La decisión de mi inocente Prima
Victima de la confusión en su sexualidad, me entrega su culo..
En ese tiempo trabajaba en un local de venta de refacciones automotrices tenía 17 años. Había entrado en ese comercio por recomendación de mi tío Julián ya que era amigo del dueño y además le rentaba esos locales al frente de su casa sobre una gran avenida. Julián vivía con su familia en la parte posterior y por medio de un patio central conectaba los locales con su casa dando a un portón por el que salíamos, ya que las cortinas del negocio se cerraban por dentro. Mi tío tiene tres hijas muy bonitas: la mayor que tenía mi edad es abiertamente lesbiana pero mis tíos no saben o se hacen ignorantes, después la del medio de 15 años que es muy guapa, pero tiene un carácter desagradable demasiado déspota es de esas mujeres que miran a la gente hacia abajo y la menor era una chiquilla de 10 años la más bonita de las tres. Pues como un hábito a la salida Julián siempre me invitaba a comer a su casa, en la mesa estaban ya mi tía con sus hijas, él de algún modo buscaba que fuéramos filialmente más cercanos porque antes de ingresar a ese trabajo estábamos muy distanciados. Julián deseaba un hijo varón (siempre lo hacía saber, talvez eso influyo en el comportamiento de su hija mayor) y casi me adopto durante el periodo que labore allí, me daba consejos y se mostraba interesado por todo lo que hacía incluyendo mis planes futuros. Sin embargo, mis primas eran indiferentes hasta cierto punto como que les incomodaba que estuviera allí, por celos quizá, la única que se mostraba contenta con la visita era la nena menor que se llama Abigail, es una chica de tes blanca, cabello rizado castaño largo hasta la cadera, ojos color café de labios rosados, cuerpo esbelto bien formado y como había dicho es muy agraciada de cara angelical, era alta para su edad siempre me recibía con un beso de saludo en la mejilla, me ofrecía fruta o agua para beber, lo que sea que hubiera por darme. Me sonreía y buscaba insistentemente hacer contacto visual conmigo, tanto que llegue a pensar que quizá yo le gustaba, pero después decía para mí, es muy pequeña para pensar en eso, estoy confundiendo la cortesía con otra cosa… aunque después de varias interacciones empecé a notar que en realidad si me coqueteaba, advertí que se arreglaba sabiendo que iba a pasar por su casa, siempre con una sonrisa y era la única que al saludarme me abrazaba.
Pasaron los dias y recuerdo que mi tío les compro una computadora de escritorio, en una ocasión me pidió enseñarle a Abi a usar la paquetería, ya que en ese tiempo yo estaba estudiando informática. Le dije que sí y de inmediato empecé a darle clases a mi primita. La computadora la tenían en la sala y todos rondaban por ahí, mientras le explicaba lo básico Abi buscaba la forma de encontrarnos las manos, o de estar lo más pegada a mí, cuando le decía dale click a esto o lo otro.
Ellos se congregaban en la iglesia mormona y los dias domingos eran de hacer su servicio desde muy temprano y terminaban hasta tarde, mi tío algunas veces mi invito, pero la verdad no me gusta esa religión. Sucede que Abigail me dice si es que puedo ese domingo ayudarle con una tarea porque debía entregarla el lunes, entonces mis tíos me proponen que me pagarían el día para no negarme y asi fue. Llegue a las 9 am porque no sabia exactamente si era mucho o poco lo que se debía hacer, toda la familia iba de salida y solo nos quedaríamos la nena y yo. Vestían de mucho traje y faldas largas, los encontré en la puerta a lo que mi tío me indica “llegamos como 6 de la tarde, hay comida para el desayuno y la merienda, cierran bien por dentro por la seguridad de los locales”. En la entrada de su casa estaba mi primita, la recuerdo como si hubiera sido ayer, se veía luminosa, su cabello largo sujetado por una vincha negra, tenía una blusa sin mangas de color gris que dejaban al descubierto sus hombros sensuales y una falda negra sexi con un corte entre las piernas, note sus piernas largas y torneadas. Pasamos a la sala y nos sentamos, ella al lado mío y comencé a darle indicaciones, no sé qué fue, pero al sentir muy cerca su cuerpo, su pezón agudo aun en desarrollo rozando mi codo y su aroma de mujercita empezó a colmar mi nariz por tanto estimulo, me sentí excitado, ella hacia todo lo posible por invadir mi espacio casi al punto de estar encima mío, rozando mi mano al tomar el mouse, tocándome con la rodilla y sonriéndome buscando que mi mirada se clavara en al suya. Debo decir que soy bastante tímido y me daba nerviosismo dar el siguiente paso, pero ella era ya una coqueta avanzada a sabiendas de que se sabia hermosa. Olía tan delicioso, su cara inocente y una sonrisa soñadora. Le explicaba sobre las funciones que incorpora Word y para ella poder tomar el mouse pasaba su brazo sobre mi abdomen. En una de esas tantas interacciones y sin preverlo se levantó y me dijo arrímate más para que quedara yo sentado frente al monitor y luego se sentó sobre mi quedando sus nalgas en mi bulto. Ella con una actitud