Ingrid, Yamica y Owen (sexo, amor y lujuria en familia Parte 2)
Repentinamente, Ingrid y Yamica comenzaron a tener sexo lésbico incestuoso, las dos calientes y lujuriosas hermanas que sin saberlo fueron desarrollando un deseo mutuo habían iniciado una aventura muy rica entre hermanas. Desde aquel día, en el que sin pensarlo terminaron dando rienda suelta a su lu.
Esta es una historia ficticia basada en personajes reales.
Repentinamente, Ingrid y Yamica comenzaron a tener sexo lésbico incestuoso, las dos calientes y lujuriosas hermanas que sin saberlo fueron desarrollando un deseo mutuo habían iniciado una aventura muy rica entre hermanas. Desde aquel día, en el que sin pensarlo terminaron dando rienda suelta a su lujuria se hizo algo normal y natural tener sexo entre ellas.
Su vida seguía con normalidad en su trabajo en el hotel, varias veces a la semana llevaban hombres a su departamento y seguían disfrutando de deliciosas sesiones de sexo con ellos, sin embargo, aprovechaban cada oportunidad para disfrutar entre ellas. Aprovechaban los días libres que tenían en su trabajo para darse unos buenos encerrones en su departamento y pasar todo el día cometiendo un delicioso incesto lésbico. Con el paso del tiempo sus practicas eran mas morbosas y lujuriosas. Tenían sexo en cada rincón del departamento, dormían juntas, pasaban el día completo desnudas o con ropa interior sexy y provocativa, en fin, a puertas cerradas dentro de su departamento disfrutaban a placer.
Habían pasado ya cerca de dos meses de que habían iniciado su relación incestuosa. Un día, un sábado por la mañana Ingrid y Yamica despertaron juntas, en la misma cama en la habitación de Yamica, la noche anterior habían desatado una tormenta y estuvieron cogiendo como locas por horas. Cerca de las 11 de la mañana comenzaron a despertar, las dos completamente desnudas abrazadas en la cama comenzaron a darse algunos besillos de buenos días, estaba agotadas por la increíble faena de la noche anterior.
Después de pasar unos minutos en la cama se levantaron para ir a desayunar, se quedaron desnudas. Prepararon los alimentos y se sentaron a la mesa, platicaban y se besaban, todo muy normal como ya se había vuelto costumbre en esos fines de semana libres que tenían y aprovechaban para pasarla juntas.
Después del desayuno se fueron a la sala del departamento y se sentaron en el sofá.
“¿quieres ir a la playa?”, pregunto Yamica
“Mmm, no sé, tengo mucha flojera y me siento cansada, anoche me dejaste agotada jaja”, respondió Ingrid
“Etnonces nos quedamos en el depa”, dijo Yamica
“Bueno un rato, porque tenemos que ir a hacer la despensa”, dijo Ingrid
“Ok, me voy a dar un baño”, dijo Yamica
“No, me gusta que huelas a sexo jaja” dijo Ingrid
“jaja, Bueno me quedo así un rato, pero, después me baño ni modo que vayamos todas sucias a hacer la despensa”
En ese momento, Ingrid se levanto del sillón solo para sentarse en las piernas de Yamica, la comenzó a besar lentamente en la boca mientras la rodeaba con sus brazos, Yamica correspondió a los besos de su hermana. Poco a poco aquel beso fue subiendo de intensidad y sus sexos comenzaron a mojarse. Despues de unos minutos, Ingrid se bajo de las piernas de Yamica y se arrodillo en el suelo feente al sillon, abrió las piernas de su hermana y comenzó a lamer el sexo de Yamnica.
“Mmm que delicioso aroma, me enloquece, me provoca”
“Mmm si hermanita que rico, cómeme”
Ingrid comenzó a comerse a su hermana Yamica, quien gemia muy rico pidiéndole que no parara. Pasados unos minutos, Yamica se levanto y tomo por los hombros a Ingrid levantándola.
“Vamos a la cama hermanita”
Las dos se fueron a la habitación de Yamica, y comenzaron una sesión de sexo lésbico entre hermanas muy lujuriosa. Gemidos, gritos, jadeos, mucha pasión y lujuria entre hermanas se desato en ese momento. La tormenta termino cuando las dos lujuriosas hermanas llegaron juntas al clímax frotando sus sexos entre si en una tijera muy rica.
