y escupió en su mano llevando saliva a su esfínter posterior, tomó mi verga y la apuntó a su culo, solo empujé y esta entró.
- Mi amor—gritó elevando su cabeza como si quisiera mirar el techo
La sujeté por las caderas y ella se apoyó en la cama con sus manos, empecé a cogerme su culo, la saliva funcionaba a la perfección como el mejor lubricante natural.
Vi a Nelly que se hincó frente a ella, ambas se miraron directo a los ojos, los de Karen eran de súplica, Nelly asintió con una amable sonrisa, después de eso sacó de mi cajón una cuerda de algodón, era muy suave, pero muy resistente, la usábamos para hacer travesuras, la puso a un lado, tomo la liga para cabello que traía en su muñeca y le recogió el cabello en un chongo tipo cebolla, batalló un poco pues yo no me dejaba de mover, mientras hizo todo esto sentí como la raja de Karen se mojó, mojando mis huevos.
Karen sabía lo que venía. Su madre le dio un tierno beso en la frente, le acaricio su rostro mirándola con mucho amor y ternura.
- Te amo bebé—le dijo Nelly a su hija besándola en la boca, sus lenguas se enroscaron.
Nelly tomó la cuerda y la cruzó alrededor de su cuello, quedando el nudo por detrás de este, tomo ambos extremos de la cuerda y tiró de ella asfixiando a Karen, yo saque mi verga de su culo y se la metí a la raja.
- Mmmggghhh
Karen hacía sonidos guturales, desde mi posición pude ver las venas de la frente de Karen empezar a dilatarse con su cara toda roja, miré a Nelly que apretaba los dientes y fruncía el entrecejo, aceleré como bestia en la raja de Karen viendo como su mamá la ahorcaba sin misericordia provocándole una enorme asfixia, yo me movía como loco atrás de Karen sosteniéndola de las caderas con ambas manos.
- Aaahhh—gemí eyaculando mi leche en su raja.
Vi como Karen fue aflojando sus brazos quedando con su pecho pegado a la cama, Nelly no cedía en la fuerza con la que jalaba, creo que hasta tiró más fuerte de las cuerdas cuando notó que yo eyaculaba, Karen ya había perdido la fuerza y ahora perdía la conciencia, cuando lo hizo Nelly me volteo a ver y pude ver el placer que tenía en su rostro, yo seguía arrojando chorro tras chorro sin dejar de moverme bruscamente, ella me miraba y yo la veía a ella, sabía que ella no dejaría de tirar la cuerda hasta que yo me retirara dejando de cogerme a su hija, no sabía hasta qué punto ella dejaría de tirar si yo no me quitaba de su hija, no sabía si provocaría asfixia mortal con tal de que yo siguiera sintiendo placer, pero no era momento de poner a prueba esa lealtad hacia mí, me retire de Karen dejando un hilo de semen entre su raja y mi verga, Nelly soltó inmediatamente la cuerda y acostó a Karen boca arriba para ver que respirara por sí misma.
Vi como Nelly la revisaba, miraba su tórax que se moviera, sacudió un poco a su hija, se acercó y le metió aire de boca a boca, solo fue un insuflación, Karen poco a poco abrió sus ojos y me volteo a ver, creo que no tenía fuerzas para hablar, me acerque a ella y la besé mientras mi mano palpaba su raja rebosante de leche.
- Te amo—le dije.
- Y yo a ti Berna—me contestó Karen ya totalmente repuesta.
Ahí, esa noche en presencia de su madre me la cogí cuantas veces pude, al día siguiente ella no fue a la escuela ni yo al corporativo, así fueron 5 días de sexo diario y constante, no la dejaba descansar, me la topaba en alguna parte de la casa, ella me veía y riendo intentaba correr para escapar, yo la alcanzaba en dos pasos rápidos y la empinaba penetrándola desde atrás, ella feliz gemía recibiendo mis embestidas y mi leche en su rajita.
