LA ANSIOSA Y CANDENTE SANDY…UNA FAMILIA ATÍPICA.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por PEDROVL.
El desprecio que Andrea recibió de parte de mi padre le dolió mucho, pero cuando se dio cuenta que había algo entre Betty y yo, en lugar de descargar su coraje ahí, esto fue un bálsamo y buscó en mi ese consuelo y apoyo.
Se volvió cómplice al igual que Betty, aunque ella con más discreción y aceptando sin decirlo, ser la última de las cuatro.
Los cuatro días que mi padre falto a la casa y sin haberle avisado a Andrea la torturaron, estuvo bastante desesperada y cuando llego a casa, se mantuvo un tanto seco en su actitud para con ella.
Pero el semblante de él cambio cuando el día de previo a la navidad llegó la familia, entre ellas, su prima, quien era viuda y con la que tuvo un saludo muy efusivo delante de todos.
Su prima, no una jovencita, pero si mucho más que mi padre, de muy buen cuerpo en el que se notaba hacia ejercicio.
Al principio creí que solo estarían unos días, pero resulto que se quedarían hasta después de año nuevo.
La distancia entre Andrea y mi padre aumento a tal grado que ella casi no bajaba ni a ver tele.
La hermana de mi abuela y su esposo se instalaron en el cuarto que estaba en el primer piso, junto a los de Betty y al que comparten Sandy y Mony.
Carmen, que así se llama la prima de mi padre, se instaló en el cuarto que está en el segundo piso, junto al de Andrea.
Y sus sobrinas de mi padre, quienes eran tres, se instalaron en unas colchonetas en el cuarto de Betty.
Y aun se esperaba la llegada de una prima más de mi padre, que llegaría con sus dos nenas.
Un par de días, antes del 31.
En la tarde salí a la cancha a jugar con mis cuates, Andrea no estaba, Betty estaba en su cuarto molesta aun por lo de su regla y mis hermanitas estaban viendo tele.
Mi madre y mi abuela habían salido con su hermana y su marido, la prima de mi padre y sus sobrinas al centro, hasta donde yo sabía.
Voy llegando a casa casi al mismo tiempo que Andrea, al entrar nos sentamos un rato en la sala con mis hermanitas, luego me dice Andrea que se va a su cuarto y como estábamos platicando bien, decido acompañarla y al ir subiendo las escaleras ya para llegar al segundo piso, oímos ciertos jadeos, avanzamos en silencio, los jadeos provenían del cuarto contiguo al de Andrea.
Nos acercamos despacio y nos asomamos por la ventana, la cual tiene cortinas similares a las del cuarto de Andrea que son caladas.
Al asomarnos, pudimos ver a la prima de mi padre desnuda con las piernas bien abiertas y a él de pie entre medio, sujetándoselas y cogiéndosela con fuerza.
De solo ver la escena me excite bastante, pero al voltear a ver a mi hermana, vi que unas lágrimas brotaban de sus ojos, le hice señas que nos fuéramos de ahí.
La tomé del brazo bajamos a la sala, aunque trataba de no llorar, pero su tristeza era evidente.
Se quedó callada, no decía nada, aun entre las ocurrencias de mis hermanitas, yo no sabía que decir, solo tenía en la cabeza esa excitante imagen…unos minutos después bajo Betty y casi detrás de ella la prima de mi padre, minutos más tarde él.
Nadie dijo nada, ya que casi dos horas después llegaron los demás.
Más tarde me entere que Carmen no salió por un “fuerte dolor de cabeza”.
La mañana del 31, llego una de las hijas de la hermana de mi abuela (Naty) junto con sus dos nenas de 7 y 8 años, a quienes instalaron en el cuarto de mis hermanita, pero la señora se instaló con Carmen, en el segundo piso.
Ya en noche, Andrea no quería bajar, eran ya las nueve de la noche y Sandy con Mónica estaban jugaban con las primitas hijas de Naty.
Betty ayudaba en la cocina junto a las señoras, mientras mi padre platicaba con el marido de su tía.