Ya relajadas y acostadas, empiernadas y besándose muy rico Ingrid le dijo a Yamica.
“Oye Yami, tengo que confesarte algo”
Yamica respondió “Mmm dime que es”
Ingrid se quedo callada por unos segundos.
“Pues es que no se como decírtelo, es algo que … no se como lo vayas a tomar”
Yamica, miro a Ingrid y le dijo.
“Pues, así como es, no le des tantas vueltas”
“Ok, ok, te lo diré, así como es porque he pensado en cómo hacerlo, pero no se me ocurre así que lo mejor será que te lo diga sin rodeos. Bueno, pues ya llevamos algún tiempo haciendo esto, y las dos estamos conscientes de que somos hermanas, no es normal que hagamos estas cosas, pero las dos estamos de acuerdo, nos gusta y creo que ni tu ni yo queremos dejar de hacerlo”
“Si claro, es muy rico, a mí me encanta hacer travesuritas con mi hermanita, no es normal, pero es delicioso, además quien dice que no pude ser normal que dos hermanas tengan sexo jaja”
“Jaja, pues si, es muy rico, y lo que te tengo que confesar es algo parecido a esto, bueno tiene que ver con el incesto”
En ese momento Yamica se extrañó y le surgió una gran duda sobre que era lo que le iba a confesor su hermana.
“Bueno ya dime que me tienes que confesar que ya me asustaste jaja”
“Ok, aquí voy… Pues, yo ya había hecho antes algo incestuoso, hace varios años, cuando Owen (el hijo de Ingrid) tenia como un año, un día estaba sola con el en la casa, lo acababa de bañar y lo dejé acostado en mi cama mientas preparaba la ropita que le iba a poner, después me senté junto a él y empecé a secarlo y pues la verdad no se que me paso ese día, te lo juro Yami, no se que me paso pero cuando empecé a secarle el penesito, empecé a sentir cierto morbo, no se porque, pero me quede frotando su penesito con la toalla mas tiempo, y de repente deje de hacerlo con la toalla y así con mi mano empecé a acariciarle el penesito y a jalárselo suavecito, y Owen se empezó a reír, parecía que le gustaba, yo empecé a sentirme excitada, y no me pude contener, no se que me paso, no sé porque lo hice pero después de un rato me acerque a su penesito y empecé a besarlo y a lamerlo, y termine chupándoselo, se lo chupe por un buen rato y el cuerpecito de Owen se movía, se torcía sobre la cama y el se reía, estoy segura que le gustaba, que sentía rico de lo que le empecé a hacer, en ese momento como que me perdí en mi misma y me sentía muy excitada chupando el penesito pequeñito de mi propio hijo, después de un rato como que volví en mí, reaccione y dije que no estaba bien eso y deje de chupárselo. Lo termine de secar y lo vestí, me quede un poco confundida la verdad es que no sabia que me impulso a hacer eso, me sentí un poco culpable y jamás lo volví a hacer, pero hasta la fecha lo recuerdo y me excito de recordar como le chupe su penesito a mi hijo.”
Yamica, estaba completamente sorprendida por la confesión de Ingrid, por unos momentos se hizo un silencio incomodo entre ellas.
“Ay Dios mio, dime algo Yami por favor”
Yamica, comenzó a reír.
“Eres una puta depravada Ingird jaja, como que le chupaste el penesito a mi sobrino a tu propio hijo jaja, eres tan caliente que se te antojo por eso lo hiciste, por caliente, te calentaste al estarle secando el pene a Owen y por eso se lo chupaste jaja,”
La reacción de Yamica sorprendió, pero tranquilizo a Ingrid, al darse cuenta que no lo tomo mal, ni se enojo con ella, ni nada por el estilo. Entonces Ingrid comenzó a reír también.
