LA BUENA Y LA MALA segunda parte
Ya sabían los secretos de la satisfacción….
LA BUENA Y LA MALA (segunda parte)
El padre estaba nervioso, una mezcla de incertidumbre y culpa, mezclada con deseo incestuoso y amor a los más pequeños.
Finalmente, la lujuria pudo más que todo y cuando pudo le dijo en secreto a Miriam
Que cuando su hermana se durmiera fuera a su habitación.
A Miriam le parecía una especie de traición, pero la ansiedad pudo más.
Era casi de madrugada cuando estuvo segura que Betty dormía, en puntillas de pie fue a ver a su padre.
Le hiso un lugar en la cama y comenzaron a hablar…Él quería saber cosas que Miriam habia experimentado mientras vivía con su madre.
Ella relató lo primero que recordaba, siendo muy beba sentir pijas mojadas pasándole por el cuerpo y la cara, mas adelante sentir el feo olor y sabor de pijas en su boca.
Estos relatos lo calentaban más y más, quiso saber cosas que hacia su madre. Ella solo relató lo que le parecía menos normal…
De un día que vino al cuarto la policía, eran varios y entre ellos una mujer, que la desnudaron a la fuerza, que la cogieron entre todos, incluso la mujer le metió un garrote en el culo.
De una vez que vecinos salieron de una fiesta, drogados y borrachos y que se masturbaron sobre ellas, llenando a su mamá de leche en todo el cuerpo e incluso a ella también.
Por ternura y calentura el padre abrazo a su hijita por la espalda, apoyando la pija dura en su colita, Miriam se acomodó para sentirla mejor…
“¿Me queres chupar la pija, mi amor?” pregunto avergonzado por la pregunta, ella no respondió, solo giro su cuerpo, bajo hasta la mitad de la cama, mientras el sacaba afuera su aparato.
Ella tenia la barbilla apoyada en el hueso pélvico de su papá y observaba como extasiada ese mástil que era mas largo que su propia cara.
Luego lo agarró de la base del tronco y comenzó a jugar con eso, como si fuera la palanca de cambio de un auto…Finalmente levanto su carita y beso el escroto, varias veces, en cada beso la pija daba un respingo y eso le encantó.
Metió la cabeza de la pija de su padre en su boca y comenzó a succionar.
Ambos tenían los ojos cerrados, disfrutaban el placer, por eso no vieron a Betty que se había despertado y al no ver a su hermana en la cama la vino a buscar.
Sentía celos, pero también comezón en su entrepierna…
Se acercó y pegó su mejilla a la mejilla de su hermana, que en cuanto la vio soltó la pija, entonces ella se la puso en la boca y jugando con su lengua acariciaba la cabeza de la chota.
El padre seguía con los ojos cerrados y dijo “Voy a acabar” “¿te bancas la leche en la boca?”
Nadie respondió, así que pensó que era una aceptación y eyaculo con un grito de “¡Nena Tomala toda, toma mi leche, trágala por favor!”
Mientras terminaba su hermoso orgasmo se sentó en la cama para ver mejor y en ese momento descubrió que Betty era la que estaba haciendo esfuerzos para tragar las ultimas gotas de su semen.
“¡No, no, mi amor!” atinó a decir, pero el acto estaba consumado.
Se quiso levantar, quería huir, pero Miriam lo frenó diciéndole que el había descargado, pero que ellas no, que no fuera tan egoísta…
“¿Y qué quieren que haga?”
Miriam tomo una de sus manos, agarro dos de sus dedos y los colocó en el hueco de su vagina.
El padre hizo lo mismo con su otra mano en la vagina de Betty, así estuvo moviendo sus dedos enloqueciendo a las chicas que en esos momentos chupaban las tetillas de su papá, causándole un increíble placer.
Betty fue la primera en acabar, el padre noto que había liquido en la palma se esa mano.
Miriam tardó mucho más, la tuvo que ayudar su hermana quien le metió el dedo anular en el agujero del culo y en ese momento la hizo acabar.
Betty: “No es tan feo el sabor una vez que te acostumbras”
Miriam (riendo) “No sé, no me dejaste probar”
El padre puso sus manos debajo de su nuca y su mente le decía que, a partir de este día, tendría dos hermosas mujercitas a su disposición, o al menos dos criaturas que le mamaran la pija. Ese pensamiento superaba su cargo de conciencia.
