Invitado al Club de Intercambio Familiar
En cada reunión celebrada en el Club, algunos tienen el privilegio de poder acudir como invitados para que lo conozcan y se puedan hacer socios..
Los miembros de este “Club de intercambio familiar”, siempre teníamos interés en captar a nuevas personas que pudieran aportar algo nuevo, fresco y enriquecedor para el crecimiento del Club, normalmente a nuevas familias, pero también podían ser personas solas que por sus circunstancias o experiencia, sea interesante su presencia para los demás miembros.
En todas las reuniones era frecuente la asistencia de estos invitados, que siempre añadían ese morbo por la novedad, algo que era mutuo por las dos partes, y que en muchas ocasiones, acababan haciéndose miembros de pleno derecho.
Mi marido había hecho mucha amistad con un hombre al que le habíamos contado lo del Club al que íbamos mostrándose especialmente interesado por esa curiosa “Sala de Sobas” de la que le habíamos hablado, pidiéndonos más detalles de todo, y diciéndonos que sería el sueño de su vida poder entrar en este Club.
Como él estaba divorciado en ese momento, no podía hacerse socio al no poder ir con su familia, por lo que aprovechando que cada familia podía llevar a un invitado cada vez que fueran, decidimos invitarle.
Al entrar ya nos pidió que le lleváramos a esa sala, que hacía nuestro Club tan especial y por lo que tenía tantos adeptos, siendo desde luego, la sala más concurrida del Club, y lo primero que le llamó la atención fue ver como llevaban de preparadas las madres a sus hijas, con minivestidos insinuantes, lencería sexy, algunas maquilladas como pequeñas mujercitas, convirtiéndolas en auténticos objetos de deseo, pero contrastando también con otras que mostraban toda su inocencia de niñas, sin ningún aderezo especial, que igualmente se llevaban la preferencia entre algunos socios.
Como en otras ocasiones, también pudimos ver en nuestro invitado esa misma mirada brillante que tenía cualquier persona que visitara por primera vez ese Club, y esos nervios mezclados con la ansiedad de empezar ya a disfrutar de todo aquello que tenía delante, una sensación difícil de gestionar en esos primeros momentos de sorpresa lasciva que invadía sus cuerpos.
Nos quedamos observando un pequeño desfile con estas niñas que habían organizado, con unos tangas que hacían resaltar sus culitos y haciendo más esbeltas sus piernas, destacando los maravillosos muslos de alguna de ellas, lo que le daba un plus de morbo a la belleza de esas nenas, que ya sabían mostrar su picardía, empezando a hacer efecto en nuestro invitado como demostraba su primera erección, comentándonos:
—Yo tuve alguna experiencia en el mundo liberal e incluso he podido estar con alguna chica joven, pero esto nunca creí que pudiera llegar a verlo y disfrutarlo, ya que suponía que sólo estaba al alcance de algún padre con suerte, que tuviera ocasión de disfrutar de sus hijas.
—Normalmente suele ser así, pero por eso algunos padres decidieron fundar este Club, a partir de esas pequeñas fiestas familiares que organizaban, para dar la oportunidad de compartir y disfrutar de sus hijos con todos los que lo desearan, y fue una gran idea, porque ya ves el éxito que tiene.
—Sí, ya veo. Nunca me hubiera imaginado que existiera algo así, pero gracias a vosotros he tenido la oportunidad de conocerlo. Esto me vuelve loco y no se ni lo que se hace aquí ni por dónde empezar. Me las follaría a todas.
—Bueno, ya sabes que si esta sala se llama así, es porque solo se las puede sobar, jugar con ellas, lamerlas, pero nunca penetrarlas, a no ser que te lo permitan.
—Sí, ya me lo advertisteis, pero con alguna costará trabajo no acabar metiéndosela de lo rica que están.
