INCESTO CON MI PAPÁ
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Nandincesto45.
INCESTO CON MI PAPÁ
Mi nombre es Lucely (ficticio) pero lo que les voy a contar realmente sucedió.
Con mis 9 años era una chica alta para mi edad (145 centímetros) pero muy delgada, de cabello largo, piel blanca, y sin tetinas, solo los pezoncitos y mis areolas rosaditas, en fin todos decían que era muy bonita.
Mi papá era comerciante, de 28 años en ese entonces y mi mamá ama de casa.
Yo cursaba 3º grado de primaria en un colegio que quedaba cerca de nuestra casa y en una ocasión mi mamá fue a visitar a mis abuelos que vivían en otra ciudad y yo me quede con mi papá que había cogido vacaciones.
Ese domingo termine los deberes del colegio y después de cenar vimos televisión y me quede dormida en su cama no se que horas serian cuando sentí que me quito la ropa y me puso la pijama, entre dormida sentí que me chupaban los pezoncitos, pero yo creí que era un sueño, luego el sueño se fue cambiando y me vi en la finca de un tío, hermano de mi mamá que me columpiaba en su pierna y que yo estaba sin bragas y mi rajita se tallaba contra su espinilla haciéndome sentir cosquillas, de pronto me caí y no me podía levantar y mi tío con el dedo gordo de su pie me apretaba la almejita, empecé a despertar excitada y vi a mi papá que dormía profundamente a mi lado, me toque abajo y las bragas se me habían bajado hasta las rodillas y las tenia mojadas, me las subí y seguí durmiendo.
Por la mañana al despertar tenía las bragas otra vez en las rodillas y la rajita untada de algo pegajoso y espeso, al pie de la cama una toalla untada de lo mismo, y me entraron sospechas de mi papá; ya veréis porque.
Al lunes llegue del colegio con Marcela mí mejor amiga de 10 años, para hacer los deberes nos sentamos en la sala y cuando los terminamos nos pusimos a conversar, olvidándose que mi papá estaba en el estudio haciendo cuentas mi amiga me dijo:
– Lucely vamos a la tienda para que Pepe nos toque y nos de chocolatinas.
– Shiiiito, no hables de eso que mi papá nos puede oír.
– Perdona no me acordaba yo mejor me voy, mañana hablamos en el colegio.
Nos despedimos pero quede con el susto de la conversación porque estaba segura que mi papá había escuchado y me fui para mi habitación.
– Lucely
– Señor, le conteste.
– Venga para que hablemos.
Con temblor en mis piernas por temor al regaño entre al estudio.
– Como es eso que usted y Marcela van a la tienda a que las toquen a cambio de chuches.
– No papito esas son cosas que inventa Marcela, trate de mentir.
– No me mienta o sino vamos a hablar con ese muchacho para averiguar la verdad.
– No papá, no me haga pasar esa vergüenza, yo le cuento todo.
– Siéntese aquí en mis piernas y empiece a hablar.
Yo le conté como íbamos con Marcela a la tienda y Pepe un muchacho de 14 años cuando no estaba su papá nos metía la mano por debajo de la falda del uniforme y nos acariciaba la almejita o nos chupaba las tetinas y ya me había prometido que si me dejaba meter un dedo me daba muchos chuches y dinero.
– Ummmmmm eso esta muy mal ¿Hija pero tu que sentías?
– La primera vez susto pero después como cosquillas y más cuando me mamo las tetinas haciendo que se me hincharan las areolas y se me endurecieran los pezones.
Mientras le contaba todo eso sentí que a mi papá se le paro el pene y empezó a meter su mano bajo mi falda y la iba subiendo hacia mi vagina, me la apretó y con voz ronca me dijo:
– Desabotónese la blusa yo se las veo y abra un poquito las piernas.
Yo como mareada sin comprender bien lo que estaba pasando le dije:
– No papá usted no me haga eso y cerré mis piernas instintivamente y me puse de pie.
– ¿Porque?
– Porque usted es mi papá y eso no se puede hacer además me da vergüenza, si quiere le digo a mi amiga Marcela que venga y le hace que a ella si le gusta que le metan el dedo.
