Javiera, mi sobrinita juguetona
En la junta familiar, Javiera empieza a dar señales de que algo quiere. No será hasta un espontáneo encuentro, donde nuestros deseos más profundos salen a la luz..
Todos conocían a Javiera. Era una adolescente rebelde, con problemas en la escuela, y un poco extraña. Con las hormonas a tope por la edad que tenía, no era inusual que la descubrieran haciendo cosas que se podría decir, son comunes en esa edad. Tenía una cierta fama en la familia.
Ayer era el día de la junta familiar en la casa de mi suegra, ya que por distintas razones, no habíamos podido reunirnos todos a compartir. Yo estaba un poco reacio a asistir, pero de alguna manera me convencí y me hice el ánimo de acompañar a mi novia.
Cuando llegamos allá, comencé a saludar a toda la gente que ya estaba. Suegra, cuñados, sobrinos, etc. Cuando vi a Javiera me llevé una sorpresa. La pequeña había crecido. No la veía desde hace unos 3 años, y el tiempo había desarrollado su cuerpo. Tenia sus caderas marcadas, senos prominentes, y un pequeño culo que movía de lado a lado al caminar. Obviamente mi reacción la disimulé, y lo que hice fue actuar de la manera más normal posible.
— Hola Javi, ¿como estás? -Dije mientras me acercaba a darle un beso en la mejilla.
— Hola tio -Respondió ella mientras acercaba su cara.
En ese momento pude sentir el olor de su piel, y algo ocasionó en mi, que despertó un deseo sexual increíble. Sin mencionar que nuestras pieles se deslizaron lentamente, lo cual encontré un poco extraño…
El día avanzó lentamente, mientras los adultos compartíamos anécdotas, nos reíamos de tonterías, y comíamos un delicioso almuerzo. De vez en cuando pude notar como mi sobrinita me miraba, y cuando yo la descubría, ella escondía la mirada. Lo encontré gracioso. En una de esos choques de miradas le tiré un beso, bromeando, y ella se colocó tímida a más no poder. Todos reímos a carcajadas.
En un momento, cuando ya varios se habían levantado de la mesa y compartían por distintos lugares de la casa, me dieron ganas de ir al baño. Anuncié mi retirada, y me levanté rumbo al fondo de la casa, ya que esta tenía dos baños, pero el primero, que estaba más cercano al comedor, estaba la mayoría del tiempo ocupado. Así que decidí ir a la segura y fui al segundo, que se encontraba un poco más lejano, y por lo mismo era más seguro que estuviera desocupado. Caminé por el pasillo mientras sentía como las risas y conversas disminuían el volumen, mientras al mismo tiempo aguantaba mis ganas de orinar. Llegué al baño, y para mi sorpresa estaba ocupado, ya que la puerta estaba con seguro por dentro. Esperé unos dos minutos y la puerta se abrió.
— Hola tío -Era Javiera. Venía secándose las manos en la ropa. —¿Quiere entrar? -Preguntó.
— Si -Dije un poco desesperado ya. Llevaba mucho tiempo aguantándome las ganas de orinar.
— Oka -Dijo, mientras se hacía a un lado de la puerta.
Cuando iba entrando al baño, su brazo se extendió, y se afirmó en el borde de la puerta, impidiéndome el paso.
— ¿Que pasa? -Dije, extrañado.
— Para que lo deje pasar, me tiene que dar un beso como ese que me tiró hace un rato. -Dijo coquetamente. Me miraba a los ojos, pero ya no era la pequeña sobrina, era una mujer decidida.
Yo me quedé un momento mudo, ya que no sabía que estaba pasando. Me costó asumir lo que acababa de escuchar. Cuando recuperé el habla dije:
— Ehh… bueno… -No sabía si me estaba bromeando. Le lancé un besito al aire, como le había hecho hace unos minutos en el almuerzo.
— Así no tió. Tiene que ser un beso mejor.
— ¿Y como es eso? -Dije aún sin entender.
Me hizo un gesto para que me agachara, y quedara al nivel de su altura, mientras ella giraba un poco la cabeza y me ofrecía su mejilla. Yo me agaché y le di un torpe beso en su mejilla. Era extraño lo que estaba pasando, no tenía sentido, pero aún así, ahí estaba yo, dándole un beso sin motivo. Me quedé agachado esperando su reacción. Ella giró su cabeza y dijo:
— Pero esos besos son aburridos, tío. A mi me gustan así.
No se como lo hizo, pero agarró mi cabeza, y me dio un beso en plena boca. Yo quedé paralizado, sin reacción. El beso había sido sólo un topón, pero aún así no supe que hacer. Ella separó su boca de la mía, me miró a los ojos, y volvió a acercar su boca, sólo que esta vez su boquita venía entreabierta hacia la mía. Cuando llegó a mi boca y juntamos nuevamente los labios, comenzó a mover su lengua sobre mis labios, como buscando un beso más erótico. Con ese hecho, caí en su juego. Comencé a besarla sin tapujos. Mi lengua entraba en su pequeña boca, jugueteaba con la suya, mientras nuestros labios se abrían y cerraban, y nuestras cabezas giraban de lado a lado. La tomé de la cintura y la atraje a mi fuertemente, mientras ella tomaba mi cabeza con sus manitos y nos seguíamos besando apasionadamente. Ella aprendía rápidamente. Sus besos iban mejorando a medida que nos besábamos. En un momento le dije:
— Saca tu lengua.
