Jugando a los ositos
Le hacia una mamada a mi amigo heterosexual, cuando me habló de su hija….
Esta historia, a diferencia de la anterior, es 100% verídica. Espero que os guste y, si logro que os hagáis una paja, decídmelo.
Me llamo Miguel. Soy un hombre de 188, gordo, pero hago pesas en el gym y muy peludo, como mi padre, mis tíos…en fin, es tema de familia. Solía quedar con un colega de vez en cuando, se llamaba Juan, para beber, ver pelis, meneárnosla, charlar…un buen tipo, divorciado. Mas bajito que yo, gordo, pero no mucho algo peludo. Cada dos findes tenían a su cría en casa y ese día, era uno de esos findes. El plan de emborracharnos y ver porno juntos (él es hetero y yo bi, así que a veces me dejaba comerle el rabo, de unos 17 pero gordo) parecía haberse ido al garete. La nena se llamaba Olivia, Oli para abreviar. Pelo moreno, blanquita, menudita. Ojos marrones grandes. El caso es que Oli estaba durmiendo y yo fui a casa de Juan a ver una serie y tomar algo. El me contaba las tías a las que podía follarse (a veces putas o callos desesperados. Mi colega está follable para un oso o cazador, pero a las tías no les mola…zorras sin gusto) y yo los líos que tenía(normalmente chavales que buscan papis) y entre copas y cuentos, estaba empalmado. Me dijo que fuéramos a su cuarto a chuparle la polla.
-Claro…pero y Oli? -pregunté
-Nah, no creo que quiera, está sobando…-dijo sin pensar mucho.
Me reí pensando que era una coña. Pero al ver que no se reía, me dio qué pensar.
Estaba comiéndole la polla mientras se ponía porno en su móvil. En una de estas me la saque de la boca y le pregunté-Oye, cuando has dicho antes eso de Oli…¿Iba en serio?
-Bueno…-dijo empujándome a mamársela.
Se la chupé un poco más y volví a preguntarle
Resopló-Ok, a ver…un día pillé a Oli tocándose el chochito y tuve una conversación con ella…y preguntó si los tíos lo hacíamos también…
Me empecé a poner cachondo-No jodas… ¿y qué pasó?
-Pues que la cría insistió en verme el rabo, yo cedí y…-me miró he hizo un gesto hacia mí, dándome a entender que la cría le chupó el rabo.
– ¡Que cabrón! -le dije riendo- ¿Es mejor que yo?
-jajaja capullo! – me dijo dándome una bofetada cariñosa-No, tú eres el mejor chupapollas que hay…pero ella tiene un chochito que…ufff
-¿Te la has follado?-pregunté incrédulo y cachondo.
-Puff a saco…-presumió.
-¡Qué cerdo!-le dije antes de volver a mamársela.
-Si hombre, como que tu no ves porno infantil conmigo-me recordó de cuando solíamos hacernos pajas viendo videos y siempre terminaba mamándosela. Seguramente eso es lo que veía en su móvil mientras
Así era mi colega Juan, un macho de pelo en pecho.
-Me molaría verlo…-dijo y volví a chupársela.
Se quedó pensativo y dijo- Va…dame 10 min y ven a cuarto de Oli.
Se fue y eso hice. Esperé meneándome la polla, pensando en lo que estaba a punto de ver. A mi colega ensartando a una cría, a su hija. Creía que me correría si lo veía. A los 10 min entré al curto de Oli.
La escena era una maravillara. Mi colega sin camiseta, recostado, y la nena sin pantalones engulléndole el rabo. Juan le acariciaba el coñito, que lo tenia hinchado y rosado fuerte. Sin duda, el cabrón se la habría follado esa misma tarde. Me miró, me sonrió y me guiñó un ojo. Me saqué el rabo y me la empecé a cascar.
-Oli mira…-dijo Juan chupándose el dedo del coño -Tío Miguel nos ha pillado
La nena estaba algo nerviosa-Pero esto es un secreto, no puedes decirlo, tío Miguel
-Si dejamos a tío Miguel jugar a los ositos, con nosotros…-dijo Juan-Miguel es un oso, enséñale Miguel…-
Me quité la camiseta y la nena se acercó. Empezó a sobarme la barriga, tratando de llegar a mis tetas peludas. Me incliné y acarició el pelo de mi pecho
-¡Papá, el más grande y peludo que tú! -dijo
Me acerqué a la cama, me bajé los pantalones y dejé a la nena hacer. Tomó mi polla ya dura y empezó a mamar. Yo temblaba de excitación. Entraba solo la mitad de mi rabo, pero saber que era la nena, me ponía a mil. Juan se puso de pie en la cama y me la enchufó en la boca. Yo se la chupaba al padre y la hija a mí. Estar en medio de esa situación de incesto fue genial. Estaba a punto de correrme así que alejé a Oli. El papá la puso en cuatro y me mostró su chochito. Estaba hinchado y rosa. Levantó una de sus enormes piernas y la colocó sobre la cama. Su polla gorda buscaba el orificio. Le agarré la polla húmeda, la pajeé un poco y la dirigí al coño de la niña. Cuando Juan lo sintió, dejó ir la mitad a dentro. La nena dejó escapar un gemido de sorpresa y placer, y juan empezó el mete saca suave. Ver el cuerpo enorme y peludo de un macho adulto bombeando ese tierno chochito me dejó sin aire. Como la carne de la nena se abría para dejarlo entras, como la humedad de la nena dejaba brillante su polla. Mientras miraba, le sobaba el pecho a Juan. Al cabo de unos minutos empezó a bombear mas rápido. Se puso en cuclillas sobre Oli y pude ver sus cojones gordos y peludos y su ojete arriba y abajo. Sin dudarlo metí mi cara en sus nalgas y le lamí el ojete sudado. El cabrón bramó mientras metía mi lengua en su culo sudado. Así durante cinco minutos.
