Jugando con Marie, su papa y….el mío
el final por el momento de estas aventuras.
Jugando con Marie, su papa y….el mío
-Marie, amor mío, prepárame bien para tu amiga, ven chúpame la verga, y tu Lorena no mires y ves masturbando con tus manitas a Chris, que no deje de estar mojada y si lo haces bien después serás tú quien probara esto que tiene mi hija en su boca.
Llegamos a casa de Andrés, y las tres nos fuimos directamente a cambiarnos de ropa y ponernos los bikinis, Marie se acercó a mí y me pregunto si estaba excitada, pues ya se había dado cuenta de las maniobras de su padre en mi sexo mientras conducía, le dije que sí, que tenía ganas de saborear a un hombre de verdad ya que a nuestro amigo «Carlos» ya lo tenía más que visto y probado.
Cuando bajamos el padre de Marie nos esperaba sentado al lado de la piscina, llevaba un pequeño bañador y se le notaba el gran bulto de su polla y eso que aún no estaba empalmado, sin quitar la vista de «Allí» nos acercamos a él y entonces se levantó y acercándose a mí me dio un gran beso, era el primero que un hombre me daba y el gusto de su boca entre tabaco y coñac me gustó.
Yo estaba muy excitada entre lo de la cocina y el beso me había puesto a mil, además el hecho de saber que muy pronto me estrenaría como mujer me hacía sentirme aún más caliente.
Marie nos miraba a los dos con ternura, sabia de sobras cuanto había esperado ese momento y ese día, desde que habíamos empezado nuestra aventura.
Mire a Marie y ella se acercó a su padre y también le dio un beso en los labios, pero sólo fue un «pico» sentí que quería darle permiso para que empezara con mi preparación.
Lorena estaba apartada nos miraba con cierta ¿envidia?, no sabría explicarlo, y la verdad no me importaba, esa era mi noche, hoy iba a nacer una mujer, yo.
Me acerque a Andrés, y cogiéndole el rostro entre mis manos fui yo esta vez quien le devolvió el beso, con toda la pasión de mi juventud, el me abrazó paseando sus manos en mi cuerpo, lentamente a sabiendas que poco tiempo después sería el primer hombre que entraría en el santuario de mi coño, aun virgen de semen.
Me quito el pequeño sujetador del bikini, y empezó a lamer mis pechos, que como ya dije eran y son una parte muy erógena de mi cuerpo, Dios que diferencia entre su lengua y la de mis amigas, su lengua era un regalo para los sentidos, la notaba grande y espesa y dura, lamía de mis pezones como si quisiera comer de ellos, yo gemía quedamente, pero mi sexo estaba más que receptivo, deseando que fuese allí donde Andrés pusiera la boca, no tuve que esperar mientras me lamía los senos, el introdujo su gran mano dentro de la minúscula braguita, encontrándose con un mar de jugos, esperando el momento.
Despacio y dulcemente me tumbo en una de las tumbonas que allí había, y mirándome a los ojos me dijo:
–Estoy desando probar ese coñito, sé que soy el primero y no sabes que ilusión me hace, quiero que mientras te lamo, me mires y me digas si te lo hago bien, si quieres que te apriete más con la lengua o no.
Empezó a lamer mi cuerpo empezando por mi estómago, llegando hasta mis piernas, parecía pasar de mi concha que gritaba llorando lágrimas de sal, que fuera hacia allí, al fin se acercó a mi sexo, creo que solamente de sentir su cálido aliento me corrí.
Lamía con la sabiduría y la experiencia que da el hecho de haberse comido muchos coños, yo gritaba de placer, mientras Marie y Lorena una a cada lado me lamía los pechos, estrujándolos, mamándolos como si les fuera la vida, Marie al verme tan entregada a las lamidas de su padre estaba emocionada, y mirándome gritar y disfrutar le caían las lágrimas al ver lo feliz que yo era en ese momento, sentía como acudía a mi otro orgasmo, entre los tres me hacían llegar al séptimo cielo. Andrés entregado en cuerpo y alma me decía:
-Como te gusta cariño, ¿sigo así? ¿Te gusta que te mame el clítoris?, que rica estas que buen gusto tienes, sabes a mar, déjame que te meta la lengua así, una vez más y otra, mmmm, es tan maravilloso notar como te vas a correr, quiero que lo hagas en mi boca, quiero recibir de ti el primer orgasmo que le vas a brindar a un tío, venga dámelo, ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡dámelo yaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!.
Me corrí como una loca, no podía parar de dar saltos no podía parar de moverme como si unos hilos invisibles tirasen de m cuerpo siendo yo solo un pobre títere, Andrés arreciaba en sus lengüetadas que me llevaban a gritar más, y a pedirle como en una borrachera de sentidos:
_Andrés quiero que me metas tu polla, la quiero ya, me muero porque me folles, por favor hazlo.