“No estas enojada o algo asi” pregunto Ingrid
“Para nada, digo, si me sorprende bastante, pero después de lo que tu y yo hemos estado haciendo sería muy hipócrita de mi parte enojarme o tomármelo a mal, es mas debo confesar que suena excitante lo que me contaste jaja”
“En serio” pregunto Ingrid
“Claro, mira que eres una mamá bien depravada jaja pero pues que se podía esperar de ti así como eres de caliente y puta”
“Somos hermanita, somo bien calientes y bien putas”
Bueno, Ingrid se sentía mas tranquila después de haberle confesado aquello a Yamica y que ella lo hubiera tomado tan bien. Después de eso la vida incestuosa entre hermanas continuo con normalidad. Unos meses después, Doña Margarita, la mamá de Ingrid y Yamica quien se había quedado al cuidado de Owen, le telefoneó a Ingrid como usualmente lo hacía, pero en esa ocasión le dijo a Ingrid que seria bueno que se llevara a vivir a Owen con ella a playa del Carmen, estaba creciendo y necesitaba de su madre y ya no era suficiente con las llamadas telefónicas que le hacía, que él la extrañaba mucho. Ingrid se quedo pensando después de esa llamada sobre lo que le dijo Doña Margarita, lo comento con Yamica.
“Pues mamá tiene toda la razón hermana, tu hijo necesita estar contigo, yo sé que te viniste para acá precisamente por él, porque allá no encontrabas trabajo y aquí has estado trabajando y mandándole dinero a mamá para el cuidado de Owen, pero el te extraña y ya van a ser casi dos años que te viniste y no lo has visto en persona, no es lo mimos que le llames por teléfono. Yo creo que ya estas bien establecida aquí, y podrías traértelo a vivir con nosotras.”
La platica con Yamica termino por convencer a Ingrid, tomo la decisión, y le comunico a Doña Margarita que se llevaría a Owen a vivir con ella en Playa del Carmen. Ingrid hizo los preparativos, y acondiciono el cuarto que quedaba libre en el departamento para la llegada de Owen. Un mes después Doña Margarita hizo el viaje a Playa del Carmen para llevar a Owen con su mamá y su tía Yamica.
Owen se puso muy feliz de volver a vivir con su madre Ingrid, Doña Margarita se quedó tres días con sus hijas en Playa del Carmen para después regresar a su ciudad. La llegada de Owen al departamento de Ingrid y Yamica hizo que su estilo de vida cambiara, ya no podían llevar hombres allí, pero las dos estuvieron de acuerdo. Incluso la relación entre ellas cambio y por un tiempo dejaron de tener sexo. No solo Ingrid, también Yamica estaba contentan de tener viviendo con ellas a su sobrino Owen.
Para ese momento Owen tenia ya 8 años, hacia 7 años de la ves que Ingrid le chupo el pene y obviamente Owen no tenía ningún recuerdo de eso, sin embargo, Ingrid lo había comenzado a recordar con mas frecuencia ahora que estaba Osen nuevamente con ella y eso la excitaba, Ingrid trataba de no recordarlo tanto, pero era inevitable cada vez que miraba a su pequeño hijo. Owen era muy tierno y cariñoso tanto con su madre como con su tía Yamica, era dulce y obediente, muy tranquilo y muy listo.
Después de tres meses de la llegada de Owen, un día por fin Yamica e Ingrid tuvieron oportunidad de tener un momento de sexo lésbico entre hermanas, Owen había hecho un amiguito en el edificio donde estaba el departamento de Yamica e Ingrid, y la mamá de su amiguito le había pedido a Ingrid que Owen fuera a jugar y pasar la noche con su amiguito, Ingrid estuvo de acuerdo así que ese día las lujuriosas hermanas pudieron dar rienda suelta su deseo. En tres meses no habían podido tener un momento de intimidad así que esa noche cogieron como locas, hasta estar completamente exhaustas.
Y entrada la madrugada y después de haber satisfecho por varias horas y en varias ocasiones sus deseos carnales, las dos hermanas se quedaron acostadas abrazadas, acariciándose y besándose.