A las 2 semanas le hicieron una prueba de embarazo cuantitativa en sangre y resultó positivo a embarazo. Hicimos una gran fiesta para celebrar que iba a ser padre de nuevo.
*****
Durante el desayuno Karen volteo a verme y me sonrió coqueta, yo la devoraba con mi mirada, ella sabía eso y me provocaba comiendo sensualmente, pasaba la lengua por el tenedor saboreando la miel que ahí tenía, lo hacía sin mirarme, pero sabía que yo la veía, mágicamente mi verga cobro vida.
- Bueno papá, me voy al corporativo—dijo mi hijo limpiándose la boca con una servilleta y poniéndose de pie.
- Adelante hijo, te alcanzo más tarde, recuerda que hoy tenemos la reunión con los de corporation of manufactory de los chinos que quieren invertir en el país, tenemos que hacer un buen acuerdo.
- Si papá preparo todo—mi hijo era tan despiadado como yo, así lo estaba educando, él sería mi único heredero.
Se despidió de todos de beso, lo hizo en la boca, beso tanto a su esposa como a sus hijas, lo hizo con Nelly su cuñada y con Ninfa y Karen sus sobrinas, finalmente salió de la casa.
Se levantaron ninfa, caro y marce y se despidieron besándome, sus madres felices las veían, después se levantó Karen y se acercó a besarme, mientras lo hacía acaricié su vientre, excitándome imaginando que dentro de él llevaba una criatura mía, ya habían salido Ninfa, marce y caro, serían llevadas por el chofer a sus colegios, Karen salía un poco más tarde y con otro chofer, pues iba a un colegio de nivel superior al de las pequeñas.
Se separó de mí sonriendo como siempre, coqueta a más no poder, me iba a soltar la mano cuando yo la sostengo impidiéndoselo, ella me mira divertida.
- Berna, me tengo que ir—decía meneando sus pies de forma coqueta.
- No mi amor, antes debo tenerte
Me levanté y la giré dejándola de espaldas a mí, ella sonreía divertida por como la ponía, la incliné en la mesa y levanté su falda, había tres sirvientes para ver que se nos ofrecía durante el desayuno, cuando vieron lo que iba hacer, se retiraron, a mí no me importaba que vieran, pero ellos preferían retirarse.
- Berna no seas travieso—decía Karen coqueta meneándose frente a mí, como un nulo intento de zafarse—Berna no hagas eso que me estás excitando.
Yo liberé mi verga y la guie a su raja y se fue dentro.
- Aaahhh Berna… aaahhh… mi amor…
La sujete de su vientre y me moví atrás de ella, mi verga entraba y salía de su raja, ella volteo al frente y su cabello se empezó a mover sensualmente con mis estocadas, mis manos estaba juntas agarrando su vientre abultado por el embarazo, estaba muy excitado y quería más, saque mi verga y la dirigí al culo de Karen, ella cerró sus ojos para relajarse.
Tanto Nelly como Maria presenciaban mi cópula con su hija y sobrina respectivamente, Nelly cuando notó mis intenciones, se acercó y embarró mantequilla en mi verga, veía que batallaba para penetrar a su hija.
- Ahora si métele la verga—dijo Nelly guiándola al culo de su hija, volteo a verme cuando entró la mitad y guiñándome un ojo me dijo—ahora sí, encúlame a esta putita.
- Aaahhh—gimió Karen al sentir que mí verga dilataba su esfínter.
- Karen, me encanta tu culo—decía yo ahora sujetándola de sus caderas para afianzarme.
- Mi amor, es tuyo. Tómalo cada que se antoje, aaahhh
Empecé un mete y saca que fue en aumento, Karen se empino más apoyando sus codos en la mesa para que la sodomización fuera más cómoda para ella, eso facilitó que penetrara más rápido y profundo, arremetí contra su culo una y otra vez, ya sus gemidos eran intensos, casi gritos, Nelly y Maria miraban atentas, de repente hacían plática entre ellas de que harían en el día y cosas ajenas a nosotros.
