La esposa de mi tío fue mia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Roberto con ahora 23 años. Tengo un tío que se casó con una mujer muy atractiva y caliente, que llamaré Roxana, ella tiene 10 años menos que mi tío. Ella es morena clara, cuando la conocí tenía 27 años, tiene una preciosas tetas que luce con buenos escotes, lo cual le gustaba a mi tío, que llamaré Juan. Roxana tiene una cintura de avispa y luego un culo redondo y carnoso muy bueno.
Todo empezó porque mi tío era muy celoso, bueno, su esposa era muy deseada por todos los hombres del vecindario, asi que me habló y me dijo que me pagaría por acompañar a su mujer y que no estuviera sola, en ese momento yo contaba con doce años era muy chaval, pero ya era muy cachondo.
Asi que después del colegio, me iba a la casa de la esposa de mi tía, tenían una casa grande y bonita. Me gustaba ver a Roxana, mis primera pajas de mi adolescencia fueron pensando en ella. Y debo decir que desde jovencito me di cuenta que la naturaleza había sido generosa conmigo en cuanto a mi miembro viril, pues yo veía a mis compañeros orinando y mi verga era hasta dos veces el tamaño del de ellos. Aunque en ese momento yo no pensaba tanto en ese detalle, pero me acuerdo bien.
La relación de doña Roxana para conmigo fue creciendo y en varias ocasiones la vi en ropa interior y tenía mis erecciones. Ellos tienen una piscina, y mi tía era más preciosa en traje de baño. También en ocasiones ella participó en modelaje aún siendo casada, pero bajo supervisión de mi tío.
En una ocasión había un calor horrendo y doña Roxana me invitó a bañarme con ella, pensé que era en la piscina, pero no, me llevó con ella a la ducha y fue la primera vez que la vi totalmente desnuda, tenía un parche pequeño en su coño, sus tetas no necesitaban sostén, yo me puse muy nervioso y no quería ni verla, pues me excitaba mucho y mi corazón latía a todo vapor. No pude evitar que mi verga se pusiera empalada, doña Roxana me la vió y exclamo, -vaya Roberto, que pedazo de verga la que te cargas, no quiero pensar como seras dentro de unos años-, yo lejos de sentirme halagado, me sonrojaba, luego ella me enjabonaba la verga, realmente lo que me hacía era hacerme una rica paja, la primera vez no pude evitar eyacular en sus manos. Esto se bañarnos juntos se repitió varias veces, y en ocasiones yo enjaboné a doña Roxana, le tocaba sus bellas nalgas y su panocha, yo notaba que ella abria sus piernas y cerraba sus ojos cuando le tocaba su coñito con las manos y el jabón.
El estar acompañando a doña Roxana, no era cosa de estar en su casa, yo también la acompañada a hacer compras, al salón de belleza e inclusive a reuniones con sus amigas. Y debo decir que nunca la vi con otro hombre.
Cuando cumpli mis catorce años, mis padres me enviaron a estudiar con un hermano de mi madre, que vivía en otro lugar, era para terminar mi educación media. Ya no vi frecuentemente a doña Roxana, pero de vez en cuando la visitaba en algun fin de semana.
Durante cinco años que estuve con el hermano de mi madre, tuve cuatro novias, con la primera perdí mi virginidad y con las demás fui mejorando mi arte de coger, sobre todo con la última que era más grande que yo y que era muy caliente, con ella tuve por primera vez sexo anal, no vale la pena hablar de eso, pues ellas no aparecen en este relato.
Luego de un poco más de cinco años, regresé a vivir con mis padres. Yo ya tenía casi los 20, era más alto y con cuerpo más de hombre que de adolescente; fui a visitar a mi tío Juan y su esposa Roxana, ella ya tenía 32, aún no tenían hijos y mi tío seguía siendo tan celoso como antes, pues su esposa seguía siendo muy apetecida por los hombres. Ella al verme me dijo que me había vuelto un chico muy guapo, los ojos con los que me veía la esposa de mi tío cambiaron.
Mi tío cuando estuvimos a solas, me comentó que había sido invitado a un viaje a un país de suramerica, y que como me tenía confianza me pedía que me quedara con su esposa Roxana en su ausencia, que ya había hablando con mi madre, y que me pagaría bien por eso. Cuando yo era muy joven eso no era problema para mi, pero ahora casi todo un hombre es como darle a cuidar un bote de miel a un oso, pues yo también deseaba a doña Roxana.
Yo planeé y pensé tantas tantos cosas, de como seducir a doña Roxana, pues ella era tan caliente como yo o más, pues en una ocasión cuando ella no estaba, me puse a revisar su habitación y encontré una colección de juguetes y cosas eróticas, las tenían ocultas en un cajón, habían dos dildos, uno para la panocha y uno para el ano, videos porno muy explicitos, y ropa muy sensual de doña Roxana. Asi que me sentí motivado.