“no sabes que falta me hacía esto” dijo Yamica
“Ay si hermanita, a mi también, siento que iba a enloquecer si no lo hacíamos pronto, ya lo necesitábamos, desde que llego Owen lo dejamos de hacer, y ya no hemos traído chicos al depa, y bueno, yo puedo lidiar con eso porque prefiero que Owen ahora este aquí conmigo, pero creo que no es justo para ti”
“No hermanita, no dogas eso, a mi también me da mucho gusto que Owen este con nosotras, tu sabes que lo quiero mucho a mi sobrinito, y pues no te preocupes, tal vez ya no los pueda traer aquí, pero hay otros lugares a donde puedo ir con ellos jaja”
“Ay Yami, eres la mejor hermana del mundo, te amo, en serio te amo”
“y yo a ti hermanita mayor”
“Oye Yami, recuerdas lo que te conté que le hice a Owen cuando tenía un año”
“Jaja, como se me va a olvidar”
“Pues sabes, desde que llego no puedo dejar de recordarlo, de pensar en eso, antes lo recordaba de vez en cuando pero ahora todos los días cada que lo veo lo recuerdo y la verdad me empiezo a excitar cuando lo recuerdo, no se que me pasa jaja”
“Uy hermanita, pues lo quieres volver a hacer jaja, eso es lo que te pasa, en el fondo estoy segura que te encantaría volver a chupar su pene de mi sobrino, sino por que otra razón te excitas cuando lo recuerdas”
“Pues la verdad es que si jaja, ay no que depravada soy, quisiera volver a chuparle el pene a mi hijo”
“Pues si eso quieres deberías hacerlo”
Al escuchar eso, Ingrid se sorprendió un poco, ya que su hermana la estaba animando a volver a chuparle el pene a Owen y aquello comenzó a excitarla, de hecho Yamica comenzaba a excitarse también con esa idea.
“ay como crees no ya esta grande ahora si se va a dar cuenta jaja”
“pues por eso mismo, esa ves no lo pudo disfrutar, o bueno tal vez si lo disfruto, pero no estaba consciente, en cambio ahora si ya podría disfrutar de una deliciosa mamada de la degenerada de su mami jaja, es mas a mi también me gustaría darle un rico oral a mi sobrinito hermoso”
Aquellas palabras hicieron a Ingrid estremecerse.
“Ay Yami, tu crees que este bien”
“Ay por dios Ingrid, mira como estamos tu y yo, mira lo que acabamos de hacer y lo que hemos estado haciendo desde hace tiempo, que tiene de malo que lo hagamos también con Owen, y así ya no tendríamos que escondernos de él.”
No cabe duda que Yamica era toda una depravada igual que Ingrid, y que estaba tratando de convencer a Ingrid de aquello, cosa que no fue muy complicada.
“Jaja, oye pues tienes razón, seria muy excitante que Owen hiciera travesuras con su mami y su tía, pero, como hacerlo, como iniciarlo”
“Mmm, pues podríamos hacerlo poco a poco, se me ocurre algo, que tal si de repente empezamos a pasearnos por el depa en calzones, estoy segura que eso comenzaría a provocar a Owen”
“Hermanita, eres un genio, si, pero se va a extrañar de que de repente empecemos a hacer eso”
“Pues tratémoslo con la mayor normalidad posible, le explicamos que a veces sentimos tanto calor que por eso andamos así, y que somos su mama y su tía y no tiene nada de malo que nos vea así, entonces Owen se va acostumbrar a vernos así, y al mismo tiempo le va a empezar a dar morbo, y de allí ya solo sería cuestión de tiempo para hacer travesuritas con el”
Ingrid le dio un besote en la boca a Yamica “en serio eres un genio hermanita, entonces que te parece si mañana mismo empezamos”
“Mmm, estoy de acuerdo, mañana cuando regrese de la casa de su amiguito, empezamos a pasearnos en calzones frente a él.”
Las degeneradas hermanas tenían ya un plan y tal cual lo planearon, al día siguiente comenzaron aponerlo en marcha. El sábado al medio día, Ingrid fue a recoger a Owen a la casa de su amiguito que estaba un piso abajo del edificio. Cuando llegaron a su departamento Owen se fue a su habitación a jugar y ver la televisión. De inmediato Ingrid y Yamica se quitaron la ropa quedando solamente en calzones, Ingrid se puso una tanga de encaje blanca que dejaba ver un poco el bello de su chocha y por su puesto sus ricas nalgas, una playera blanca y sus sandalias, Yamica se quedó únicamente con un cachetero de encaje negro, que también dejaba ver un poco su bello intimo y hacia lucir sus tremendas nalgas imponentes, aparte de eso una blusa blanca sin brasier, por lo que se transparentaban un poco sus morenos pezones.
