LA HISTORIA DE MI VIDA 1 “Papa Quiero Tu Amor”
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Alexander de tez clara, ojos color café, cabello castaño, de
corpulencia normal, mido 1.58 mts y algo guapo.
En fin les voy a contar mi historia y no sé si
sentirme avergonzado u orgulloso pero esto es real.
Soy hijo único de un matrimonio joven mi padre tiene treinta y cuatro y mi madre tiene treinta y
tres eso ha hecho que a lo largo de mi vida me consientan mucho.
Desde que sé que es el sexo me
he sentido atraído por los varones pero nunca lo he comentado con nadie ni con mis padres.
Durante esa edad cursaba el tercer año de básico y había un chico que me gustaba sentía estar
enamorado de ese chico él se llama William y también cursaba tercero básico pero en otra sección
era un chico muy guapo tenia buen cuerpo de buen brazo según él se ejercitaba y jugaba futbol era
un poco más alto que yo como 1.62 mts color de ojos café claro, cabello castaño oscuro.
Él no era muy amigo migo pero si era amigo de mi mejor amigo Erick y gracias a él podía hablar de
vez en cuando con William él chico por el cual me sentía atraído y tenía que hacérselo saber de
algún modo pero no sabía cómo y el declararme gay no era la mejor manera ya que sabía que
harían un infierno de mi vida.
Además William se miraba muy varonil aunque nunca le había
escuchado una novia ni mucho menos salir con una.
Como a cada año los de tercero básico realizaban una excursión obligatoria de tres días donde
todas las secciones se unían en dos (hombres y mujeres) porque así según los maestros era mejor
para tenernos mejor vigilados.
Solo faltaban 3 días para irnos.
Con mi padre siempre hemos tenido una muy buena relación, jamás me he sentido atraído por él.
Aunque debo decir que es muy guapo, barba corta de candado, tez clara como la mía, ojos negros,
cabello negro oscuro, de espalda ancha y de cuerpo en buena forma no marcado pero si en buena
forma.
Estaba haciendo mi tarea mientras veía televisión como era de costumbre, por otro lado mi padre
se encontraba en casa.
Mi papa es arquitecto y como todos los arquitectos su trabajo es temporal.
Él se encontraba bañando mientras yo hacia mi tarea que hablaba de sexo y todo lo relacionado y
en la tv estaba una película romántica o algo así.
Mi madre no se encontraba ya que trabajo en un
hospital como enfermera.
Yo por mi parte seguía haciendo mi tarea y dándole vistazos a la película que no me percate
cuando mi padre se sentó en el sofá.
¿Qué estás haciendo? Me dijo mi papa.
Yo: mi tarea.
Papa.
Ya les están enseñando eso.
Dijo algo sorprendido y señalando el libro.
Yo: así…desde la primaria.
Papá: y ¿qué tienes que hacer?
Yo: una síntesis de este tema.
Señalando el titulo (Órgano Reproductor Masculino Y Femenino)
Papa: ¿para cuándo la tienes que entregar?
Yo: para el lunes.
Papá te puedo preguntar algo.
Papa: si, ¿Qué es?
Yo: ¿sabes cuál es la diferencia entre hacer el amor y tener sexo?
Papá: jejeje.
Ya veo que ya tienes novia.
Picándome las costillas.
Mira pues para algunos hay
diferencias y para otros no, algunos creen que para hacer el amor tienes que amar a la persona con
quien lo vayas hacer, se demuestran con gestos durante el acto y algunas otras cosas que se
sienten antes, durante y después del momento.
Yo: ¿Qué cosas?
Papa: bueno hijo eso lo vas a sentir cuando lo hagas.
Sacudiéndome el cabello con su mano.
Yo: ahhhh… y ¿el sexo?
Papa: mmm ¿ya has visto porno? Pues así es.
Solo de mete y saca.
Jajaja…
Yo: haa…
Papa: y ¿Quién es tu novia? 0 ¿Por qué la pregunta?
Yo: a no, lo que pasa que la chava de la película dijo que no quería tener simple sexo con el novio,
sino quería hacer el amor y esperar a que estuvieran juntos.
Papá: ha…
Yo: pero yo considero que es lo mismo, porque de todos modos se la va a meter.
Papa: qué bonito no, que palabras.
Pero eso lo dices ahora ahí vas a ver cuando tengas una novia
que la quieras.
Yo: y yo producto de que soy, de amor o sexo.
Papa: de un condón roto.
jajaja…
Yo: no me hace gracia.
Papa: es broma hijo, si no nos quisiéramos con tu mama no estuvieras.
Pero apúrate con tu tarea
porque no quiero que te vayas a reprobar.
Yo: bueeno.
Luego llego mamá, cenamos y nos fuimos a dormir, la plática que tuvimos que tuvimos con mi
papa quedo en el olvido ya que para mi padre y para mí era una plática de lo más normal.
Los días que pasaron mientras se llegaba el lunes transcurrieron normales.
Llego el lunes día de la
entrega de la tarea y día en que íbamos a partir para la excursión, así que alisté todo lo necesario
que tenía que llevar y un poco más, mi padre me llevo a la escuela en su auto como acostumbraba
cuando no tenía trabajo.
En mi mente llevaba encontrar la manera de poder acercarme a William en son de amigos o más si
se podía, jejeje.
Llegamos a la escuela me despedí de mi padre y solo me advirtió de siempre andar
con cuidado como lo hizo mi madre minutos antes.
Todos los alumnos de mi aula le entregamos a
la maestra la tarea y luego ella se despidió de nosotros ya que ella no iba a poder ir por falta de
tiempo pero si nos dejó mucha tarea días antes, al igual que mis padres nos dijo que anduviéramos
con cuidado.
Luego los demás maestros nos unieron a las demás secciones de tercero, nos dieron
indicaciones de lo que no teníamos que hacer y que tarea de excursión deberíamos hacer.
