Incesto Doble (Parte 2)
Continuación de mi primer relato «Incesto Doble».
Antes de comenzar recomiendo leer la primera parte de este relato para entender mejor el contexto. Acá les dejo el link:
[ https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/incestos-en-familia/incesto-doble/ ]
Espero que lo disfruten ^_^.
Parte 2: He visto a Lucy.
Luego de esa tarde de amor y calor, no volvimos a relacionarnos de la misma manera, y aunque nunca más tuvimos la oportunidad de hacer el amor, me bastaba con el hecho de haber perdido la virginidad con ella.
Pasaron los meses y llegó la noticia, Vera estaba embarazada. Luego de hacerlo público, por la noche recibí algunos mensajes de su parte:
– Hola sobri, ¿como estás? ¿Podés hablar ahora?
– Hola Veru, si si, estoy desocupado.
– Bueno, como supiste hoy, voy a tener un bebé, y estoy muy contenta, pero hay algo que obviamente nadie sabe…
– ¿Y eso que es?
– Bueno perdón por ser tan directa pero creo que vos tenés todo el derecho a saberlo, aquella tarde en el auto, yo estaba con tal calentura porque hacía meses que no teníamos sexo con tu tío, y bueno… sacando cuentas, se me hace muy claro que vos sos el padre del bebé. También quiero que sepas que no me genera ningún tipo de vergüenza, pero ya sabes el lío que se puede llegar a armar si alguien más se llega a enterar, somos familia y además solo tenés 16 años, así que te pido que borres estos mensajes y te guardes el secreto para siempre.
Y eso mismo hice, con el pasar de los meses fuí viendo cómo crecía su hermosa panza. Luego de una ecografía, Vera y Carlos nos avisaron que era una niña, a la que llamarían Luciana. Yo estalle de felicidad en silencio, porque le pude dar a mi tia lo que más deseaba y lo que otro no había podido.
Pasaban los años, mi relación con Luciana obviamente era de tío y sobrina, ella iba creciendo y yo a su lado, aunque solo la veía de vez en cuando. Por mi parte conocí a una chica llamada Sofía, con la cual tuve un hijo varón, Martín. Disfruté mucho mi vida de adulto, de vez en cuando pensaba en esa tarde acalorada, creyendo que esa sería la única experiencia incestuosa de mi vida, pero estaba muy equivocado.
Un sábado de verano, recibí un mensaje de Carlos, en el que nos invitaba a mí y a mi familia a pasar el domingo en el lago y luego quedarnos a acampar allí. Hace rato teníamos ganas de ir así que al día siguiente preparamos las cosas, agarramos el auto y partimos hacia el lago.
Nos mensajeamos un poco para poder encontrarnos, hasta que lo hicimos y estacionamos el auto junto al de mis tíos. Bajamos del auto, era un día ideal, completamente soleado, de mucho calor, Carlos estaba haciendo el asado, Vera en la costa con los chicos y sentadita en silencio estaba Luciana. Al vernos bajar vino a saludarnos con un abrazo muy alegremente, para ese entonces ya había cumplido 14 años de edad. Comimos el asado y charlamos un rato largo; luego descansamos para bajar la comida, y después llevamos las reposeras a la costa del lago para empezar a disfrutar de la tarde y aprovechar para tomar sol.
Carlos jugaba con sus hijos y con el mío a la pelota, a mi no me interesaba el fútbol así que simplemente me tiré en la reposera a leer un libro. Lucy fue la primera en meterse al agua; se quitó el short y la remera luciendo un hermoso bikini rosa pastel. Quedé sorprendido por su hermoso y blanco cuerpo que contrastaba con su pelo negro hasta los hombros. Sus pechos en pleno crecimiento, pequeños pero muy sexys y una cola perfecta, hermosa, bellísima. Se plasmó ese instante en mi mente, Lucy era como un hada jugando con el agua del lago cristalino, la estuve observando obnubilado toda la tarde, no leí ni una sola página del libro.
Al caer la noche, hicimos un fuego y cenamos. Cuando terminé de comer me levanté y me fui a la costa del lago; me recosté en las piedras a disfrutar del silencio. Estuve así un ratito hasta que escuché pasos que se acercaban lentamente, era Luciana; llegó hasta donde yo estaba y se sentó al lado mío.
– ¿Que hermosa noche no Lucy?
– Si, increíble… Es muy loco poder ver tantas estrellas al mismo tiempo.
– Tenés razón, pensar que son como fantasmas, luces del pasado. La estrella más cercana está a unos 4 años luz. Es decir que la luz tarda 4 años en llegar hasta nuestros ojos, así brillaba esa estrella cuando vos tenías 10.
– Wow, ¿sabes mucho acerca del universo no es verdad?
– Bueno en realidad no, lo que sé es muy poco comparado con los que estudian estas cosas a fondo.
– Puede ser, lo que sé es que me encanta escucharte.
Me abrazó, y apoyo su cabeza en mi pecho.
– Seguime contando.
Seguimos hablando un rato hasta que decidimos ir a acostarnos, caminamos por el sendero hasta llegar a las carpas; le dije buenas noches y me fuí a acostar con mi familia, ella hizo lo mismo.
