La Agencia de Modelaje. CamGirls.
Algunos dicen que es una nueva forma de prostitución adaptada a las nuevas tecnologías, pero desde luego, es una forma de poner al alcance de muchas mujeres una actividad que en otros momentos de la Historia no se lo hubieran ni imaginado..
Las Agencias de modelaje clásicas, con el avance de las nuevas tecnologías, tenían también que irse adaptando a esos nuevos medios, siempre dispuestas a descubrir nuevos talentos y a hacer pasar buenos momentos a sus clientes, como en el caso que cuento ahora.
Yo me acababa de separar, y con una hija de 12 años que sacar adelante, tenía que ponerme a trabajar en algo, pero tal como están las cosas, solo encontraba trabajos precarios y que pagaban poco, lo que me era insuficiente, y al comentárselo a mi amiga Eva, me dijo:
—¿Por qué no pruebas lo de las WebCams?
—¿Eso qué es? ¿De Internet?
—Sí, ¿no viste a esas chicas que salen desnudas para que las vean y se ganan un dinero por hacer lo que les piden los hombres?
—¡Ah!, sí, pero…. ¿quieres decir que me ponga yo a exhibirme en internet, a mi edad….?
—Bueno, mujer, hay de todo. Yo he visto hasta mujeres de más de 60 años, ahí enseñándolo todo, masturbándose y hasta follando.
—No me digas. Bueno, es que hay mucha necesidad y las pensiones son bajas, jaja. Yo es que no las veo mucho, la verdad. Mi marido sí que era más aficionado y yo me enfadaba porque se excitaba viendo a esas mujeres, y a mí, ni caso.
—Jaja, bueno, ya sabes cómo son los hombres, siempre buscando la novedad. El mío hace igual, todo el día mirando a las mujeres y hasta a niñas, casi.
—No sé, Eva, no me veo yo mucho haciendo esas cosas…. ¿También mira a las niñas tu marido?
—Sí, amiga, no tienes ni idea de lo que les gustan, pero no solo a mi marido, ¡eh!
—Qué barbaridad. Es que ahora con internet, se ve de todo….
—Pues eso es lo que te quería decir, no tanto que salgas tú en esas cams, sino que tu hija se exhiba allí y aprovechéis eso.
—¿Qué dices? Pero si eso es solo para mayores, ¿no?
—Sí, claro, pero se puede hacer de formas discretas, como lo hago yo con las mías.
—¿Tú las exhibes? No me lo puedo creer….
—Sí, pero mira, te explico…. Empecé con mi hija mayor. Ella sale vestida, y se va cambiando allí mismo, exhibiéndose con varios modelitos, hasta en bikini, también, que es lo que más le piden y algunos hablan con ellas y les dicen de todo. Hay un montón de hombres que se conectan a su Cam y le van dando monedas, o recompensas, como llaman ellos, para que vaya haciendo lo que ellos les piden, como por ejemplo, uno que le dijo a mi hija: “Chúpate un dedo”, “Saca la lengua”…., no sé, tonterías así.
—¿Y por hacer esas tonterías, le dan dinero a la cría?
—Sí, pero eso es para empezar, porque luego, hay más cosas….
—¿Qué cosas?
—Luego hay shows privados, pases que hace la niña con el hombre que le paga. Ahí es donde se gana de verdad el dinero, porque ya le piden que se desnude, se acaricie.., en fin, eso ya es cosa de cada una, y hasta donde quiera llegar su madre.
—¡Uuuff, madre mía!, no sabía que hubiera esas cosas….. Así que te estás ganando mucho dinero con tu hija saliendo desnuda por internet.
—Pues sí, además, ahí no las manosean, como hacen esos viejos del parque con algunas, que les enseñan la rajita y se dejan tocar. Esto es algo más seguro para ella, no tiene contacto con nadie, solo se exhibe, y está muy bien pagado, pero tienes que aprovechar estos años con ellas, porque son los más cotizados en esas Agencias.
—Ya veo. En eso tienes razón. ¿Cómo te enteraste tú de eso?