Como yo era el único que no estaba haciendo nada, ni platicaba con nadie, mi abuela entre sus carreras pregunto por Andrea, como nadie dio razón de ella, me dijo que subiera a verla y que no bajara hasta que bajara ella, por lo cual subí rápido.
Llegue a su recamara, toque y entre, ni siquiera pregunto quién era.
Andrea estaba recostada sobre su cama boca abajo dando la espalda a la puerta, me acerque a su cama y me senté a su lado izquierdo.
-¿No vas a bajar?- Le pregunte.
-No, no tengo ganas- Me respondió.
Con la mirada recorrí el bello cuerpo de mi hermana, le acaricie el hombro izquierdo y ella me miro, le sonreí y ella me correspondió, se notaba triste.
Le di un beso en el hombro.
Se notaba que ya se había bañado, ya que estaba con un short y blusa de pijama de color morado.
-Anda, baja con nosotros.
– Le dije.
-¿Y para qué?, si nadie me hace caso, ni me pelan siquiera.
– Me contesta con tristeza y en clara alusión a mi padre.
-Baja por mí.
– Le conteste sin pensarlo.
Me miro por unos instantes, luego me jalo del cuello y ella también se estiro para darme un beso en los labios.
Luego me acaricio la mejilla derecha.
-¡Gracias! Eres muy lindo.
– Me contesto.
-¡Ándale, baja!- Le volví a repetir.
Se me quedó mirando por unos instantes.
-¡Ok! Voy a bajar, pero no me voy a arreglar, voy a bajar en short y blusa nada más.
– Me dice seria.
Sabiendo que era cena de fin de año y con invitados en casa, a mi padre le molestaba eso, por lo que decidido me pare y me saque del pantalón la camisa y me la desabroche un poco, apoyando con esto a Andrea.
Se paró y fue a su cajonera, saco de ahí un short de mezclilla azul deshilachado de las piernas, una camiseta blanca con una figura al frente, se paró frente a mí y me miro.
-No me voy a salir, te voy a esperar aquí hasta que bajes conmigo.
– Le dije, sabiendo que esperaba me saliera para cambiarse de ropa.
Nada más sonrió y se despojó de su pijama, quedando completamente desnuda frente a mí, solo de verla me excite al máximo, teniendo mi verga bien dura en mis pantalones.
Sus pechos, su cinturita, sus nalgas y su concha era un tremendo manjar frente a mí, deseaba comérmela, pero había que bajar a cenar.
Se vistió y su cabello solo se lo agarró con una liga.
Bajamos los juntos a la sala, las primeras en ver a Andrea fue mi abuela y luego mi madre, ninguna dijo nada cuando vieron que la llevaba de la mano y yo iba con la camisa a medio abrochar y por fuera del pantalón.
Al llegar a la sala nos topamos con Carmen, la “prima” de mi padre, con la hermana de mi abuela y su esposo y su hija Naty.
A parte de mis hermanas y nuestras pequeñas primitas.
Carmen al verla, frunció la cara y dijo:-¡Ora! ¿Y esas fachas?, ¡pareces pordiosera!
Me encabrito ese comentario.
-¡Hola tía! ¿Cómo está? ¿Ya se le quito el dolor de cabeza?- Le dije.
-Ya sobrino, gracias.
– Me contesta sonriendo.
-Es buena la leche de magnesia que le inyecto mi papá ¿verdad?- Le conteste con una sonrisa.
Contesta la hermana de mi abuela que la leche de magnesia no se inyectaba, se tomaba y que esa no era para el dolor de cabeza.
-Bueno, como no me di cuenta si se la termino de inyectar o se la dio tomada.
– Le dije con cizaña, al tiempo que voltearon todos a ver a Carmen, está ya no supo que decir y en eso llega mi padre con unas cervezas y reparte a todos los presentes.
Se da cuenta de cómo iba vestida Andrea y dice: -¡Ora! ¿Y esas fachas?
Ya le iba a contestar cuando intervino Carmen, diciendo que “las mujeres bellas con cualquier trapo que se pusieran lucían”, con esto para tratar de callarme.
