La carta de mi hermana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Hansolcer.
Hola de nuevo.
Esta vez no seré yo quien les relate de sexo, pues transcribiré una carta de mi hermana en donde me responde que leyó mi relato acá en sexo sin tabúes y como tal quiere dar su propia versión de los hechos sobre nuestros pecados sexuales.
He acá la transcripción:
Hola, me llamare como lo hizo mi hermano, pues aunque no soy Beatriz me parece bonito. Soy la hermana menor a el, actualmente de 39, también maestra de escuela, no soy modelo pero me mantengo mas o menos bien, me encanta el sexo y aunque tengo que comportarme según los estándares de nuestra sociedad, cuando el caso viene soy candente y dada a entregarme por completo.
Leí un día de estos un relato titulado SEXO EN JUEGOS INFANTILES de fecha 10OCT2011, de autor desconocido y enseguida identifique que se trataba de mi hermano y yo. Como no reconocerlo, pues aunque la narración esta llena de errores ortográficos y cuestiones de dicción todo encaja en nosotros.
Fue por eso que me vi motivada a preguntarle y aunque al principio lo negó finalmente termino aceptando su autoría. Pero fui mas allá, le dije que seria bueno que yo misma diera mi versión de los hechos, que también pudiera expresar lo que yo sentí, desde el punto de vista de mujer, de niña recién iniciada en cuestiones de sexo, de protagonista si se quiere, pues aunque han pasado muchos años esa siempre será nuestra historia.
Ok sin más preámbulos y en espera de no echar a perder el relato, eh aquí mi versión de los hechos:
Estábamos solos en casa, lo que no era extraño pues nuestros padres trabajaban duro por tratar de sacar a flote a su ya numerosa familia de 5 hijos, vivíamos en una zona semi urbana, mi hermano era el mayor seguida por mi, creo que el tendría 13 y yo 11. Eran aproximadamente las 11:00 de la mañana, yo tomaba un baño.
Como siempre lo hacia Salí con mis ropas mojadas a cambiarme al cuarto, ahí esta Robert recostado en la cama haciendo no se que. Solo me veía, creo que no existía morbo en ninguno de nosotros, desde muy chicos estábamos acostumbrados a vernos desnudos, a bañarnos juntos a vernos como hermanos. Eso si, Si la memoria no me falla desde hacia unos cuatro años atrás jugábamos un juego que nos resultaba divertido, hacer lo que nuestros padres hacían. Era inocente o no tanto, pero en nuestra ingenuidad casi todos nuestros juegos terminaban en que mi hermano y yo acabábamos desnudos, nos besábamos, nos toqueteábamos y hasta habíamos intentado que el me metiera su cosita.
Bien, como dije el seguía allí en la cama solo viéndome mientras yo me quitaba mis ropas, me desnude para luego ponerme un vestidito seco, por ultimo iba a ponerme mi calzoncito cuando Robert se levanto y casi sin darme tiempo me abrazo por detrás mientras me besaba el cuello y con sus manos me subió el vestido dejándome sin nada de la cintura para abajo. Pude sentir sobre mis nalgas como se le había parado su cosa.
El estaba diferente, respiraba agitadamente, sus manos temblaban y su cuerpo estaba caliente, sus besos eran hoy más apasionados, con más fuerza y empeño que antes. En cuestión de segundos estábamos en la cama, yo totalmente desnuda.
Mi hermano me besaba de arriba abajo, el cuello, las tetitas que recién me salían, el estomago y la parte baja de mi ombligo. Eso me causaba gran placer que hasta sentía como si corriente eléctrica me bajara hasta los pies. Yo empecé a sentirme diferente, como jamás habría imaginado. Mi chocho sin que yo pudiera evitarlo se mojo de algo viscoso y de un olor desconocido, sentí como espasmos en mi interior y mis piernas flaquearon. Gemí de gusto y mas por instinto que otra cosa coloque mi mano sobre su cabeza para guiarlo hacia donde sentía mas placer, casi grito de gusto cuando mi pepita sintió el contacto de la lengua de Robert y abrí mas las piernas mientras con una mano me colocaba una almohada bajo las nalgas.
MI garganta estaba seca, estaba sudorosa pero quería más. No sabia que pero intuía que este era otro nivel, Robert seguía pegado a mi chocho dándole lengua desde el comienzo hasta casi rosar mi hoyo del culo, abría los labios y me mordía aunque no me lastimaba. Se había centrado en la parte alta, sobre una parte como grano de arroz que era donde me hacia sentir como si quisiera orinar.
En un momento que despego de mi parte baja para besarme aproveche para quitarle sus pantalones, yo misma le desabroche el cinturón y hasta le ayude a bajárselos, igual hice con sus calzoncillos (No habían bóxer entonces), hasta dejarlo como Dios nos trajo al mundo. Su pico estaba igual que antes o ¿no?, 12 o 13 cm, duro y con las venas dilatadas, brilloso, con su peculiar curvatura hacia arriba. Creo que no, esta vez era más grueso, de olor diferente, la cabeza amoratada y el hoyito de mear dilatado, me era apetecible y no se porque.
