Íngrid, Yamica y Owen (sexo, amor y lujuria en familia Parte 1)
Esta es la historia de una mujer muy caliente que termina entablando una relación incestuosa con su hijo y su hermana. .
Los siguientes hechos son ficticios basados en personajes reales.
Esta es la historia de una mujer muy caliente que termina entablando una relación incestuosa con su hijo y su hermana.
Ingrid, es una mujer de 36 años, madre soltera, muy caliente y de mente muy abierta en cuestiones sexuales. Tiene un cuerpo promedio, nada espectacular, pero todo de buenas proporciones, complexión delgada, 1.60 de estatura y se nota a simple vista que ya es madre, posee unos ojos expresivos y una carita simpática. Su hermana Yamica de 34 años, es un poco más robusta, pero sin llegar a ser obesa, es caderona y piernuda y ligeramente mas bajita que Íngrid. Al verlas juntas se nota de inmediato que son hermanas por su gran parecido. Las dos son atractivas, a cualquiera le encantaría tener intimidad con ellas, y algo que también tienen en común, es su gusto y apetito por el sexo. Son muy liberales y siempre están dispuestas a experimentar nuevas sensaciones.
Hace un par de años, Yamica se mudó a la ciudad de Playa del Carmen en Cancún, México, para trabajar en la recepción de un hotel, con el paso del tiempo se estableció allí pues le iba muy bien en su trabajo. Comenzó a rentar un departamento pequeño pero lindo y acogedor. Un año después Ingrid decidió ir a probar suerte a esa ciudad, pues Yamica le había comentado que había oportunidades de trabajo en el hotel donde trabaja. Ingrid decidió hacerle caso a su hermana, dejo a su pequeño hijo Owen al cuidado de su abuela, Doña Margarita, la madre de Yamica e Ingrid, el pequeño Owen tenia en ese tiempo 8 años.
Casi de inmediato a s u llegada a Playa del Carmen, Ingrid consiguió trabajo en el mismo hotel en ele que trabaja su hermana Yamica, solo que, a diferencia de esta, Ingrid se ocupaba en el área de atención al cliente, atendiendo llamadas y agendado reservaciones.
Ahora las dos vivían en el mismo departamento y compartían los gastos, desde su llegada, Ingrid se dio cuenta que su hermana tenia una vida sexual muy agitada, pues al menos 3 o 4 veces a la semana llevaba a algún amiguito al departamento para pasar un buen rato. Esto no incomodo en lo más mínimo a Ingrid, pues las dos hermanas se conocen muy bien y saben de ante mano que tienen un buen apetito sexual.
No paso mucho tiempo cuando Ingrid comenzó a hacer lo mismo, comenzó a tener relaciones ocasionales con amigos que comenzó a conocer y también los llevaba en ocasiones al departamento. Las dos hermanas son muy liberales y no tenían ningún inconveniente al respecto. Cierto día, un fin de semana que las dos tenían libre, sucedió algo entre ellas que cambiaria sus vidas para siempre.
Era un sábado por la mañana, el día anterior las dos inquietas hermanas habían ido a un bar saliendo del trabajo, una cosa llevo a la otra y las dos terminaron llevándose a un chico a su departamento, uno cada quien. El sábado por la mañana a eso de las 10, Yamica se despertó, estaba completamente desnuda acostada en su cama, el chico que se había llevado ya se había marchado. Se quedo acostada un rato en su cama, se sentía agotada por la gran faena que tuvo casi toda la noche, se la habían cogido hasta el cansancio, no recordaba a qué hora se marchó el afortunado hombre que la follo como a una puta, solo sabia que paso un muy buen rato y presentía que a su hermana Ingrid le había ido igual. Por fin, Yamica se levanto de la cama y miro en el suelo su ropa tirada, levanto la tanga que llevaba puesta la noche anterior y se la puso, busco en su cajón una blusa, se la puso y salió de su habitación con rumbo al baño.
Al salir del baño se dirigió a la habitación de Íngrid, no sabía si el chico que su hermana llevo al departamento seguía allí o también se había marchado. Yamica abrió lentamente la puerta de la habitación de Ingrid, y la abrió solo un poco para asomarse. Al mirar hacia adentro vio a su hermana acostada en su cama sola, el chico que estuvo con ella también ya se había marchado. Entonces Yamica abrió por completo la puerta y entro a la habitación de Ingrid, se acerco a la cama y la miro como dormía plácidamente bajo las sábanas. A modo de broma Yamica se aventó a la cama de Ingrid cayendo a lado de su hermana, el movimiento tan brusco hizo que Ingrid se despertara de golpe. Yamica comenzó a reír, “despierta dormilona” le dijo a Ingrid quien, con lo ojos entre abiertos miro a su hermana recostada a su lado.
