INCESTO FORZADO CON MIS HIJAS 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En esos 10 días solo le hice el amor a cada niña una vez por noche y en riguroso turno.
El comandante Ramón llego con un solo escolta y con Vanesa como a las 8 de la noche, con las presentaciones de rigor, al camarada le decían el “universitario”
Desmonte a Vanesa del caballo apretándola fuerte en un abrazo y muchos besos en la boquita, las niñas salieron y prácticamente me la quitaron de las manos con muestras de alegría.
El escolta fue a desensillar los caballos a la cuadra mientras Ramón me ponía al tanto de Lucia mi esposa.
– Como te prometí Chepe la niña siempre durmió conmigo y tu esposa es un polvorín con decirte que ya se ha comido a los 80 hombres a mi mando y la mayoría ha repetido, aquí te mandó este encargo.
Lo que me contaba Ramón me dejó pensativo pero no hice preguntas y guarde el morral sin mirar que era.
– Chepe, voy a dormir aquí esta noche.
– ¿Con la niña?
– Claro, no voy a cambiar a mi tesorito precioso.
– No hay problema, pueden quedarse en la habitación de atrás para que nadie los moleste.
– Permiso Chepe voy a descansar un rato, tu acomoda al “universitario” donde quieras.
– Que duerma conmigo dijo Jessica
– O conmigo dijo Daniela.
– Yo también quiero quedarme con el, dijo Nathalia.
– Arréglense como quieran, les dije y cogí a Vanesa de la mano y me la lleve a mi alcoba a mirar lo que me había enviado Lucia, abrí el morral y estaba lleno de dólares, quede asombrado y le pregunte si sabía algo de eso.
– Es la plata que les cobra por follar con ellos, ahí hay un poquito mío pero Ramón no sabe.
– Cuénteme como le fue.
– Llegamos al campamento muy tarde, y le pregunte a Ramón por mi mamá, me llevo a una carpa y la encontré con un hombre encima, ¡y mi mamá gimiendo! esperé que terminara, me saludo con un abrazo muy fuerte, entonces Ramón le dijo a mi mamá que yo era su novia, me cogió de la mano y me llevo a dormir con él.
Todos los días me encontraba con mi mamá y le ayudaba en los oficios o me iba por ahí a conocer. Tenían a dos señores barbados amarrados con cadenas a un árbol y me dio pesar de ellos
Guarde el morral sin contar el dinero, Vanesa me contó que allá solo habían 7 mujeres y que una noche que ella había dormido en la tienda de la mamá porque Ramón no estaba la mamá cogió con 4 y ella con 2.
– Bueno hija váyase para la pieza con Ramón, pero si esta dormido se regresa le dije con un tono cómplice.
– Vale papá.
Al momentito regreso, esta roncando, me dijo.
La acosté en mi cama con prisa, desaforado como sintiéndome culpable, como si mi hija de 7 años a la que hacía un mes había desvirgado ya fuera ajena, la desnude mientras escuchaba los gemidos de Jessica copulando con el “estudiante”, empecé a penetrarla, le note mas práctica en sus movimientos de cadera pero también mas amplio el canal hacia la dicha, mas fuertes los gemidos, mas largos sus orgasmos, sentí por primera vez su lengua entre mi boca, y con un estremecimiento inmenso me corrí entre su monte de Venus.
En el descanso escuchamos a Jessica culminando su momento de pasión, después el “estudiante” la beso y le dio las gracias entró al baño, inmediatamente vi a las gemelas sin ropa llevándoselo para la alcoba de ellas.
Yo le eche otro polvo a mi niña adorada y la mande a que amaneciera con Ramón.
Casi toda la noche escuche a las gemelas retozando con el “estudiante.
Al amanecer fui a la cocina a preparar café, y escuche al comandante Ramón echándole un polvo tempranero a Vanesa y luego una conversación en que mi hija le decía que se quería devolver con él
– No mi amorcito quédese con su papá que yo tengo que bajar en 5 días a traer a su mamá y para que celebremos tu 8º cumpleaños, así que espéreme juiciosita, que le voy a traer un buen regalo.
Se levantaron y Ramón llamo al “estudiante” tomaron café y se marcharon.
Las otras niñas se levantaron tarde, las gemelas en sus ojeras denotaban la noche de francachela que habían pasado.
– Esto no puede seguir así, les dije a la hora del desayuno, es cierto que las tuve que desvirgar por temor a una violación dolorosa, pero ustedes lo han convertido en libertinaje, cuando venga Ramón con su gente cada una escoge con quien hacerlo pero con mi permiso, tengan en cuenta que ustedes son unas niñas y tienen que regresar a la escuela, pues se terminaron las vacaciones.