- Aaahhh Berna aaahhh, me partes en dos aaahhh
- Te voy a partir como a una puta—dije apretando mis dientes y dándole lo más fuerte que podía.
- Si, párteme, aaahhh… aaahhh… aaahhh… como a una puta… aaahhh
Aceleré como loco, mi cabello medio cano se despeinó todo, jadeaba agarrando aire para poder continuar con mis embestidas, mis huevos iban a explotar, le di tres empujones lo más fuerte que pude haciéndola gritar, mi pubis hizo un fuerte chasquido al chocar fuertemente contra sus nalgas.
- Ay…ay…ay—gritó muy fuerte porque así de fuerte fueron mis estocadas en su culo.
En la cuarta metida le deje la verga lo más profundo que pude y la jale sujetándola del cuello apretándoselo fuerte, abrió su boca y puso sus ojos en blanco cuando con mi otra mano machaque su clítoris, a ella le gustaba hacerlo así, desde pequeña le gustaba que la ahorcara cuando eyaculaba en ella, varias veces la hice desmayar, pero cuando era pequeña, ahora ya grande aguanta más la asfixia, ella con esa maniobra tiene unos orgasmos tan intensos que parece poseída por el demonio.
- Aaahhh, abuelo… mi… mi amor—dijo en un balbuceo de voz.
Su boca se abrió y cerró varias veces, mi verga dentro de su culo descargaba leche, con mi mano sentí como se chorreó toda de la vagina, se estremecía mucho sintiendo mis disparos de semen, la hipoxia la hacía tener orgasmos múltiples y muy intensos, no la deje respirar hasta que salió la última gota de leche en su culo.
- Aaahhh—suspiró cuando solté su cuello y la deje respirar—que rico me vine—dijo girando su cabeza hacia mí sin sacar mi verga de su culo.
Lentamente se la saqué, ella se hincó y me la mamó un rato, voltee a ver a Maria y Nelly que seguían en su plática, solo volteaban de reojo como no dándole importancia que me acaba de coger a la sobrina e hija respectivamente, embarazada de mí.
Mire hacia abajo y ahí estaba Karen recogiendo con lengua los restos de semen que quedaron en mi verga, se saboreaba la leche que la había embarazado, mi verga daba brincos queriendo reaccionar, pero no podría tener erección en un buen rato, cuando vio que ya no tenía ni le salía por el meato se levantó limpiándose los labios con sus dedos y chupándolos.
- Mi amor ¿Ahora si ya me puedo ir?—dijo con su sonrisa de coqueta.
- Si mi amor, ya te puedes ir.
Me dio un beso en los labios y salió contoneándose, brincó riendo cunado le di una buena nalgada, volteo a verme sonriendo maliciosa, traía una minifalda y ya se había acomodado la tanga, aun así vi como por sus muslos corría un hilo de semen, seguramente mancharía el asiento trasero del auto que la llevaba al colegio, pero mi chofer lo limpiaría, siempre lo hace sin protestar.
A veces llevaba a las niñas en mi limosina, y ahí me la iban mamando o de plano me las iba cogiendo, las niñas gritaban y gemían sin preocuparse si el chofer escuchaba, al final quedaban los sillones manchados cuando ellas se sentaban escurriendo mi leche de alguno de sus agujeros, pero cuando volvía a subir de regreso del corporativo ya estaban limpios, así son mis empleados, confiables, eficientes, leales y sobre todo discretos.
Me encaminé a despedirme de maría y Nelly, cuando pasé a su lado Nelly sonriendo me detuvo.
- Papi, mi amor ¿no tienes frío?—preguntó y me desconcerté hasta que me guardó mi verga en el pantalón, no me había fijado que Karen no la guardó, le sonrió tomándola de su mentón y le doy un besito tierno.
- Gracias—le dije.
- Por nada papi—dijo Nelly coqueta.
- Me voy mis amores—les digo a las dos que se levantan y me besan acompañándome hasta la puerta.