Durante el transcurso del viaje pasamos a una gasolinera donde podíamos deshacernos de todo el
jugo y agua que habíamos tomado en todo lo recorrido, yo hace ratos no aguantaba mi vejiga, al
fin podía de deshacerme de esa gran molestia.
Rápidamente bajamos del bus y todos corrieron a los baños, era una pesadilla pues no me sentía
cómodo orinar con todos los compañeros, temía
que vieran mi pequeño pene y que se burlaran, pero que otra opción tenia así que tuve que orinar
con todos los que tenían que des vaciar sus líquidos, cerca de mí se encontraba orinando William y
otro compañero yo en medio me sentía de lo más avergonzado, sin embargo pensé que era una
buena oportunidad de ver que tan equipado estaba, pero si volteaba a ver se darían cuenta incluso
si intentaba ver de reojo.
Así que me concentre en ampliar mi vista periférica pero lo único que
conseguí fue ver el chorro de orina que salía de su pene, por lo que pude notar que todo indicaba
que estaba bien dotado, en fin, terminamos de hacer nuestras necesidades y nos subimos al bus,
nuevamente retomamos el camino hacia nuestro destino.
Al fin después de 4 horas llegamos donde nos quedaríamos el resto de la excursión, era un gran
hotel, fuimos a almorzar para luego ir a un parque de diversiones, dejamos en el hotel el resto de
nuestras pertenencias y solo nos llevamos lo que creíamos que sería necesario.
Partimos hacia el
parque el cual no estaba a más de quince minutos.
Nos vestimos para irnos a dar el chapuzón a las piscinas hasta el momento no me había acercado a
William, nos fuimos a las piscinas y todos tirándose del trampolín otros deslizándose del tobogán,
todos se divertían yo por mi parte en ese momento me encontraba solo.
Siento que alguien me toca el hombre.
¿Y Erick? Me pregunta.
Cuando me voltee era William.
Si el chico que me gustaba,
en realidad era él.
Esta con su traída (novia), haya esta.
Respondí algo nervioso.
Yo: ¿y miguel? Pregunté queriendo hacer plática.
Miguel era el amigo con quien miguel venia en el
bus.
William: haya está chingando a aquellas que ni lo pelan, yo mejor me vine.
¿Y qué haces?
Yo: viendo quien puede nadar más.
William: de las que están nadando ¿Quién te gusta más?
Yo: ha.
La Juliete.
Respondí aunque por puro compromiso.
Porque en realidad quien me gustaba
era él.
¿Y a vos?
William: ninguna, la Julieta esta buena pero no me gusta.
Y de los que están nadando ¿Quién
puede nadar más?
Yo: ninguno.
Con una sonrisa.
Luego empezamos a hacerles burla a cada uno de qué forma nadaban, claro solo entre nosotros.
Nos reímos mientras criticábamos a los nadadores.
William: de los que están aquí ninguno me gana a nadar.
Yo: a porque no me has visto.
William: que, nunca me ganarías.
Yo: ¿qué apostamos?
William: lo que querrás.
Por un rato pensé en pedirle que se quedara en mi cama una noche pero sabía que no se lo podía
pedir,
Yo: el que pierda le compra la refacción al ganador el siguiente día de clases.
William: ¿de cuánto?
Yo: de lo que te alcance.
Jajaja…
William: espero que lleves bastante dinero.
A ver quién hace los mejores clavados.
Yo: ¿clavados? Clavados no, porque no puedo, además eso no es nadar.
William: ya viste que no me ganas.
Pero que hacemos.
Yo: mira nademos de esta piscina de esquina a esquina sin respirar y el que salga a jalar aire más
rápido pierde.
William: bueno.
Voy yo primero, aprende con tu maestro.
La piscina tenía alrededor de 10 mtrs o quizá uno o dos metros menos.
William se tiró y se quedó a
media piscina en la vuelta de regreso, luego salió bien empapado.
Pude notar un bulto bastante
grande en comparación al mío.
William: no llegue hasta la meta, pero vas hacer menos, tal vez llegaras a la otra esquina.
Yo: vamos a ver.
Me lance a la piscina y toque el otro lado de la piscina y luego regresar sin descansar hasta llegar
donde había empezado, cuando saque mi mano para tocar el borde de esta toque el pie de
William.
Yo: ha ha ha… gané.
William: a la gran sos bueno, me ganaste.
Yo: para mi refacción quiero una hamburguesa y una gaseosa.
William: jajaja…órale.
Pasaron las horas y ya teníamos una buena relación con William toda la tarde nos la pasamos
charlando, tirándonos clavados, riéndonos, haciendo piruetas debajo del agua y otras muchas
cosas más.
Así transcurrió el resto de la tarde luego regresamos al hotel donde nos quedaríamos.
Teníamos que ir a cenar después de cenar y nos teníamos que ir a dormir, donde los maestros nos
separaron de las niñas, luego por grupos fueron a su habitación.
De muy mala suerte William no se
quedó en la misma habitación que yo.
Al siguiente día hicimos lo habitual, la diferencia es que este segundo día íbamos a ir a un museo e
íbamos a hacer un libro de notas de lo aprendido etc.
Es irrelevante para esta historia.
Excepto que
todo el viaje y todo el día me la pase al lado de William, claro solo como amigos ahora ya muy
amigos.
Llegamos al parque de diversiones, nos divertimos y en eso pasa Juliete cerca de donde estábamos
William y yo.
William: mira a iba quien te gusta.
Yo: jajaja.
No, solo me cae bien, a mí no me gustan… me quede callado.
William: que ibas a decir.
Yo: nada.
William: dilo hombre que no te de vergüenza.
Yo: es que soy gay.
Dije muy avergonzado, bajando la cabeza.
Un silencio reino durante un momento.
Yo me sentí con ganas de irme corriendo de ahí pero no
pude hacerlo, además que con eso podía perder la amistad que mucho trabajo me costó lograr.
William: pero si me habías dicho que te gustaba Juliete.