Y otra cosa no le digan a nadie lo que aquí ha pasado en este mes, ni siquiera a su mamá.
– Y entonces ¿Quién le decimos que nos desvirgo? Pregunto Jessica.
– No le digan nada que yo hablo con ella.
Y lo más importante……a partir de la llegada de su mamá no cuenten más conmigo para realizar el acto sexual.
La primera de las noches de los 5 días de espera, la pase con Jessica, mi niña mayor que aprendió a defenderse prematuramente en las lides de sexo, no hace un mes que le escuche ¡Hayyy…. papaaaa….dueleeeee! y ya estaba disfrutando de las mieles del placer.
Hicimos el amor desaforadamente en un ritual de despedida cada uno tratando de entregarse por entero y en un delirio sexual nos sumergimos en la profundidad de la noche hasta quedar agotados.
EL turno tácitamente establecido en la segunda noche fue para Daniela, la más fogosa, la que conociendo el imán de sus pechos los enseña como al desgaire para incitar.
A ella le gusta en la posición del misionero con sus piernitas totalmente cerradas para friccionar mi pene dándome más placer, así se lo hice varias veces advirtiéndole que era la última vez.
Nathalia mi gordita hermosa, la de la vagina grande y el clítoris escondido, flor pura y tímida como las violetas, la de los cabellos ondulados, me enardeció con sus gemidos, con sus ojazos grandes que nunca los cerraba al sentir venir el orgasmo como escrutando los espasmos para alargarlos hasta el infinito. Lloro cuando le dije que era la despedida en esa 3ª noche.
Por último mi tierna niña, que en 3 días cumplía sus 8 años, la que me despertaba mas ternura, y mas placer, con la que estaba seguro de no cumplir mi promesa, por eso no le dije que era la última vez, se me entrego confiadamente con la inocencia infantil impoluta de pecado y por eso llore en el momento en que abrasándola tan fuerte como nunca lo había hecho eyacule poniendo mi semilla en la boca de su matriz y sintiendo sus uñitas clavadas en mi espalda tratando que los sexos se fundieran en uno solo.
Así nos encontró el amanecer del 5º día.
En las brumas del atardecer, 4 figuras a lo lejos se movían serpenteando en el camino del monte, inmediatamente sin reconocerla supe que era ella, el corazón me dio un vuelco, la ansiedad se apodero de mí, ¿será o no?, se acercaron más, estuve seguro y llamé a las niñas que salieron en tropel al grito de:
– ¡Viene su mamá!
La comitiva entro en una hondonada donde el camino no se veía.
El tiempo se hacia largo, mas con una hora de retrazo en lo que uno se demora en cruzar la hondonada a caballo. Tuve dos pensamientos: O les pasó algo ó se la están cogiendo…… calle el último y le dije a las niñas que estaba preocupado, al rato volvieron a aparecer envueltos en las primeras sombras de la noche, esta vez mas cerca.
¡Por fin!
Cuando llegaron al patio corrí a ayudarla a desmontar, puse mi mano en sus axilas y la vi hermosa con el firmamento lleno de estrellas de fondo, su cabello rubio en dos trenzas que caían por cada uno de sus pechos sin brassier, solo cubiertos con una blusa transparente, me miró con sus hermosos ojos claros, su rostro sudoroso denotaba cansancio, la descolgué y le di un beso largo tratando de transmitir en el toda la energía de mi amor.
Las niñas la rodearon, nos fundimos todos en un abrazo, Lucia lloro lágrimas de felicidad, cuando nos separamos vine a reparar en los tres acompañantes que ya habían desmontado, uno era el negro “burro” los otros no los conocía.
– Don Chepe le presento al “contador” y a “mingo”, me dijo el negro.
– Mucho gusto, y gracias por acompañar a mi esposa.
– De nada, para los señores fue un placer, dijo el “burro”, no se porque note un tono mordaz.
Me entrego el maletín de la ropa de Lucia y pasamos a la sala, les ofrecí de cenar, luego un trago de whisky, charlamos un rato mientras mi esposa se duchaba.
– Que en dos días baja el comandante con algunos camaradas para celebrarle el cumpleaños a Vanesa, nosotros lo vamos a esperar aquí para ayudar en los preparativos, me dijeron.
Al rato salio mi esposa maquillada discretamente y vestida con un sujetador y una falda corta muy delgada y transparente que dejaba vislumbrar que no tenía ropa interior debajo, se sirvió un trago y se sentó en mis piernas.