—Cómo te decía, mi marido está todo el día viendo esas cámaras de chicas, y me lo propuso, que saliera nuestra hija allí también. Yo creía que se había vuelto loco, o que era un depravado y me negué totalmente, por muchas apreturas económicas que tuviéramos, pero él acabó convenciendo a la cría y entre los dos estuvieron insistiéndome hasta que acepté.
—Así que fue cosa de tu marido…. ¿A él no le importa que su hija ande calentando a los hombres?
—Pues ya ves, parece que no, y además se excita con ello, imaginando a todos esos que se estarán pajeando con su hija.
—Si no me lo dices, no me lo creo, como está el mundo… Creo que yo me estoy quedando muy anticuada ya, jaja.
—Fíjate si nos va bien con esto, que después metí a su hermana también…
—¿A Lucía? Pero si es muy niña todavía. La mayor, al menos, ya tiene sus formitas….
—Sí, pero va empezando poco a poco, aunque ya va enseñando la rajita también. Es como un juego para ella y se divierte mucho. Tú podrías probar una temporada, a ver si te sientes cómoda y a tu hija le gusta hacerlo. No hay compromiso al principio. Hay un periodo de prueba y luego, ya firmas un contrato con ellos.
—¿Con la Agencia?
—Sí, son de Colombia, todos los trámites son por internet. Son una gente muy maja y no te ponen ningún problema con horarios ni con que tengas que estar un tiempo determinado, pero claro, cuanto más trabajan las niñas, más posibilidades de ganar más.
—Pues tendré que pensármelo, porque no sé cómo voy a pagar todo lo que tengo encima, sin mi marido, que ahora no me quiere pasar la pensión, porque no le dejo ver a la niña.
—Pero mujer, ¿por qué no le dejas?
—Pues porque una de las veces que se la llevó de fin de semana, la cría me dijo que su padre la había metido en la cama con él, los dos desnudos.
—Jaja, eso lo hacen la mayoría. Ya me lo han contado otras, también.
—¿Y a ti te parece bien eso?
—No sé decirte. Bien no está, pero yo preguntaría a la cría que le parece a ella. A lo mejor, no tiene tanta importancia como tú le das.
—Es que no soy tonta, como para no pensar que si la mete en la cama con él, es para hacer algo con la cría.
—¿Tu hija Clara te dijo que hicieron algo esa vez?
—No, que solo estuvieron abrazados y que su padre le acariciaba su culito. Pero ya puedes suponer, que si siguen así más veces, le va a mandar abrir las piernas y meterle mano ahí. ¿Tú te crees que no lo estará haciendo ya?
—Puede ser, claro, pero es que yo veo las cosas de otra forma, o será porque ya estoy más acostumbrada a eso con mi marido y las niñas.
—Bueno, ya, si tú lo permites, no te digo nada….
—Tú no te preocupes por eso, ahora lo más importante es que puedas pagar las deudas. Mira, esta Agencia se llama “Petits fruits”. Te paso por whatsapp la dirección de su página para que le eches un ojo y te lo piensas.
—Está bien, Eva, gracias. Me lo pensaré, porque ya debo varios meses de la renta y cualquier día nos desahucian…..
En cuanto llegué a casa, me puse a ver esa página que me había indicado Eva, viendo que había varias chicas de todas las edades, saliendo desnudas en esas Cams, pero eso sí, todas parecían mayores de edad, o al menos eso ponía allí. Pero luego vi el apartado que me dijo ella, de “Cams no nude” y allí estaban todas esas niñas, de la edad de mi hija, más mayores y más pequeñas, vestidas con prendas ligeras, pijama, bikini…., enseñándose en la cámara, poniendo posturas o haciendo lo que las iban mandando.
Me fijé en ese chat que había, al lado de la cámara, con hombres que les decían barbaridades a esas niñas…”¿Te gustaría ver mi polla?… ¿Has visto alguna? ….¿Te masturbas?…. ¿Quieres hacer un show privado para mí?…
Cuando estaba leyendo todo eso, entró mi hija Clara en la habitación, y me preguntó qué estaba haciendo:
—Viendo a estas niñas que salen aquí. Es que me comentó Eva, que tiene a sus hijas metidas.