Yo: si, pero no.
William: no te aweves.
Todos tienen gustos diferentes.
Con que tus papas te apoyen más que
suficiente.
Yo: ellos no lo saben.
Solo tú lo sabes.
Por favor no se lo digas a nadie.
William: no hombre como vas a creer.
No te vayas a terminar suicidando.
No dije nada.
William se levantó de ahí y se fue donde estaban los demás.
Cuando se reunió con
los demás pensé que sería mi fin y que se lo contaría a todos.
El resto de la tarde me la pase solo
hasta la hora en que teníamos que regresar al hotel ya que al otro día nos iríamos de madrugada.
En el bus al igual que cuando salimos me fui al lado de Erick y William de nuevo iba enfrente de
nosotros.
Después de un rato llego mi papá, me despedí de Erick y me subí al auto de papá lo salude y
regresamos a casa.
Durante el camino mi papa me preguntaba cosas relacionadas al viaje y yo le
respondía, hasta que llegamos a casa.
Mi madre no se encontraba.
El resto de la tarde me quede pensando en que posiblemente William
ya no me iba hablar, así paso durante todo el resto de la semana, aparte de preocuparme de eso
me tenía que ocupar en realizar mi tarea con respecto a la excursión.
Realice todas mis tareas y era hora de dar el siguiente paso con William y tenía que hacerle saber
que era el en quien me había enamorado, así que me arriesgaría a perder su amistad cosa que
creía ya haber perdido y que me mandara al carajo o ser correspondido.
Así que decidí hacer una
carta, una carta que explicara todo, como me había sentido con él y que no quería perder su
amistad y lo que sentía por él.
Se la iba a entrega el próximo día de clases que sería el lunes de la siguiente semana.
Ya habían
pasado dos días desde que regresamos del viaje.
Me sentía algo confundido algo distante de mis padres y obviamente un no les podía decir que soy
gay, mucho menos a mi padre quien es un hombre muy macho y quien creía que hasta novia
tenia.
Mi padre me notó muy extraño y me pregunto qué me pasaba, yo le respondí que nada, él me dijo
que si tenía un problema que platicara con él.
Yo: pues veras, creo que si tengo uno.
Papa: pues haber en que te puedo ayudar.
Yo: es que me da pena.
Papa: o quieres hablarlo con tu mama.
Yo: no, es que fíjate que tengo un problema con mi pene.
Dije ya que no me sentía preparado para
contar quien soy.
Papa: ¿Qué es? ¿Qué tiene?
Yo: es que es algo extraño y creo que no es normal.
Papa: pero que es.
Yo: es que lo tengo torcido para un lado.
Papa: haa.
Mira pues no soy experto pero creo que todos son diferentes.
Por ejemplo, el mío es
hacia arriba.
Yo: pero en los videos porno la mayoría son así.
En cambio nunca he visto uno como el mío.
Papa: pues será mejor que investigues en internet o mejor te llevo con un experto.
Yo: no, como me voy a dejar que me miren.
Acaso a ti te gustaría que te vieran desnudo.
Papa: pues creo que eso se quita con la edad, tu madre me ha visto más de una vez.
Yo: a pero ella.
Y es cierto que el frenillo del pene se quita cuando uno pierde la virginidad.
Papa: pues no sabría decirte si a todos, pero en mi caso se fue quitando posiblemente después de
tener relaciones varias veces.
Yo: si, en los videos porno hay unos que los tienen y otros que no, y los compañeros de la escuela
dicen que sequita a la primera.
Papa: pues algún día lo vas a saber.
Luego hablamos de otros temas y todavía no me sentía listo para decírselo, luego a horas de la
tarde llego mi mama y los días transcurrieron de lo normal.
Llego el lunes y con ello las misiones que tenía ese día, aliste todas las cosas y luego me fui a la
escuela, claro con mi padre.
En la escuela trataba de acercarme a William pero no podía pues siempre se encontraba con sus
amigos.
Yo estaba sentado junto a Erick platicando de pronto se acerca William.
William: aquí esta lo que me ganaste.
Dándome una hamburguesa y una gaseosa.
Yo: así que sos de palabra.
Erick.
Y ¿Qué honda con ustedes?
William: lo que pasa es que me gano en una apuesta.
Luego entre los tres comenzamos una charla hasta que debíamos regresar a recibir clases.
Toda la
clase estuve pensando en la hora de salida tenía que entregarle la carta.
Salimos de clases y miré a
William que estaba esperando a su mama para que lo recogiera, esa era mi oportunidad ya que sus
amigos ya no estaban con él y se encontraba solo.
Yo: William, ¿esperando a tu mama?
William: si, y tu papa tampoco ha venido.
Yo: no hoy me voy a ir en un bus porque no va a venir, tenía que arreglar unas cosas.
Antes de que
te vayas quiero entregarte algo.
Dije muy nervioso.
William: si y que es.
Yo: espera.
Mientras buscaba la carta en mi mochila.
Pero no la encontraba en ningún lado, busque
y busque y no la encontré.
Pensé que se me había caído en el aula.
William: ya viene mi mamá.
Yo: aquí esta ¿este lapicero es tuyo? Obviamente no era lo que le quería entregar pero me serviría
como para evitar la humillación de no sacar nada de mi mochila.
William: no.
Bueno ya me voy.
Lo vi subir al auto y la oportunidad se fue con él.
Todo el regreso a casa me preguntaba donde
había perdido tan importante papel y si alguien de la escuela o peor aún si alguien de mi aula lo
encontraba seria la burla de todos.
Rápidamente llegue a mí casa pero al parecer nadie se encontraba pero las cosas que mi papá
estaba ocupando para arreglar unos cables estaban ahí, supuse que estaba en su cuarto, subí hasta
mi cuarto y la puerta estaba entre cerrada, cuando la abrí por completo ahí estaba mi padre
sentado en la esquina de mi cama con un papel en la mano y con los ojos colorados.