Una tarde, llegué a la casa de mi tío, no había nadie, llegué a la habitación de Roxana, esposa de mi tío y vi que estaba en la ducha, la puerta no estaba cerrada, asi que entré, ella no me vio por la cortina de la ducha, me desvestí y luego dije -Me puedo bañar contigo?-, ella dijo – quien es?, eres tú Roberto?, como que bañarte conmigo?-, yo le dije – si doña Roxana, como lo haciamos hace años-, ella corrió la cortina, estaba desnuda, como me la había imaginado en tantas noches, me vió desnudo a mi, puso sus ojos en mi verga que iba creciendo entre mis piernas, me dijo que entrara, y entré, tomé el jabón y me puse a enjabonarla, le recordaba que lo hicimos tantas veces antes, ella estaba como inmovil, yo tenía la iniciativa. Llegó la parte en que le enjaboné su coñito, mis dedos jugaron con sus labios vaginales, ella como antes abrió las piernas y tuve acceso a meter mis dedos entre sus labios vaginales y llegar a su clitoris, ella pegó un quejido cuando mi dedo acarició su pequeño bultito de su cli, luego le di la vuelta y enjaboné sus buenas nalgas, ahora lejos de limpiarla, le apretaba y manoseaba sus nalgas, ellas se dejó hacer de todo, incluso enjaboné sus buenas tetas y con los dedos apreté sus pezones los cuales se fueron poniendo duritos. Yo también ya tenía una erección casi completa.
Roxana perdió el control y tomándome la verga se puso a pajearme, me hablaba y me decía si recordaba como tantas veces me acarició la verga de niño. Mi verga creció más entre sus manos, gemí un par de veces. No quería ahora eyacular en sus manos, queria algo más. Entonces la abracé y busqué su boca, la besé, ella quiso evitarme, pero tomándola un poco más fuerte volví a besar sus labios, ella entonces atendió y nos dimos un beso muy húmedo, mientras mi manos le acariciaban sus lindas nalgas y rozaban por atras su coño. -Vamos a la cama!- le insinué. -No puedo, soy la esposa de tu tío- me respondió.
-Vamos a la cama, jugamos un rato y si aún no quieres, no te penetraré!- le dije muy seguro de mi mismo. Ella dijo que estaba bien.
Nos acostamos y entre besos desnudos fuimos dando vuelta sobre la cama, sentí el calor de nuestros cuerpos fusionándose, luego me fui poniendo entre sus piernas, mamé sus lindas tetas; chupé sus pezones uno por uno, utilizando la punta de mi lengua y mis labios, doña Roxana comenzó a gemir de placer, señal que lo estaba haciendo bien yo. Luego de mamar sus senos hasta la saciedad y dejarselos colorados, bajé por su vientre y llegué a sus vellos púbicos, enredé mi lengua con su pelambre, mientras mis dedos se adelantaban y tocaban suavemente sus labios vaginales, los acaricié y me di cuenta que entre ellos había lubricación, doña Roxana estaba mojadita, bajé mi lengua y con los dedos de ambas manos abrí su panocha como si abriera los pétalos de una flor, mi lengua ingreso al medio de sus labios vaginales y pude oir como gemía de placer doña Roxana, me puse a lamer su panocha como si fuera un perrito faldero. Mis dedos no estaban quietos, sino los mojé con saliva y los puse a acariciar su clitoris, ella daba gemidos más fuertes como si estuviera llorando a la vez que mencionaba mi nombre -asi, asi Roberto, cometelo todo Roberto, asi, asiii!!-, pude oir cuando ella entró en un brutal orgasmo.
-Ahora me toca!- me dijo ella reponiendose de su orgasmo, dándome a entender que quería mamar mi pija. Pero yo aún no había terminado de comérsela, asi que solo me fui poniendo en una posición invertida o 69, colocándole mi verga erecta al alcance de su rostro, ella tomó mi verga y comenzó a mamarla empezando por chupar mi glande, la metía y la sacaba de su boca, me decía -cómo haz crecido Roberto, que rica verga tienes!-, yo no dejaba de lamer sus labios vaginales y ahora ella abría mucho más sus piernas, dándome espacio hasta para llegar con la punta de mi lengua hasta su redondo culito, lo lamí y ella se estremeció -que me haces Roberto, que me haces que esta tan rico?- me decía ella, mientras le hacia pequeños círculos a su ano y luego lo lamía como si fuera un dulce de leche.