—Claro, te entiendo, amigo, pero son las reglas. Mira, aquí en esta sala en especial, ves que todas las nenas están acompañadas por sus madres o padres. Si te gusta alguna, lo que está establecido es que vayas a hablar con sus padres primero, para pedirles permiso para estar con su hija y así poco a poco intimarás con ellos y podrás jugar con la nena.
—Pues aquella que está allí con su madre me parece preciosa. Os agradecería que me las presentarais, porque estoy algo cortado todavía.
—Deben de ser nuevas porque es la primera vez que las veo, pero vamos a conocerlas de todas formas.
Nos acercamos a ellas y nos sentamos a su lado:
—Hola, no os conocemos, ¿es vuestra primera vez?
—Sí, vinimos con una amiga que nos invitó.
—¿Y os gusta esto?
—Sí, aunque tengo ganas de conocer las demás salas, que por lo que me contó mi amiga debe estar geniales, pero por la nena hemos empezado por esta sala.
—Tu hija parece que está un poco asustada, ¿no?
— Si, jaja, le cuesta abrirse un poco a los desconocidos. Es su primera vez.
Interviniendo nuestro invitado:
—¿No se deja tocar la nena?
—Sí, con los conocidos, pero en cuanto la tocan la rajita ya abre las piernas y se vuelve loquita.
—Es que está preciosa con este cuerpo de mujercita. A ver, nena, déjame verla como la tienes de rica —dirigiéndose a la cría.
La cría abrió ligeramente las piernas dejándonos ver su coñito, pasándole la mano nuestro amigo notándoselo muy mojado:
—Pero si lo tienes empapado ya, cariño.
Diciéndonos su madre:
—Es que viendo todo esto y teniéndoos aquí tan cerca todos empalmados, se ha excitado la cría.
—Claro, pobre, tú no pases ganas, toma, agárrala y tócala todo lo que quieras —ofreciéndole nuestro invitado su polla a la nena.
Ella alargó tímidamente su mano hacia la polla de nuestro amigo, y una vez establecida la confianza entre ellos, los dos empezaron a entretenerse con sus caricias, preguntándole a su madre:
—Qué ricura de cría, su padre estará encantado con ella. ¿Cuándo empezó a jugar con ella?
—Desde pequeña tenía la costumbre de venir a nuestra cama y acabábamos dejándola dormir con nosotros toda la noche, así que como podéis imaginar, enseguida acabó aprendiendo de todo.
—Bueno, eso lo hacen la mayoría de las nenas y no hay quien las eche de la cama de los papás.
—Sí, ya me lo decía mi madre, que no la dejara, que luego iba a acabar teniendo vicio.
Ella seguramente sabría de eso y lo diría por algo.
—Claro, lo decía por mí, que hacía lo mismo de pequeña y siempre me dormía con la mano agarrada a la polla de mi padre.
—Jajaja, pues tu hija sigue igual, mira que forma de chupar la polla tiene. Si parece que pasó directamente del chupete a esto.
—Bueno, no tanto, pero sí que fue precoz, jaja.
—Qué maravilla, que suerte la de tu marido.
—Así se envició el también, míralo allí enfrente con una a cada lado.
—Ya lo veo, no pierde el tiempo. Pero no me extraña, porque esto es muy morboso y es difícil resistirnos a toquetear a alguna.
Seguidamente nuestro amigo ya había tumbado a la nena en el sofá con las piernas abiertas y su lengua saboreaba su jugoso coño llevándolos a los dos al éxtasis, dejando su vagina completamente abierta llena de jugos, estando tan excitado que le preguntó a su madre:
—De follar todavía nada, ¿no?
—No, todavía no queremos. Que vaya poco a poco. Por eso estamos en esta sala.
—Sí, lo entiendo, pero es que es toda una tentación. No sé si su padre se aguantara mucho tiempo más.