Ya cuando nos íbamos a sentar a cenar, le dije a Andrea que se sentara a mi lado izquierdo y a Betty que se sentara a mi lado derecho, ya que mi padre queriendo quedar bien, pretendió moverme de mi lugar y dárselo a su tío, pero este se negó y dijo que ese era mi lugar, haciéndole segunda mi abuela.
Con este gesto, Andrea y Betty me miraron con un gesto de alegría y un suave beso al aire.
Después de la cena, siguieron tomando los mayores, Andrea me pidió permiso para retirarse a dormir, a lo que le dije que sí, luego me dio un beso muy cerca de los labios.
Betty la secundo, así como Mónica y nuestras primitas que estaban instaladas con ella y con Sandy.
Serian pasadas de las dos de la mañana, mi padre y compañía ya estaban algo borrachos, cantaban y bailaban con torpeza, decían estupidez y media.
De los jóvenes nada más quedábamos Sandy y yo.
Me iba a retirar a mi cuarto cuando Sandy me dijo con una sonrisa que deseaba quedarse conmigo esa noche, no le conteste solo le sonreí, fui donde mi madre que estaba en la cocina preparando más tragos, le dije que Sandy se quedaría conmigo en mi cuarto, entre su borrachera se me quedo mirando por un instante, luego me respondió que sí.
Fui por Sandy y nos retiramos a mi cuarto.
Esa noche ella vestía una falda rosa pastel, más debajo de sus rodillas, holgada y liza, con una blusa del mismo color y tono, con la cual se notaba el tipo de pequeño brassier que traía debajo, el cual era de media copa y encaje.
Entramos y cerré la puerta por dentro, no era necesario prender la luz, la luz del patio iluminaba bien hacia mi cuarto al tener las ventanas abiertas.
Al ir subiendo las escaleras toque su bella y dura cola, al sentir Sandy mis manos, la movió con coquetería y me miro mientras sonreía.
Antes de terminar de subir las escales le subí la falda, por lo que pude ver el rosa pastel de su pequeña pantaleta.
-¡Que hermosa cola tienes Sandy!- Le dije mientras seguía acariciándosela por debajo de la falda.
-¿Te gusta?- Me contesto.
-¡Me encanta! Y es mía.
– le dije, a lo que ella, al llegar al último escalón se detuvo y paró la cola frente a mi cara.
Le subí por completo la falda, le metí entre sus nalguitas su pequeña pantaleta y le di un beso en cada una de ellas.
Terminamos de subir y luego fui a cerrar las ventanas y correr las cortinas, estábamos completamente a oscuras, oí cuando Sandy se tendió sobre la cama y dejo caer los zapatos.
Llegué hasta ella y me quite la camisa y los zapatos, luego me subí a la cama, sentí sus piernas, por lo que fui subiendo su falda poco a poco mientras iba besando sus lindas piernas.
-Espera.
– Me dice ella, se sienta y se quita la blusa, el brassier, la falda y por último la pantaleta, quedando completamente desnuda.
Mis ojos se van adaptando a la oscuridad y distingo su bella silueta.
Me iba a quitar el pantalón cuando ella me dice que quiere ayudarme, por lo que me acuesto y me despoja de él y de la trusa, arroja la ropa al piso, luego se acomoda entre mis pierna, agarra mi verga ya erecta y la acaricia despacio, luego comienza a chuparla con un poco de torpeza, pero poco a poco fue mejorando.
Se metió más allá de la mitad a su cálida boquita, la acaricio con sus labios al sacarla, luego volvió a meterla, una y otra vez, la chupo, la succiono de la cabeza, era riquísimo como lo hacía.
-¡Que rico lo haces Sandy!- Le dije entre jadeos.
-¿Te gusta manito? ¿Lo hago bien? – Me pregunta entre gemidos que escapan de sus labios cuando para de chupármela.
-Lo haces de maravilla…chúpame los huevos también.
– Le dije.
-Si manito.
– Contesta y enseguida baja más.
