Incubo ( Parte 10 )
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Kirito1970.
Capítulo 10.
Llegue con el anciano, quien me esperaba sentado en una silla, a la orilla de la estrada del jardín, pero por el lado de su casa, de donde se apreciaba claramente la piedra que quedaba al centro del jardín.
Me senté junto a el, y me dijo:
-Hace tantos años y parece que fue ayer, cuando vivimos aquí aquella escena…-
Voltee hacia el jardín, bastante intrigado, y continuo así su historia.
Pasaron los años y la casa permaneció vacía, hasta que un día llego una pareja, jóvenes los dos, parecían una pareja normal, tomaron la casa dónde ocurrió aquel crimen y que estaba completamente abandonada, la restauraron, y vivieron ahí, al paso de los días nos fuimos percatando que tenían costumbres raras, cada determinado tiempo llegaba un grupo de personas, como unas 30 más o menos y tenían una reunión, después de varias reuniones me di cuenta que traían jovencitas y que no retiraban junto con todo el grupo, incluso llegue a pensar que se quedaban adentro a vivir ahí, pero no, nunca las volví a ver.
Eso despertó mi curiosidad, y después de mucho pensarlo me acerque a curiosear, tendría yo como 12 años –dijo el viejo- y en la siguiente ocasión que llego la comitiva a esa casa me escabullí por entre las plantas y me acerque lo las que pude.
Ahí, rodeando la piedra estaban todas las personas, la piedra cubierta con una manta satinada color purpura, y todos vestidos de túnicas color negro, toda la escena era iluminada con muchas velas que rodeaban a la congregación.
Cuando logré acercarme lo suficiente, podía observar con lujo de detalles todo lo que pasaba, todos puestos en medio circulo, hablaban y cantaban en un idioma extraño, levantaban las manos y hacían ademanes raros, después de un rato, ya me empezaba a aburrir, de pronto todos callaron, entonces aparecieron 2 chiquillas, ambas como de 10 años, una vestida con una túnica blanca y la otra con túnica negra, la que traía la túnica blanca tenia huellas de que había llorado, la de negro no, las dos salieron escoltadas por un grupo de 4 hombres, caminaron hasta el frente del medio circulo y las colocaron de frente una a otra, luego les pasaron una copa grande, la primera en beber fue la de negro, varios tragos, y le paso la copa a la de blanco, quien no quiso, más un hombre que estaba al frente le acerco la copa y le insistió, quien más obligada que por voluntad propia tomo también varios tragos, todos los que estaba ahí, comenzaron a cantar nuevamente, después de un momento las dos niñas se desvanecieron, los cuatro hombres que estaban a sus lados las sostuvieron de no caer, quedaron inconscientes las dos, entonces aparecieron dos mujeres, quienes con cuidado les quitaron las túnicas a ambas, y quedaron completamente desnudas, las do eran delgadas, con muy bonito cuerpo, sin nada de vello púbico, la de túnica negra, ya había empezado a desarrollarse su pecho, a ambas ya se les había marcado la cintura femenina
A la que traía la túnica negra, la cargaron entre las dos mujeres teniendo en posición horizontal boca arriba a la niña, y a la túnica blanca la acostaron en la piedra que estaba cubierta con la tela a manera de altar, separándole los brazos y las piernas fue amarrada firmemente de tobillos y muñecas, no paso mucho tiempo, las dos recobraron el sentido, las personas seguían cantando en un lenguaje desconocido, al ver que ya habían recobrado el conocimiento, se acercó un hombre, a la niña que traía la túnica negra, quien ya la habían incorporado y se encontraba de pie, otra persona acerco una vasija y aquel hombre metió las manos y las lleno de algo que parecía aceite, para luego comenzar a untarla en el cuerpo de la niña mientras que recitaba oraciones en voz alta, una vez que el hombre termino de llenarla hasta los pies, no hubo parte de su cuerpecito que no hubiera quedado libre de aquel aceite, las dos mujeres la guiaron hasta la piedra donde yacía atada la otra nena, y ahí se quedó de pie sosteniendo la vasija que le dieron las mujeres, cuando se acercó al altar, de inmediato se acercó también un hombre, y en ese instante todos callaron, solo el murmullo del entorno se escuchaba, se acercó una de las mujeres y por la espala le quito la túnica al hombre quedando desnudo, de complexión atlética y joven, dio varios pasos hacia el atar, al mismo tiempo cuatro entes emergieron de la tierra, transfigurándose con figuras cadavéricas, casi como esqueletos, se acercaron al alar por los lados, colocándose cada una en cada extremidad de la nena amarrada y tomándola con las manos, al ver los la nena que estaba todavía algo atontada por el efecto de lo que había bebido empezó a llorar asustada, también la que permanecía de pie su cara expresaba susto, miedo, pero permanecía ahí parada, pareciera que ya antes los haba visto.