“¿Qué hora es?” pregunto con voz adormilada Ingrid. “Pues ya pasa de las 10”, respondió Yamica. Ingrid, comenzó a salir de su letargo poco a poco, hasta que por fin pudo abrir bien los ojos. Yamica la miraba con una sonrisa pícara, “se ve que te dejaron super agotada hermanita jaja”. Ingrid sorio, “Ay si, creo que solo dormí como dos horas jaja”
Las dos hermanas se quedaron acostadas un rato, platicando sobre esa noche, sin ningún pudor se contaban sobre como de rico se las cogieron.
“Oye y que tal la tenía el tuyo”
“Pues he tenido mejores, pero no me quejo, estaba gruesa y cabezona, me la metió muy rico la verdad”
“El mío me comió delicioso, se ve que tiene mucha experiencia”
Era parte de la platica que tenían en ese momento las hermanitas, esas platicas ya eran algo normal entre ellas, siempre que llevaban chicos al departamento se contaban todo, aquello las excitaba, las ponía cachondas contarse las cosas que hacían con los hombres, hasta ese día ninguna de las dos lo había mencionado, pero era algo que las dos disfrutaban, contarse con lujo de detalles todo lo que hacían con los hombres que llevaban a su departamento.
Después de platicar por un rato decidieron que era hora de desayunar, así que Yamica se levanto de la cama y salió del cuarto dirigiéndose a la cocina, Ingrid se quedo acostada uno minutos más, hasta que se levanto de la cama, ella también estaba completamente desnuda, pero se puso un short y una playera que tomo de su cajón, salió de su habitación y fue a la cocina donde Yamica ya preparaba hotcakes para desayunar. Ingrid preparo jugo de naranja y café. Finalmente, las dos se sentaron a la pequeña mesa del comedor del departamento a desayunar. Yamica seguía solo con su tanga y su blusa puesta, aquello también era algo normal, son muy liberales y al ser hermanas no veían como algo malo el estar únicamente en ropa interior en el departamento. Aparte de que el clima caluroso hacia que aquello fuera casi necesario en ocasiones. Sin embargo aquello también les resultaba excitante, les gustaba verse así y les producía cierto morbo pero ninguna de las dos lo había mencionado, aunque si habían notado las miradas morbosas que se lanzaban mutuamente siempre que estaban así en el departamento.
Yamica e Ingrid terminaron de desayunar. “te roca lavar los platos” dijo Yamica. “esta bien hermanita” contesto Ingrid. Entonces Yamica se levanto de la mesa y se fue a su habitación. Cuando Ingrid termino de lavar los platos y dejar la mesa limpia fue con Yamica, al llegar a su habitación, la miro acostada en su cama boca abajo mirando su teléfono celular, Ingrid no pudo evitar sentir cierto morbo al ver a su hermana acostada así, la tanga de hilo dental que usaba en ese momento Yamica dejaba ver sus tremendas nalgas de una manera muy sensual. En ese momento una sensación de lujuria recorrió el cuerpo de Ingrid que se estremeció al ver el culo de su hermana tan esplendoroso, sus caderas, sus piernas. Aquella no era la primera vez que la miraba así, pero ese día Ingrid sintió algo muy intenso, ver así a su hermana la puso un tanto cachonda, se podría decir que de tantas veces de que la había visto así, había comenzado a despertar una lujuria por el cuerpo de su hermana, sin imaginar que a Yamica le ocurría algo parecido.
Ingrid se acerco a la cama de Yamica y se acostó junto a ella quedando acostada con su cuerpo de lado, recargo su cabeza en su mano y miro a su hermana.
“que haces”
“Pues nada, aquí viendo que hay de nuevo”
Yamica, continúo mirando su teléfono, sin darse cuenta que Ingrid, acostada a su lado la miraba con lujuria, recorriendo con su mirada todo el cuerpo de su hermanita menor. Llego un momento en que Ingird no se pudo contener más. Yamica interrumpió su navegación en su teléfono repentinamente y volteo a ver con sorpresa a su hermana Ingrid en el momento en que sintió como la mano de esta comenzó a acariciar sus grandes nalgas.
“Ay mensa me espantaste”, dijo Yamica.