normal, toma el mouse y sigue atenta a la pantalla, me quede asi como ahora que hago, me sigue preguntado y aquí que hace primo, en este icono y yo miraba sobre su hombro derecho, le digo oye porque te pusiste asi, a lo que contesta: es que no me acomodaba ni miraba bien la pantalla y sino tienes problema puedes enseñarme asi. En eso sentí como contrajo su par de nalgas y me apretó el pito con esa contorsión, para ese momento ya estaba durísimo, solo miraba su cabello largo sobre su espalda y me dejé llevar por sus movimientos. Puse ambas manos sobre sus piernas y empecé a acariciarlas mientras Abi se movía apoyando su peso sobre mi meneando la cola recargando su espalda en mi pecho besaba su mejilla. Empecé a subir su falda y ella se levantó un momento para subirla hasta su cintura, traía un calzón negro con encaje muy bonito que apretaba sus dos nalgas redondas y blancas, entonces saque mi miembro, Abi no volteo para nada, la guie y se sentó en mi fierro tieso a más no poder. Le hacia un sube y baja embistiéndola con mi asta entre su prenda interior sintiendo como mi pija metía la tela entre sus glúteos rozándose con el encaje delicioso. Pasado un susto escuchamos que tocaban el portón ella se levantó acomodando su falda y salio a preguntar desde adentro quien era, a sabiendas que su familia no regresaría hasta más tarde, por fortuna era un vendedor y le dijo ella que no le interesaba lo que ofrecían, regreso y yo estaba a un al lado de la puerta mirando por la ventana, por lo ocurrido se me bajo la erección. Abigail al entrar se acerca y me toma el bulto, yo la abrazo y empiezo a besarla acariciándola de arriba abajo, su piel fresca y juveniles, su espalda baja, su culo. Me dice vamos a mi habitación y me lleva de la mano. Entramos y sin más patea sus zapatos que eran esos de meter sin broches y se sube a media cama, levantando su falda y se pone en cuatro colocando su cara de costado sobre el colchón y respingando la cola, eso me emociona y me quito los zapatos bajándome el pantalón y quitándome el bóxer, le dejo ver mi verga de 18 cm extendida y venosa. Ella con las manos se baja un poco el calzón dejándolo a media nalga y yo me paro asi frente a su culo y termino de poner su prenda hasta sus rodillas, y con el falo extendido empiezo a punzonar su ano (ni por la mente se me ocurrió cogerle su puchita por el riesgo de embarazarla) aunque se veían sus labios vaginales rosados y cerraditos muy virginales, miro su hueco se notaba que lo había lavado bien pues se había duchado en la mañana antes de que llegara, pongo saliva en su entrada y unto la cabeza de mi verga en su s pliegues y lo intento introducir pero esta apretado, tomo más saliva y empiezo a dedearla… ella gime y dice cógeme, ya cógeme. Entonces hago el intento nuevamente y cede al entrar lentamente, esta tan apretado pero el mismo calor de su interior me pone más rígido y sigo el camino, centímetro a centímetro hasta quedar bien hasta el fondo, permanezco quieto cuando cargo mi peso en ella asimilando la sensación, Abi solo gime y dice, más más mas (sin notar que ya la tenía bien atravesada). Entonces empecé a meter y sacar una y otra vez, primero en tramos cortos y después una vez dilatado su agujero casi por completo lo saco y dejándoselo caer con todo, en cierto momento quedamos los dos en cuatro enganchados, cubriéndola, penetrándola con gran vehemencia, jadeando y asi continue hasta estar super fatigado hasta venirme en su interior. Recuerdo que asi vestidos a medias quedamos recostados y ella miraba el techo sin decir nada y yo la observaba de costado viendo su carita bella. En eso se gira y me empieza a besar de nuevo, le digo que se quite la blusa y el corpiño, yo también me quito el resto de la ropa, miro sus senos nacientes, empiezo a mamarlos y nos fundimos en un abrazo desnudos y comiéndonos la boca libidinosamente, lengua con lengua. Me dice: recuerdas cuando un día que fui a tu casa, tenía 8 años entonces y te dije que no encontraba una moneda que me había dado mi papá y me dijiste que la buscara debajo del sillón y te colocaste detrás de mí recargando tu verga en mi culo… cosa que, si recordaba, pero no avance más aquella vez, aunque Abi se inclinó tres veces más pidiéndome le ayudara a buscarla. Creí que ella lo había olvidado o pensé que no sabría lo que le había hecho en esa ocasión, los nervios me invadieron por temor a ser descubierto, a lo que Abigail dice: desde ese instante he deseado tanto estar asi contigo, comento algo extraño pero excitante “no me gustan las mujeres, jamás me gustaran afirmo, diciéndolo a si misma” dándome a entender que su hermana le enseño varias cosas quizá pornografía y entonces abusaba de ella cuando estaban solas, deduje que por eso se mostraba tan adelantada queriendo reafirmar su feminidad a toda costa con cualquier hombre, pensé en aquello pero no dije nada. Abi continuo, nunca volteaste a verme amor, seguimos embalsados amándonos y así fue uno de tantos encuentros con mi primita.
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