Los chupones que Roxana me daba en la verga y los que yo le daba en su ´panocha y en su culo, nos calentaron en serio. Me desprendi de su panocha y dándome la vuelta me coloqué entre sus piernas, puse mi verga en la entrada de su raja, ella presintió y abrió sus piernas y me envolvió con ellas, la penetré, pasaron muchos recuerdos en mi cabeza, mientras mi verga se metía en lo más profundo de su panocha, a la vez que ella gemía y me abrazaba, busqué sus labios y ella me recibió con su lengua. Me empecé a mover adentro y afuera de su sexo, ella estaba hirviendo por dentro, su vagina estaba muy caliente, comencé a moverme más rapido a la vez que ella gemía y gemía, en ocasiones me decía lo rico que se lo estaba haciendo y en otra me pedía más duro. Solté su boca solo para mamar sus tetas, mordía delicadamente sus pezones, ella no tardó en llegar a su segunda corrida, yo aceleré y exploté también dentro de ella, nuestras respiraciones tardaron en normalizarse, mi verga dejó de dar latigazos dentro de su vagina y reinó la paz. Aunque no había terminado.
Le pedi que se pusiera en cuatro, fue impresionante ver y tener sus nalgas y su raja frente a mi, esperando que la volviera a poseer, me puse atras y lo primero que hice fue acariciar sus deseadas nalgas, mis dedos jugaron con su raja que estaba abierta como una flor, dilatada por la penetración que le había hecho. No pude evitar besar y lamer sus nalgas, era un lujo, y decenas de hombres quisieran estar en mi lugar. Abri sus nalgas y lamí su ano de nuevo, ella me dijo -qué rico lo que me haces Roberto!-, luego le puse mi verga que aún estaba dura y la froté en su pepa, luego se la dejé ir, primero lento, pero al segundo le pegué un empujón metiéndosela profundamente, ella gritó. Luego observé que ella movía su trasero de forma que era ella la que metía y sacaba mi verga de su panocha, lo hacía adelante y para atras, luego en círculos, que rico cogía la esposa de mi tío en esa posición, yo me quedé quieto y ella me pegaba una buena cogida. Sus movimientos me estaban llevando al punto de no retorno, asi que mejor la tomé de las nalgas y ahora me puse yo a cogerla al ritmo que yo quería, lo cual me permitía parar cuando quisiera.
Igual le daba duras embestidas o suaves, ella gemía por todo lo que le hacía. Divisé el ojo de su culo y le metí la mitad de mi dedo medio y mientras la penetraba me puse a pajearle mi dedo en su culo, ella movía su trasero en señal de gusto por tener mi falange dentro de su orto. Doña Roxana comenzó a hacer ruido como si fuera asmática, era otra forma de llegar ella a un orgasmo más, eso me excitó aún más, saqué mi verga de su panocha, la puse en la entrada de su culo, me acordé que ella tenía un dildo para su penetrar su ano, por lo que no debía ser ni cercanamente virgen de ese hoyuelo, le puse mi glande en la entrada y lo fui empujando hacia adentro de su recto, ella gritó, relajó sus músculos y se dejó penetrar, se la fue metiendo poco a poco, hasta que se la tuve casi toda adentro de su culito, luego me puse a entrar y salir de su ano, lentamente, no quería que se asustara, pero cada vez lo hacía más rápido, finalmente me quede a cierto ritmo entrando y saliendo, mientras ella casi gritaba de placer, -Roberto, que rica cogida de culo me estas dando!!- me repetía a cada poco. Lógicamente su culo era más apretado que su vagina, asi que luego de un buen rato volví a explotar, esta vez inundé su recto con mi eyaculación, al sacar mi verga de su culo un pequeño chorrito de esperma salió también de su recto. Nos quedamos un rato desnudos sobre la cama, reponiendonos de tan intenso palo.
Luego de vestirnos, ella me despidió de un beso, -te veré mañana?- me preguntó, a lo que respondí -claro, mi tío me pidió que te cuidara todos estos días-, ella me vio con unos ojos muy picaros y me fui.
Para ponerlo en este contexto, faltaban 11 días para que llegara mi tío de su viaje, yo la folle todos los días, sin fallar (algunos días hasta dos veces), hasta que llegó mi tío. En todos lo encuentros sexuales tuvimos sexo oral (acabé en su boca varias veces) y en la mayoría de las veces la cogí tanto por su panocha como de su culo hermoso. La mayoría de nuestros encuentros fueron en su cama ( me quedé a dormir con ella hasta el amanecer un par de veces y tuvimos sexo mañanero), pero la cogí en la piscina, en el sofá de la sala y sobre la mesa del comedor. Fue una luna de miel sin casarse para mi. Luego llegó mi tío, quien me pagó dinero por el favor de cuidar a su mujercita.
He estado con Roxana de nuevo, a petición de ella, pero una vez al mes o a los dos meses, mi tío casi no se separa de ella o pone a alguien a cuidarla. Ella me llama a mi teléfono movil, me dice que no sea malito, que la llegue a ver.
Ahora tengo mi novia, que tiene un cuerpo grande como el de la esposa de mi tío, por eso ahora ya casi ni la veo.
FIN
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