“Ay Yami jaja es que no manches, que culote te cargas, disculpa, pero me dio tentación jaja”
Aquello no incomodo ni mucho menos molesto a Yamica, por el contrario, dejo que su hermana Ingrid acariciara a placer sus tremendas nalgas, y al hacerlo Yamica comenzaba a disfrutarlo y sentirse un poco excitada.
“Jaja, te gustan verdad lo sé, me he dado cuenta como me miras el culo con lujuria cabrona”
“Jaja, pues te mentiría si te dijera que no hermanita, nombre, ya me imagino que atascadas se han de dar con tu culote los cabrones que te cogen”
“Pues si vieras que si jaja, y me encanta que me coman el culo y me pongan como perrita uff que rico”
La situación comenzó a excitar a las hermanas, era algo que se veía venir desde hacia tiempo, ninguna de las dos lo había mencionado, o se había dicho algo, pero entre las dos se había desarrollado una tensión sexual que estaba a punto de reventar, verse en ropa interior, contarse todo lo que hacían con los hombres que se las cogían, todo aquello había creando entre Yamica e Ingrid un ambiente sexual que las excitaba. Y repentinamente aquel día las cosas comenzaron a darse de una manera muy natural, era como si las dos hubieran estado esperando el momento en que aquello les reventara.
“No te molesta”, le pregunto Ingrid a Yamica mientras continuaba acariciando y apachurrando su tremendas nalgotas.
“No, por que habría de molestarme, cuantos hombres me han manoseado el culo, no tiene nada de malo que mi hermanita lo haga jaja”, respondió Yamica quien comenzaba a excitarse cada ves mas al igual que Ingrid.
En determinado momento las dos hermanas se quedaron viendo fijamente a los ojos mientras se sonreían mutuamente, había lujuria en sus miradas, y con esas sonrisas y esas miradas parecían estarse comunicando que las dos se deseaban, que querían llegar mas lejos. Repentinamente Ingrid dejo de manosear el culote de Yamica y se coloco encima de ella, el cuerpo de Ingrid quedo recostado sobre el cuerpo de Yamica, entonces a modo de broma, Ingrid comenzó a moverse sobre Yamica, hacia un movimiento como si la penetrara.
“Te voy a violar hermanita jaja, te voy a coger como la putita que eres”, dijo Ingrid, aparentemente en broma, pero con toda la intención de hacerlo en verdad.
“Mmm pues yo encantada hermanita”, respondió Yamica, con una sonrisa picara y ya muy excitada.
Aquello que parecía un juego, era algo más, las dos hermanas sabían lo que estaba a punto de ocurrir entre ellas y eso las ponía muy calientes, sus sexos comenzaban a humedecerse, sus cuerpos vibraban con una lujuria indescriptible.
Ingrid continúo moviéndose sobre Yamica haciendo como so la penetrara, continuo así por un rato mientras las dos sonreían. Llego un momento en que Yamica ya no pudo mas y bruscamente giro sobre la cama quedado acostada boca arriba pero aun con Ingrid sobre ella, quedaron frente a frente, sus caras separadas solo por unos pocos centímetros, se miraron fijamente sonriendo, entonces Yamica llevo sus manos al culo de Ingrid y comenzó a manosearla, acariciando y apachurrando sus nalgas sobre el short que ella tenía puesto, Ingrid no pudo mas y lentamente acerco su rostro al de su hermana y sin pensarlo más comenzó a besarla en la boca, lentamente las dos se fueron fundiendo en un beso intenso, sus lenguas comenzaron a juguetear entre sí, su respiración se hacía más agitada, Yamica comenzó a manosear el culo de Ingird con pasión, después de unos momentos ya se estaban besando con mucha pasión y lujuria.
Unos minutos después, Ingrid se levantó y jalo a Yamica, las dos quedaron paradas sobre la cama sin dejar de besarse, comenzaron a manosearse mutuamente por todos lados, la poca ropa que las dos tenían puesta comenzó a caer sobre la cama. Ya completamente desnudas, las dos hermanas comenzaron a tocarse, a manosearse con mucha lujuria y pasión.
Al tocarse sus sexos las dos se percataron que se encontraban ya muy mojadas, comenzaron a dedearse mutuamente mientras gemían y jadeaban como un par de perras en celo. Por momentos abrían sus ojos para mirarse. Sin importar que fueran hermanas, las dos se encontraban completamente en un trance de lujuria del que no podían escapar. Sin ningún pudor Yamica e Ingrid disfrutaban el momento, dado rienda suelta a su lujuria.