Yo: ¿Qué haces aquí? Hubo silencio un segundo.
Papá: ¿Qué significa esto Alex?
Yo: ¿Qué es?
Papá: esto puta carta, para el tal William.
Yo sentí que todo el mundo se me venía encima.
La carta la había dejado en mi casa y lo peor que
mi padre la había encontrado.
Estaba nervioso y asustado a su reacción, nunca había visto a mi
papá tan enojado.
Yo: ¿Por qué te metiste a mi cuarto? Sollozando.
Papá: ese no es el problema, Responde.
Gritando
Yo me solté en llanto y agachando el rostro.
No podía responder a la pregunta de mi papá.
Papá: que putas pasa con vos, acaso no sos un hombre pedazo de mierda.
Para este tiempo mi papá estaba muy enojado y parado en frente de mí.
No me di cuenta cuando
levanto el brazo y me dijo una gran bofetada que me hizo caer al piso.
Ahí quede.
Papá: no quiero volver a verte con esas cosas.
Mi papa salió del cuarto bien molesto y antes de cerrar la puerta me dijo que no le dijera nada a mi
mamá.
Yo por mi parte me quede llorando y planeando en como quitarme la vida.
Ahora casi no salía de mi cuarto, solo para salir a la escuela o para comer, mi padre ya no comía
cuando yo lo hacía.
Por suerte la bofetada que me dio no me dejo marca, por lo que mi madre
nunca se dio cuenta de lo sucedido.
Pero en mi cabeza solo rondaba la idea de suicidarme ya que
me sentía solo sin el apoyo fundamental para salir adelante cuando más lo necesitaba.
Así paso
toda la semana.
Una vez escuche que mi madre le dijo a mi papá que, que era lo que yo tenía pues andaba muy
extraño y decaído.
Mi padre solo se limitó a responder solo él sabe.
Mamá: no será que tiene problemas en la escuela.
Papá: no creo
Mamá: porque vieras que la vecina de una amiga tenía un hijo rarito y lo molestaban en la escuela
hasta que se hartó y se cortó las venas, ojalá Alex no sea así.
Papá: no hombre, y si sale así que harías.
Mamá: ni Dios lo quiera.
Bueno ahora sabía que mi mamá reaccionaria tal vez peor.
Pero sin duda algo había cambiado en
mi papá.
Sábado por la mañana mi mama se quedó todo el día en la casa ya que sacaría el turno de la
noche.
Oigo como alguien toca la puerta de mi cuarto, me levante y al abrir era mi padre quien
tocaba.
Yo no podía mirarlo aun a los ojos de pura vergüenza.
Mi madre había salido a comprar
cosas para la despensa.
Papá: ¿puedo pasar?
Abrí más la puerta en señal de que si, después de todo estaba en su casa.
Se sentó en mi cama y
me hizo sentarme también, luego comenzó a hablar de que no estaba bien lo que hizo y que lo
disculpara, también que estaban bien lo de mis preferencias sexuales.
Hablamos mucho sobre el
tema, pero me dijo que todavía no se lo dijera a mamá porque ella no estaba lista para recibir
tremenda noticia.
Mi papa me dio un tremendo abrazo y me dijo que todo iba estar bien y que si alguien intentaba
agredirme física o moralmente que no lo permitiera.
Luego salió del cuarto y para entonces mi
mama estaba pidiendo ayuda para que le fueran ayudar con las cosas que traía, mi papa me dijo
que le fuera a ayudar, cosa que rápidamente hice.
Después de eso ya no me sentía solo o con
ganas de dejar de vivir sino todo lo contrario.
Para la hora del almuerzo todos comimos juntos como hace días no lo hacíamos.
Pasaron las horas
y la hora en que mi mamá se había llegado, mi papa la fue a dejar al lugar de trabajo.
Mientras yo
me tuve que ir a bañar a eso de las 6:30 pm horas, cuando termine mi papá ya había regresado.
Yo
me encontraba en mi cuarto, solo vi cuando mi padre pasó a su cuarto.
Después de un rato yo estaba queriendo pegar los ojos pero no podía pues la emoción de que mi
padre ya me había aceptado tal como era, algo con lo que me sentía muy feliz.
Tocan mi puerta:
me levanto y abro, obviamente era mi padre.
Papa: ¿Qué estás haciendo?
Yo: casi durmiendo.
Papá entra al cuarto.
Cabe resaltar que yo dormía con ropa.
Claro mi padre aun andaba vestido.
Papa: quiero entregarte esto.
Dándome un papel.
Lo recibí el papel estaba todo arrugado y si era la carta que me había quitado.
Papá: puedo darme cuenta que no tienes no…novio.
Perdona Es que no me acostumbro.
Yo: no te preocupes papá.
Papá: sabes no quiero que te sientas mal y que termines haciendo una locura por mi culpa.
Yo: gracias papá.
Papá: yo no me perdonaría si algo te pasa por mi culpa.
Me abrazo y me dio un beso en la frente.
Papa: bueno, recuerdo que me dijiste que tenías un problema con tu pene y he estado investigado
y es problema dependiendo de cómo se vea, así que creo que tendrás que enseñarlo.
Yo: es que tengo pena.
Sonriendo.
Papá: mira enséñamelo y luego yo te enseño el mío para que mires que no tienes nada de qué
avergonzarte, después de todo eres mi hijo y te conozco desde siempre.
Yo: es que solo se nota cuando se me para.
Lo bueno que rápidamente mi pene cobro vida por debajo de mis pantalones, tal vez se debía a la
situación extraña de padre e hijo o no sé.
Comencé a bajarme el pantalón hasta media pierna y
luego el bóxer.
Papa: creo que luce algo extraño pero normal, no creo que tengas problemas para penetrar.
Yo: y el tuyo ¿Cómo es?
Papá: mira.
Dijo desabrochando su cinturón y posteriormente bajando sus pantalones y bóxer.