—¿Sí? ¿Están ahora ahí?
—No las veo. No deben de estar emitiendo, pero seguro que estarán más tarde, a la noche.
—A ver si las vemos.
Aprovechando la ocasión, le pregunté a mi hija:
—¿A ti te gustaría salir ahí también?
—¿Yo? No sé…. Me da vergüenza, jaja….
—Pues me dijo Eva que les pagan mucho dinero por salir ahí. Mira, ¿no ves todos estos que les hablan aquí? Les van dando monedas, me dijo Eva, por hacer cosas….
—Jaja, será por desnudarse….
—¿Cómo sabes tú eso?
—Me lo enseñó papá.
—¡Ay, tu padre! Menos mal que ahora no le ves, porque no sé qué iba a ser de ti.
—Papá me quiere, mamá. Tenías que dejarme verlo.
—Sí, eso es lo que te gustaría, para meterte en la cama con él.
—¡Mamaaaa….! Siempre estás pensando mal de él.
—Porque le conozco bien, hija. Encima, no quiere pasarnos la pensión y se desentiende de tu educación, y no sé cuándo vamos a poder pagar la renta del piso.
—Él me dice que eres mala con él.
—Claro, claro, la mala siempre soy yo.
De pronto, me fijé en una de las cámaras, que estaban las hijas de Eva:
—Míralas, aquí están….
—¿Está Lucía también, jaja? —dijo mi hija.
—Sí, mira que barbaridades le dicen:
—“Que si su hermana pequeña ha probado una polla, jaja” —leyó riéndose, mi hija.
—No sé cómo Eva deja a sus hijas salir ahí, con todos esos depravados….
—Pues para pagar los gastos, mamá, como me dices tú.
Mi hija estaba mostrando una madurez mayor que la mía, pero ella estaba más acostumbrada a las nuevas tecnologías y no veía esas cosas como yo, lógicamente; pero no me esperaba la respuesta que me dio a la pregunta que le había hecho antes:
—Si me dejas, yo también puedo salir ahí. No me importa lo que me digan. Si me preguntan que si he probado una polla, yo les digo que sí, jaja, la de papá.
—¿Cómo dices esas cosas? No sé ni por qué pensé en meterte en esto. A tu padre se la habrás tocado, solo, digo yo.
—Sí, solo me deja tocarla, porque todavía soy pequeña, pero si pude chuparla…
—¿Tú padre te ha puesto a mamar también? Mira, no quiero saber más, que me pongo mala.
—Vale. ¿Pero me vas a dejar salir ahí o no?
—Bueno, pues si quieres, les envió un correo, a ver lo que me dicen.
Enseguida me contestaron, pidiéndome los datos de Clara y que les enviara varias fotos de ella, aunque no hacía falta que fueran desnuda, pero si las enviaba, así podrían hacerme la mejor propuesta económica para mi caso.
Lo hice, llena de curiosidad, y cuando me contestaron, me dijeron que mi hija les parecía perfecta para su página y con la cantidad que podrían pagarme, así que no tuve más remedio que aceptar. Al fin y al cabo, iríamos viendo como lo iba llevando ella, esperando, también, que nadie se enterara de lo que hacía Clara
En la primera emisión, estaba yo más nerviosa que ella. La vestí con una camiseta y short cortito para que se fijaran en ella y tuviera mucha gente mirándola que le hicieran propuestas, de modo que en seguida empezó a entrar gente en la Sala, con nombres raros, “vergudo42”, “chichinabo”, “soytuabuelo” y otros que me hacían cierta gracia, empezando el chat con ella uno llamado “keko3000”:
—Que rica eres. Es la primera vez que te veo y pareces muy simpática.
Clara, le contestó:
—Gracias, señor. Es mi primera vez.
—¡Aja! Va a ser tu primera vez en muchas cosas, entonces…. Tienes unas piernas preciosas. ¿Me las muestras bien?
Yo avisé a mi hija:
—¡Eh! Dile que pague monedas para verlas.