Poco mas de una hora después, era la hora de comer, así que Ingrid llamo desde la cocina a Owen que seguía en su cuarto.
“Owen, mi amor, ven a comer”
Al escucharla, Owen salió de su cuarto y recorrió el pasillo que llevaba a la cocina, tremenda sorpresa se llevo cuando vio a su madre y su tía vestidas de esa forma, las dos estaban paradas junto a la mesa acomodando los platos, notaron la sorpresa de Owen al verlas. Se miraron entre si sonriendo pícaramente. Owen no dijo nada, no sabia que decir, no sabia porque aquellas mujeres estaban vestidas solo en ropa interior, nunca había visto a una mujer así e inevitablemente aquel plan comenzó a funcionar. Entre su confusión, Owen comenzó a sentirse raro, comenzó a experimentar una sensación que nunca antes había tenido, no lo comprendía, no sabia porque su pene de 8 años se había puesto duro al ver vestidas así a su madre y a si tía, no sabia que aquello lo había excitado.
Ingrid y Yamica como si nada, sirvieron la comida y se sentaron a comer sin dejar de cruzar miradas y sonrisas picaras. Finalmente, Owen se animó a preguntar.
“Mami, porque están vestidas así”
“Ah lo que pasa mi amor es que hoy hace mucho calor, y cuando hace mucho calor a tu tia y a mi nos gusta estará vestidas solo en calzones, no lo habíamos hecho desde que llegaste, pero creo que no tiene nada de malo que nos veas así, así que de ahora en adelante nos vas a ver muy seguido así, no te preocupes mi amor, es normal”
Yamica agrego, “Si mi amor, tu no te sientas raro, no tiene nada de malo”
Owen dijo “Ok mami, ok tia”
Pero el pequeño se sentía raro, casi no comió ese día, Ingrid y Yamica terminaron de comer.
“ayúdame a lavar los platos Yami”, dijo Ingrid
Las dos se levantaron de la mesa y se pararon frente al fregadero para lavar los platos, estaban muy excitadas, en cierto momento Yamica boletó ligeramente y pudo notar como Owen que aún seguía sentado a la mesa las estaba mirando.
“Nos esta mirando, estoy segura que le gusta”, susurro Yamica.
“somos unas degeneradas, estoy muy excitada” respondió susurrando Ingrid
Entonces Yamica volteo rápidamente, Owen al notarlo giro su cabeza hacia otro lado.
“No tiene nada de malo que nos veas Owen, no sientas pena, puedes vernos todo lo que quieras”
“Si mi amor, no tengas pena de vernos si quieres”, agrego Ingrid.
“Ok mami” respondió tímidamente Owen quien comenzó a mirar los culos de su madre y su tía.
Ingrid se acercó a la mesa para retirar el plato de Owen.
“ya no vas a comer mi amor”
“No mami”
Ingrid noto que Owen bajo la mirada para mirarle la cuca sobre la tanga, que dejaba verle ligeramente los bellos púbicos.
“Bueno me voy a mi cuarto” dijo Owen quien se levanto de la mesa y se fue caminando a su cuarto con su pene de 8 años bien parado y duro. Al llegara a su cuarto se acostó en su cama y levanto ligeramente el elástico del short que llevaba puesto junto con el de su calzoncillo y miro su pene duro y erecto sin comprender porque al ver a su madre y su tía de esa forma se había puesto así.
“Te apuesto que se excito” dijo Yamica mientras terminaban de lavar los platos.
“Mmm, espero que sí, cuando crees que sea prudente ir más lejos”
“Espera, ten calma, ese momento llegara, vamos a hacer que disfrute vernos así y vamos a disfrutar provocándolo”
Por unos días mas continuaron con el plan de Ymaica, exhibiéndose en ropa interior delante del pequeño Owen siempre que había oportunidad. Con el paso de los días se hizo mas evidente el morbo que despertaban en el pequeño, Ingrid y Yamica comenzaron a notar como se les quedaba viendo, como no podía evitar clavar su mirada en los cuerpos de su madre y su tía, cosa que las excitaba mucho.