Lamio con su rica lengua mis huevos uno a uno, luego los fue chupando, metiéndoselos a su boquita y jalándolos con suavidad.
Luego volvió a chupar mi verga, estaba engolosinada con ella, si la hubiera dejado me hubiera hecho acabar rápido y yo no deseaba eso, deseaba cogerla, meterle la verga en su concha, en su cola, venirme dentro de ella las veces que se pudiera.
Así que la jale y la recosté a mi lado, me coloque entre medio de sus piernas, se las levante y separe y luego hundí mi cara entre su caliente y empapada concha.
Estaba lista para ser penetrada, pero quería disfrutar de sus deliciosos jugos.
Apenas si lamí la primera vez y ella sacudió sus caderas, gimiendo con suavidad, volví a lamer recorriendo toda la raya de su concha, saboreando sus jugos.
Luego metí la lengua en la cuevita de su concha hasta donde pude alcanzar, a lo que sacudió sus caderas abriendo más sus piernas y empujando mi cabeza contra ella, luego la aprisiono.
Era súper sensible, a pocas lamidas Sandy llegaba al orgasmo, pero no deje de penetrarla con mi lengua, se la metía y sacaba una y otra vez, luego presione su botón, lo cual la hizo estallar por segunda vez, entonces se hiso hacia arriba, sentándose un poco y jalándome de los brazos.
-¡Ya manito, ya!- me dijo.
Me subí y ella se acostó, me acomode entre sus piernas, su manita agarro mi verga y la centro en la cueva de su concha, se la metí despacio.
Estaba empapada, caliente y rica, apretadita a pesar de ya no ser virgen, comencé a bombearla despacio.
Las piernas de Sandy rodearon mi cintura, por lo que su cadera se levantó un poco más y mi verga entro con mayor facilidad, mientras sus brazos rodearon mí cuello.
Poco a poco fui arreciando mis embestidas llegando en cada una de ellas hasta el fondo de su útero que golpeaba.
Entre gemidos y respiración acelerada, Sandy me pedía más, pedía que no parara.
-¡Mas manito, mas! ¡Sigue, sigue!- Me decía.
La embestía con fuerza, deseando llegar hasta el fondo de ella, que sintiera y gozara al máximo.
-¿Me la vas a meter por la cola manito?- Me pregunto entre gemidos.
-¿Quieres que te la meta en la cola?- Le conteste.
-¡Si manito, métemela por donde quieras!– Me contesta.
-Es mía esta cola y esta concha, así como toda tú.
– Le conteste.
-Si manito, todo es tuyo.
– Reafirmo dándome besos en las orejas y en el cuello.
Le saque la verga de su concha y le dije que se acomodara de lado, lo hiso sobre su lado derecho.
Le levante la pierna izquierda y me acomode sobre su derecha, sostuve su pierna en mi brazo izquierdo y se la metí de un solo golpe, llegando hasta el fondo de nuevo, le acaricie y abrí sus ricas y duras nalgas, picoteando a la vez su cola con mi dedo medio.
Poco a poco se lo fui metiendo, hasta que la mitad estuvo dentro, entonces se lo saque y volví a meter, haciendo que Sandy agitara sus caderas de placer.
Mis embestidas eran recias, sin compasión, tal como me pedía mi hermanita.
Golpeando mis huevos contra su pierna en cada embestida.
Luego se la saque y centre en la entrada de su cola, se la fui metiendo despacio, poco a poco le entró la cabeza, luego el cuello y poco a poco el tronco hasta que entró toda.
Un fuerte respiro y un suspiro escaparon de los labios de Sandy.
Me quede quieto por un instante, pero Sandy comienza a mover sus caderas, por lo que se la saco un poco y vuelvo a meter, una y otra vez, se la saco un poco más y vuelvo a meter con más fuerza, hasta que mis embestidas son más fuertes, así como sus gemidos y jadeos.
¡¡Guau!! Es golosa y ansiosa Sandy.