Ese hombre aceptó el pago pedido, y mi hija se puso de pie para enseñarle las piernas con ese short cortito.
—¡Mmmm! Date la vuelta, a ver el culito…
Ella se giró y como el short era de esos que enseñan media nalga, ese hombre se entusiasmó más todavía:
—¡Vaya, vaya! Que culito tiene la nena…. Me encantas. Me estoy pajeando contigo, ¿te importa?
—No, para eso estoy aquí, jaja —dijo mi hija, con descaro.
—Qué mala eres. ¿Te gusta provocar a los hombres?
—Un poco….
—No seas mentirosa, seguro que te comen con los ojos cuando te ven por la calle.
Ese hombre estaba aprovechando su anonimato para decirle esas asquerosidades a una niña, pero siguió pidiéndole cosas a mi hija:
—¿Me enseñas ahora el ombligo? No te preocupes, que sigo ingresándote monedas….
Ella se subió la camiseta para que pudiera verle el ombligo, mientras yo estaba sorprendida con la picardía que mi hija le hablaba a ese hombre, como si ya estuviera acostumbrada a su edad a que le dijeran todo tipo de cosas, que a mí me pondrían roja de vergüenza. Estaba visto que las niñas de ahora no tenían nada que ver con cuando yo tenía su edad, que éramos mucho más infantiles e inocentes, viendo que luego intervenía “vergudo42”, para decirle:
—Que ricas tetitas debes de tener. ¿Te quitas la camiseta?
Mi hija ya sabía que en esas sesiones abiertas a todos, no podía quitarse la ropa y quedarse desnuda, pero de todas formas, yo estaba allí con ella para supervisar que todo fuera bien, aunque en este caso no hizo falta:
—Aquí no puedo, señor. Tiene que ser en los shows privados. Ahí tiene los precios de las propuestas.
La cría le supo contestar bien, indicando esos precios del panel, como “Quitarse la camiseta, 50 monedas”, “Quitarse braguitas, 100”, “Meterse dedos, 150”…., y otras muchas opciones….., por lo que él le dijo:
—Vamos al privado. Te daré 50 monedas.
Por primera vez, mi hija Clara iba a desnudarse en Internet, pero iba a ser solo para este hombre que había pagado por verla, así que no había tanto problema, pensé yo, por lo que una vez en esa sesión privada, mi hija se quitó la camiseta, dejando a la vista de “vergudo42” sus tiernas tetitas, que se masajeaba con las manos, mientras suponíamos que ese hombre se estaría masturbando viéndola, diciendole al poco rato:
—Te daré 100 monedas, quiero ver tu coñito para hacerme otra paja.
La nena obedeció, quitándose el short y las braguitas y se exhibió totalmente desnuda ante su cam, girándose para enseñarle su culo, y luego, sentándose, abrió sus piernas para que le viera su vagina con esa rajita que ya se entreabría ligeramente por la excitación que ella misma estaba sintiendo con todo eso, acariciándosela sin poder evitarlo, y abriéndosela con los dedos para mostrar su virginal interior a ese pervertido que miraba su webcam, totalmente excitado, que luego le pidió a mi hija que se masturbara, por lo que tuve que decirle que no se metiera el dedo, que eso tenía otro precio.
“Vergudo42” pagó más monedas para verla a su antojo, y supongo que se correría viéndola, porque yo misma también me había excitado con lo que estaba viendo, imaginándome a ese hombre masturbándose mientras miraba a mi hija en su ordenador, en su casa, y quien sabe, si estaba casado, o tenía hijas como la mía, pero en su estado de excitación, seguía hablándole:
—Que rico lo tienes, te lo comería todo…. Afortunado el que pueda hacerlo….
Pero mi hija no le dijo nada, porque no era cuestión de saciar su curiosidad morbosa, él estaba allí para pagar a mi hija por exhibirse y no para contar su vida privada, aunque yo misma me vi sorprendida por esos pensamientos morbosos, que me hicieron comprender al marido de mi amiga Eva, por sentirse excitado exhibiendo a su hija por internet.