El salió de entre mis piernas y entonces vi su falo, si antes me había parecido grande ahora me parecía aún más hermoso, en su plenitud varonil, estaba enhiesto, esperando entrar en mí.
Él se dirigió a su hija y le dijo:
-Marie, amor mío, prepárame bien para tu amiga, ven chúpame la verga, y tu Lorena no mires y ves masturbando con tus manitas a Chris, que no deje de estar mojada y si lo haces bien después serás tú quien probara esto que tiene mi hija en su boca.
Rápidamente Lorena procedió a hacer lo que Andrés le había pedido, su mano jugaba en mi coño, de manera que parecía más una puta experimentada que una niña de su edad, una niña a la que le encantaba follar, ser follada y penetrada por detrás, siempre ávida de sexo.
Andrés aparto a su hija y acercándose a mí, me dijo:
Ábrete de piernas, quiero que ellas vean como entra toda mi polla en tu coño, ya ves cómo me la ha puesto Marie.
Entró en mí, primero me hizo un poco de daño, pero enseguida sentí un gran placer, el entraba y salía de mi con juegos maravillosos, entraba toda su polla bombeaba un poquito y después la sacaba toda, para volver a metérmela, así estuvo un buen rato, mientras yo gozaba como una perra en celo, gimiendo y gritando que me la metiera toda de una vez, cerraba los ojos y los abría, y en un momento vi como Marie y Lorena echadas en el suelo, estaban haciendo un tremendo sesenta y nueve, comiéndose desde el coño hasta el culo, entre la visión de mis amigas y la follada de Andrés me corrí otra vez .
¡¡¡Entonces el hombre arrecio en sus embestidas y al cabo de unos segundos ahí estaba!!!, mi primera lechada, sentí como Andrés me llenaba el coño de rico semen, sentía los bombeos de su polla al salir su semen dentro de mi coño, era una sensación estupenda.
Andrés se entretuvo en besarme de forma tierna y dulce y me dio las gracias por haberme permitido estrenarme como mujer, yo le devolví los besos y le pedí que no saliese de mí, pues me encantaba el hecho de sentirme traspasada por aquélla verga que tan feliz me había hecho, pero Lorena y Marie tenían otros planes y apartaron de mi a Andrés para proceder a limpiar con sus lenguas todo el resto de semen que había en mi coño y el que me caía por los muslos.
Luego Andrés se dirigió hacia la mesa que estaba allí, descorchó una botella de cava y llamando a mis amigas les dijo:
-Vais a beber cava del mejor sitio de donde puede beberse, de un coño de mujer, venga poneros entre las piernas de Chris y preparar vuestras viciosillas lenguas.
Empezó a tirar lentamente el cava hacia mi sexo, allí las dos lo recogían con la lengua, y lo bebían desde mi coño hasta mi culo, que al notar las lamidas abría también su boquita esperando también ser penetrado por algo más que un trozo de silicona.
Yo tenía ganas de descansar, así que Andrés que era todo un caballero, nos dijo que nos podíamos dar un baño y así nos refrescaríamos las «ideas», así que nos tiramos al agua desnudos y empezamos a hacernos aguadillas y jugar entre nosotros, Marie se acercó a mí y me toco un pecho, yo también la acaricie a ella, la quería muchísimo y me había demostrado lo que ella me amaba dejándome disfrutar de su padre, así que seguimos besándonos yendo a nuestra bola, pasando de todo y de todos, yo le pedí que se sentara en el borde de la piscina pues quería comerle el coño, tenía ganas de mamárselo y sabia que ella se moría de ganas de que ahora ocupase yo el sitio que antes tenía Lorena, comencé a chupar y lamer con unas ganas locas, cuando oí a Andrés que le decía a Lorena:
-Mira este par de putillas que bien se lo pasan, ven aquí Lorena guapa, que ahora jugaremos tú y yo, ponte aquí a cuatro patitas, que voy a comerte todo el culo, tengo unas ganas locas de rompértelo, así ábrete tu solita el pompis, hui que agujerito tan abierto, esta rico, tócate el chochete que quiero verte, sigue, así, no sabes cómo me pone ver a una niña tan buena y obediente, mira cómo me tienes la polla, a punto para entrar en ese agujero tan morenito.
Al oír esto, me giré para mirar el espectáculo, y cuando vi como Andrés le metía la polla en el culo a Lorena casi me desmayo, aquel culo de una cría de once años tragaba aquella verga como si no fuese nada, mientras se iba tocando de manera sensual y erótica su clítoris, de manera que nos estaba ofreciendo la mejor manera de ponernos otra vez calientes a todos.