Ella lo hizo. Era pequeñita y rosadita. Comencé a jugar con la punta de mi lengua, lamiendo la punta de la suya rápidamente, de arriba a abajo. Ella comprendió el juego y me siguió la corriente. Estuvimos compartiendo besos calientes mucho tiempo, que para mi fue una eternidad. Javiera comenzó a jadear despacio, se estaba excitando, y yo también. Estaba más erecto y duro que nunca. Mi mano derecha, que había estado en su espalda todo este rato, comenzó a bajar lentamente. Llegué a su pequeño culito, y por encima del pantalón le masajeaba una nalguita. Me estaba excitando demasiado. Comencé a besarla metiendo mi lengua cada vez más adentro de su boca.
— Ay tío… -Dijo entre suspiros.
Mi mano estaba subiendo por su culo para entrar por debajo del pantalón, cuando escuchamos desde el comedor:
— ¡JAVIERAAAAAA! ¡VEN POR FAVOR A JUGAR CON BENJAMÍN! -Al parecer el pequeño primito de ella se estaba aburriendo y era un poco inquieto.
Nuestras bocas se separaron bruscamente, sonando como un chupón baboso. Ella me miró y se fue corriendo. Pude notar antes que se fuera, que sus mejillas estaban adquiriendo un colorcito rojo. Estaba excitada la pequeña. Yo me quedé ahí parado, y entré al baño. Me miré al espero, sin creer lo que había pasado. Cuando me saqué el pene para orinar, pude notar que estaba hinchadísimo de excitación. Si hubieramos seguido así, me hubiese corrido en los pantalones.
El día siguío avanzando. Las veces que nos topábamos por la casa con Javiera, sólo nos mirábamos cómplicemente, ya que siempre había alguien en la misma habitación. No pudimos conversar nada sobre lo que había pasado. Ambos sabíamos lo que habíamos hecho, y sólo sería un grato recuerdo.
— ¿Vas a quedarte entonces?
— ¿Cómo? -Dije embobado, despertando de mis pensamientos profundos.
— Que si vas a quedarte -Dijo mi novia. Al otro día mi suegra quería que la ayudara a reparar una lavadora. Como yo tengo conocimientos en electrodomésticos, y para ahorrar un viaje, me estaban ofreciendo pasar la noche en la casa.
— Si, no hay problema. -Dije, riendo por la situación. Fue inevitable que mis ojos se fueran a Javiera, quien aprovechó la situación.
— Ahhhhh mamá… yo también quiero quedarme con mi abuela. ¡Es que la extraño tanto! – Corrió donde mi suegra y la abrazó cariñosamente.
Todos rieron y le hicieron burla.
— Jajajaja… Ok, ok. Puedes quedarte, Javiera. -Dijo mi cuñada Marcela.
La tarde se me hizo eterna, pero eventualmente llegó la noche. La casa era grande, así que nos asignaron una pieza a mi, y otra a mi sobrinita. Como no iba preparado para pasar la noche y hacía calor, me acosté sólo con boxers. Cuando eran las 11PM, apagué la luz, y me acosté. Estaba nervioso. No sabía que pasaría durante la noche. Lo único que me separaba de Javi era un pasillo. Mi suegra dormía en el piso de abajo, y tenía el sueño pesado ya que tomaba pastillas para su insomnio. Intenté conciliar el sueño, pero me costaba limpiar mi mente de pensamientos.
Cuando estaba comenzando a caer en un profundo sueño, la puerta de mi habitación se abrió…
— ¿Tío? -Era la voz de Javiera…
SI ESTE RELATO MÁS BIEN INTRODUCTORIO RECIBE APOYO, VIENE LA PARTE DOS, DONDE YA SABEN QUE SUCEDERÁ… O NO?
Se la va a coger…👉🏾🕳
👍
Que rico relato sigue porfa
Espero con ansias la continuación. Saludos.
Estoy con ansias de la segunda parte, describe más a tu sobrina y qué edad tiene 🙂
EXCELENTE RELATO ESPERO CON MUCHAS ANSIAS LA CONTINUACION DE ESTA SAGA
Amigo, excelente relato, si es veridico a mi me paso algo muy similar con una sobrina de esposa, y si es ficcion te felicito, tienes una gran imaginacion.
bastante bueno e interesante, ojala continue
Espero pronto el relato quiero saber que paso con Javiera
Me pasaba con mi hijita.. desde que le cambiaba sus pañales le prepare y fue creciendo y solita me pedia jugar.. era lo mas exitante sentir como ella me provocaba y pedia la cambiara.. asi le decia ella..