INCESTO PURO 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Nandincesto45.
MIS INICIOS INCESTUOSOS (Mi papá y mis hermanas)
– Nico, Nora y Rosa alístense que nos vamos para la finca nos dijo mi papá para quedarnos 3 días.
– Y mi mamá ¿viene con nosotros?
– No, ella tiene un compromiso.
En el coche Nora se sentó adelante y Rosa y yo atrás, pero Nora con la disculpa de hablar con nosotros se volteaba con una rodilla levantada dejándole ver las braguitas a mi papá que la miraba de reojo pero al rato le dice:
– “Siéntese bien niña”…….
Que usted ya tiene 11 años.
Cuando llegamos mi papá se puso un pantalón corto y empezó a arreglar el jardín y nosotros por ahí tratando de ayudar, entonces Nora me dijo: tengo ganas de follar con papá ¿pero como le digo?
– Nora mucho cuidado porque se va a enterar que tu no eres virgen.
– Yo le saco cualquier disculpa si me acepta ser suya.
– Pues déjate ver disimuladamente a ver si le gustas.
Nora toda melindrosa se le acercó y le dijo: papito yo creo que me picó un gusano ¿me rascas?
– ¿En donde?
– Es que me da vergüenza mostrarte.
– No pasa nada deja ver.
Nora se abrió la blusa mostrándole las teticas con sus areolas hinchadas y los pezoncitos duros; aquí papá ráscame por favor.
Mi papá miro para saber donde estábamos nosotros y como no nos vio se puso a rascarle el pechito un buen rato y le creció el bulto entre sus piernas y Nora le dijo: el otro también papito.
– Mejor vamos a la casa y te echo una pomada refrescante.
Se fueron juntos y yo le dije a Rosita: ven vamos a espiarlos pero calladita.
Entraron a la cocina y vimos por una ventana cuando mi papá le acariciaba los pechitos después les unto miel de abejas y empezó a mamárselos, Nora le mando la mano y le cogió el pene por encima del pantalón, al rato le dice:
– Hija esto no puede ser, no se que me está pasando y se fue para el baño a ducharse.
Después de la cena jugamos cartas un rato.
– Bueno vamos a acostarnos dijo mi padre; alisto nuestra alcoba con un camarote para Nora y Rosa y una cama para mi, – Cuando estén con sus pijamas puestas vienen a despedirse y se fue para su alcoba a leer, Rosita fue la primera que salió, le oímos decir ¡hasta mañana papá! y se le colgó del cuello en un abrazo, después llegue yo y lo abracé “bueno papá que descanse” cuando yo salía entro Nora y me guiño un ojo, abrazo a mi papá por encima de Rosa y le dijo: papito puedo quedarme un ratito contigo para que charlemos una cosa.
– Vale hija dijo nerviosamente.
Rosita llego y se acostó conmigo, oímos a Nora y a mi papá conversando.
Susurros……
– Papá ¿le gustaron mis teticas?
– Nora no me hable de eso que me hace sentir mal.
– ¿Pero porque papá?, usted es hombre y me gusta, chúpemelas un poquito.
– Hija que no.
– Pero papá un poquito como esta tarde, decía Nora rogando.
– Eso no está bien, tesorito y no me toque ahí que me estoy excitando.
– Papá ya estoy emocionada y además vea que ya lo tiene parado.
– Bueno un poquito no más pero de esto no se debe enterar nadie.
Y luego callaron un rato y un gemido rompió el silencio de la noche.
– Cómame el coño también papáaaaaaa que no tengo bragas.
Y otra vez silencio y gemidos.
Asiiiiiii, asiiiiiii maaas maaaaaas…papito lindo.
Me di cuenta que Nora iba a convencer a papá de follar y aproveche para quitarle las braguitas a Rosa
– Métamelo papitooooooooooo¡¡¡
– ¿???????.
No, eso no hija y además explíqueme porque sabe tanto?
– Papitoo……Yo le cuento desde el día que me desvirgaron, pero no me regañe.
Silencio………
– Papito no te hagas rogar, que tengo muchas ganas de sentir eso tan bueno.
– Solo por darte gusto y por que te quiero tanto….
(el sonido de un beso)
Movimientos en la cama, susurros
– Papá con esto tan grande me vas a hacer gozar mucho.
– Susurros y jadeos de mi padre
-Papi que me dueleeeeeeeeeee, gritó Nora fingiendo.
Y luego el traqueteo de la cama y los gemidos de Nora.
– Papá, a que te esta gustando follarme.
– Siiiiiiii mi tesorito.
– Entonces hágame duro que ya no me duele.