Finalmente, ese hombre acabó dándose por satisfecho, después de haberse corrido a placer, cortando la conexión sin ni siquiera despedirse, quizás, por haber sido sorprendido, aunque también pudiera ser que una vez consumido ese producto que acababa de comprar, que era mi hija, ya no le importaba ella. Esto era internet y tampoco hacía falta ser educado o tener empatía por los demás.
Durante los siguientes días, fueron sucediéndose otras sesiones privadas con hombres que iban pidiendo diferentes cosas, cada vez más atrevidas, hasta que una vez se me vio por la cámara y un hombre llamado “Javi111”, se dirigió a mí:
—La madre es tan guapa como la hija. ¿Hacéis cosas juntas también?
—¿Qué quieres decir? —le escribió mi hija.
—Que si os besáis, os tocáis… Algunas mamás lo hacen con sus hijas.
Clara me miraba desconcertada, sin saber que responderle, por lo que me puse yo al teclado:
—¿Aquí en la cámara? Es que esas cosas no están incluidas en el menú, y no sé qué precio tienen.
—Da igual. Yo te daré las monedas que me pidas.
—Está bien, tú vete echando mientras nos vas viendo…..
Yo me acerqué a Clara y me puse a besarla en la boca, metiéndole mi lengua y jugando con la suya, de forma que se vieran bien en la cámara. Así continuamos durante un rato, acariciándonos las dos hasta quedarnos desnudas, haciendo cosas con mi hija que ni me hubiera imaginado, pero allí, delante de esa Cam, parecía haberme vuelto loca, por lo que debíamos ser un auténtico espectáculo para “Javi111”, que luego nos pidió que nos chupáramos el coño, lo que hicimos mientras el sonido de las monedas no dejaba de escucharse.
Mis prevenciones ante este tipo de actividades iban desapareciendo a la vez que mi hija se habituaba a otras que no deberían ser normales a su edad, pero allí delante de aquella cámara nos transformábamos y la vergüenza desaparecía.
En esos días recibí un correo de la Agencia, felicitándonos por los ingresos obtenidos y las visitas que teníamos, y comunicándonos que habíamos alcanzado unos objetivos que nos daban derecho a recibir un lush, pero como era muy grande para que mi hija se lo metiera, le enviaron un dildo pequeño para ser activado a distancia por los que la veían, de la misma forma que las mayores, lo que sirvió para aumentar la morbosidad de nuestras transmisiones.
Ese pequeño dildo metido en el coño de Clara, iba recibiendo las vibraciones que le enviaban pagando monedas los que miraban y eso empezó a ser una nueva atracción, en la que le pedían que abriera las piernas para ver esa deliciosa vagina estimulada por el dildo, que hacía salir sus jugos por ella. Los gorditos y sonrosados labios de su vulva destacaban en la blanca piel de la cría, potenciando ese aire infantil que tanto excitaba a los que la miraban.
Mi hija Clara ya era capaz de hacer todo eso ante una cámara abierta a todo el mundo, y yo también era una persona nueva, sin los miedos y prejuicios que me bloqueaban recién separada de mi marido, por lo que cuando volví a ver a mi amiga Eva, pudimos hablar con más confianza de lo que hacíamos, diciéndome ella:
—¡Oye!, que ya vi que al final te animaste a que tu hija emita en la página. Se le da genial.
—Sí, me costó un poco de trabajo al principio, pero ahora estamos las dos encantadas.
—Me alegro mucho. ¿Y qué tal las transmisiones privadas?
—Muy bien, ahí nos desatamos las dos, jaja.
—Qué bueno. A mí me divierte mucho hacerlo con las mías también y la campana no deja de sonar.
—Como a mí. No me puedo creer todo el dinero que hemos ganado en tan poco tiempo.
Desde que me había separado, no había vuelto a probar el sexo con un hombre, conformándome con esas sesiones con mi hija, pero ya empezaba a tener esa necesidad y el destino quiso que conociera a un hombre, llamado Enrique, también separado, con un hijo que solía jugar con mi hija en el parque, lo que motivo que empezáramos a hablar y tuviéramos una buena sintonía entre nosotros, así que debido a la necesidad que teníamos los dos, acabamos en la cama al poco tiempo.