En la puerta se quedan las dos y me ven subir a mi limosina, después de eso veo como se meten a la casa a hacer sus rutinas, abro mi portafolios y empiezo a revisar os pendientes para el día, así leyendo ni cuenta me doy cuando llego al corporativo.
- Llegamos señor—dice respetuosamente Eitan Uri, mi chofer, que además es mi guardaespaldas.
Eitan Uri varias veces ha tenido que desenfundar su arma para defender mi vida, es un ex militar de fuerzas especiales israelíes, lo metía clases de español, gana mucho más de lo que ganaba en su país de origen, ha sido de mucha utilidad para mí, recuerdo una ocasión hice negocios con una empresa británica que tenía nexos con la mafia, cuando retiré mi inversión fui amenazado y recibí varios atentados de los cuales salí victorioso, contraataqué y eliminé a mis enemigos, Eitan habló con contactos en Londres que él tiene y organizó un ataque directo a las instalación del comando superior e hizo una masacre, no se volvieron a meter conmigo, no debieron meterse con un tiburón.
Entre a mi oficina seguido de Samantha, mi joven e inteligente asistente personal, la contraté hace 5 años, tenía un excelente currículo, me pasó la orden del día y mis citas pendientes, se volteó y empezó a acomodar libros financieros en mi estante, admiré su escultural figura, su estrecha cintura y sus caderas perfectas, era de piel clara, nariz respingada y hermosos ojos cafés, su cabello castaño oscuro era un punto medio entre el rizado y el liso, lo traía recogido en un perfecto chongo a nivel de su nuca, volteó a verme justo cuando admiraba sus nalgas, me sonrió.
- ¿Anda de humor Don Bernardo?—dijo con esa mirada que me enloquecía.
- Si—dije solamente.
Vi como ella caminó rodeando el escritorio y giró mi silla, se hincó entre mis piernas y sacó mi verga que empezó a mamar. Mi verga sabía a vagina, saliva y culo, pero ella no cuestionó el origen, solo siguió mamándome con ese esmero que ella tenía.
Samantha estaba con los ojos cerrado, traía sus lentes, sus labios estaban amoldados la forma de mi verga, sus mejillas ligeramente hundidas por la succión que hacía para sacarme la leche.
Siempre que la veía así mamándome la verga me daba algo de risa, pues llegó conmigo a los 21 años recién graduada de la universidad pidiendo la vacante de asistente personal.
*****
Samantha era la típica feminista en contra del machismo y la opresión del hombre sobre la mujer, odiaba el acoso sexual y todas esas cosas, pero cuando se enteró cuanto iba a ganar como mi asistente con “servicio completo” se quedó con la boca abierta lo mismo que sus hermosos y enormes ojos cafés.
- ¿Eso me va a pagar mensual?
- Eso más bonos por productividad si demuestras que los mereces y no hablo del sexo, hablo del verdadero desempeño laboral.
Se quedó atónica, tanto que ella solita se hincó frente a mí, abrió mi cremallera, sacó mi verga y me la mamó. Eyaculé en su boca sujetándola de la nuca dejándole mi leche muy dentro de su boca.
En mi oficina tenía de todo, tenía cantina completa con todo tipo de bebidas, tenía baño-regadera, una recámara al fondo donde dormía cuando me sentía fatigado, esta tenía un closet completo de ropa y en un extremo de la oficina tenía un sofá cama donde me cogía a las mujeres, adolescentes o niñas que fueran a eso.
Los que se interesaban por mis inversiones en sus negocios me mandaban a sus asistentes más hermosas, incluso algunos a sus propias hijas adolescentes a satisfacerme con tal de que invirtiera en sus empresas, a veces si accedía cogérmelas si el negocio era rentable, si no, no lo hacía, tampoco soy un tonto que tira el dinero.
Pocos entendían porque tenía un espejo en el techo justo a nivel del sofá cama.
Muchas veces ahí me cogía Samantha en una y mil posiciones, en ese sofá le estrené el culo.
- ¿Me la vas a meter por atrás?—preguntó con cara de angustia, sus hermosos ojos cafés demostraban lo temerosa que estaba.