Las niñas revoloteaban por ahí como mariposas alrededor del fuego, haciendo confianza con los muchachos
La conversación se alegro, desocupamos 4 botellas de licor, hubo chistes, risas, historias.
Varias veces descubrí a lucia abriendo las piernas para mostrarle la vagina al “burro”
Lucia me llevo a la alcoba para hablar confidencialmente:
– Mi amor, me dijo sonrojándose, yo le prometí esta noche al negro, se lo debo porque me protegió en un caso de vida o muerte -después te cuento- , me quede callado.
– Pero no te pongas triste, duerme con Daniela ó con Vanesa que yo se que no son vírgenes.
– Las otras niñas tampoco, le contesté.
– ¿Quien se los hizo?
– Yo las desvirgue a todas, menos a Daniela.
– ¿Quien se lo hizo a Daniela?
– Tú hermano Ángel, hace 6 meses.
Lucia se puso pensativa y como triste, me pregunto que porque tenía que ser yo el que las desvirgara, le dije que para evitarles una violación dolorosa y traumática.
– Mi amor ten cuidado que ese hombre está muy dotado, la única que le ha aguantado es Daniela, le dije.
– No te preocupes amor, ¿te entregaron el morral que mande?
– Si.
– Este maletín también viene lleno de dólares, la ropa se la regale a las muchachas del campamento.
Regresamos a la sala, ya medio borrachos,
Daniela se sentó en las piernas del negro, le dijo algo en un susurro y el le contestó que no, quedo triste y se fue a su alcoba, ahí supe que se le había ofrecido.
Jessica me miro interrogante yo asentí con la cabeza, agarro al “contador” de la mano y se fueron para una alcoba de atrás.
Nathalia se estaba besando con “mingo” pidió permiso y también se fueron.
Quedamos mi esposa sentada en mis piernas, y el “burro” en una silla charlando con Vanesa.
Le acaricié las tetas a Lucia (las note más grandes), y con el negro mirando le mande la mano a la vagina completamente depilada, nos besamos apasionadamente luego me dijo al oído:
– Voy a calmarle los calores al negro, y se cambio de mis piernas a las de él. También abrió las piernas para que yo la viera mientras se quitaba el sostén, se morrearon un rato pero no lo besaba.
Mi esposa entro a mi habitación con el “burro” con los pechos al aire ¡se lo iba a follar en mi cama!
Les oí una discusión acerca de que los condones no le servían al fin ella acepto.
Yo apague luces y entre con Vanesa a su habitación, no pensaba hacer nada pero los gemidos de mi esposa me excitaron, y folle como loco con mi niña rompiendo mi promesa.
Las expresiones de placer inundaban toda la casa, Oí a Lucia agotada por 6 orgasmos decir que no mas, luego la vi pasar desnuda y entrar donde Daniela regreso con ella de la mano y ahí fueron los gritos infantiles de sexo desenfrenado los que taladraron mis oídos.
El otro día mí esposa se levantó especialmente alegre a hacer limpieza a la casa ayudada por las niñas, fuimos a la alcoba a organizar el dinero, casi 70.000 dólares, me dijo que eran para cuando nos pudiésemos ir, lo guardamos bien escondido. No le hice preguntas ni reproches
Los hombres de Ramón y algunos de mis trabajadores hacían preparativos, limpiaron corrales y patios, trajeron un torete destinado a la matanza.
En la noche acomodamos al negro y a los otros en las habitaciones de atrás, las niñas se durmieron cansadas, mi esposa y yo hicimos el amor en un rito de perdón mutuo.
La fiesta
Ramón con su comitiva (unos 40 hombres y 4 mujeres jóvenes) llegó muy temprano, Vanesa salió a saludarlo con muestras de alegría, él la levantó para besarla y ella le rodeó la cintura con sus piernitas.
– Hola Chepe, me saludo, todos estos son amigos y camaradas.
-Bienvenidos, les dije.
Apostó varios hombres por los alrededores y entró a la casa sin bajar a la niña a saludar a Lucia.
– Esta muchacha si es pegajosa, ni siquiera se ha bañado, le dijo la mamá.
– Déjela para eso es mi novia, contesto el comandante dándole besos.
Unos mataron el torete y pusieron a asar carne a la llanera, otro se encargo de la música, las mujeres le ayudaban a mi esposa, todos comenzaron tomando cerveza helada, algunos se cambiaron a aguardiente o whisky.
Lucia mando duchar a las niñas y vistió a Vanesa con una minifalda de cuadros y una blusa vaporosa, zapatillas con medias tobilleras y una cinta en los cabellos dorados que caían en rizos sobre su espalda, quedo hermosa.