Nosotros nos metíamos en la habitación a follar, mientras los niños jugaban en el salón, consiguiendo después de tanto tiempo, volver a disfrutar del sexo como era debido, añadiéndole la inhibición que tenía ahora con la experiencia de las cams, lo que empecé a compartir con él en una morbosa complicidad.
Y quiso el destino, también, que en una de esas transmisiones, un hombre, durante la conversación de chat empezó a preguntar a la cría:
—¿Ya has tenido una polla en tus manos? ¿Te gusta jugar con ella? ¿Te han follado ya?….
Todas esas preguntas eran respondidas por Clara con una picardía que iban encendiendo todavía más a ese hombre llamado “zorro50”, que le acabó pidiendo poder verla chupando una polla en la cam, lo que en ese momento no fue posible, pero la cantidad de monedas que nos ofrecía era tanta que me obligó a pensar en ello, aunque no supiera de donde iba a sacar esa polla para que mi hija se mostrara con ella.
Así que se lo comenté a Enrique y él se mostró dispuesto a colaborar con nosotras para cumplir esa petición tan especial de “zorro50”, que recibió encantado la confirmación de su fantasía.
Enrique no quería enseñar la cara, por lo que solo se enfocaba a la niña y a su polla, pero eso era suficiente para satisfacer el morbo de quien pagaba. Mi hija tenía en su mano la polla de Enrique, moviéndola y llevándola a su cara, dándole pequeños lengüetazos, mientras él le sobaba las tetas y acariciaba su cuerpo, pasando sus dedos por la vagina de la cría, hasta que terminó metiéndose en su boca esa polla, que casi ni le cabía, pero se notaba que disfrutaba de ella.
Enrique también estaba disfrutando de todo eso. No sé si él habría estado ya con más niñas de la edad de Clara o era su primera vez, pero poco después de estar chupándosela ella, cuando le dijo que se iba a correr, mi hija le pidió:
—Échamelo en la boca, que me lo trago.
Yo cada vez me sorprendía más con la cría, porque todo lo que iba viendo de ella, me demostraba que ya lo había hecho muchas más veces de lo que me había dicho y eso, no sé por qué, me llenaba de morbo en esa situación de plena excitación por parte de los tres, así que de una forma improvisada, por primera vez salí en esa cam de mi hija, follando con Enrique, algo a lo que no pude resistirme de lo cachonda que estaba, mientras ella nos miraba con morbosa curiosidad.
Lo que había empezado como una simple exhibición de mi hija para que se calentaran unos cuantos pervertidos por Internet, se había convertido en lo más perverso que nunca hubiera imaginado, no sabiendo ya donde estaría nuestro límite, y más cuando Enrique me propuso:
—¿Quieres que salga mi hijo Toni también en la cam con tu hija?
Yo le miré extrañada, porque no me lo esperaba, que quisiera involucrar a su hijo también en eso, pero en esta nueva dinámica en la que estaba metida, todo podría ser posible, por lo que le pregunté:
—¿Pero él ya tiene alguna experiencia?
—Bueno, tengo que confesarte algo. Cuando me separé, y mi esposa se fue, no queriendo saber nada del niño, él quiso dormir conmigo. Se sentía abandonado y no se separaba de mí para nada. Él se abrazaba a mí y eso me provocaba erecciones, al igual que a él, y parecía que le gustaba, empezando a agarrarme la polla y yo a él para darle gusto, hasta que acababa masturbándole, empezando a chupársela también, por la excitación que me daba todo aquello. Si yo hubiera tenido una hija como la tuya, creo que me pasaría toda la noche comiéndole el coño. Es una maravilla —dejándome otra vez sorprendida.
—¡Vaya! Aquí no gana una para sorpresas. Pero esta experiencia me ha servido para comprender mejor a mi marido y a todos los hombres en general. Yo tenía la mente muy cerrada y gracias a una conversación casual con mi amiga Eva, pude empezar a abrirme. ¿Y le gustaba al crío lo que hacíais?