Rosa y yo nos echamos un polvo fenomenal con la excitación de escuchar a mi padre follándose a su hija en el más placentero de los incestos.
Aquel día admire a mi hermanita que a sus 11 años ya conocía todos los ardides del amor.
Y al final un Siiiiiiiiiiiiiiii PAPAAAAAAAA maaaaaas duroooo maaaaaas échame la lechita yaaaaaaaa, golpes secos como aplausos y un quejido estentóreo y ronco de mi padre.
– ¿Dóndeeeeeee la quieres?
– En mi vaginaaaaaaaaaaaaa.
Luego respiraciones fuertes, gritos y gemidos que se fueron calmando y otra vez silencio, no se que más pasaría esa noche porque el sueño me venció.
Al otro día mi papá andaba todo preocupado casi sin hablarnos, gastamos la mañana lavando el coche, limpiando la alberca para bañarnos por la tarde, en fin oficios que tenía pendientes y le dijo a Nora:
– Ven ayúdame a preparar la comida, y se fueron para la cocina.
El le dijo: Hija lo de anoche fue maravilloso pero: ¿que tal que se entere su mamá?
– ¿Y porque se va a enterar?
De todas maneras tenemos que tener mucho cuidado; dijo vacilando.
Por la tarde nos metimos todos a la piscina y Nora entró con un bañador blanco que al mojarse quedo casi transparente dejando ver sus tetinas con sus areolas rosadas, bien hinchadas y con los pezones empitonados.
Mi papá no sabía que hacer para disimular la erección, ni yo tampoco.
Así la pasamos toda la tarde sufriendo con el morbo de saber que ya la habíamos follado pero sin poder manifestar nuestros deseos mutuamente.
Y Rosita bañándose en topless porque en sus pechitos solo sobresalía el pezón endurecido por el agua fría de la piscina y la mancha rosada de sus areolas completaba el paisaje erótico y mágico de aquella tarde.
– Voy a preparar la cena, – dijo mi padre que se levanto con una erección notable- cuiden a su hermana.
– No yo también me voy a salir porque me dio frío – dijo Rosita y salieron juntos
Nora y yo nos miramos con malicia y en silencio nos metimos al vestidor a dar desfogue a nuestros arraigados deseos incestuosos.
Nos vestimos y le pedimos permiso a papá para ir a dar un paseo por el campo, nos dijo que si pero que llegáramos a tiempo para la cena.
Como a las 2 horas regresamos y la casa estaba en silencio y la puerta cerrada, me asome por una ventana de la sala y nada, en la cocina alcance a ver a mi papá de pié desnudo de la cintura para abajo y unas piernitas que le rodeaban las nalgas.
¡Mi papá se estaba follando a Rosita¡ en la mesa del comedor auxiliar.
Los vi terminar entre espasmos, quejidos y gemidos y salí corriendo a decirle a Nora que no entráramos aún.
Tiempo después por boca de Rosa supe como había convencido a mi papá.
Me contó que cuando nos fuimos para el campo le dijo:
– Vi como le mamabas los pechos a Nora y oí lo que estaban haciendo anoche, Que mi papá se puso pálido y se sentó.
Yo le dije “tranquilo papito que no voy a contar nada pero con una condición”
– ¿Cuál?
– Pues que yo también quiero.
Y me senté en la mesa de la cocina sin bragas mostrándole el coño.
Mi papá me dio una taza de chocolate caliente para el frío sin dejar de mirarme entre las piernas
– Pero eso te va a doler porque tú eres muy pequeña.
– No importa papá yo aguanto como Nora, además no soy tan pequeña tengo 9 años, mira mis tetinas ya se me están hinchando, chúpamelas papito.
Me las mamó un rato.
– Si están muy hermosas Rosita pero dejémoslo para cuando estés mayorcita mira que ni pelitos tienes.
– Nora tampoco, papá yo quiero ahora antes que regresen mis hermanos, y le cogí la mano y la puse en mi vagina para que me acariciara.
Después le bajé el bañador dejando su pene suelto que a pesar de estar flácido es grande, se lo acaricié y se puso enorme.
Me untó vaselina y me lo fue metiendo lentamente y se dio cuenta….
– ¡Rosita tu no eres virgen! me dijo sorprendido.
– No papi pero ese es mi secreto por eso te digo que me lo metas sin miedo.
Y mi papá me follo en 2 veces haciéndome sentir tres orgasmos.
Esa fue la forma en que mi padre comenzó a follar con sus 2 hijas: con Nora de 11 años por el deseo que despertaron en él sus artimañas.
Y con Rosa de 9 años chantajeado.
CONTINUARA.
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