Sin pensarlo hice lo que el me había hecho, se lo chupe y de verdad era delicioso, de sabor agridulce, viscoso y caliente al paladar. Recuerdo perfectamente a mi hermano parado sobre la cama mientras yo le mamaba el miembro, el movía sus caderas como tratando de que su pito me llegara hasta los pulmones, eso me producía arcadas pero no dejaba que se escapara de mi boca.
No se cuanto tiempo estuvimos así, solo se que era mas del medio día y habíamos comenzado a las 11:00 mas o menos. No nos aburría o al menos a mi no, me gustaba tener ese garrote en la boca, me gustaba que después el me mamara el chocho, tocara mis tetas, lamiera mi cuello, la espalda, las nalgas y hasta los pies. Me gustaba es poco, me fascinaba a tal grado que en varias ocasiones había sentido los temblores para luego contorsionarme y dejar escapar algo que me salía por ahí abajo.
Robert debió entender al igual que yo que había un algo mas, me beso en los labios y como estaba entre mis piernas lo vi tomarse la cosa y llevarla hasta mi puchita para luego empezar a deslizarla sobre mis labios vaginales causándome gran placer. Se sentía grande, dura, como garrote, pero yo quería sentirla adentro como tantas veces habíamos intentado.
Abrí mas las piernas, me acomode la almohada bajo mis nalgas y puse mis manos sobre las caderas de mi hermano, era rico sentir eso que tocaba mi chocho y que estaba a punto de meterse dentro de mi. Pude sentir cuando me entro la cabeza, me dolió un poco pero queriendo acabar aquello y estando tan extraña como me sentía yo misma hale las caderas de mi hermano hacia mi para que de una vez me metiera todo, la quería hasta el fondo aunque me hiciera gritar cuando sentí que algo se rompió dentro de mi provocándome un dolor intenso e hiriente.
Nada podía ser más rico, me sentía llena, completa, como si ese pedazo de carne de mi hermano siempre me hubiera faltado y hoy volvía a mí. Estábamos perfectamente acoplados, mis nalgas pegadas a sus piernas, sus duras bolas enjutas casi se habían enterrado en mi vulva, el encima de mi mirándome a los ojos cansado quizás pero con cara de lujuria, me beso para luego iniciar a penetrarme vez tras vez, despacio como disfrutando el momento. Yo no se como pero trataba de agarrar el ritmo y como podía mecía mis caderas hacia adelante al unísono con el, todo empezó a ser delirante. Sentía su verga deslizarse con mas rapidez, mas gruesa, mas dura, sus caderas enjutas se vaciaban sobre mi lo que provocaba que su duro miembro se estrellara en mi vagina con mas fuerza provocándome espasmos y contracciones en el estomago, sentía un no se que me hacia sentir gran placer al punto que creía ver estrellas como si fuese a desmallarme.
Robert me culeaba como si le fuese la vida en ello, gemía y resoplaba como si hiciese su máximo esfuerzo. Yo igual meneaba mi cuerpo tratando de encontrar eso que sabia que faltaba pero que no sabia que era, fue entonces cuando mi hermano sin que ni para que se desenchufo sacándome aquello que me estaba volviendo loca.
Pude verlo con su verga al aire a punto de reventar, bañado en sudor y esa cara que hasta hoy trato de descifrar:
– Es que podes quedar embarazada – se limito a decirme -.
No le conteste, simplemente lo hale hacia mi y lo metí entre mis piernas y de nuevo nos enchufamos. Que rico acabamos, sentí como su pito se descargo en mis entrañas mientras que algo que me hizo sentir calambres se libero de mi cuerpo, me contorsiones y lo bese casi causándole daño en sus labios. Era mi primer orgasmo con un hombre y el primero como consecuencia de tener una verga adentro.
Creo que ha sido la cogida mas larga de mi vida, era más de la 1:00 de la tarde. Descansamos para luego hacer las cosas normales de la casa, no dijimos nada pues supimos que desde aquel día nada seria igual.
Esa es mi versión de los hechos, eso es lo recuerdo pues tenia 11 aproximadamente aunque creo recordarlo todo, Robert fue mi primer gran amor. Aprendimos juntos a darnos placer en toda su totalidad, lo sola idea de que me cogiera me volvía loca. Fueron 6 años intensos de sexo en donde a aunque no era de mi total agrado incorporamos a nuestros hermanos menores tal como lo relata mi hermano en sus relatos.
Después vino mi padre, pero eso es otra historia.
Bien así concluye la carta de mi hermana, no sin antes decirme que me quiere tal como yo la quiero a ella. Tenemos más de algunos años sin vernos y nos prometimos hacer algo prohibido cuando se llegue el momento.
Me conto que se masturbo escribiendo el relato y me auguro que yo lo haría también. ¿Saben que? Adivino.
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