La hermanita de mi novia

Al parecer la hermanita de 6 años de mi novia me quiere para más que solo ser su cuñado.

Lo que más me gusta de mi relación con Abril, es su familia y lo mucho que me quieren. Pero si tengo que elegir a mi miembro favorito de su familia, diría que es su hermanita, Mia.

Mia si no es la nena más hermosa que vi en mi vida, pega en el palo. Tiene 6 años, pero es muy inteligente, graciosa y carismática. Desde que me conoció, no se me despega, y siempre que voy a casa de mi novia quiere solo estar arriba mío, que la acompañe hacer todo.

Le he tomado mucho cariño como ella a mí.

Es alta para su edad, pero tan aniñada. Juega con muñecas y con todas esas cosas de nena que ya las de su edad ni siquiera quieren jugar. Me da mucha ternura y siempre que la veo me dan ganas de ser papá.

Físicamente ya se nota que de grande será más linda que mi novia. Tiene los ojos grandes color marrones, es morochita con el pelo largo siempre atado en dos colitas sujetos por moños que la hacen ver más tierna de lo que es. Su carita adornada por unos cachetes regordetes, labios hinchados y una naricita chiquita.

Siempre le digo que es una princesa de Disney y a ella le encanta.

-¡Dami! -grita cuando me ve entrar a su casa, y se me tira encima.

Le hago upa y le lleno la cara de besos. Ella se ríe y se retuerce en mis brazos. Cuando intento bajarla para saludar a mis suegros, ella se queja y se agarra a mi cuello con fuerza.

-Ay Mia, basta, deja que salude a mamá.

-¡No! ¡No quiero!

-No pasa nada, déjala. -le digo a mi novia y con mi cuñadita todavía encima de mí, saludo a mis suegros.

Paso la tarde con ellos. Almuerzo, tomo mates y charlamos de poco y nada. La hermanita de mi novia no se baja de mí. Todo el tiempo sobre mis piernas o queriendo que la lleve a todos lados cargada.

Cuando mi novia y yo nos vamos a su habitación para estar un momento a solas, Mia se pone a llorar así que tenemos que meterla con nosotros en la habitación.

Mi novia se enoja por eso, pero yo la calmo diciéndole que no pasa nada. Nos besamos cuando podemos y Mia no ve. La caricia por debajo de las sábanas. Le toco las tetas disimuladamente o le acaricio la concha por arriba del pantalón. Nos miramos con ganas de cogernos, pero la nena no nos va a dejar.

-Mia, ¿por qué no te vas afuera a jugar? Dami y yo queremos hablar.

-No quiero. Quiero estar acá con ustedes.

-Uh, que pendeja infumable que sos.

-¡Le voy a decir a papá que me dijiste pendeja!

-Eso es lo que sos, ¡ándate ya! ¡Mami, sácala a Mia de acá!

-¡No me voy a ir! O Dami vení conmigo.

-Mia…

-Damián no es tu novio, Mia la puta madre.

-¡Estás diciendo malas palabras! Y Damián va a ser mi novio, ¿o no? -la nena me mira con una mirada muy manipuladora para su edad y yo me rio.

-Si, mi amor. -le digo y ella me sonríe grande y se me tira encima.

-Basta, Damián, no le sigas el juego. Por tu culpa ella es así.

-¿Y qué querés que haga, gorda? Es tu hermanita. Es chiquita.

-Chiquita las pelotas, una rompe pija es lo que es.

-¡Papi, Abril está diciendo malas palabras!

Dudo mucho que mis suegros estén escuchando algo de esto porque los dos se fueron a la casa de la abuela de mi novia a llevarle asado, así que solo estábamos mi novia, su hermanita y yo.

-Uh, que tarada, me voy de acá. Quédense los dos, me chupa un huevo.

-Amor, dale gorda. No te enojes, vení.

Mi cuñadita estaba muerta de risa viendo como mi novia se ponía las zapatillas y se iba de la habitación, cerrando la puerta de un portazo.

La miro. -No está bueno que seas así, Mia.

Hace pucheritos cuando me mira y dice. -Pero yo no hice nada, ella me gritó y dijo malas palabras.