- Si, te voy a dar por el culo, empínate—ella lo hizo, su desudo cuerpo quedó frente a mí mostrando su esfínter virgen.
- ¿me lo vas a hacer despacio verdad? Nunca lo he hecho antes así.
- No prometo nada—dije seco embarrando vaselina en mi verga.
Se lo hice y ella lloró, gritó, se quejó, pero no me detuve, le di fuerte para que se acostumbrara, al final se quedó acostada un buen rato, de hecho me salí de la oficina rumbo a mi casa y ella permaneció ahí, su culo estaba hecho mierda, no sé si ahí durmió, en la mañana que la vi traía ropa nueva y estaba bañada, aunque ahí en la oficina tenía varios cambios de ropa, porque a veces me ponía tosco y se la rompía o a veces nos quedábamos a dormir toda la noche juntos o con más compañía, así que no supe si durmió ahí o se fue toda mallugada a su casa.
Recuerdo una vez que ella y yo cerramos un trato con una compañía española por muchos millones de dólares, fue un triunfo de los dos, ella participó activamente en la presentación de las proyecciones financieras, fue muy convincente en su trabajo pues su licenciatura era en economía, y ya le había pagado varias maestrías relacionadas.
Entramos a mi oficina besándonos y acariciándonos con mucha pasión.
- Lo logramos mi amor—decía ella separándose.
- Si, te ganaste un bono—decía intentando desabotonarle la blusa.
Me desesperé porque no podía hacérselo rápido y se la rompí, los botones saltaron en todas direcciones, las pupilas de Samantha se dilataron, abrió su boca excitada mirándome cuando tomé su sostén y corrió la misma suerte, sus tetas bamboleada de un lado a otro invitándome a posar mi boca en ellas, así lo hice y mientras le chupaba las tetas empecé romperle la falda, iba a bajarle su sexy pantaleta y ella me lo impidió.
- No la quites, pórtate como hombre y rómpela también—me dijo ella con su boca abierta de deseo olvidando sus ideas anti-machistas.
Tomé los bordes superiores y la fui rompiendo, lo hice lento, quería saborear el momento, ella me miraba entrecerrando sus ojos abnegada a mí, la pantaleta cayó al suelo hecha pedazos, rápidamente acomodé el sofá haciéndolo cama y la puse en cuatro, su raja húmeda se comió mi verga de un solo empujón, yo voltee al techo y vi la imagen de Samantha vibrando por mis empujes, le hice varios chupetones de lo emocionado que estaba, ella se dejó hacer teniendo un orgasmo tras otro.
Viajamos a España para cerrar el trato y ver los detalles, fue un viaje de negocios que acabó en placer, me la cogí muchas veces, casi ni paseamos, básicamente era estar en la empresa haciendo los documentos con nuestros abogados y después irnos al hotel y permanecer cogiendo.
Creo que fueron dos meses después aproximadamente que ella entró seria a mi oficina, parada ahí con la mirada baja me dijo.
- Creo que estoy embarazada y creo que es tuyo—dijo con voz temblorosa.
Me quedé viéndola y estudiándola, la notaba tensa, preocupada, veía angustia en sus gestos, ella tenía novio, eso lo supe desde el día de la entrevista, pero eso no me detuvo, ni a ella.
- ¿Por qué dices que es mío?—pregunté tranquilo.
- Porque hice cuentas y cuando nos fuimos a España estaba en mis días fértiles, si lo hice con mi novio, pero fue después de que regresáramos y con condón, incluso fue una semana más después de que regresamos, porque tuve que esperar a que se me quitaran las marcas que me hiciste en todo el cuerpo
Y era verdad, le había hecho chupetones hasta en la cara interior de sus muslos, todo su cuerpo fue marcado por mi boca, fue más una tarea para mí, quería verla toda marcada por mi boca, al final parecía un dálmata, mientras me la cogía a cuatro patas por su culo me parecía una perra de verdad
Seguí mirándola, creo que si no decía algo ella iba a empezar a llorar, sus ojos se empezaron a humedecer y su labio inferior empezó a temblar, así que hable.