No podía creer, mi papá estaba enfrente de mí con los pantalones hasta las rodias y con el pene al
aire.
El pene de mi padre se encontraba completamente dormido que parecía un ganso
durmiendo, incluso en ese estado parecía enorme jamás había visto otro pene y mucho menos así
de grande.
Papá: bueno, vez es normal, ya ahora duerme.
Se subió sus pantalones y salió de mi cuarto, yo me tire a mi cama y me disponía a dormir.
Sin
embargo me llamaba la atención saber en qué tan grande seria el miembro de mi padre ya erecto,
si era así de grande en reposo no me podía imaginar cuando creciera.
Además me comencé a
sentir atraído por él, pero sabía que lo que hacía estaba mal.
Seguí despierto pensando en cómo decirle a mi mamá que soy gay, tome la decisión de ir a
preguntarle a mi papa, Salí de mi cuarto y me dirigí al de mi padre.
Abrí la puerta que por supuesto no tenía seguro, mi papa estaba parado en un banco
componiendo la luz de su cuarto.
Yo: que estás haciendo.
Preguntando lo obvio.
Papa: arreglando esto, ya termine.
Se bajó del pequeño banco.
Yo: papá quiero preguntarte algo.
Papá: si, dime.
Yo: es que no sé cómo ni cuándo decirle a mi mamá.
Papá: ya sabrás cuando.
Haber siéntate.
Sentándonos en su cama.
Yo: es que no sé cómo reaccionara.
Papá: primero debes estar seguro de que no te gustan las mujeres.
Yo: pues supongo que no.
Papa: sea cual sea la reacción de tu madre no te cintas mal.
Yo: gracias papa.
Me dio otro abrazo mientras me decía al oído que no tuviera miedo.
Yo: te quiero papá, sabes por un momento quería suicidarme, pero ahora te doy gracias por
aceptarme como soy.
Papá: es mi deber como padre hijo, apoyarte cuando lo necesites.
Mientras me abrazaba.
Yo: también vine porque en mi cama hay como pelillos de gusanos y como pican.
Por su puesto
que no era cierto y no sé cómo salieron esa palabras de mi boca, pues mi papa ahora me parecía
más guapo de lo habitual, su cara su barba de candado, sus ojos negros todo me parecía perfecto.
Papa: mira, puedes quedarte conmigo esta noche, todos modos tu madre no llega hasta mañana.
Tómalo como una compensación por lo de la otra vez (bofetada).
Yo: bueno, gracias.
Así que me tire a la cama y me tape con sus sábanas, claro vestido como estaba, él también hizo lo
mismo con toda su ropa también.
Se metió a la misma sábana.
Sentí como estiraba su brazo e
intentaba abrazarme, estaba junto a mí así que le cedí el paso a sus brazos y ahora me tenía
abrazado y más pegado a él.
Papá: estas seguro de que te gustan los hombres.
Yo: si papá.
Papá: ¿has estado con algún hombre o con alguna mujer?
Yo: no con ninguno.
Sentí como mi padre me dio un beso en el cuello ya que estábamos de cucharita.
También sentía
su mano que se metía entre la sábana y tocaba mi pierna por encima de mi pantalón.
Papá: creo que no estás aquí por los gusanos o por cómo se lo vayas a decir a tu mamá ¿cierto?
No dije nada, mientras seguía abrazado y pegado a él.
Papá: mira hijo quiero que estés seguro que te gustan los hombres y la mejor forma es que estés
con uno y ambos sabemos que hasta ahora yo soy el único que te puede ayudar, que dices.
Yo: no entiendo papá.
Papá: ¿quieres hacer el amor conmigo?
Yo: yo… no lo sé.
Papá: sé que eso quieres sino porque estás aquí.
Volteo mi cara hacia la suya, sentía su aliento, su respiración.
Acomodo su cabeza y de pronto me
dio un beso en los labios, luego nos miramos a los ojos y no me pude contener le tenía que
corresponder, así que pegue mi cara a la suya y comenzamos a besarnos.
Yo nunca había besado a
alguien pero creo que la necesidad lo hace aprender rápido a uno.
Por otro lado mi padre era un
experto, sentir sus labios con los míos era algo que nunca pensé, sentía mil cosas aparte su barba
me picaba algo que me ponía más cachondo.
Para estar más cómodos me voltee por completo hacia él, nos seguíamos comiendo a besos,
acariciábamos nuestros cuerpos.
Mi padre pasaba su mano por mi cintura, por mis nalgas para
pegar mi cuerpo más al suyo, yo por otra parte además de besarlo acariciaba su espalda y sus
grandes brazos.
Tardamos un rato haciendo esto.
Luego comenzó a quitarme la camisa, cosa que yo quería que hiciera, besaba todo mi cuerpo, a mis
pezones le daba pequeños mordiscos y chupones.
Luego quise quitarle la camisa a lo cual el me
ayudo, cuando fue despojado de su camisa pude apreciar su bello abdomen casi de lavadero, sus
anchos hombros y sus grandes músculos de espalda y brazos era todo un adonis.
En el pecho tenía poco pelo, solo en los pectorales, por instinto me dedique a besar todo su
cuerpo: pecho, abdomen, cuello, no hubo una parte que no le besara.
Esto lo hacíamos de rodillas
sobre la cama.
Nos acariciábamos mientras nuestras lenguas se juntaban, mientras compartíamos
saliva.
Y mientras me seguía besando, me iba acomodando debajo de él, mientras el desabrochaba mi
pantalón, yo por otra parte me sujetaba de su fuerte cuello.
Después que me acostó
completamente fue bajando mis pantalones para dejarme solo en boxers.
Yo estaba muy nervioso pues hasta entonces era virgen y como sabrán que al igual que en todo la
primera vez se sienten nervios, pero eso no impedía que mi pene estuviera bien duro y excretara
precum.
Mi padre me quito el pantalón completamente.