-Si, pero Abril es tu hermana mayor y tenés que respetarla. Además es mi novia y ella quiere pasar tiempo a solas conmigo.

-¿Para qué? ¿Para besarse y esas cosas?

La miro sorprendido. – ¿Cómo sabes eso? ¿Qué otras cosas?

-Siempre los veo a ustedes cuando se besan… además, mami me dijo que los novios hacen eso.

-Si, solo los novios.

-¿Entonces cuando vos seas mi novio lo podemos hacer?

Cuando dije que era muy inteligente no mentí. Sabía que no tenía que responderle esas cosas, pero no puede evitar asentir.

-Si, cuando seamos novios lo vamos a hacer.

-¿Y podemos ser novios ahora? Podés tener dos novias también si querés.

-¿Qué? ¿Quién te dijo todo eso, Mia? -se encoge de hombros, pero se queda callada. -Yo tengo una sola novia y es tu hermana. Vos podés ser mi novia cuando seas más grande.

Refunfuña, pone cara de enojada y se tira encima de mí, quedando yo acostado de espalda y ella sobre mí, con sus dos piernas a cada lado de mis caderas y sentada sobre… mi pija.

La concha de mi madre.

-¡Pero yo quiero ser tu novia ahora! Abril no se tiene que enterar. -se remueve sobre mi pija de atrás hacia adelante y yo me tenso. Por Dios, no.

Ya venía medio caliente por los toqueteos con mi novia, que ahora su hermanita de 6 años esté frotándose sobre mi pija, lo hace peor. Tenía que bajarla.

-Bueno, bueno, Mia. Bájate dale, vamos a dormir una siesta. Creo que la necesitas.

-No quiero dormir, juguemos.

Sigue frotándose, esta vez, abre más sus piernas y apoya por completo su conchita cubierta por el pantalón de jean que tiene puesto. Mi pija, sin yo poder evitarlo, empieza a endurecerse y puedo darme cuenta cuando ella lo siente porque me mira con sus ojos grandes.

-Ay, ¿qué es eso duro?

-Bueno, ya está, Mia. A dormir.

Intento bajarla de mí, pero se tensa para que no la agarre y se frota con más fuerza sobre mi pija dura. La tengo dura y parada y es tan obvia porque tengo un jogging entonces se siente más.

-¿Por qué esta duro eso, Dami?

Me quiero morir, no sé a dónde se había ido mi novia, pero si entraba ahora mismo iba a estar muerto.

-Mia, bájate. Me voy a enojar si no.

Esas palabras son las únicas que la distraen de seguir frotándose sobre mi pija durísima y mirarme. Se baja con lentitud de mí, pero sus ojos rápidamente van al bulto en mi pantalón.

Ella mira entre el bulto y yo, y para mi sorpresa, lo toca. Una de sus manitas me aprieta la pija por sobre el pantalón y yo me sobresalto.

-¡Mia, no!

-¿Qué?

-No hagas eso.

-Eso es tu pito.

-Dios, ¿cómo sabes estas cosas, Mia?

-Es que mami me explico que las nenas tenemos chocha y los nenes tienen pitos. Entonces ese es tu pito… ¿Por qué esta duro?

-Basta, vení, vamos a dormir.

-Pero quiero saber por qué esta duro.

-Son cosas de adultos esas, Mia.

Se queda pensando mientras sus ojos siguen en mi pija. No se me baja, y tampoco se me va a bajar porque me estoy excitando al tener esta conversación con mi cuñada de 6 años.

-¿Querés que te muestre mi chocha y vos me mostrás tu pito?

Sus palabras me dejan mudo y tieso, mirándola sorprendido. No puedo creer que una nena de 6 años esté diciéndome esto… ¿qué mierda está pasando? Además, no es cualquier nena, es la hermanita de mi novia, mi cuñadita.

Pero a mi pija parece gustarle eso, porque mis huevos se ponen pesados, y un poco de líquido pre seminal se filtra por la punta de mi verga.

¿Qué mierda? ¡Es una nena!