Unos camaradas llegaron en un carro con una torta enorme, nos reunimos alrededor para cantar el feliz cumpleaños y Vanesa soplo las 8 velitas después partió el primer trozo y se lo llevo a Ramón, él a su vez le entrego un paquete grande dándole un beso en los labios, la niña lo abrió ante los presentes: una muñeca grande, varios juguetes, un ordenador portátil y un sobre el cual le dijo que abrieran después.
Varios hombres también le dieron regalos, y las mujeres que ya la conocían la felicitaron.
El baile continuo, Ramón hablo conmigo y con mi esposa, le ofrecimos la alcoba de Ángel y entro con la niña, desde la cocina escuche los gemidos y los ruegos de Vanesa para que le hiciera duro, estuvieron dos horas encerrados.
Ramón me llamo con mi esposa y las otras niñas, entramos a la alcoba, Vanesa desnuda mostrando su vagina chorreando semen estaba sudorosa como desmayada, el abrió el sobre saco un anillo con esmeralda y se lo dio a mi esposa, luego a cada niña le dio una cadena de oro con dijes, y a Vanesa una cadena, un anillo, unos aretes y una pulsera, todo de oro blanco y con esmeraldas de muy buena calidad a mi me dio 20.000 dólares y un revolver.
Miro a mi esposa y le dijo que se lo debía, a las niñas por juiciosas y a mí porque me lo merecía.
Lucia llevo la niña al baño y la volvió a vestir con ropas limpias.
La fiesta transcurría normalmente, el temor que yo tenía de una orgia desenfrenada se fue disipando, Las únicas que se desaparecieron por un rato con permiso mío fueron Nathalia y Jessica.
El baile se prolongo hasta las 4 de la mañana y luego se marcharon unos en carro y otros a caballo.
Le dimos las gracias a Ramón se despidió de la niña y se marcho con sus hombres.
El tiempo corría, mi esposa quedo embarazada y parió un morenito de ojos claros, supe que no era hijo mío, le pregunte y me dijo que con el único que había estado sin protección era con el negro la noche que follo en mi cama, no volví a mencionar el tema y le cogí cariño al niño como si fuera mío, le bautizamos con el nombre de Alberto.
Ramón venía a visitar a Vanesa cada quince días, siempre le traía regalos, yo me preguntaba porque un hombre de 35 años se había encaprichado de una niña de 8, porque se notaba que la amaba con pasión y la niña le correspondía, nunca se fijo en sus hermanas y Vanesa tampoco le era infiel.
Yo cumplí la promesa y nunca más volví a yacer con mis hijas.
Así pasaron 3 años en relativa calma, pero hubo un suceso que empezó a cambiar todo:
Una tarde llegaron a mi casa en un carro 2 hombres de Ramón, con prisas dejaron a guardar dos tulas grandes recomendándome que las guardara bien, siguieron por la trocha hasta perderse de vista, me di cuenta que iban huyendo, al rato escuchamos una balacera que duro hasta el anochecer, luego el resplandor de un incendio, al otro día muy temprano llegaron dos de mis vaqueros con la noticia que habían matado 2 guerrilleros al pie del puente y les quemaron el carro.
A los días pasó un comando del ejercito haciendo preguntas no les dije nada, me acorde de las tulas, las examine y contenían 50 millones de dólares.
La guerra se recrudeció, la última vez que vi a Ramón le dije que iba a sacar a mi familia, no preguntó por el dinero, seguramente pensó que se había quemado en el carro cuando el combate, me autorizo la marcha y durmió con la niña como siempre.
Empecé a sacar el dinero en partidas de 10 millones y a lavarlo con ventas ficticias de ganado y otros negocios
Cuando llegaron los “paracos” a la zona puse un administrador en la finca y me marche con mi familia, Vanesa ya de 11 años no se quería marchar hasta que la convencimos de que Ramón la visitaría en Bogota.
– Ahora llevo 7 años viviendo con mi familia en Barcelona España, todo se normalizo, mi hija Jessica con 20 años estudia medicina.
La gemela Nathalia estudia veterinaria.
Daniela la otra gemela opto por la arquitectura, ambas tienen 19 años.
Vanesa con 18 años termino la secundaria que aquí se llama E.S.O. y me dice que quiere ser abogada.
Alberto que cariñosamente le decimos Morocho por el color de su piel tiene 10 años y esta en primaria.
Todos estudian en buenos colegios y el recuerdo de lo que paso va quedando en el olvido.
FIN.
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