Luego me recline para quitar su cinturón, después
de quitarle el cinturón desabroche su pantalón el me ayudo a quitárselo y una vez ya sin sus
pantalones pude apreciar el resto de su cuerpo, tenía unas grandes y no tan velludas piernas un
bóxer color azul oscuro con los bordes grises y en el se formaba un gran bulto.
Nuevamente me
acostó y el encima de mí, metía sus brazos por debajo de mi espalda abrazándome y yo a él,
nuestras piernas se juntaban al igual que nuestros cuerpos.
Su mano bajo por mi estómago hasta llegar a mi bóxer, su mano había entrado en este, rozó mi
pene y testículos con su mano hasta llegar a mi raja, con su dedo tocaba el anillo de mi ano, eso
me hacía sentir algo que nunca había sentido, leves suspiros salían de mí involuntariamente.
Mi erección se fue bajando lentamente mientras mi padre masajeaba el contorno de mi esfínter
con su dedo al mismo tiempo que nos besábamos.
Baje mi mano y mi mano iba en busca de la
hombría de mi padre, metí mi mano en el bóxer de mi papá toque su vello púbico y después lo que
me encontré fue una enorme herramienta semierecta, lo tome y lo hale hacia arriba, lo tome por
la cabeza y comencé a masajear luego retire la piel que cubría el glande haciendo lo hacia abajo y
hacia arriba, el miembro de mi padre comenzó aumentar de tamaño rápidamente.
Cuando el
mástil de mi papá ya estaba como roca de duro mi mano ya no lograba rodearlo completamente.
Mi padre se retiró un poco de mi para quitar la última prenda que me quedaba, la quito y luego se
quitó la suya quedando de rodias en la cama.
Yo me sentía avergonzado de que me viera desnudo,
pues creo que es normal en la primera vez, por otro lado mi padre actuaba normal pues al
contrario de mí ya lo había hecho con más de una mujer.
Pude apreciar completamente el cuerpo desnudo de mi progenitor, ambos nos encontrábamos de
rodias en la cama.
Mi mirada se perdía en su perfecto cuerpo y mi atención la tenía en aquella
enorme herramienta que apuntaba al techo, aquella cosa con la cual yo había sido creado no me
podía sentir más orgulloso de venir de algo tan grande.
Miraba su pene y su cara de deseo.
De su enorme pene colgaban unas enormes bolas rosas su
pene alcanzaba los 20cm y unas enormes venas que enmarcaban esa obra de arte.
Yo no sabía qué
hacer ante tal situación, mi padre me miro a los ojos y estiro su brazo sujetando mi mano y
guiándola hacia su pene, me quede inmóvil solo seguía lo que mi padre me guiaba.
Puso mi mano
sobre su mástil y yo lo sujete con su mano sobre la mía hizo un movimiento de sube y baja.
Yo ya sabía qué hacer, mi padre quería que lo masturbara y eso hice lentamente.
Bajaba y subía la
piel que cubría una enorme, relumbrosa y roza cabeza.
Luego mi padre coloco su mano en mi
cabeza e hizo una señal que no entendí, hizo un poco de fuerza para agachar mi cabeza a lo cual
comprendí que quería que bajara hasta su pene para que le hiciera sexo oral.
Pero yo no estaba
seguro pues me daba asquito sin embargo lo hice sin quejarme.
Al estar mi cara a centímetros de la verga de mi padre pude sentir una rica fragancia que tenía esta,
así que me fui pegando más y más hasta que mis labios tocaron la punta de su virilidad.
Después
abrí mi boca metiendo centímetro a centímetro el glande de su pene este no sabía a nada, sin
embargo se sentía bien tenerlo en la boca daba una sensación de placer y satisfacción.
Logre meter la cabeza y un poco más a mi boca y gracias a los videos porno ya sabía qué hacer, así
que comencé asacar y meter parte del pene de mi padre a mi boca.
Mamaba y mamaba ese
delicioso pedazo de carne.
Mi padre estaba viendo como su único hijo se tragaba parte de él y solo
jadeaba, yo pasaba mi lengua por todo el glande e intentaba meter mi lengua en el ojito de su
pene.
Y ya que había agarrado experiencia lamia todo el tronco de su mástil, metía sus enormes bolas a mi boca con cuidado para no lastimarlo y las lamia una a la vez ya que no me cabían las dos
al mismo tiempo.
Mientras mamaba ese pedazo de hombría también lo masturbaba, mi padre solo jadeaba de
placer y ponía una de sus manos en mi cabeza y con la otra se apoyaba para no perder el
equilibrio.
Después mi padre me hizo parar, me dio un beso en la boca e hizo que me acostara boca abajo.
Beso mi espalda hasta llegar a mis nalgas las cuales abrió y escupió mi centro.
Dijo que me iba a
devolver el favor y metió su cara entre mis nalgas.
Por suerte ya me había bañado jejeje.
Con su
lengua lamia mi esfínter y cuchareaba logrando en mi un cosquilleo en esa zona y todo mi cuerpo,
suspiros involuntarios salían de mi boca.
Mi padre escupía mi anillo y con su pulgar masajeaba y presionaba en repetidas ocasiones, lleno
mi ano de saliva y escupió su dedo medio y me lo metió.
No sentí más que algo extraño.
Lo metía y
lo sacaba en repetidas ocasiones, lo movía dentro de mí, provocando en mí una sensación que se
sentía muy bien.
Yo no hacía otra cosa que estar con la boca abierta respirando como cuando te
cansas.
Mi padre seguía metiendo y sacando su dedo de mí.
Siento como ahora el índice quiere entrar
junto con el dedo medio no les costó trabajo en entrar al mismo tiempo aunque la sensación de
rareza en mi cuevita era al doble, los metía y los sacaba los meneaba como en círculos queriendo
estirar más mi esfínter, que bien se sentía, tardo alrededor de 3 a 5 minutos haciendo esto.