-Bueno, pero esto no sale de acá, Mia. Es un secreto, eh. Abril no lo puede saber.

-¡Lo prometo!

Ella se para sobre la cama y se saca el jean, le sigue la bombachita de nena y queda frente a mis ojos la vagina más chiquita que he visto en mi vida. Es la primera vez que le veo la concha a una nena y el placer que siento es algo que no puedo explicar.

Es hermosa.

Totalmente limpia y perfecta. Parece irreal. Tan chiquita y delicada que solo puedo pensar en lo rica que debe saber.

-Ahora vos. -me dice Mia, sacándome de mis pensamientos enfermos.

Yo a diferencia de ella, me bajo de la cama y me paro en el borde, frente a ella. Ella está arrodillada con sus piernitas semi abiertas dejándome ver los labios abultados de su concha. Ni siquiera intenta taparse, me vuelvo loco.

Yo me bajo el jogging y el bóxer. Mi pija salta como un resorte cuando la libero. La tengo larga y gruesa, cosa que Abril le encanta. Sé que es imponente por las venas que se me marcan y porque muchas veces le hago doler.

Mia abre sus ojitos y su boca sin poder creerlo.

-Wow. -dice. -¿Por qué tu pito es más grande que el de Fabi?

-¿Quién es Fabi?

-Un nene de mi salón… le vi el pito en el baño y era muy chiquito.

-Bueno, es porque él es un nene y yo soy un hombre.

-Ah… -sus ojos no se apartan de mi verga y los míos no se apartan de su conchita. Si mi novia entrara ahora, estoy acabado. Pero por alguna razón no me importa. A la única que quiero de novia está aquí ahora, una nena de 6 años. -¿Puedo tocarla? -pregunta y yo asiento sin dudarlo.

Su manito es tan chiquita que no llega a cubrir ni una parte de mi pija, pero que me toque me estremece. Cuando me acaricia creo que voy a acabar. Tiene que envolverme con sus dos manitas, pero ni así abarca todo.

-Es muy grande. -susurra y yo estoy muy caliente. Demasiado.

-¿Sabes que más podés hacer además de tocarla?

-¿Qué? -pregunta curiosa y emocionada. Le gusta esto.

-Chuparla. Métetela en la boca y pásale la lengüita.

Abre sus ojos con sorpresa. – ¿Como un chupetín?

-Si mi amor, chúpala como un chupetín.

Primero me pasa la lengua, dudosa, tímida. Cuando comprueba que está bien el sabor supongo, se la lleva completa a la boca. Ni siquiera le entra, yo me rio por eso. Solo puede chuparme la cabeza y lo hace. La succiona como un chupetín, le pasa la lengua, se queda jugando con su lengua y el hoyito de la punta de mi pija, pero cuando sus dientitos me raspan la punta ahí se me ponen los ojos en blanco.

Por Dios, la visión de una nena tan chiquita chupándole la pija a un hombre de mi edad, debería ser experimentada por todos los hombres de este mundo. Debería ser hasta legal.

Le agarro la cabeza a mi cuñadita eh intento enterrar más mi pija en su boca, hasta su garganta, pero es imposible. Se queja y lloriquea. Le salen lágrimas por los ojos. Eso también me hace reír.

-Ya, ya, mi niña. Perdón.

-¡Me lastimaste!

-Perdón, mi princesa.

Le beso la carita y por primera vez la boca. Labios suaves, dulces. Le meto la lengua en la boca, juego con su lengua, se la chupo y le escupo. Ella intenta seguirme el ritmo como una buena perrita.

-Ahora me toca a mí probar tu chocha, ¿me dejas, princesa? -le digo cuando me aparto del beso.

Ella asiente mirándome con los ojos entrecerrados. Parece extasiada. Me encanta saber que las nenas de su edad sean tan putas.

La acuesto de espaldas y abro sus piernitas de par en par. Frente a mí se abre la cosa más linda que he visto en mi vida. Su conchita inocente y perfecta. Sin tocar, sin dañar. Es rosadita como la fantasía de cualquier hombre. Por Dios, que maravilla.