Después de un par de semanas decidieron que era tiempo de dar un paso más. Un dia, ya por la noche, mientras Owen dormía ya en su cuarto, Ingrid y Yamica estaba en la habitación de Ingrid acostadas en la cama abrazadas.
“Sabes Yami, creo que es hora de avanzar mas en el plan para seducir a Owen”, dijo Ingrid.
“Y que propones”, respondió Yamica
“Se me ocurrió que, deberíamos empezar a ser mas cariñosas entre nosotras frente a Owen, si la idea es que él se nos una, debemos empezar a crearle la idea de que ciertas cosas son normales, para que el se vaya acostumbrando y no le tome tan de sorpresa cuando por fin hagamos cositas con él”,
“Y qué crees que deberíamos hacer hermanita”
“Pues estaba pensando que deberíamos besarnos ocasionalmente enfrente de él, no me refiero a besarnos como locas, pero si darnos besitos ligeros en la boca, darnos caricias no sé, de repente vas pasando y yo te nalgueo, o de repente estamos viendo la televisión y me siento en tus piernas y nos abrazamos y nos acariciamos, algo sutil, no muy intenso, pero que Owen empiece a ver como nos tratamos, y que el empiece a verlo como algo normal”, explico Ingrid.
“Me parece buena idea”
Entonces las dos hermanas pusieron en marcha la siguiente parte de su plan. El siguiente día era sábado, y como los fines de semana descansaban de su empleo en el hotel, aprovechaban para estar todo el tiempo posible en ropa interior exhibiéndose al pequeño Owen. Entonces por la mañana durante el desayuno, Ingrid usaba una pantaleta de encaje rosa que, hacia juego con su brasier, Yamica tenia puesta una tanga negra que hacía lucir espectacular su imponente culote y una playera blanca.
Los tres, Ingrid, Yamica y Owen estaban sentados a la mesa platicando.
“Y como te ha ido en la escuela mi amor”
“Bien mami…”
Era una platica normal, para ese momento Owen ya se había acostumbrado a ver en ropa interior por toda la casa a ese par de mujeres, y ellas ya se habían acostumbrado a las miradas morbosas del pequeño. Cundo Yamica termino de desayunar se levanto de la mesa para llevar sus platos al lavadero, en ese momento Íngrid que estaba sentada a su lado la nalgueó, Yamica solo la voleo a ver sonriendo. Ingrid noto que Owen se dio cuenta de eso y puso una mirada de sorpresa en su rostro. Acto seguido Ingrid se levantó también de la mesa, para lavar sus platos, se paro junto a Yamica y al hacerlo le dio un beso en la boca y comenzó a acariciar suavemente sus nalgas sobre la tanga. Yamica capto la intención de la acción y le correspondió el beso a Ingrid. Las dos hermanas estaban paradas juntas dándose algunos besitos en la boca, sin ser intenso si se veía muy sensual.
Ingrid volteo y se percato que Owen las miraba incrédulo, nunca las había visto hacer algo así.
“Que pasa mi amor”
“Nada mami”, respondió Owen con vos titubeante.
“Tu tia Yami y yo nos queremos mucho, somos hermanas y no tiene nada de malo que nos demostremos nuestro amor, así que no te sorprendas mi amor”
“Esta bien mami…”
Y así, todo el fin de semana, aparte de pasar todo el tiempo en ropa interior, las dos hermanas comenzaron a darse demostraciones de cariño muy sugestivas delante de Owen, quien se excitaba al verlo, aun sin comprender lo que le pasaba. La siguiente semana transcurrió de la misma forma, con las dos hermanas exhibiéndose en ropa interior y demostrándose cariño siempre que podían delante del pequeño niño.