Aprieto los labios, el sudor cae a chorros por mi frente y mi respiración es acelerada, mis músculos abdominales están contraídos por el esfuerzo, pero es sublime el coger con mi hermana.
Así, en esa posición su cola se come toda mi verga y ella parece disfrutarlo.
Luego de un rato se la saco, le acomodo una almohada debajo de sus caderas y ella se acomoda boca abajo con las piernas separadas, agarro mi verga y se la meto de nuevo en su cola, despacio.
Apoyo los puños a la altura de sus hombros y vuelvo a embestirla, es deliciosa la sensación de golpear sus nalgas en cada embestida.
Para nada estoy cerca de venirme, a comparación de Sandy que ya ha tenido varios orgasmos, es sensible, pero golosa y ansiosa.
Se la saco y me bajo de la cama, la jalo de sus caderas y la pongo de rodillas a la orilla, apoya su pecho sobre la cama, se la meto de nuevo en su cola, la agarro de sus caderas y vuelvo a embestirla, poco a poco arreciando.
Es exquisito cabalgarla, le doy un fuerte manazo en su nalga derecha, el cual me arde la palma y a ella también, pero que le gusta ya que mueve sus caderas contra las mías y me lo dice.
-¡¡Más!! Manito, más.
– Suplica.
Le doy otro manazo un poco más fuerte y la embisto con fuerza una y otra vez, hasta que estoy cerca de explotar y ella lo siente.
La sostengo firme de sus caderas y embisto una y otra vez hasta que por fin exploto dentro de ella, no paró, sigo, una, dos, tres fuertes explosiones que llenan su cola de mi leche, se la saco y termino de venirme sobre sus nalgas…¡¡Guau!! Que rico inicio de año.
Se recuesta sobre la cama y me recuesto sobre ella para abrazarla y besar sus hombros.
-Oye manito ¿Y si se enojan mamá o papá porque estemos haciendo esto? A mí no me gustaría que dejáramos de hacerlo.
– Me dice.
-No se van a enojar, porque no nos van a cachar y siempre te voy a coger porque esta cola y esta concha son mías.
– Le conteste mientras le daba un beso en su hombro izquierdo y acariciaba su nalga izquierda.
-¿Deberás?- Me pregunta.
-Así es.
– Le contesto.
-Pero ¿y si tienes novia ya no me vas a querer coger a mí?- Comenta angustiada.
-Aunque tenga novia o tu tengas novio o ya estemos casados, siempre te voy a coger.
– Le conteste.
-¿Aunque ya tenga hijos?- Me pregunta entre risas.
-Aunque ya tengamos hijos, te voy a ir a visitar para cogerte.
– Le contesto entre risas.
Me levante con mi verga aun semì erecta, le ayudo a levantarse y nos vamos a bañar.
Terminamos y regresamos a la cama, así desnudos nos dormimos abrazados como cual pareja de casados.
Quedamos profundamente dormidos, extasiados y complacidos uno del otro.
Ya asomaba el sol por la ventana cuando entre sueños oí el toquido de la puerta, le levante y envolví en la toalla, baje y abrí, era Andrea quien nuevamente me despertaba para bajar a almorzar.
Luego de unos minutos nos presentamos al comedor, Sandy vestida con su blusa y falda rosa pastel, descalza y despeinada, mientras que yo bajo en short.
Llegamos al comedor y ahí nos encontramos con mi madre, quien nos sorprende y recibe sonriendo, con un beso a cada uno en la mejilla.
-¿Durmieron bien?- Nos pregunta mientras nos sonríe y abraza.
¡¡Si!! Le contestamos los dos.
-Qué bueno, se nota que durmieron bien juntos.
Ya prepárense para comer.
– Nos dice mientras se inclina un poco y nos da una liguera nalgada a ambos.
Mi madre parecía estar de acuerdo en que Sandy hubiera “dormido” conmigo… ¿Acaso no se imaginaba nada? Ya que no se molestó, e incluso, días después volvió a pedir permiso para dormir conmigo y no hubo problema, después lo hizo Betty y por igual….
Andrea…Andrea, Andrea….
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!