-Miguel, los cojones, ¡chúpame los cojones! -exigió.
Se los agarré y me dediqué a lamerlos. En casi 10 segundos, sus cojones se pegaron a la base, su perineo empezó a pulsar y enterró toda la polla en Oli, rugiendo. Pegué mi cara, con sus cojones aún en mi boca, y sentí el pulsar de su perineo en mi cara, como latidos. Estaba embarazando a la nena. Por las comisuras de su vaginita salían cuajos de la leche de su padre. Sudando y resoplando, Juan se desabotonó de Oli, y un solido hueco llenó la habitación. El chochito de la nena no se podía cerrar bien, y la lechada paterna supuraba de él. Me dio un apalmada y dijo- Venga, a ver si recuerdas como se follaban los coños.
Me dolía la polla de lo dura que estaba. Coloqué a la nena boca arriba y le acaricié el tajito. Estaba ardiendo. Me posicioné sobre ella y me miró con la cara roja y los ojos somnolientos de placer
– ¿Me vas a hacer el osito? -me preguntó.
-Es lo que decimos cuando la preño…-me aclaró el colega meneándose el rabo morcillón.
-Si…te haré el osito…-jadeé mientras le metía la polla. Entró muy fácil hasta la mitad. No Tengo un pollón, pero si es gordo, más que el del padre.
La nena suspiró al sentir mi polla gorda entrando. Sentía la ternura de la carne y la lechada de su papá haciéndome de lubricante. Saber que estaba en el chocho de una nena inundado de la leche de papá me puso muy cerdo. Empecé a bombear. Al principio fue estupendo, pero a medida que me excitaba, la nena se quejó, porque empezaba a meterle mas rabo.
–
-Miguel, cuidado, que tiene 6 años…-me dijo el colega.
Pero yo ni caso, solo podía mirar a la nena suplicarme con los ojos que siguiera, pero mas suave, y me entró el arrebato de macho. Empecé a empotrarla.
-Ah…Papi… tío Miguel me hace daño! -se quejó ella.
-Miguel, despacio…-susurró Juan, pero entonces vio como la ensarte hasta los huevos sin mirarlo. Estaba ido. Era un animal que quería preñar
-Hijo de puta…-susurró machacándosela. La nena me apretaba el pecho para que parase. Pero no podía.
-Aguanta Oli…-dijo su padre, y se montó sobre mí. Sin mucho esfuerzo, colocó su rabo en mi culo y me la metió de una. La sensación fue dolorosa, pero pronto sentía la polla de mi amigo dentro de mí, y la mía dentro de Oli. Era la gloria. EL cielo de los pederastas
-PAPA! PAPAAA! – gritó Oli cuando su humedad me mojó los pelos de la polla y los cojones.
Su padre jadeaba mientras me follaba y miraba a la nena-Aguanta Oli…-seguía follándome -Tío Miguel es muy macho. Enseguida te abrirás…
La nena lloraba bajito. Su padre me bombeaba el culo, y mi polla estaba en el paraíso, una nena de 6 añs preñada de su padre. A cada follada de Juan, mas duro la follaba yo.
-Puto degenerado…-me susurró juan-Estas taladrando a mi niña…-me mordió el cuello y yo aumente las embestidas
-AAAAAAH AAAAAAAAAAAH AAAUAUAUAUAUAHH- Oli trataba de salirse. Pero era imposible. Yo era un gran oso follador y ella una niña tierna y frágil. Dejé de ser homosexual para ser el macho rompechochos de la nena
-MALDITO MARICA DEGENERADO! -bramó Juan embistiéndome- ESTAS VIOLANDO A MI NIÑA…AAAAAAH JODER, TU POLLÓN GORDO ME LA ESTÁ DESTROZANDO. ¡Su chochoooo…su tierno chocho infantil se va a desgarrar… ¡ME CORRO…AAAAAH, PREÑA A MI NIÑAAAAAAAAA!
Juan se ensartó en mí, y sentí su polla deslechar dentro de mí. La sensación de mi culo abierto y lleno de preñada de Juan, hizo que mi polla se incrustase en su útero infantil. Sentí que me moría.
-¡LA PREÑO! -anuncié- ¡VOY A PRE..AAAAAAAAAAH!
Clavé mi polla hasta el final. Sentí a Oli ahogarse bajo mi peso golpeándome el pecho y a su padre meterla bien al fondo, en el momento en el que mi polla soltó toda la leche que llevaba dentro. Sentía mi alma salirse por mi polla. Chorro, tras chorro, tras chorro…no podía dejar de eyacular. Al cabo de casi un minuto deslechando, me dejé caer de lado, atontado, y mi polla gorda se salió del chocho de Oli. La nena se puso a lloras, poniéndose a cuatro y apretando para liberar la carga de su diminuto útero. La abracé para consolarla. Miré a mi amigo y le supliqué perdón.
El sonrió negando y me tranquilizó. A los diez minutos, Oli estaba bien, camino a la ducha y ya no estaba molesta conmigo. Mire las sábanas rosa pálido llenas de esperma y sangre. Habíamos hecho algo degenerado y hermoso.
Esa noche destrocé a una nena mientras su padre me follaba a mí. Fue mágico. Y era solo el comienzo de dos amigos follando con Oli



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