Les pidió amablemente a las chicas que se fueran (se le estaba volviendo a parar)
En la habitación y sin sueño comenzaron a hablar sobre lo ocurrida, se preguntaban la una a la otra si se habían mojado, las dos dijeron que sí, querían saber que era lo que más las habían hecho disfrutar, comenzaron a tocar distintas partes de las vaginas, provocando sensaciones a ver cual era el mejor lugar.
Cuando Miriam toco el clítoris de Betty esta salpico un fino spary de squirt infantil, ya sabían que allí estaba el botón secreto, pero cuando Betty quiso hacer lo mismo, Miriam gozaba, pero le faltaba “algo más”, fue cuando ella misma (mientras su hermana hacia círculos en el clítoris) se metió un dedo y lo empezó a meter y sacar, eso si la satisfacía y un largo hilo de sus jugos caminó por sus piernas.
Ya sabían los secretos de la satisfacción, solo restaba agregar cosas nuevas, cosas para descubrir, y las dos sabían que para ello necesitaban de su papá.
Pasó una semana completa, lo único fuera de lo común eran las miradas, ellas se vestían iguales con pequeñas faldas y bombachas del mismo color, podían ver las miradas pervertidas de su papa que se enfocaban en sus culos y en sus conchas, por otro lado, ellas no podían dejar de mirar el bulto del pantalón cuando al padre se le paraba…
Ese sábado las llevó al cine, las dos se pusieron una diminuta pollera de jean con un culote muy pequeño y ajustado debajo, la parte trasera dejaba ver sus cachetes casi completos la parte delantera la tela se metía en su tajo marcando una hermosa hendidura.
Las llevaba una de cada mano, caminando orgulloso de sus hermosas gemelas.
Pudo observar como unas cuantas miradas de hombres grandes se fijaban en el culo de ambas.
El deseo que despertaban en esos hombres lo calentaba.
Durante la película el estaba sentado en el medio, las nenas a los costados, en las escenas de mucha luz el solo podía mirar las entrepiernas de sus hijitas.
Estaba tentado en acariciarlas, pero eso en público podía a llegar ser fatal.
¡Necesitaba volver a su casa y masturbarce!
A la salida entraron a una heladería, habia pocos clientes, en la mesa de enfrente un señor de unos cuarenta, no dejaba de mirar las piernas de las pequeñas, cuando el padre se dio cuenta lo miró como reprochándole, el tipo sin terminar su helado se paro y se retiró diciéndole “Que hermosas que son sus gemelas” no podía disimular su erección.
Las gemelas rieron, les gustaba provocar.
Volvieron a la casa cantando y riendo, Miriam apenas entró se sacó el culote diciendo “No lo aguantaba más, me estaba apretando demasiado la cotorra” Betty hiso lo mismo.
Quedaron las dos prácticamente desnudas, las polleritas no cubrían casi nada.
“Voy a dormir” dijo el padre y se encerró en su habitacion.
Las nenas dejaron pasar unos minutos y fueron a espiar por el agujero de la cerradura.
Aunque cubierto por una sabana, el padre con las rodillas levantadas dejaba ver por las claras que se estaba masajeando el pene.
Las dos se miraron y sin decir nada entraron, el padre al verlas, espantado gritaba “NO, no, chicas no”
Pero entre las dos le arrancaron la sabana y quedo desnudo al descubierto, con la pija completa de precum.
Betty fue la primera en subir sobre su padre y poniendo la pija entre sus piernas comenzó a hacer un vaivén.
El padre le mostró su lengua sacada a mas no poder a Miriam, era la invitación para lamerle la concha, no se hizo esperar, le puso la cajeta en la boca y el padre lamió un par de veces, para luego chupar haciendo ruido de vacío.
Betty en esos movimientos hacia que el tronco de la pija le acariciara la concha, tanto que tuvo un orgasmo, Miriam sentía el vacío en su vagina provocado por la succión que la hizo acabar también,
La panza y el ombligo del padre se llenaron de esperma mientras él decía “las amo a las dos”
Después de esa noche dormirían los tres en la misma cama, con los peligros que ello conlleva…
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