– Déjese usted ó vamos a reclamarle a Pepe, me dijo enojado.
Yo me quedé callada y el siguió subiendo su mano por entre mis muslos, llegó a mi vagina y empezó a tocarme por encima de mis bragas, luego me dijo que le mostrara las teticas y cuando se las mostré me las mamó haciendo que se endurecieran mis pezones pero cuando empecé a sentir emoción me dio miedo y le dije:
– Ya papá, no más.
– Vea Lucely yo tengo que salir a llevar estos documentos, me demoro media hora pero cuando regrese hablamos.
Y efectivamente cuando le sentí llegar corrí a mi alcoba haciéndome la dormida, se acerco a mi cama y empezó a llamarme
– Lucely, Lucely despierte me dijo sacudiéndome.
– Hay no papá, le dije sin poder contener el llanto, déjeme quieta.
– Cálmese mi amor, sigamos haciendo cositas y se sentó a mi lado, yo le di la espalda tapándome las teticas con una mano y con la otra la vagina, pero quito la mano de mi pecho y me empezó a acariciar los pezoncitos por encima de la blusa, me susurraba al oído:
– Como de Pepe si se deja y me daba mordisquitos tras las orejas pero yo no paraba de llorar porque sabía lo que me quería hacer, me volteo boca-arriba con brusquedad.
– Bueno Lucely llore mientras le toco la chochita y metió la mano por entre mis braguitas.
– No papá, no siga, que tal que mi mamá se de cuenta.
-Eso es lo importante mi amor, no le podemos decir nada.
Su mano caliente me acariciaba tan rico que me fui calmando al sentir sensaciones que nunca había experimentado, su dedo iba del clítoris a mi huequito virgen como queriendo meterse por ahí.
Para distraerme me dijo que le contara lo de Marcela.
Entre suspiros le conté que a ella Pepe le metía el dedo, que se quedaba quietecita gimiendo con los ojos cerrados y sobándose las teticas.
– Papa y un día que estábamos paseando entramos al apartamento del tío de Marcela, nos recibió todo contento y nos invito a refresco, nos pregunto que si queríamos jugar en el ordenador le contestamos que si, comenzamos un juego pero luego Marcela me dice:
– Voy donde mi tío que le prometí una cosa, juega tu sola y entro a su alcoba, después escuche a Marcela gimiendo y entre susurros decía:
– Así tío chupe mas duro si así, así.
Tío métamelo yaaaaaaa.
– Vale pero no grite que su amiga nos va a oír.
No aguante la curiosidad y con mucho sigilo los espíe a través de un espejo, el tío acomodo a Marcela en el borde de la cama, le abrió las piernas y arrodillado en un cojín le puso el pene en la rajita y la fue clavando lentamente hasta metérselo todo luego la follo y Marcela para no gritar mordía un pañuelo gimiendo y quejándose, y Marcela grito !hayyyyyyyy tiooooooooooo yaaaaaaaa me orineeeeeeeee¡ echeme la lecheeeeee y terminaron entre convulsiones.
– Por eso papá es que siento miedo.
– Pero es que ella grito fue de placer, déjese mi tesorito y vera que yo le hago sentir cositas ricas, me dijo.
– Pero solo las teticas papá.
– Bueno solo las teticas me contesto condescendiente, mientras me desabotonaba la blusa y miraba mis pechitos con deseo, me beso por primera vez en la boca y su mano acaricio mis pezones suavemente haciendo que se pusieran duros como la piedra, luego empezó a mamármelos, tenia la otra mano entre mis braguitas apretándome el botoncito del clítoris y yo como empujada por un imán abrí un poquito las piernas aceptando sus caricias, cuando me vio emocionada me metió la lengua en la boca.
Como en sueños vi cuando se quito la ropa su pene largo, gordo y tieso con las venas brotadas daba brinquitos y me dio miedo porque era la primera vez que veía uno de verdad pues yo solo conocía el del tío de Marcela de lejos, ó en dibujos y en el ordenador.
– ¡No papá, no me quite las bragas¡ le dije casi en un grito.