—Claro que le gustaba, le encanta hacerlo cuando estamos solos en casa, pero me gustaría que probara con alguna chica también.
—Sería lo ideal.
—Podemos poner a nuestros hijos en la cam y que jueguen entre ellos. Seguro que no paran de darte monedas viéndolos.
—Desde luego, eso va a ser tremendo. Nos van a poner cachondos a nosotros también.
Durante los siguientes días pusimos a los dos críos juntos en la cam, lo que creó un morbo añadido a los que les veían, empezando a preguntarles y a pedirles cosas:
—¿Sois novios?, ¿os dais un besito?, ¿habéis follado entre vosotros?….
Pero estaba claro que no se iban a conformar con eso, y empezaron a llegarles propuestas de privados de todos esos que se habían enganchado a la cámara de mi hija, para que fueran más atrevidos y cuando recibieron las suficientes monedas, actuaron solo para los que las aportaron, dejándose ver desnudos y tocándose mutuamente. Toni era la primera vez que estaba con una chica y pasaba su mano por la piel de mi hija deleitándose con su tacto, mirándola cada vez que la pasaba sobre sus labios vaginales, como esperando su permiso.
Clara tenía su polla empalmada en su mano y la masturbaba, con mayor desenvoltura, debido a su mayor experiencia, para luego ponerse a chupársela ante los expectantes mirones que seguían aportando mientras seguramente estarían pajeándose con esas escenas de alto voltaje.
Cuando Toni se puso encima de la cría, yo ya estaba tan excitada que ni pensé que la fuera a follar y la desvirgara en esa primera vez de los dos, pero antes de que pudiera detener eso, la polla del crío se hundió en la vagina de mi hija, que la recibió con agrado, sin ninguna muestra de dolor, por lo que supuse que Clara ya se habría desvirgado ella misma, metiéndose cualquier cosa en el coño a causa de la excitación que le provocada su trabajo diario ante esa cámara.
La música de la campana que iba remarcando las monedas aportadas no paraba de sonar, porque supongo que el espectáculo merecía la pena y que podría entusiasmar a cualquiera, consiguiendo una recaudación record, por lo que nuevamente nos felicitó la Agencia, sugiriéndonos que le hiciéramos fotos y vídeos a la niña para venderlos a través de la página y ahí me puse yo a hacerle todo eso que nos pedían, mientras Clara se exhibía, se masturbaba, usaba los juguetes o le chupaba la polla a Enrique.
A causa de eso, recibimos el encargo de un video en el que Enrique follara a la cría, y yo ya no podía negarme tampoco a eso, sobre todo viendo a mi hija que estaba deseando hacerlo, así que yo misma me puse a grabar como mi nuevo compañero se follaba a mi hija, que disfrutaba como una loca de su polla.
La polla de Enrique era bastante más grande que la de su hijo y provocaba que los gemidos de mi hija fueran más fuertes y seguidos, porque sus orgasmos no paraban de llegar, pero ella, como loca, pedía más y más….
Mi hija se había convertido en una especie de puta, habiendo naturalizado el sexo como una cosa más en su vida, que además, le divertía y sobre todo, divertía a los demás.
No sé si cuando Enrique me conoció, se imaginó alguna vez que podría acabar follando a mi hija, pero lo que seguro que a mí nunca se me había pasado por la cabeza era que llegaría a tener deseos morbosos hacia un crío como su hijo Toni, pero todo esto de las Cams me estaba trastornando, así que se lo propuse a él, que acogió mi idea entusiasmado, porque en el fondo lo que más deseaba era que su hijo disfrutara lo máximo posible con el sexo, a pesar de su corta edad, quizás porque se sentía un poco culpable de haberlo sexualizado tan temprano haciéndole inclinarse más hacia las pollas que hacia las mujeres, y por eso deseaba que fuera probando con cuantas más mujeres mejor.
Yo estaba muy nerviosa cuando llevé a Toni a mi cama, pero el morbo de tenerle, después de haberle visto con mi hija, era más fuerte todavía y al tenerlo desnudo ante mí, ya me puse a mamar su pollita, metiéndomela entera en la boca, disfrutando de ese pequeño manjar que ya empezaba a destilar su juguito.