El siguiente fin de semana llego, era viernes por la noche, las dos hermanas estaban en la sala, Owen se acababa de ir a cuarto pues la película que habían estado viendo termino y el pequeño ya tenia sueño. Ingrid y Yamica estaba solo con su ropa interior como ya era costumbre, durante la película Ingrid había estado sentada en las piernas de Yamica, las dos se acariciaban y se daban besos en la boca, el pequeño Owen casi no puso atención a la película pues pasaba casi todo tiempo mirando a su madre y su tía.
“Te diste cuanta como nos miraba Owen”, pregunto Ingrid
“Si, que rico, no dejaba de vernos, te apuesto que se excita mucho al vernos así”
“Oye Yami, creo que ya es hora”
“Si, yo pienso lo mismo, creo que mi pequeño sobrino ya esta listo para disfrutar con las degeneradas de su mami y su tía, pero como”
Las dos hermanas se quedaron viendo, pensando como dar el ultimo paso de la mejor manera posible.
“Creo que lo mejor seria hacer algo muy directo, sin complicaciones, se me ocurre algo…” dijo Ingrid
Y así, las dos hermanas fraguaron su plan, mismo que pondrían en practica al siguiente día.
El sábado por la mañana, Ingrid y Yamica estaban listas para llevar a cabo el plan ideado por Ingrid la noche anterior. Prepararon el desayuno y llamaron a Owen, el pequeño se levanto de su cama y llego a la cocina donde como ya era costumbre vio a su madre y su tía usando solo ropa interior. Las dos usaban tanga, la de Ingrid era blanca y la de Yamica era negra, también las dos tenían puestas playeras blancas, y no tenían brasier puesto, por lo que se transparentaban ligeramente sus pechos y sus pezones.
Durante el desayuno la plática y todo ocurrían con normalidad, pero Ingrid y Yamica cruzaban miradas picaras, las dos se sentían excitadas por lo que estaban a punto de hacer, sus sexos comenzaban a mojarse. Cuando terminaron su desayuno Ingrid y Yamica se miraron a los ojos, Yamica acento la cabeza como indicándole a Ingrid que estaba lista, Ingrid le respondió de la misma forma, y esa fue la señal para comenzar con su plan.
Las dos hermanas se levantaron de la mesa y llevaron sus platos al fregadero, Owen las miraba como ya era costumbre. Ya estando de pie una al lado de la otra, al igual que lo habían hecho la vez anterior, Ingrid comenzó a darle algunos besitos en la boca a Yamica al mismo tiempo que comenzaron a acariciarse sus culos sobre la tanga mutuamente. Pero en esta ocasión, no solo era para que Owen las mirara y ya, era para provocarlo aún más, en esta ocasión, la cosa no se quedo en eso, porque las calientes y degeneradas hermanas comenzaron a subir la intensidad del beso y las caricias.
Después de unos minutos, ya habían olvidado los platos sucios, y se habían colocado mirándose frente a frente, ya se estaba besando con mucha pasión, incluso usando sus lenguas, y sus manos recorrían sus cuerpos, se manoseaban mutuamente con pasión.
El pequeño Owen no daba crédito a lo que miraba, en cuestión de segundos su pequeña verga se había endurecido, una extraña sensación recorría su pequeño cuerpo mientras miraba el espectáculo que su madre y su tía daban frente a él.
Ingrid y Yamica se besaban con pasión, comenzaban a jadear, y la cosa se puso mas intensa cuando Ingrid tomo a Yamica y la hizo quedar de espaldas a ella, Yamica comenzó a mover su culote, frotándolo en la chocha de Ingrid, quien con una mano comenzó a manosear los pechos de Yamica mientras que con la otra comenzó a frotar su sexo sobre la tanga mientras besaba su cuello.
Owen estaba totalmente descolocado, sin decir nada solo miraba atento lo que su madre y su tía, hacían. El plan era volverlo loco, esperar por su reacción al verlas en tal demostración de amor y lujuria. Después de varios minutos Owen no sabia que hacer, y simplemente tuvo una reacción impulsiva, se levanto de la mesa y se fue a su cuarto completamente desconcertado por lo que su madre y su tía hacían en la cocina. No se sentía asustado ni mucho menos molesto algo así, simplemente se sentía extraño y no supo que hacer mas que irse de aquel lugar y dejar a su madre y su tía haciendo eso.