—No creo que aguante, pero él quiere ser el primero y supongo que se lo hará con cariño en el momento que vea más conveniente y la cría también lo desee, porque muchas veces se pone ella encima para frotarse con su padre y hay alguna vez que la oigo quejarse porque se le mete un poco la polla dentro y da un grito, pero se la saca y sigue frotándose con ella.
—Pues en una de estas no se va a quitar y se le va a quedar metida, jajaja. Tiene que ser precioso ese momento. Lo que yo hubiera dado por tener esa oportunidad. Cuando yo me separé tenía dos nenas todavía muy pequeñas y luego perdí el contacto con ellas. Pensar que ahora estará otro follándolas me pone malo.
—Tú también tienes ahora la oportunidad de disfrutar de las de los demás.
—Sí, gracias a mis amigos, que me han invitado aquí. Pero ya que no puedo metérsela, por lo menos voy a frotarme con su culito para correrme.
—Eso es lo que hace muchas veces su padre y así se desahoga.
Después de ponérsela entre el culo y sus piernas, masturbándose entre ellas, acabó corriéndose:
—¡Bufff!, que delicia.
—No lo gastes todo, que todavía nos queda mucho por ver, jajaja —le dijimos nosotros.
—Seguro que me sigue saliendo de donde sea y espero disfrutarlo también, pero ya he cumplido uno de mis sueños.
Dejamos a la nena al cuidado de otra de las madres, a la que advirtió para que no dejara que se la follaran, y nos llevamos a nuestra nueva amiga a otras salas que seguramente le iban a interesar mucho más, como la de los jovencitos, que ya nos había confesado que fue una de las razones por las que vino al club, ya que su amiga le hablaba de ello y no paraba y ahora estaría allí seguramente.
Efectivamente, al entrar, allí estaba su amiga chupándosela a uno poco mayor que su hija que al verla llegar, rápidamente la invitó a seguir con la mamada al chico tan guapo con el que estaba, y que exhibía su polla tentadora ante nuestra excitada vista. Dudó un poco, pero enseguida acercó su boca pasando la lengua por el mojado glande que se veía delicioso, no tardando en saborearlo completamente introduciéndosela entera hasta el fondo de su boca, haciendo luego el movimiento de como si el chico estuviera follándola por la boca, lo que provocó la abundante corrida del muchacho ante el regocijo de las que lo observábamos.
—Qué ganas le tenías, amiga. Le has dejado seco, jajaja.
—Sí, me he vuelto loca, con la de veces que he imaginado algo así.
—Pues ahora déjate montar por alguno de ellos y verás cómo te corres una vez tras otra, porque a estos no se les baja nunca.
Eligió a uno de los que estaban mejor dotados, a pesar de su corta edad y sólo por tenerlo encima ya se excitó como nunca y con las entradas y salidas de su polla en su coño hicieron que sus orgasmos fueran continuos, mientras yo le puse a otro chaval para que lo pudiera chupar y su éxtasis fuera completo.
Mi marido había acompañado a nuestro invitado a la “Sala de Montas”, donde nada más entrar sólo se escuchaban los gemidos de las nenas que estaban siendo montadas en todas las posiciones, dirigiéndose a las que todavía estaban libres, diciendo nuestro invitado:
—Mira esa con lo jovencita que es, que tetas tiene ya. Que rico debe ser follársela mientras le comes las tetas.
—Pues mira aquella otra, apenas tiene y parece que todavía tiene poca edad para estar aquí, pero debieron de haberla montado ya en la “Sala de Sobas” y la han traído aquí. Vamos con ellas y así estamos un rato con cada una:
—Hola nenas, ¿nos hacéis un poco de compañía?
—Sí, acabamos de llegar.
—Que bien. Tú eres muy jovencita para estar en esta sala, ¿no? —dirigiéndonos a la que apenas tenía tetas.
—Es que me follaron la vez anterior en la sala de sobas y ya no puedo estar allí.
—Y te gusto, cariño?
—Sí, mucho.
—¿Fue alguien mayor el que te lo hizo?