Mi padre saco sus dedos y se levantó de la cama, voltee mi cara para ver qué pasaba y pude ver
que mi padre se dirigía al lugar donde se encontraban las lociones y cremas de mi madre.
No sin
poder ver su ancha y semi-musculosa espalda, también un trasero fornido y unas gruesas piernas.
Yo: ¿Qué vas hacer?
Papá: espérame
Tomo un pequeño frasco y unos pañuelos desechables y regreso.
No lo perdía de vista pues de
frente se miraba mucho mejor su altura ronda los 1.
90mtrs con un cuerpazo riquísimo, brazos
fuertes pectorales duros algo formados con poco pelo, un abdomen plano casi marcado, piernas
algo musculosas y sobre todo con una riata deliciosa de 20cm mirando al techo y de esta colgaban
dos grandes y rosadas bolas, su bello púbico recortado y sus bolas completamente limpias.
Se acercó a la cama y el bote que traía era de gel para masajes, se colocó detrás de mí y me roció
un poco en mi ojete y me acariciaba el hoyito para luego meter sus dos dedos, mientras que con la
otra mano lubricaba su miembro desde la cabeza hasta el tronco.
Luego sube por encima de mí y me pregunta si ya estoy listo, yo haciendo con la cabeza y mi padre
me comienza a besar el cuello, yo giré mi cara hacia la suya y nos besamos, mientras movía su
cintura y pasaba su pene en medio de mis nalgas.
Claro sin penetrarme.
Papá: ¿seguro que estarás bien?
Yo: sí.
Asentí con la cabeza.
Sentí como la punta de su pene toco el centro de mi agujero e hizo fuerza pero este no entro, lo
hizo en repetidas ocasiones pero mi ano se resistía a darle el paso a aquella bestia.
Mi padre
estaba sosteniendo su peso con ambos brazos para no aplastarme pues pesaba mucho.
Papá: relájate.
Me dijo al oído.
Mientras que con una mano tomaba su pene para dirigirlo a lo entrada de mi alma y con la otra
sostenía parte de su cuerpo para no aplastarme, pero yo en si ya estaba cargando una gran parte
de su peso y pesaba bastante.
Tomó a su enorme amigo y lo puso exactamente a la entrada de mi alma, meneo un poco su
cadera y con eso logro meter la cabeza completamente.
Yo: haa… un pequeño quejido.
Papá: shhhh…ya está.
Por suerte el lubricante facilito mucho el trabajo pero no quitaba el dolor, aparte mi padre tenía
mucha experiencia, tal vez no con hombres pero si la tenía.
Papá: voy a entrar un poco más ok.
Yo: sí.
Asintiendo con la cabeza.
Mi padre fue bajando su cadera poco a poco permitiendo que su pene entrara lentamente.
Yo
sentía un inmenso dolor jamás me imagine que dolería tanto de lo contrario no lo hubiera acido,
pero ya estaba ahí y con ganas de hacerlo.
Para ese entonces mi cuerpo ya abrigaba media verga
de mi progenitor.
Podía sentir mi ano bien abierto y su pene rozando las paredes de mi recto, podía sentir lo caliente
que estaba su miembro, su cabeza avanzando dentro de mí y el dolor insoportable.
Mi padre bajo más rápido me tiendo el resto de verga que faltaba, un grito entrecortado salió de
mí.
Papá: shsh… ya, ya está.
Las caderas de mi padre reposaban sobre mis nalgas, sentía su pubis en mis nalgas y sus grandes
testículos quedaban cerca de los míos y su pene yacía todo completamente dentro de mí.
Mi padre
no se meneaba estaba quieto dándome besos en el cuello e intentaba llegar a mi boca yo entendí y
lo mire a la cara, la cara de mi padre era de satisfacción y de orgullo hacia mí.
Yo sin embargo
sentía un inmenso dolor.
Mis piernas estaban en medio de las suyas.
Mis piernas estaban juntas pero no demasiado y las de
mi padre abrazándolas con las suyas.
Mi padre intento besarme y yo le correspondí, nos comenzamos a besar sin hacer movimientos
bruscos.
Mi padre estaba dentro de mí sin hacer un movimiento y yo boca abajo con dolores no
me podía mover además por el peso de mi padre.
El dolor se empezaba disipar tal vez porque me
concentraba más en besar a mi papá.
Papá: ¿estás bien?
Yo: si y tú.
Mi padre me sonrió y medio un beso en los labios estiro sus brazos buscando mis manos, las tomo
y entrelazo sus dedos con los míos, levanto un poco su cuerpo, separando su pecho de mi espalda.
Esto lo hizo sin soltar mis manos.
Papá: me dices si te lastimo.
Yo: sí.
Asentí con la cabeza.
Mi padre movió un poco su cintura para afuera lenta y cuidadosamente.
Pude sentir como la
cabezota de su amigo se movió dentro de mi sin causarme más dolor.
La movió como un
centímetro.
Luego la metió más rápido de como la saco eso hizo que el dolor regresara provocando un grito
ahogado.
Papá: ya, ya paso.
Nuevamente estaba repitiendo el movimiento de sacar y luego el de meter, como a la quinta vez ya
no sentí el punsaso sino solo el pequeño dolor que cada vez disminuía.
Gracias a que mi padre era
un experto me sentía seguro debajo de él.
Luego saco un poco más de lo acostumbrado y metió, un pequeño gemido salió de mi boca.
Mi
padre se quedó quieto.
Yo apenas podía ver lo que sucedía en medio de mis nalgas porque estaba
boca abajo intentando ver como el pene de mi papá aparecía y desaparecía en medio de mis
nalgas.
Mi padre bajo su cabeza a la mía para besarme, yo obviamente quería lo mismo.
Nos besamos y mi
padre no se movió más, nos besamos como nunca mientras su pene era resguardado por mi ano.
Gracias a que mi padre me comía a besos no me percaté de que ya no sentía dolor alguno sino solo
una llenura en mi interior.