Luego, tumbándome en la cama, metíó su cabeza entre mis muslos, porque me gustaba verle ahí, amorrado a mi coño, chupándomelo con su lengua una y otra vez, hasta que le hice subir un poco para encajar su polla en mi vagina, haciendo que me follara, como había aprendido con mi hija, y aunque no era una polla de gran tamaño, su simple rozamiento con mi clítoris ya me hizo correrme a la vez que él eyaculaba nuevamente dentro de mí.
Y como ya nada suponía un límite para mí, un nuevo paso nos esperaba, cuando uno de esos hombres que miraban la cam de mi hija, llamado “Maduro60”, le preguntó por privado:
—¿Haces real?
Ella me miró, sin saber que contestar, pero yo le hice una seña para que dijera que no, algo con lo que no se conformó ese hombre y siguió insistiendo, haciéndonos una oferta tras otra, hasta llegar a una cantidad que yo no había visto en mi vida y mirando a Clara, esta vez esperando su aprobación, le contestó que sí.
Cuando le preguntamos quién era, no nos lo quiso decir, sólo que confiáramos en él, aunque por nada del mundo yo me esperaba que fuera alguien conocido ni de nuestra ciudad, por lo que cuando fuimos al lugar de encuentro que habíamos acordado, me encontré a un profesor de mi hija e intenté disimular para que no supiera a lo que habíamos ido allí, pero él nos hizo una señal para que acercáramos:
—Soy yo el que os ha citado, “Maduro60”.
—¡D. Ramón!, ¿es usted?
—Ya sé que no te lo esperabas, pero es lo que sucede cuando te muestras ante alguien al que no ves y no conoces.
—¡Ay, Dios! ¡Qué vergüenza!
—No te preocupes, porque la vergüenza es mía también. Me costó mucho dar este paso, pero confío en tu discreción, porque a los dos nos conviene.
—Sí, desde luego. Pero…, usted da clases a niñas como mi hija. ¿Es que se excita con ellas?
—Claro, como a otros compañeros míos. Hablamos de ellas, de lo ricas que están y de cómo nos gustaría joderlas. Puedes pensar que somos unos pervertidos, pero solo son sueños de hombres mayores que sabíamos que no cumpliríamos nunca.
—¿Y cómo supo que mi hija salía en esas cams?
—No lo sabía. Me la encontré un día por casualidad curioseando por internet y me llevé la mayor sorpresa de mi vida, agradable, eso sí, por lo que me convertí en uno de sus mayores fans. Cuando la veía en clase, así tan modosita, no podía olvidar la sesión que me había dado la noche anterior, no pudiendo quitarme de la cabeza la imagen de su cuerpo desnudo, produciéndome una erección que tenía que ocultar a las demás niñas. Pero créeme que no se lo he dicho a nadie.
—Se lo agradezco, D. Ramón, pero me deja sin palabras. No sé qué decir….
—Mejor no digas nada… Para un viejo solterón como yo, es un sueño disfrutar de una cría como Clara. No he podido emplear mejor el dinero que llevo ahorrando toda mi vida, así que toma lo acordado por llevarme a Clara a mi casa. Te la devuelvo al anochecer.
—Está bien, pero espere….
Antes de dejarla marchar, me dirigí a mi hija:
—Clara, ¿de verdad quieres ir con D. Ramón? Todavía podemos echarnos atrás.
—No mamá, no te preocupes. Yo sí quiero ir.
Y ahí se la llevó ese hombre, alguien que jamás imaginaría que estaría mirando todos los días esas cámaras de niñas y que yo le entregaría a mi hija para que la follara, a cambio de un buen dinero, eso sí, pero había aprendido la lección de que en este mundo de internet, en el que puedes llegar al otro extremo del mundo, tu vecino de al lado, un familiar o alguien muy cercano a ti, puede ser tu mayor seguidor sin que tú lo sepas.
excelente historia
como un buen vino