Inicio en el incesto con mi hermanita
No he vuelto a ver a mi hermanita de la misma manera, desde que ocurrió algo muy excitante.
Siempre he sido un chico muy curioso, de mente abierta. Mi hermana, un poco más conservadora, pero también le gusta entregarse a sus bajos instintos. Somos de la ciudad de Medellín.
Todo comienza cuando yo tenia 17 años y mi hermana Valeria 14. Eramos muy unidos para todo. Íbamos al colegio juntos, yo la llevaba a mis partidos de micro fútbol, dormíamos juntos, etc. Mi hermana era un poco delgada, blanca, cabello negro. Un día, me encontraba con mis amigos después de un partido, casualmente mi hermana estaba haciendo otras cosas y no estaba conmigo. Ellos comenzaron a hablar sobre sus novias, fetiches, fantasías, etc. Al escuchar tal conversación siento una leve ereccion. Agarré una camisa que estaba cerca y me logré tapar, porque me daba pena. Luego salí hacia mi casa. Llegué, descansé un poco, saludé a mi madre que estaba haciendo comida, saludé a Valeria y me dispuse a tomar una ducha. En el transcurso de la cancha a mi casa no se me había salido de la cabeza la conversación de mis amigos. Por ende, llevaba una ereccion notoria, que disimulaba con el bolso o con una camisa.
Cuando iba a entrar al baño de mi casa, me quito mi camiseta y mis zapatos. No me había fijado que Valeria me estaba viendo desde la cocina fijamente. Mi madre estaba concentrada en lo suyo. Creo que Valeria notó mi erección porque la estaba mirando fijamente. En realidad una pantaloneta de fútbol es muy delgada.
No había notado que mi hermanita estaba con unos cacheteros rosa y una blusa azul delgadita. Notaba que sus cacheteritos le marcaban un poco su vulva. Eso me puso más duro de lo que estaba. Nunca había mirado con ojos lujuriosos a mi hermana.
En fin, me metí al baño y me di una ducha con agua fría. Eso me bajó la calentura. Me senté en el sofá de la sala y me puse a jugar en el celular, hasta que todos se durmieron.
Al rato me dio sueño, y cuando estaba llegando a mi habitación, veo la puerta entre abierta. Me asomo y veo a mi hermanita acostada boca arriba, con sus calzones en las rodillas, su mano derecha en su vagina. Al ver eso inmediatamente mi pene se puso a mil. Ver a mi hermanita hipnotizada por el placer, tocandose y experimentando un orgasmo fue muy excitante para mi. Pero no pude ver bien su vagina porque estaba un poco oscura la habitación.
Me toqué detrás de la puerta, en silencio. Creo que nos vinimos los dos a la vez. Después de que ella ya se haya subido sus calzones y pasado toda la calentura entro a la habitación, simulando tener mucho sueño, me acuesto a su lado y me dispongo a dormir.
Al otro día, me despierto primero que ella, me preparo café, y me siento en el comedor a ver videos ramdom. Como a los 30 minutos la veo llegar a la cocina medio dormida, me saluda, se sirve café y se sienta al frente mio.
Yo, mientras tomo un poco de café le dirijo la mirada a ella, como diciendole que vi lo que estaba haciendo anoche. Ella se percata y se asusta. Termina su café y se retira. En el momento se me ocurre una idea: mi madre utiliza pastillas para dormir. Se me ocurre darle alguna bebida con esa pastilla incluida.
Así fue. En la noche, mientras mi madre cocinaba y Valeria sentada en el sofá de la sala viendo video tras otro en su celular, me dirijo al cuarto de mi madre. Logro sacar una pastilla para dormir. Salgo y me dirijo a la sala. Le dije a mi madre que me iba a hacer un café bien bueno y que Valeria no me pida. Conozco a mi hermanita. Cuando le digo que no me pida de lo que yo hago, más quiere. En efecto. Valeria me dijo que le diera café o sino me lo arrebataba. Yo accediendo, comencé a prepararlo. Pero le dije que era para después de la cena.
Cenando, le puse conversa a Valeria, para que se demorara más con el plato lleno de comida, y para que mi mamá terminara rápido y se fuera a su habitación. En efecto, mi madre, terminó y se dirijió a su habitación no sin antes darnos unos besos y buenas noches. Quedamos Valeria y yo solos. Terminé de cenar, lavé mi plato y luego serví el café caliente para los dos. Obviamente, sin que ella se diera cuenta, le pongo la pastilla en su vaso. Se la ofrecí y se la tomó con mucho entusiasmo. Me dijo que me había quedado muy rico. La dejé sola mientras yo me daba una ducha. En el baño me demoré un buen tiempo mientras la pastilla hacia efecto. Luego, desde el baño escucho que la puerta de mi habitación se cierra. Me sequé bien, me puse mis interiores y me quedé así.
Salí, me dirijí a mi habitación, y para asegurarme de que Valery entró en sueño profundo abro la puerta rápidamente para asustarla. Así lo hice, y no noté reacción alguna. Entré y cerré la puerta con seguro. Lo que vi me hizo poner el pene durisimo. La encontré dormida boca arriba con las piernas semidobladas. En ese momento ella estaba con unos calzones blancos y un suéter beige.
La moví un poco brusco para ver si se despertaba pero no fue así. Así que supe que podía saciar mi curiosidad por mi hermanita. Con cuidado le agarro un pie, lo dirijo a mi boca, lo saboreo, lo huelo, y eso me puso a mil. Luego, le abro las piernas un poco, toco su vagina por encima de sus interiores blancos. Siento su cosita esponjadita, blanda. Le corro a un lado sus interiores y lo que vi casi me hace venir de inmediato. Vi una vagina pulcra, sin vellos, rosadita. Sin pensarlo pongo mi lengua en su rajadita. Me sabía delicioso. Comencé a hacerle un oral riquísimo. En un momento la siento más mojada y escucho un gemido suave. Después de lenguetear su clitoris por 5 minutos escucho un gemido un poco más duro y siento sus jugos saliendo. Sin desperdiciar gota, me los tomé todos. Me supieron a gloria.
En ese momento escucho que la puerta de la habitación de mi madre se abre, y sus pasos se dirijen hacia mi habitación. Como puedo, logro subirle los calzones a mi hermana, y la cobijo. Luego, me hago el dormido también. Ella entra, nos ve acostados durmiendo, nos da un beso a cada uno, cierra la puerta y se va.
Si este relato gusta, y me lo dicen, escribo otro relato contando lo que hemos hecho mi hermana y yo ya de adultos. Gracias por leer.
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