Voy de cabeza, sin pensarlo. Me la como con hambre, con deseo. La lamo, la chupo, juego con su clítoris tan chiquito y meto y saco mi lengua de su agujerito cerrado que hoy va a ser mío.

Ella suspira, lloriquea y me agarra fuerte del pelo. Dice mi nombre y se retuerce. No sé si es que tiene un orgasmo, pero un líquido viscoso sale de su hoyito directo a mi boca. Lo más rico que he probado.

Sigo lamiendo su conchita de nena hasta cansarme.

La pija me va a explotar y quiero llenarla a ella de leche.

-¿Me dejas cogerte, princesa?

-¿Cómo se hace eso? -me dice, sin aire.

-Vos te quedas ahí, acostadita y yo te meto mi pito en tu chocha.

-¿Me va a doler? Es grande tu pito, Dami.

-No mi amor, no te va a doler. Quédate tranquila. Pero no hagas ruido eh. Calladita que nos pueden escuchar.

Me parece una locura que hasta ahora mi novia no haya aparecido, y eso me apura a cogerme más rápido a su hermanita porque puede suceder en cualquier momento.

Con la verga dura como una roca, acerco a Mia hasta el borde de la cama, y empiezo a frotar mi pija por su conchita. Le escupo para lubricarla lo suficiente, pero por su líquido y la anterior chupada que le di, está muy mojada.

Sé que no le voy a poder meter toda la pija y tampoco quiero intentarlo porque la desgarraría. Pero si estuviéramos solos, y ella fuera mía, le rompería toda la concha a pijazos. No me importaría desgarrarla y hacerla sangrar. Es más, la idea me pone loco.

Le meto solo la punta y siento su hilito ahí. Su virginidad de nena de 6 años tocando la punta de mi pija. Por Dios, esto es el cielo. Tengo que concentrarme para no llenarla de leche ya.

Solo con la punta de mi pija dentro de ella, empiezo a cogérmela despacio. Ella está en completo silencio. La miro, está viva pero sus ojitos cerrados con fuerza y su boca apretada para no hacer ruido. Sonrío, que niña tan sumisa.

-¿Te gusta, mi princesa? ¿Te gusta como tu novio te coge?

-¿Sos mi novio, Dami?

-Obvio que sí, amor. Pero no podés decirle a nadie.

-¡Si! Me gusta que seamos novios.

-Lo somos. Ahora sos solo mía y te voy a coger así siempre que venga. Esa conchita virgen e inocente es mía, ¿sí? Siempre te la voy a llenar de lechita.

Ella se ríe por lo que digo y yo me muero de amor. Amo a mi cuñadita y ahora la deseo como un hombre loco y enfermo.

Cuando tenga la oportunidad la voy a arruinar. Todos sus agujeros van a ser solos míos para llenárselos de leche.

Solo de pensarlo, siento como mis huevos se preparan para llenarla de leche. Pero no quiero acabarle adentro si no es hasta enterrarle la pija hasta el útero, por eso le saco la pija y le acabo afuera, alrededor de su conchita.

Mucha leche sobre ella. Salpica hasta su pancita. Por Dios, ni Abril me saca así la leche.

Busco mi celular porque tengo que documentar este momento y le saco una foto que atesoraré por siempre.

-¿Qué es eso, Dami? -señala mi leche sobre ella.

-Leche, princesa. Probala si querés.

Pasa su dedito por su panza, agarra un poco y se lo lleva a la boca.

-Mmm, no sabe cómo leche, pero me gusta.

Y yo solo me rio.

-Te voy a dar mucha leche, quédate tranquila.

La limpio y le arreglo la ropa lo más rápido que puedo al igual que a mí, y nos acomodamos para dormir una siesta. Ella está tan cansada que se duerme al toque entre mis brazos y yo estoy tan caliente por lo que acaba de pasar que sigo con la pija durísima frotándome contra su culito de nena.

Definitivamente la hermanita de mi novia va a tener que sacarme la leche más de una vez.

 

 

 

Holiss, si quieren hablar o darme sugerencias sobre relatos me pueden escribir en twitter @qeenxdoll 💋😉