- Samantha, siéntate—ella lo hizo mirando hacia abajo—reza porque ese niño sea mío, porque de ser así, ya no te faltará nada, ni a ti ni al bebé que llevas dentro.
- ¿De verdad?—me volteo a ver con sus hermosos ojos cafés muy abiertos, se había sorprendido por mi reacción—tenía miedo que me dijeras que me ibas a despedir o que me obligaras a abortar.
- Jamás te despediría por darme un hijo—dije indignado—y jamás te pediría una abominación como la de asesinar a un bebé.
- Gracias—dijo sonriendo como descansando del peso que traía— ¿sabes algo? He estado pensando todo esto, incluso antes de saber que estuviera embarazada y ya lo decidí, voy a dejar a mi novio.
- Yo no te pido eso—le dije tranquilo—jamás te pediría que dejaras a tu novio, nuestro acuerdo es laboral, lo sentimental lo tienes con tu novio.
- Si lo voy a dejar, no quiero engañarlo teniendo un hijo que no sea de él, creo que ya no lo quiero como antes, tenemos sexo cada mes o a veces pasa más tiempo, no se me antoja estar con él, sólo se me antoja contigo y además quiero que te conozca como padre, que puedas visitarlo cada que quieras, a él… y mí—me miró directo a los ojos.
- Está bien, eso es otra cosa muy diferente y si va a ser así te voy a comprar una casa, será en un buen lugar, te voy a amentar el sueldo, por el bebé no te preocupes, nunca le faltará nada, irá a las mejores escuelas y estaré cerca de él.
Se levantó y se acercó a mí rodeando el escritorio y me besó, lo hizo con mucha pasión, terminamos en la cama de la recámara del fondo de la oficina cogiendo, solo que ahora la sentí que involucraba sentimientos, esa noche no fui a mi mansión, nos la pasamos juntos, como una luna de miel de la relación que iniciaba.
*****
Samantha seguía hincada frente a mí, me miraba mientras subía y bajaba su cara, metía mis bolas a su boca y las chupaba mientras su mano me masturbaba, gruñí cuando ella lamía mis bolas y me masturbaba.
Mi leche salió disparada, ella vio el chorro y lo dirigió a su cara, me seguía masturbando, su mano se movía rápido sobre mi verga y chorro tras chorro le deje el rostro cubierto de leche.
Terminé de eyacular y ella me chupó para sacar lo que quedaba y limpiar mi verga, se levantó toda llena de semen, incluso un hilo colgaba del borde se sus lentes, cuidadosamente los retiró de su rostro y los limpio con una servilleta, estaba parada frente a mí, su vientre de 6 meses de embarazo quedó frente a mi rostro, me acerqué y besé su vientre abultado por el bebé que llevaba mío.
- Te amo—le dije, ella volteo a verme y me sonrió.
- Y yo a ti, como nunca amé a nadie.
Se fue a lavar, se llevó los documentos del día, fui a la junta con los chinos, mi hijo la dirigió y quedamos en buenos términos, sería una semana de negociaciones muy intensa.
Continuará.
Buen relato ,me gusto mucho ,cargado de mucho morbo. Ojalá no dejes de escurrir y anímate a publicar esos de gran contenido pesado como dices que son . Pronto espero ansiosa leer la continuación de tania y espero que la madre participe mucho ,no dejo de ponerme en su lugar . Besos
Lo leí por partes en varios días para poder disfrutarlo mejor y sinceramente te vas superando. Cómo dijo Andrea en el comentario anterior yo también quiero la continuación de Tania y Esmeralda porque esa tiene un gustito morboso especial. Ojalá en algún momento publiques los relatos de contenido Pesado como tú dices, en esta página hay categorías para todo, o si no, sí lo deseas puedes crearte un blog qué será bienvenido.
El mundo fuera maravilloso, si fuera esa una linda realidad.