Marie me pidió hacerme a mí lo que su padre hacia con Lorena, le dije que sí, y me puse en posición al lado de Lorena para que Marie pudiera meterme a «Carlos», el espectáculo ofrecido debía de ser maravilloso, cuando oímos que alguien entraba en la casa, yo mire a Andrés, que nos miró a Marie y a mí, sin dejar de follarse a Lorena que gritaba en pleno éxtasis, con una sonrisa, en los labios, cuando mire quien había entrado no me lo podía creer, era… MI PADRE!!!!!
Me quedé muerta, sorprendida, alucinada, no sabía dónde ponerme ni que actitud tomar, pero enseguida supe cómo actuar cuando mi padre nos miró y sonriendo me dijo:
-Feliz Cumpleaños, mi niña, yo también tengo un regalo para ti.
Y desnudándose, vi que tenía la polla más que preparada, se acercó a mí, y sin decirme ni media, me metió todo su paquete en la boca, con solo una indicación:
-Chúpamela hasta que yo te diga!!!!!!, y tu Marie no dejes de darle por el culo a mi bebita, se cuanto disfruta, y hoy es su día.
Chupe de la polla que me había dado la vida, con lentitud, quería recrearme en ella, cuantas veces había soñado en mis solitarias pajas en la polla de papá y ahora por fin la tenía en mi boca, quería pues alargar ese sueño tanto como pudiese, así que le lamía la polla, después iba hacia sus huevos y volvía hacia su polla, que debo decir que no era tan gorda como la de Andrés pero si más larga, debía hacerlo como una puta viciosa porque al cabo de nada, sentí como mi padre resoplaba y gemía, y cogiéndome la cabeza con fuerza me hizo beber toda la leche, que era mucha, de su verga.
Después de descargar su leche en mi boca, se apartó de mí, me beso en los labios y también beso a Marie y a Lorena que aún se estaba recobrando de las embestidas de Andrés en su culo y que tenía una cara de satisfacción que daba gusto verla, se metió en la piscina se dio un baño y salimos todos para sentarnos y hablar de todo.
Andrés y papá nos explicaron que hacía tiempo que sabían de nuestros rollos, que muchas veces habían pensado en proponernos lo que habíamos hecho esa noche, pero que cuando Marie le había explicado a su padre el regalo que yo le había pedido, no habían dudado ni un segundo y habían planeado darme mi regalo los dos juntos, sin que Marie y yo sospechásemos nada, lo que no podían imaginar es que en vez de cuatro seriamos cinco, pero Lorena aún les había hecho más ilusión ya que nunca hubieran imaginado esa calidad de puta en una niña tan jovencita.
Yo le confesé a papá que había soñado muchas veces en él, en como seria el hecho de follar con él, pero que no sabía cómo hacerlo para acercarme de esa manera, que también a mí me hacía muy feliz, poder hacer el amor con el siempre que quisiera, pero que no quería por nada del mundo dejar a Marie, ya que gracias a ella había descubierto que el amor que tu padre te puede dar ningún hombre en el mundo lo hace.
Entonces me dirigí a Marie, la abracé y le di un morreo, y le dije:
-Marie, amor al igual que tú me has dado a tu padre, yo te doy el mío, seremos como hermanas y no habrá entre nosotras diferencias, y como prueba de esto, ven ponte de rodillas, aquí tienes la polla de mi padre, es tuya, al igual que la polla de tu padre es mía.
Ella me devolvió el beso y arrodillándose, procedió a besar y lamer la polla de mi padre mientras yo a su lado hacia lo mismo con la del suyo, en pocos instantes, estuvieron duras de nuevo y nos echamos los cuatro en el suelo, para poder follar cada una con el padre de la otra. Fue maravilloso, mirarme en los ojos de mi amiga mientras mi padre le hacia el amor, y para ella fue igual al ver como su padre me llenaba polla.
Mientras a nuestro lado y detrás de nuestros padres Lorena iba lamiéndoles el agujerito negro de ambos y metiéndoles de vez en cuando aquel maravilloso consolador que tantas alegrías nos había dado.
Aquella noche fue la más bonita de mi vida, hubieron muchas más, ya os contaré en otra ocasión como nuestros padres nos introdujeron en el mundo de los intercambios de padres e hijas.
Espero sus comentarios aqui y en [email protected]
Hola morticia , excelente relato , todos tres , los once que has publicado son muy buenos , sigue escribiendo, saludos desde Colombia
«…como nuestros padres nos introdujeron en el mundo de los intercambios de padres e hijas». Ese relato no me lo perderé.