La niña que estaba en el altar, claramente trataba de zafarse de sus ataduras, pero era inútil, las ataduras eran firmes, cuando sintió que la tomaban de las manos y de los pies grito de pánico y su llanto fue más audible, pero aquel hombre que ya se había colocado a un costado de ella, recitando frases que no entendía, pasaba sus manos sobre el cuerpo de desnudo de la nena, masajeando los pechos nacientes y que apenas sobresalían con ambas manos, luego su estómago y luego su pubis, donde su mano se internaba manoseando aquella vulva lampiña y virgen, así varias veces, se acercó entonces la otra mujer con una copa y se la entregó al hombre quien tomándola, alzo la copa sobre a niña quien no paraba de llorar y vertió el contenido sobre su pecho cadera y pubis, semejante al aceite de oliva, transparente pero aceitoso, lo esparció con ambas manos del cuerpo de la niña, quien se retorcía como queriendo evitar esas manos, lo cual le resultaba inútil, ni un centímetro podía cerrar sus piernas, que permanecían abiertas en contra de su voluntad, aquel hombre siguió frotando sus manos de manera cadenciosa, lentamente bajaba desde el cuello hasta las rodillas, esparciendo el aceite, cerciorándose que aquella entrada vaginal estuviera bien lubricada con ese aceite, y aquellos pezones brillaran con la luz de las velas que había.
Súbitamente un estruendo en el lugar provoco que se detuviera aquel hombre, dio varios pasos atrás y se arrodillo, mismo que en seguida hicieron lo mismo todos los demás que ahí estaban, incluso los cuatro entres putrefactos se alejaron un poco… y de la nada levitando acostado boca abajo apareció un ser con cuernos en la cabeza, con patas como animal y manos como de ave y que portaba un miembro erecto semejante al de un perro , lentamente descendió sobre la nena, quien gritaba de manera audible, se postro sobre ella y sin preámbulo alguno, aquel miembro sobrenatural, encontró la puerta sellada por el himen aun y con un movimiento firme, directo, atravesó aquella membrana instalándose por completo dentro de aquella vagina nueva, fundiéndose una carcajada estridente y diabólica con el grito desgarrador de la niña al sentirse atravesada, violada, poco duro la resistencia, el ardor la quemaba por dentro, aquel miembro hurgaba por dentro de ella como con vida propia, se comenzó a mover aquel demonio, sacaba lentamente su miembro pero el ingreso era fuerte, violento, salía el miembro empapado en una mezcla de aceite y sangre, fruto del desvirgamiento, acelero lentamente la penetración, la niña dejo de llorar, permanecía ya inmóvil, inconsciente, cual muñeca de trapo, solo se movía por el movimiento de las embestidas, no duro mucho, aquel monstruo emitió un aullido, avisando la culminación de su obra, llenando el interior de aquella niña de su semen blancuzco, al instante nuevamente levito hacia arriba desapareciendo en la sombra de la noche al igual que los espectros que habían surgido, se hundieron en el piso desapareciendo.