Creo que eran alrededor de las 05:00, escuché el ruido de unas pisadas acercándose, me senté y ví como se abría la cremallera de la carpa. Era Lucy.
– Tío, ¿estas despierto? dijo susurrando.
– Si si Lucy, ¿que pasó?
– No puedo dormir, hace mucho calor, y además mi papá ronca muy fuerte… ¿Puedo dormir con ustedes?
Nuestra carpa era bastante grande así que quedaba lugar para uno más.
– Sí Lucy no hay problema vení.
Entró a la carpa y se acostó al lado mío. Llevaba puesto un short de tela rosa y una musculosa blanca. Nos acostamos dándonos la espalda, pero después de unos minutos ella se dió vuelta a lo que yo respondí haciendo lo mismo.
– ¿No podés dormir? Le dije en voz baja.
– No… Tengo mucho calor.
Los dos estábamos un poco sudados por la alta temperatura de la carpa. Nos quedamos así, contemplandonos el uno al otro, había algo que nos atraía como imanes, sentía la extrema necesidad de abrazarla y comermela a besos, tenía a una hermosa cachorrita en frente mío y no podía hacer nada, solo tenía 14, y además ¡ERA MI HIJA BIOLÓGICA!, esa suave tensión duró no mucho más hasta que lentamente se acercó a mi para darme un tierno beso en los labios. No podía creer lo que estaba pasando.
– No creas que no me di cuenta de cómo me estuviste mirando toda la tarde, sos un pervertido jijis.
Yo no sabía que responder. Y ella continuó:
– Cada vez que me agachaba a levantar alguna piedrita en el agua lo hacía intencionalmente para poder darte una mejor vista de mi cola, me daba mucha gracia ver cómo te babeabas al verme, jaja, nunca pens…
Interrumpí sus palabras con otro beso, esta vez un poco más largo.
No se me ocurrió otra cosa más que empezar a acariciarle suavemente los hombros, los brazos y sus desnudas piernas. Inmediatamente se me puso el pito como una piedra, Lucy al notarlo me lo empezó a tocar mientras sonreía pícaramente.
– Si alguien se despierta estamos fritos, le susurré al oído.
– Ok.
Se levantó, abrió nuevamente la carpa, salió, y me arrastro con ella hacia afuera. Yo la cerré y luego corrimos hasta una mesa de madera que se situaba a unos metros. La levanté en el aire y la senté sobre la mesa; le quité el short; Comencé a darle besos en el brazo subiendo con cada beso hasta el cuello y luego hasta su tierna boquita. Nos besamos como locos hasta que decidí dar el siguiente paso.
Le bajé lentamente la bombacha dejando su perfecta vagina al descubierto. Se sonrojó un poco, yo le di un beso en la mejilla y bajé hasta su vientre; la llené de cariñosos besos desde el ombligo hasta el pubis. Procedí a pasar mi lengua por su suave y blanca vagina una y otra vez, se la chupé de arriba a abajo sin parar, ella largaba sus gemidos que resonaban entre los árboles del bosque. Después de lamerla por un ratito me detuvo, ya quería ser penetrada.
Asi que me bajé el pantalón y el boxer dejando mi pito al aire. Comencé a frotarlo contra su conchita de catorce años, era demasiado suave, nunca voy a olvidar esa hermosa sensación. Luego de rozar nuestros genitales decidí meter la cabeza de mi pene lentamente, mi pito fue entrando hasta quedar completamente dentro de ella. Comencé a moverme despacito y luego fuí aumentando la velocidad; la mesa de madera rechibaba, sus pequeños senos rebotaban, yo seguía y seguía mientras le daba besos en su boca, también aprovechaba para degustar sus tetas y jugar con sus pequeños y rosados pezones.
Llegó el momento en el que tenía que eyacular inevitablemente. Así que lo saque de su interior y comencé a masturbarme hasta que mi semen salió expulsado cayendo así sobre su vientre y pechos. Ella seguía sonriente, nos quitamos la poca ropa que nos quedaba y corrimos hasta el lago, una vez allí no tiramos al agua para limpiarnos y refrescarnos, nos besamos como dos enamorados, el sabor y la textura de sus labios era maravillosa. Salimos del lago y nos recostamos en la arena para secar mutuamente nuestros cuerpos desnudos con las toallas. Ella miraba disimuladamente mi pito.
– ¿Te lo puedo chupar?
Cuando me dijo eso se me puso durísima.
– Dejá no me respondas, jaja.
Sosteniéndolo con sus deditos, muy suavemente me empezó a chupar la punta. Sus tiernos labios jugando con mi pene y mis testículos, fue realmente increíble, estaba en el paraíso.
– Ya estoy por acabar…
– No te preocupes, podés dejarlo todo en mi boca.
Eso mismo hice… Y ella, con su boquita llena de semen, me sonrió y se lo tragó orgullosamente. Nos abrazamos envueltos en las toallas y nos quedamos contemplando el ruido de las olas, ya eran las 06:00 el cielo se empezaba a aclarar y las estrellas de las que habíamos hablado hace unas horas desaparecían lentamente, decidimos volver a las carpas, para descansar un rato, antes de que nazca un nuevo día, quién sabe, talvéz con nuevas aventuras.
Fin.
Me gustaría leer tu opinión en la caja de comentarios, un cordial saludo desde Argentina <3.
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