– Lucely deje el miedo que no se lo voy a meter, solo es para chuparle un poquito la vagina, se lo prometo.
Al fin me las quito y me abrió la rajita con los dedos y cuando vio mi clítoris lo mamaba tan rico que me fui olvidando de mí, la sangre se me subió a la cara, mi cuerpo se adormeció, su lengua recorría toda mi rajita y un estremecimiento sacudió todo mi cuerpo cuando saco la lengua me metió un dedo lentamente, era tan rica la sensación que sentí que me orine a chorritos, luego me pasaba el pene por mi rajita y me daba golpes con el en el botón de mi clítoris que había aumentado de tamaño porque también se me endureció, sentí su clímax en un estallido de semen que cubrió toda mi vagina y parte de mi estomago al derramarse sobre mi.
– ¿Te gusto amorcito?
– Si papá sentí muy bueno.
– Eso es para que vea que no hay que sentir miedo, me dijo
Me limpio con una toalla y descansamos desnudos un rato, luego empezó a acariciarme de nuevo me hizo la mine y yo me deje sin protestar, mi papá me estaba haciendo el mete y saca muy bueno con el dedo y chupándome las teticas cuando empecé a sentir que algo se estremecía en mi estomago, mi cerebro estallo en mil estrellas y mi cuerpo convulso no paraba de vibrar y entre gemidos me vine en el primer orgasmo de mi vida a los 9 años.
– ¿Lucely se lo meto un poquito?
– Siiiiii papito.
– Ábrete la rajita con los dedos.
– ¿Así papá?
– Si así tesorito, me contesto, echo la piel de su pene hacia atrás para descubrir la cabeza le unto saliva y me lo colocó en la entradita y fue empujando muy despacio, sentí cuando me fue entrando su miembro, yo me dejaba hacer extasiada pensando hasta donde iba a llegar, de pronto paró lo retrocedió un poquito y empezó a follarme pero sin romper mi virgo, me mamaba mis teticas con ansia y con los dedos me daba apretoncitos en el clítoris, no aguante mas y entre temblores, gemidos y quejidos me vine en otro orgasmo que jamás olvidare, él también soltó un chorro de semen por primera vez dentro de mi.
– ¿Papá me sacas de una duda?
– ¿Que será amorcito?
– ¿Ayer me echaste semen en la rajita mientras dormía?
– Si tesoro, no me pude contener al verte tan hermosa.
El martes nos duchamos desnudos, él me enjabono estregándome mis pechitos y mi vagina largamente, luego me hizo inclinar a lo perrito, se coloco detrás de mi me asuste porque creí que me lo iba a meter por el culo, pero no, lo metió por entre mis piernas pegado a mi vagina y me hacia como si me estuviera follando de tanto sobarme la rajita el clítoris se me endureció y en un gemido me moje lubricando su pene, mire y veía la cabeza de su pene cuando aparecía y desaparecía.
– Apriete las piernitas Lucely me dijo y yo junte las rodillas, estaba mirando cuando un chorro de semen me cayó en la cara entrando parte en mi boca, lo probé y me gusto.
Yo fui confiando más en mi papá, tanto que el miércoles en la noche estábamos en nuestro juego pero ese día mi papá me estaba haciendo el mete y saca con el pene y chupándome las tetinas cuando empecé a sentir que algo se estremecía en mi estomago y entre gemidos se me vino el orgasmo rogándole a mi papá que me lo metiera del todo, pero el no quiso aduciendo que todavía estaba muy niña.
El jueves mas de lo mismo con la diferencia que sentí 3 orgasmos.
El viernes cuando llegue del colegio descargué los libros y abrace a mi papá fundiéndonos en un beso largo con lengua, me sentía muy enamorada de mi papá, él me levantó y me llevo directamente a su cama, me quite las bragas mientras el desabotonaba mi blusa y empezamos todos los pasos que me conducían al clímax pero ese día fue más especial.
Cuando estaba superexcitada mi papá me preguntó:
– ¿Lucely quieres que te lo meta un poquito?
– Siiiiii papito ya no me da miedo.