De inmediato todas las personas que se encontraban rodeando el altar, se abalanzaron sobre la pobre niña que yacía inconsciente en el altar, desnuda, llena de aceite y de un líquido viscoso, todos de manera desordenada se desprendieron de sus ropas y comenzaron a subirse queriendo gozar de la nena, primero uno y luego otro, todos en desorden, se postraban sobre ella y sin contemplación, con los penes erectos la violaban, en cuanto llegaba uno al orgasmo dentro de ella, se quitaba y se subía otro repitiendo la misma escena, más de 10 hombres vaciaron su semen en esa niña de apenas 10 años, mientras aquello ocurría, la otra niña, fue recostada sobre un circulo que se había dibujado desde un principio, sin ataduras, con los brazos y las piernas abiertas, rodeadas de velas y consciente, mirando a su alrededor, el líder de ese grupo, se acercó, desnudándose también se recostó sobre ella, después de acariciarla por un breve momento, y su miembro grande, y ancho, comenzó a introducirlo en aquel cuerpecito, más de la mitad ingresó a es vagina infantil, hasta que la niña hizo un gesto de dolor, entonces comenzó a galoparla, después de un momento, la niña misma arqueaba la cintura, comprimía las nalgas y empujaba la cadera, muestra de que estaba disfrutándolo, las mismas rodillas buscaban separarse más, entonces aquel inmenso pene que saboreaba su interior descargo dentro un chorro de semen inundándola completamente, cuando aquel hombre se retiró, de aquella vagina recién mancillada brotaban chorros del interior.
Entonces se incorporó aquel hombre y así desnudo, camino hasta el altar, la nena ya había despertado, pero se encontraba en trance, los otros hombres ya se habían retirado del altar una vez descargado todos su néctar dentro de la indefensa niña, se colocó al lado de ella, y una de las mujeres que lo seguían en todo momento le acerco una daga al líder mientras otra mujer dibujaba con los dedos de algo como sangre de una copa algo en el cuerpo de la niña, una especie de estrella en el estómago, luego una línea de su pecho al ombligo, luego otra línea de su otro pecho también a ombligo, por ultimo una línea del ombligo a su sexo, al clítoris de la chiquilla, y dio varios pasos hacia atrás.
Hubo un momento de silencio, solo se escuchaba el llanto ahogado de la niña en el altar que miraba con terror al hombre que estaba a su lado, miro como aquel hombre empuñaba la daga que la elevaba hacia arriba, girándola y apuntando a su pecho, aquel hombre dijo varias palabras en otro idioma y volteo la cara hacia el lugar donde permanecía escondido yo, mirándome con una sonrisa macabra, yo entonces retrocedí escabulléndome y alejándome de ahí, apenas di varios pasos hacia atrás cuando escuche un grito horrible que se fue ahogando en el silencio de la noche, grito de aquella niña en el altar que había terminado su existencia.
Yo escuchaba con estupefacción aquel relato y francamente dure varios días sin dormir pero las cosas que se sucedían en mi casa no permitirían que me sumiera en mis pensamientos.
No quise llegar de inmediato a la casa a sí que decidí caminar por largo rato.
En la casa ya había llegado Eva, desde que llego, noto la mirada rara de su tía, inquieta, de manera furtiva le recorría su cuerpo, pero o pensó que fuese malo, comió algo rápido y se fue a su cuarto, y como su tía le insistió que se bañara, le hizo caso, llego a su habitación acompañada de su tía, quien le hacía platica de todo, y mientras Eva se desnudaba la tía se la comía con la mirada, poco a poco los sentimientos perversos fueron ganando terreno a las ideas morales que traía arrastrando, cuando Eva, en ropa interior se intentó retirar al baño, pero la detuvo su tía, y le dijo con voz nerviosa: – déjame verte completamente desnuda- al tiempo que con sus manos temblorosas deslizaba las pantis de Eva hacia abajo, Eva se sorprendió bastante pero accedió, ya sin nada, las manos de aquella tía la recorrieron suavemente, tocando todas aquellas partes prohibidas, logrando despertar la excitación de Eva quien empezó a dejarse llevar por aquellas manos curiosas y temblorosas, pero no duro mucho, el timbre de la puerta sonó, Eva reacciono primero se envolvió la toalla mientras su tía fue a atender la puerta, Eva entro al baño sin cerrar la puerta y se metió en la regadera a bañarse, quien tocaba el timbre era su hijo, era Raúl, quien se quedó un momento en la cocina tomando agua, la mama de aquel chico, molesta en su interior por aquella interrupción, se encerró en su habitación y nunca se dio cuenta que la puerta del baño estaba completamente abierta, pero aquel adolescente si, y estaba agazapado en la orilla disfrutando de la silueta de su prima, contemplando aquel afrodisiaco ritual de baño de su prima.
Continuara….
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