La hermanita de 13 añitos se volvió la putita de sus 3 hermanos mayores (Parte 2)

Estando nuestro papa lejos por una infidelidad, nuestra mama trabajando y en el camino conociendo a su nuevo novio, mis hermanos y yo, encontramos una forma muy excitante de divertirnos….
RESUMEN:

Papa: Lejos, pero dando dinero

Mama: Lejos, pero dando dinero

Pareja de mama: Lo vimos 2 o 3 veces, y también nos da dinero XD

Yo: 17 años, el hermano mayor

Julián: 15 años, el más inquieto

Jorge: 14 años, el más callado

María: 13 años, la hermanita pequeña

3.- TERCER SUCESO (Seamos más directos)

Pasaron solo 2 días del suceso anterior, 2 días bastante normales, pero no para mí, intente recordar ese sentimiento de emoción y de estar expuesto, ese miedo que sentí cuando me deje llevar por mis impulsos, pero no pude. Durante esos 2 días mis ojos se movían solos a las caderas y los senos de mi hermana, cada vez que se volteaba, que jugaba, que corría, que dormía, no podía apartar la vista de su cuerpo, y entonces, el miedo se fue y solo quedo esa emoción por lo prohibido que deseaba volver a sentir, mi mente por fin encajo en la idea de: «Nadie se va a enterar, y al parecer ella no dirá nada».

Al tercer día estaba decidido, sin juegos para despistar a mis hermanos, sin excusas ni miedos, los mande a jugar diciéndoles que tenía cosas que hacer en la casa y ellos estorbaban, algo que no era mentira, ya que deseaba hacer cosas con nuestra hermana, y ellos no debían estar hay. La puerta se cerró de golpe, mi hermana y yo nos miramos al mismo tiempo, pero fue su voz la que salió primero diciendo algo que nunca olvidare y me hizo sentir más excitación que cualquier otra cosa en mi vida, ella dijo: Hermano, ¿quieres jugar a las escondidas?

Empezó el juego, ahora yo tenía que esconderme, y tenía que ganar, quería volver a tener ese control sobre mi hermana, deseaba sentir su cuerpo de nuevo, pero las circunstancias no me ayudaron y termino encontrándome muy rápido. Ella procedió a decirme que me tocaba estar quieto y recibir sus cosquillas y no pude decir que no ya que había perdido, y entonces empezó, riendo y tratando de tocarme por todos lados cuando se subió encima de mí, con las piernas abiertas, moviéndose y casi que, masturbándome con sus partes, no aguante, tome sus manos, detuve sus cosquillas y la tome de la cintura, la moví cada vez más fuerte contra mi pene ya muy duro, y ella no dijo nada. Estaba teniendo sexo con mi hermana pero con ropa, y fue lo mejor que había echo hasta ese momento, no paso mucho hasta que me vine y pude ver sus ojos mientras lo hacía, ella me veía con una extraña curiosidad que me hacía sentir que ella sabía lo que estaba haciendo, y eso me devolvió a la tierra de nuevo, y fallidamente intente de nuevo distraerla pero esta vez no lo logre, me dijo que había echo algo parecido la última vez y que ella ya había visto algo así y tenía curiosidad, que las personas grandes se empujan así cuando están solos, y esta vez no me intereso donde lo haya visto, asentí y solo atine a decirle que era algo normal, y que podíamos ser más directos para hacerlo, que podíamos simplemente pedirlo y si ella quería yo le podía enseñar más, a fin de cuentas, ella ya tenía esa curiosidad por esos videos de YouTube, y estaba en la edad donde era más ingenuamente caliente que nunca, y no iba a desaprovechar esta oportunidad, le dimos un nombre clave, lo llamamos juego secreto y acordamos que solo lo haríamos los 2 y nadie más,  solo podíamos hacerlo cuando nadie más esté presente y no hablaríamos de esto con nadie, de lo contrario se acabaría y ya no le enseñaría más sobre estas cosas, y lo sorprendente, no fue que acepto y me prometió que no rompería las reglas, sino el hecho de que me pidió que jugáramos un rato más. Por supuesto hermanita, juguemos un rato más… de perrito, de misionero, ella encima, yo encima y todo lo que se me ocurrió, en ese momento solo podía pensar en tocarla y hacer más cosas que nadie debería hacer con su propia sangre, esa primera venida no me calmo en lo más mínimo, y en un momento, con el pene más duro que una roca, apague las luces, cerré la ventana y la puerta del cuarto, quería quedarme en plena oscuridad con ella para dar un paso más, y si, quería quitarme ropa y en ese momento la excitación me dio el valor, me quite todo de la cintura para abajo, me tire a la cama donde solo estaba ella preguntándome donde estaba y porque cerré todo, pero de nuevo todo quedo en silencio…, cuando sintió mi pene en sus nalgas pequeñas pero redondas y suaves, moviéndose con fuerza, ni siquiera lo mojado de mi anterior corrida la hizo hablar, que en ese momento aun sin verla sabía que mojaba con mi semen su pequeño short y ella lo sentía también, pero el silencio fue rey, y repitiendo todas las poses que hice antes solo que esta vez directamente sin ropa que alejara mi pene de su cuerpo, paso otra vez, me corrí pero no sin antes acomodar mi pene como si fuera a entrar en ella, cosa que hizo que mi corrida atravesara su short hasta sus bragas, y lo sé, porque tuve que lavar su ropa y ella tuvo que limpiarse después su pequeña vagina, fue surrealista en ese momento, mi propia hermana secándose mi semen de sus partes en el baño, dejándome ver sus nalgas al aire sin preocuparse porque la viera, y en ese momento volvió mi miedo, esto la haría hablar? Me pase lo suficiente como para hacer que ella me delate así que podía ser una posibilidad, pero no paso, ella se acercó a mí y con voz suave me dijo que le había gustado jugar conmigo y sentir mi cosa, porque así le decía en ese momento, y yo solo pude decirle que igual estaba muy satisfecho con ella y mi cosa también. Paso el tiempo, llegaron mis hermanos, pero hay no acabo el día para mi, porque en plena cena mi hermana me jalo a un lado cuando iba a lavar los platos, y temblorosa me dijo: hermano, la próxima vez que juguemos, no apagues la luz.