Al ver esa reacción, Ingrid y Yamica se detuvieron, pero estaba sumamente excitadas, tanto por los besos y caricias como por haber hecho aquello delante de Owen. Se miraron fijamente mientras jadeaban.
“Se fue a su cuarto”, dijo Ingrid
“Debe estar completamente sin saber que pasó aquí”, respondió Yamica
“Bueno, creo que es la hora, esta lista” dijo Ingrid
“Es ahora o nunca, vamos por el…” respondió Yamica.
Y así, las dos hermanas se dirigieron al cuarto del pequeño Owen. Ingrid abrió la puerta y las dos entraron juntas, miraron a Owen que estaba acostadito en su cama y se sorprendió al verlas entrar a su cuarto. Tal cual lo habían planeado, no le darían muchos rodeos, actuarían directas y sin limitarse.
Las dos hermanas se acercaron a la cama de Owen y se quedaron paradas a un lado.
“Mi amor, tal vez te sorprendiste por lo que empezamos a hacer tu tía y yo en la cocina, pero es completamente normal, no es nada malo, ya te lo habíamos dicho, somo hermanas y nos queremos mucho y así nos los demostramos” dijo Ingrid.
“Si Owen, tu mami y yo nos queremos mucho mucho, y hacer eso es como nos lo demostramos, y sabes a ti también te queremos mucho, estamos muy felices de que te hayas venido a vivir con nosotras y queremos demostrarte lo mucho que te queremos…” agrego Yamica.
“Así que no digas nada mi amor y déjate llevar, deja que tu tía y yo te demostremos lo mucho que te queremos…”
En ese momento las dos hermanas se subieron a la cama quedando recostadas una a cada lado del pequeño Owen, el las miraba sin saber que pasaría, sin saber que a sus 8 años estaba a punto de experimentar algo muy rico.
Ingrid y Yamica comenzaron a darle besitos en las mejillas a Owen mientras con sus manos acariciaban su pechito. No paso mucho tiempo cuando Ingrid comenzó a besar a su hijo en la boca, le daba besitos cortos y suaves, Yamica comenzó a hacerlo también, Owen, estaba completamente fuera de sí, no daba crédito a aquello.
“Déjate llevar y disfrútalo mi amor, no digas nada, no pienses nada, ahora solo disfruta este momento”, le susurro Ingrid a Owen al oído.
Entonces Yamica comenzó a quitarle la playera del pijama a Owen, dejándolo desnudo de la cintura para arriba, Ingrid se levanto un poco de la cama y se arrodillo al lado del cuerpecito de Owen, y comenzó a deslizar hacia abajo su pantalón junto con su calzoncillo. Finalmente, Owen quedo completamente desnudo. De inmediato Ingrid y Yamica clavaron sus miradas en el pequeño pene de Owen, esa verguita que estaba completamente dura.
“Mira Yami, que dura esta, ven ayúdame con ella”
Yamica e Ingrid se acomodaron quedando en 4 a los pies de Owen, con sus cabezas justo frente a la verguita del niño, de inmediato comenzaron a acariciar ese pequeño pene, Ingrid, empezó a besarlo y lamerlo mientras Yamica la miraba acariciando los pequeños huevos de Owen.
“Espere tanto tiempo para volver a hacer esto…” dijo Ingrid.
No paso mucho tiempo cuando las dos mujeres ya estaba besando lamiendo juntas el penecito de Owen, quien experimentaba una sensación que lo enloquecía, un placer que nunca había experimentado.
Y así, Ingrid y Yamica, las dos degeneradas hermanas comenzaron a chupar el pene de Owen, se turnaban para chuparlo y después lo besaban y lamian al mismo tiempo. Lentamente Yamica comenzó a bajar el escroto de Owen y comenzó a jalarlo suavemente de arriba abajo, al mismo tiempo que continuaban chupándolo, besándolo y lamiendo. Continuaron con aquello hasta que después de unos minutos Owen comenzó a jadear muy fuerte, su cuerpecito comenzó a estremecerse y dando un grito de placer, experimento su primer orgasmo, uno muy rico y especial que le habían dado las putas de su madre y su tía…
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