En un momento, sin decir más, Ingrid se arrodillo y comenzó a besar y lamer el sexo de su hermana, la chochita de Yamica estaba peludita y muy mojadita. Yamica tomo con sus manos la cabeza de Ingrid y comenzó a empujarla contra su chocha haciendo que Ingrid la devorara con lujuria.
“oh si que rico no pares” dijo Yamica
Ingrid lengüeteaba la chocha de Yamica, probando su delicioso néctar, oliendo el exquisito aroma del sexo de su hermana, comenzó a dedearla haciéndola gemir muy rico.
Después de un rato, Yamica hizo que Ingrid se acostara sobre la cama, se coloco entre sus piernas abriéndolas y comenzó a devorar el jugoso chocho de Ingrid haciendo que esta se retorciera de placer sobre la cama mientras gemía y jadeaba.
“que rico Yami, ay que delicia”
Chorros del delicioso néctar de Ingrid brotaban se su sexo, Yamica no paraba de comérsela con pasión y lujuria. Al cabo de un rato Yamica se puso como perra, en cuatro, y volteo a ver a Ingrid.
“Ven hermanita, cómeme el culo”
Ingrid sonrió con lujuria y sin decir más se colocó de rodillas detrás de su hermana, comenzó a acariciar y lamer sus nalgas, su lengua lamia sin parar su agujero de Yamica, mientras dedeaba su chocho.
“Ay que rico culote, me encanta”
“Cometelo, putita”
“Mm si, que rico, eres una puta hermanita”
“Somos unas putas hermanita”
Las dos hermanas estaban extasiadas, llenas de una indescriptible lujuria, continuaron devorándose sin parar. En su momento, Yamica también probo el culo de su hermana, la llevo al tocador enfrente de la cama y la recargo en él, se arrodillo y le abrió las piernas, Ingrid parada contra el tocador volteaba a ver hacia tras como su hermana arrodillada detrás de ella le comía el culo con lujuria haciéndola gemir como perra en celo. La lengua de Yamnica lamia sin control el ano de Ingrid, sus dedos se introducían en su chocha completamente lubricada por el néctar que no paraba de brotar.
Después de unos minutos Ingrid se volteó levantó a Yamica, las dos hermanas quedaron frente a frente y comenzaron a besarse como locas mientras no paraban de manosearse. Yamica llevo a Ingrid a la cama y la acostó, después se subió sobre ella para hacer un 69 y poderse comer al mismo tiempo. Las dos devoraban sus sexos como locas mientras no paraban de gemir y gritar, jadeaban como perras en celo, se encontraban en éxtasis. Finalmente, y luego de algunos minutos las dos lograron llegar al esperado orgasmo casi al mismo tiempo, un gran grito de placer de ambas se escuchó por todo el departamento, sus piernas temblaban, sus cuerpos se estremecían, sus gemidos y jadeos eran incontrolables. Yamica dejo caer su cuerpo sobre el de Ingrid mientras las dos disfrutaban de aquel delicioso orgasmo.
Cuando el éxtasis comenzó a pasar, Yamica se levanto solo para acomodarse a un lado de su hermana Ingrid, se quedaron acostadas una al lado de la otra y comenzaron a besarse lentamente.
“No puedo creer lo que acabamos de hacer”, dijo Yamica.
“Pero estuvo increíble”, respondió Ingrid.
En ese momento las dos comenzaron a ser conscientes de lo que acababan de hacer, habían tenido sexo entre hermanas, pero ninguna de las dos se sentía mal por aquello, todo lo contrario, la idea de saberse hermanas y haber tenido sexo las excitaba demasiado. No hablaron mucho al respecto.
“Crees que estuvo mal lo que hicimos”, pregunto Ingrid.
“Mmm, yo no diría que mal, pero pues no es normal, digo no creo que todas las hermanas hagan estas cosas jaja, pero no creo que sea malo, la verdad me encanto, y debo confesarte que sentía que algo así iba a pasar tarde o temprano, la verdad es que me daba mucho morbo verte en ropa interior por el depa, o que tu me vieras a mí, platicar de las travesuras que hacemos, todo eso me ponía cachonda pero no me atrevía a decírtelo.” Respondio Yamica.
Ingrid comenzó a reir “Juramelo, jaja, lo mismo me pasaba a mi”
Y asi, Yamica e Ingrid, simplemente comenzaron a dar rienda suelta a su deseo, a partir de ese día se convirtieron en amantes y hermanas, continuaron llevando su vida normal y llevando hombres a su departamento, pero también casi todos los días comenzaron a practicar sexo entre ellas, cada vez con mas lujuria y deseo. Se volvió algo normal entre ellas, y también las unió más.
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