4.-CUARTO SUCESO (Sera nuestro secreto, nuestro húmedo secreto)

Aqui saltamos unas semanas a partir del último suceso, y si, lo hicimos de nuevo pero con luz, ella ya veía mi pene y lo sentía, ya lo tocaba, y jugaba con él, se lo acomodaba entre sus piernas cuando jugábamos, ya sabía que el juego terminaba cuando salía mi corrida y sola se acomodaba para recibirlo, tanto que destinamos una ropa de ella solo para ese juego ya que me estaba cansando de lavar toda su ropa muy seguido.

Avanzamos bastante, y obvio era nuestro secreto, mis otros hermanos agarraron la costumbre de ir a jugar un par de horas, y nosotros la costumbre de esperar a que se vallan para a jugar nuestro propio juego en el cuarto, hay pasaron muchas cosas, varios avances mejor dicho, ya la había besado, ya había tocado más su cuerpo, ya la había semidesnudado, y ya me había venido en varias partes de su figura en miniatura de una mujer, pero de ahí no paso mucho más, ella no estaba lista, aun no, cuando intentaba quitarle lo último que cubría su cuerpo, lo cual eran sus bragas ella se negaba, cuando intentaba acercar mi pene a su cara para venirme ella se apartaba, cuando empujaba muy fuerte sus partes con mi pene, ella me pedía que no lo hiciera, no podía forzarla a nada, el más mínimo fallo haría que todo se fuera para abajo, hasta que se me ocurrió algo…

Una combinación de ideas en mi cabeza dieron paso a un plan que haría poderme avanzar mucho más y acabar con ese stop que no me dejaba complacerme por completo con el cuerpo de mi hermana, una mezcla de afrodisiacos ordenados por internet con un nombre falso, lubricantes, y una página sospechosa en el celular de mi hermana, puesta para que ella lo vea a penas lo toque, así empezó mi plan, salí a comprar mientras mis otros hermanos habían ya ido a jugar, deje su jugo favorito con muchas sustancias afrodisiacas, y en su celular, una página porno abierta, tuve que quitar el control parental y puse unas de mi secciones favoritas, «Orales» y «Aceite».

Con cada paso que daba a mi casa, después de un rato de dar vueltas, sentía como mi cuerpo temblaba, como cada paso me excitaba más y como mis manos estaban tan sudadas que se me dificulto abrir la puerta, cuando lo hice, un correteo rápido se escuchó, era ella tratando de ocultar su celular, cosa inútil porque yo sabía dónde estaba porque pude ver de dónde salía en ese momento, cerré la puerta con seguro, me quite el polo por el camino, encontré su celular en el cesto de la ropa sucia y vi el historial mientras caminaba hacia ella, y hay estaba, solo en bragas mirándome y llorando, y solo pude besarla y decirle que eso era normal y que le demostraría que lo era, la tumbe en la cama, apague las luces para darle confianza, la calme mientras la besaba y terminaba de quitarle sus bragas cosa a la que se negó casi al final pero accedió, esa culpa de haber hecho algo malo que fue ver cosas prohibidas, le dio el empujón de aceptar lo que le estaba haciendo, y entonces, mi pene y su vagina se tocaron por primera vez, mi pene pasando por sus piernas pudo sentir lo mojada que ella estaba, la bese por un buen rato y no aguante más, me vine haciendo lo mismo que antes, poniendo mi pene como si fuera por fin a profanarla, y esta vez, mi semen llego adentro de ella y fue mucho, como nunca antes, con una mano en sus nalgas y la otra en mi pene, esas mismas manos que la habían cargado cuando era bebe, ahora estaban en la posición en la que nadie nunca habría imaginado que estarían, eran cómplices de llenar con mi propio semen la vagina de mi hermana por completo, en esa oscuridad sintiendo su respiración, la tome de la cara, esa carita angelical de cualquier niña, me aleje y la puse a unos cuantos centímetros de mi pene todavía duro, y sentí una sensación gloriosa, esa humedad de su boca por mis besos pero ahora alrededor de mi polla, entrando hasta donde podía, mi orgasmo volvió y con ello otra carga de semen. Me había venido en la vagina y la boca de mi hermanita en el mismo día, ni siquiera tuve que usar los lubricantes, los jugos de mi hermana combinados con mi semen fueron más que suficientes, y en esa misma oscuridad se cerró un pacto entre ambos, Este será nuestro secreto, nuestro húmedo secreto, hermanita…