– Ábrete la rajita con los dedos.
– Así papá?
– Si así tesorito, me contesto me colocó el pene en la entradita y fue empujado muy despacio, sentí cuando me fue clavando y empezó a follarme, no aguante mas y entre temblores, gemidos y quejidos me vine en un orgasmo pleno de líquidos seminales, paso el miembro a mi boca, se lo mame por primera ves y soltó varios chorros de semen que se fueron por mi garganta como gelatina.
Al sábado lo mismo el incesto continúo en forma desenfrenada con mamada incluida.
El domingo por la mañana después de hacernos cosas mi papá me dijo: mi amor esta tarde tenemos que recoger a su mamá en el aeropuerto, usted tiene que disimular como si no hubiera ocurrido nada entre nosotros, tenga mucho cuidado y no le vaya a contar nada, tampoco a su amiga Marcela.
Mi mamá llego y la vida continuo, con mi papá los tocamientos se sucedían cada que podíamos hasta que cumplí 10 años y me convertí en una jovencita muy bella según decían todos con 1.
50 de estatura y unos pechos paraditos que me crecieron precozmente por las mamadas de mi papá, los hombres se quedaban mirándome disimuladamente con lujuria por donde pasaba.
Un día mi mama me pidió que la acompañara a visitar a su papá ó sea mi abuelo porque se puso enfermo, como yo estaba en vacaciones de mi 4º año de primaria la acompañe gustosa, a los 5 días nos regresamos porque yo tenia que retomar mis estudios, sucedió que al mes llamaron a mi mamá para decirle que mi abuelo se había agravado y como la vez anterior mi papá y yo nos volvimos a quedar solos.
Se despertaron nuestros deseos incestuosos y como cuando yo tenía 9 años nos entregamos a la lujuria, mi papá me desnudo admirando mi cuerpo me beso largamente, chupo mis pechos y mi vagina, me metió el dedo haciendo que me mojara de placer, se desnudo delante de mi despacio para que yo viera su cuerpo atlético a sus 29 años, al quitarse los calzoncillos su enorme pene salto erecto como un ariete.
Yo abrí mis piernas porque en su mirada comprendí que ese día estaba dispuesto a desvirgarme, se unto un poquito de lubricante y se me montó.
– Abrase la rajita como le enseñe la otra vez, me dijo, yo me la abrí con mis dedos y cerré los ojos esperando ese momento sublime de la penetración que me había echo gozar tanto desde hacia 1 año, me lo puso y empezó a clavármelo con firmeza, me follaba suave hasta mi virgo, cuando me vio bien excitada me dio un beso largo en la boca y empujo duro rompiendo la barrera que dio fin a mi niñez y comienzo a mi pubertad.
– Ayyyy ¡papá espera un momentoooooo.
Se quedo quieto, seco el sudor de mi cara con una toalla, me dijo al oído “amorcito ya eres mía nunca olvidaremos este momento”
Comenzó de nuevo a penetrarme llenando todos los rincones de mi vagina con su pene, sentí que toco algo dentro de mí haciéndome pasar un corrientazo por todo mi cuerpo, me quede desmadejada con mis enhiestos pechos de areolas hinchadas al aire hasta que me lo hundió todo, comenzó un mete y saca rítmico, al principio lento después rápido, yo me fui enloqueciendo y solo atinaba a decir en un comienzo susurrando y después casi a gritos:
– Papá, papaa, papaaa, papaaaa, papaaaaa, papaaaaaa, papaaaaaaaa, papaaaaaaaaaaaaa NO PUEDO MAS ME VENGOOO ME VENGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.
Después su gemido gutural, sus estremecimientos y en un postrer empujón esos chorros de semen caliente que inundaron a borbotones lo más profundo de mi ser.
Así comenzó el incesto con mi padre, desde que me hizo las primeras caricias a mis 9 años hasta que me desvirgo a los 10.
De ahí en adelante lo seguimos practicando, y en un descuido que tuvimos a mis 15 años quede embarazada pero esa es otra historia, que si les gusto esta y me apoyan con sus mensajes se las contare.
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