—Sí, así como usted.
—Entonces tendría buena polla y te dolería un poco, ¿no?
—Sí, esa primera vez, pero ahora ya no me duele.
—Perfecto. Ya verás que bien nos lo vamos a pasar.
Nuestro invitado empezó a besar a la nena en la boca para luego seguir pasando su lengua por todo su cuerpo, saboreando cada centímetro de su suave piel y cuando llegó entre sus piernas ya estaba toda húmeda, deteniéndose ahí para introducir su lengua en la vagina que se entreabría a cada lamida recibida, siendo sus gemidos cada vez más seguidos y sonoros.
Estaba al límite de la excitación cuando la lengua de la nena iba lamiendo las gotas de semen que le quedaban y le iban saliendo de la corrida anterior y como no quería correrse otra vez con esas excitantes lamidas, la sentó encima de él y puso su polla en la entrada de la vagina de la cría que abría las piernas para facilitar la penetración y poco a poco la fue bajando haciendo desaparecer la polla de nuestro amigo en su coño, mostrando los dos el placer que estaban sintiendo con ese primer contacto:
—¡Buuffff!, ¡qué bueno es esto! No voy a poder aguantarme sin correrme mucho tiempo más. Follarse a una cría de estas, es lo mejor del mundo.
Después de estar disfrutando como nunca en su vida con la preciosidad que tenía encima, a la que había llenado de semen, todavía mantenía la erección de la excitación tan fuerte que le había provocado, por lo que se puso encima a la otra nena que se había estado follando mi marido, pudiéndole lamer sus duras tetas mientras ella subía y bajada sobre su polla, cada vez más rápido hasta acabar corriéndose una vez más, quedándose exhausto, por lo que le propusimos ir a la sala de vídeo para recuperar fuerzas.
Entramos en la sala en penumbra con varios sillones donde estaban sentados hombres acompañados de alguna nena y le informamos a nuestro invitado del cometido de esta sala:
—Aquí los hombres más mayores, que les gusta el sexo más relajado, donde se traen alguna cría para ver películas y así calentarse los dos con caricias mientras las ven. También suelen traer a las nuevas que nunca han tenido sexo para que aprendan con lo que ven.
Cuando nuestros ojos se acostumbraron a la oscuridad, pudimos ver como los viejos masturbaban a las nenas mientras veían los vídeos, les lamían los coñitos o ellas también se la chupaban e incluso había alguno que se le había puesto dura y se la estaban follando.
Nuestro amigo, después del breve reposo, con todas las escenas que estaba viendo volvió a ponerse como un burro y decidimos seguir recorriendo el club para aprovechar bien la visita.
A la salida nos encontramos con uno de los fundadores del Club, que le preguntó a nuestro amigo:
—¿Qué le parece lo que ve?
—Una maravilla, ¿qué me va a parecer?
—Como para volver más veces, ¿no?
—Sí, pero tendría que hacer socio ya, y me han dicho que para los hombres solos es una cuota bastante alta.
—Cierto, pero siempre puede rebajarla trayendo a alguna mujer con hijos. ¿No tiene a alguna amiga al que le interese esto?
—¡Uuuufff! No sé, es complicado, porque no sé hasta donde podrían llegar si yo les explico todo esto…..
—Seguro que alguna es más morbosa de lo que piensas y nunca han pensado que puedan verse en esta situación, como tantas otras que están aquí, pero buena, esta es una labor de todos los miembros de este Club, ya sean veteranos o aspirantes a hacerse socios. Es la mejor forma de crecer y renovarse continuamente.
Me gustan estos relatos tan morbosos aunque disfruto mas cuando son de nenes con mujeres ufff
Porfi danos más sexo con niños y jovencitos, Vero. Si pudieras detallar como sudan con las criaturas, como aplauden los cuerpos y como gimen sería una delicia. Es hermoso todo lo que pintas.
Muy bueno espero más de estos relatos