LA BUENA Y LA MALA
Las bautizaron como “Betty y Miriam”.
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LA BUENA Y LA MALA
La madre apenas había cumplido los 14 y el padre 16, eran noviecitos cuando quedó embarazada, a ambos los echaron de sus respectivas casas.
Sin experiencia ni dinero, las cosas fueron más que difíciles, vivían en un cuarto de un edificio abandonado y comían lo que encontraban o la gente les daba.
Así mas de un año, nacieron dos nenas gemelas, por suerte, ambas sanas y normales.
Las bautizaron como “Betty y Miriam”
Las necesidades los hacían pelear constantemente, decidieron que cada uno se quedaría con una niña y tratarían de sobrevivir cada uno por su lado.
A él, lo perdonaron sus padres y ayudaron a criar a Betty, ella no tuvo esa suerte y con Miriam, pasaron infinitas penurias.
Para poder alimentar a su hija, ella se entregaba a habitantes del edificio abandonado donde vivía, pero también estaban los que abusaban de ella sin darle nada a cambio, solo humillaciones y vejaciones.
Miriam a los 3 años era testigo de las diversas variaciones de sexo que tenia su madre en esa única habitación.
La droga ayudó a que su madre se comportara cada vez peor.
Mientras Betty tenía todas las comodidades y cuidados, Miriam tuvo que tocar vergas de los clientes de su mamá, incluso aprendió el sabor a queso parmesano de algunas pijas que le metían en su pequeña boquita.
Milagrosamente nunca la violaron, pero si muchos hombres ponían sus miembros entre sus piernas y eyaculaban moviéndola.
A los cinco, Miriam se encargaba de lavar las pijas de algunos clientes que disfrutaban con eso.
Ese año alguien hizo la denuncia y cuando la policía y los asistentes sociales la encontraron, descubrieron que tenia manchas de semen en todas sus bombachita.
Los abuelos paternos pidieron la custodia, que después de muchas idas y vueltas consiguieron que viviera en la misma casa de Betty.
Aunque las dos eran idénticas, Miriam tenia cara de mayor. Betty siempre estaba riendo y su hermana ni siquiera sonreía, extrañaba su madre y quizás su entorno.
Ya la habían acicalado en servicios sociales, Tuvieron que cortarle el cabello por pediculosis.
De cualquier manera, en s nueva casa la volvieron a bañar y vestir adecuadamente.
Dormirían las dos en la misma pieza.
Betty intentaba por todos los medios acercarse a su hermana, pero Miriam estaba de mal humor.
Fue una respuesta casual, la que cambio la relación entre ambas.
Betty: “Quieres que juguemos con las muñecas antes de dormir”
Miriam: “¡Porqué no me chupas la concha!”
Para Betty esto no significaba un insulto…Se quedó en silencio y finalmente bajó de su cama y subió a la de su hermana, que la moraba sorprendida…
Ambas tenían pijamas de dos piezas, remerita y pantalón.
Betty bajó el pantalón de su hermana arrastrando también el calzon, puso su boca en el monte de venus de Miriam y chupó.
Betty: “¿Así?”
No se que habrá pasado por la mente de Miriam, que como respuesta abrió lo mas que la ropa le permitía sus piernas, empujó la cabeza de su hermana mas abajo, logrando que los labios de ella estuvieran en el medio de la entrada de su vagina.
Le movía la cabeza de arriba abajo y jadeaba de placer.
Estuvieron mas de diez minutos así, Betty cada vez más exaltada, respiraba aceleradamente y gemía cada vez más fuerte.
De pronto puso a Miriam a su lado y fue ella la que le bajo la ropa a Betty, la que se los quitó del todo, quedando desnudita de la cintura para abajo, inmediatamente puso su cara entre las piernas y lamió, chupó y metió la lengua en la concha de Betty.
La que en muy poco tiempo arqueó su cuerpo y tuvo el primer orgasmo de su vida.
Betty se puso al lado de su hermana, se abrazaron y quedaron a si, como pensando…
Betty; “¿Te gustó?”
Miriam: “sí, mucho, no sé qué me pasó”
Se escuchaba movimientos de la familia, se vistieron y cada una fue a su cama.
Miriam, se despertó a las dos de la madrugada, el lugar le era extraño, no podía dormir.
Decidido saquear la heladera, revisar la casa.
Los abuelos no Vivían allí, le habían dejado la casa a su hijo, para que tenga espacio para criar a sus gemelas.
La habitación del padre tenia la puerta entre abierta, Miriam espió el interior.
Él estaba destapado, tenía puesta un amplio short, el cual dejaba ver parte de sus genitales en una de sus piernas.
Había visto muchas vergas y muchos huevos, pero esta era la primera vez que no sentía que éstos fueran agresivos, peligrosos y mucho menos asquerosos.
Alguien le tocó el hombro y Miriam se asustó, pegando un salto y conteniendo un grito:
Betty: “¿Qué haces?”
Miriam: “Estoy observando a tu papá#
Betty: “También es el tuyo”
Recién en ese momento Betty vio lo que su hermana estaba mirando…
Betty “¿Esa es su pija?”
Miriam: “Si su pija y sus huevos”
Betty después de decir “que asco” giró e intentó volver al dormitorio, pero su hermana la retuvo…susurrando la invitó a que vieran de más cerca.
No muy convencida siguió a su hermana, se arrodillaron sobre la alfombra y quedaron a pocos centímetros del borde del pantalón, Betty levantó el borde del pantalón y quedaron al descubierto los órganos genitales de su papá.
La verga era una salchicha arrugada con trompa de elefante, pero los huevos eran dos hermosos duraznos, inflados y sin bello, seguramente a su padre le gustaba depilarse.
Miriam, puso un dedo contra un testículo, en ese momento el padre sin despertarse se dio vuelta.
Se asustaron y salieron corriendo, mientras volvían a sus camas se reían de la travesura.
Miriam preguntó como si su pregunta fuera algo normal
“¿Le has chupado la pija alguna vez a papá?”
Betty horrorizada le dijo que no.
Ambas durmieron pensando en lo sucedido, cada una de acuerdo a su imaginación
El padre las despertó con una bandeja con desayuno para ambas, la que apoyó sobre la mesa de luz.
Abrazó a Betty besándole la mejilla (Como le venia haciendo todos los días)
Luego cambio de cama e hizo lo mismo con Miriam…que quedó inmóvil, sin saber cómo reaccionar.
Betty para romper el hielo se arrojo sobre la espalda de su padre y comenzó a jugar a la lucha.
Lo tiro poniéndolo de espaldas, Miriam se sumó al juego y se arrojó sobre él.
Entre las dos lo tenían “aprisionado” pero Miriam aprovecha la proximidad, para frotar su pubis contra el cuerpo del hombre…Betty observó esto y la imitó.
Sin lugar a dudas el padre habia sentido estos roces, porque en ese momento tuvo una erección.
Miriam lo notó y en ese momento intensificó los roces, hasta lograr quedar sobre su papá, prácticamente sentada sobre su verga….
Él estaba confundido, caliente, cachondo…mientras Miriam se movía sensualmente sobre su verga, le pidió a Betty que se fuera un rato de la habitación. Él no sabía lo que quería, pero sentía que algo pasaría con Miriam y no quería que Betty lo presenciara.
Pero Betty se enojó por ese pedido, empujó a su hermana haciéndola caer de la cama y ella misma se subió, dejando su vaginita sobre el tronco cada vez mas duro de su papá.
Miriam lejos de enojarse por haber sido echada de la cama dijo en vos alta, algo que ayudaría a lo que estaba por pasar.
“¡Que guacha que sos Betty, querés esa verga para vos sola!”
El padre no podía creer lo que acababa de escuchar, pero tenia a su hijita de siempre con los cabellos cubriendo su cara y refregando su pubis sobre su verga, causándole un infinito placer.
Siempre arrodillada al lado de la cama Miriam le dijo a su hermana que levantara un poco el culo y apenas lo hizo, tiro los shorts de su padre para abajo, dejando una monstruosa pija a la vista.
Betty volvió a poyar su cachucha contra su padre, pero esta vez era directamente aplastando el tronco de la verga.
Se movía tan intensamente que el padre tuvo que hacer su mejor esfuerzo para no acabar.
Miriam se había desnudado del todo, subió a la cama y se sentó sobre la cara de su papá, mirando de frente a su hermana, ambas tenían la mirada perdida en la mas profunda de las lujurias.
Papá comenzó a lamer tímidamente la conchita de su hija, esta hacia presión para que la lengua entrara aún más.
Betty bajó su cola hasta las rodillas de su padre y le quedo la verga a la altura de su cabeza
La tomó con las dos manos y cuando estaba por moverlas tipo paja, el pobre hombre que disfrutaba una hermosa concha virgen en su boca no se pudo contener mas y varios chorros de semen salieron expulsados de su pija, impactando en el rostro de Betty, en su cabello, en su pecho y en su propio vientre…
Las dos se quedaron sorprendidas y extasiadas.
Betty solo olió un poco de semen, Miriam fue mas audaz y metió unas gotas en su boca, demostrando con el gesto que tenía feo sabor.
Recién entonces el padre empezó a reaccionar y a vociferar, retándolas, ambas salieron corriendo y riendo de la habitación, como si solo hubieran hecho una inocente travesura.
Después de un baño, las nenas andaban por la sala como si nada hubiera pasado, el padre no se animaba a salir de su habitación.
Después de un par de horas comenzaron a llamarlo diciéndole que tenían hambre.
Él salió sin mirarlas a los ojos y comenzó a cocinar.
En su mente sentía un fuerte deseo y atracción por Miriam, la que de alguna manera no consideraba que fuera su sangre, pero haber lamido la concha de Betty era algo que su conciencia no parecía perdonarle.
Sentía que con “la mala” podría hacer muchas cosas, pero a Betty no la quería tocar…
“La segunda noche fue más interesante!
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