Mi padre metió su brazo derecho por debajo de mi pecho y con el otro tomaba mi mano para
entrelazar nuestros dedos y mientras me besaba y hacia todo esto comenzó a menear su cintura lentamente.
En cada movimiento podía sentir mil sensaciones por todos lados, ya no sentida dolor
alguno sino todo lo contrario, podía sentir el amor de mi padre.
Mi papá se movía suavemente mientras besaba mis labios, mi cuerpo ya se había acostumbrado al
suyo.
Ambos compartíamos alientos y gemidos de placer.
Además yo detenía todo su peso y
pesaba mucho pues estaba grandote y pesado, pero eso era lo de menos.
Se movía lenta y cariñosamente, era todo un experto en quitar virginidades y hacer gozar a los
demás.
Sus movimientos eran suaves pero rítmicos a la vez.
Podía sentir mi ano bien abierto y de
mi pene salía líquido transparente.
Era una sensación que aún no puedo explicar pero la palabra
más cercana es rico.
Los movimientos de mi papá se aceleraron un poco más.
Yo gemía de placer pero no como sorra,
sino como cuando haces el amor.
La respiración de mi padre era fuerte, abrí un poco mis piernas y
con eso también mi padre, allí me pude dar cuenta que en realidad no tenía toda la verga de mi
padre adentro sino solo un poco más de la mitad, lo supe porque me dio un leve dolor cuando
sentí que metió el resto.
Mi padre al estar completamente dentro de mí, abrió más mis piernas me tiendo una de las suyas
entre las mías, luego se acomodó dejando mis piernas en medio de las suyas, pero ahora más
abiertos.
Sentía que se me hacía agua el culo de puro placer.
Después mi papá saco su brazo y soltó mi mano para poder apoyarse y sostener su peso.
Supuse
que había pensado que yo ya me había cansado por sostener todo su peso.
Coloco sus brazos en la
posición adecuada para sostener su peso y ya yo solo sentía el poco peso de su cadera.
Comenzó con tan conocido vaivén rítmicamente.
Que delicia se sentía cuando entraba y salía
tremendo mástil de mi ser.
Aceleraba cada vez más sus movimientos, ambos gemíamos de placer.
Yo: ha ha ha…
Papa: ufff ufff…
Continuábamos haciendo tan vello acto, sus embestidas eran espectaculares, su pelvis chocaba
con mis nalgas provocando tan maravilloso sonido de dos cuerpos amándose (plac plac plac…).
Sus
embestidas ya eran más fuertes e igual de cariñosas.
Gemíamos, su pene estaba duro dentro de mí, sentía los roces en las paredes de mi recto y como
golpeaba mi próstata.
Papa: mmm ha ha…
Yo: ah ah ah…
Papa: oh oh…
Yo: ha ha ha…
Papa: uf uf…
Sus huevos chocaban en mí, cerca de los míos.
Sus movimientos eran fuertes que cuando me
embestía me hacía mover hacia adelante.
Salió casi completamente de mí dejando solo la cabeza
adentro y volvió a meterlo todo de un solo golpe, claro yo no sentía dolor alguno, ni con esto al
contrario, cuando lo sacaba casi todo sentía que el alma se me escapaba.
Yo sentía estar en el cielo,
que daba grandes gemidos.
Papa: ¿tegusta Alex?
Yo: haa…sii… ¡que rico! Ahhh.
Papa: ¡que rico estas! Mmm
Tardo así un par de minutos y cambio sus movimientos lentos y fuertes por los rápidos y fuertes
que hasta la cama se movía y reclinaba, tardamos un buen rato haciéndolo de esta forma.
Luego
mi papi bajo la intensidad y se hizo hacia atrás, apoyado con sus rodias podía equilibrarse, con sus
enormes manos abrió mis nalgas, pudiendo ver como su masculinidad se perdía en mis entrañas,
no tardo mucho haciendo esto.
Tomo una de mis piernas para voltear mi cuerpo quedando cara a cara, lo hizo sin sacarme su
pene, mis piernas quedaron abiertas y él en medio de ellas (posición misionero) pude notar que mi
padre estaba sudando al igual que yo.
Estiro sus brazos, quedando yo en el medio, para sostener su peso y comenzó con tan vello
movimiento, mete y saca.
Que rico se sentía.
Sus movimientos eran rápidos y los gemidos no se
hacían apagar.
Papa: ohhh…o oh…
Yo: ha ha ha…
Papa: ¡que apretadito estas! Mmm…¡que rico!
Yo: ¿te gusta papa?
Papa: si hijo.
Con mis brazos intentaba abrazarlo pero apenas podía abrazarlo pues su espalda era ancha, el bajo
un poco y se apoyó con sus codos, pegando su cuerpo más al mío, lo abrace fuertemente y el a mí
con uno de sus brazos.
Estábamos sudados pero así me sentía seguro en sus brazos.
Pego su frente
a la mía, sentía su aliento y percibía su cansancio pues ya llevábamos más de 12 minutos cogiendo.
Papa: ¿estás bien?
Yo: si, te amo papá.
Papa: ¿te gusta?
Yo: si papi.
Papa: ¿Cómo me dijiste?
Yo: papi.
Papá: dilo otra vez, pídeme que te la meta.
Yo: métemela papi, métemela papi…
Me dio un beso en la frente y se meneaba rápida y deliciosamente.
Me abrazo más fuerte y me
besaba los labios sin dejar de moverse.
No tardó más de dos minutos así.
Luego levanto su cuerpo de la cintura para arriba con sus brazos y me cogía a gran velocidad.
De mi
pene salía gran cantidad de líquido transparente y ya que mi pene se encontraba erecto y libre
para tocarlo, me comencé a masturbar con una mano y con la otra acariciaba la espalda de mi
padre.
Papá: ha ha ha…
Yo: ha ha ha…
Papá: mmm…
Yo no podía resistir más y escupí mi mano y la lleve a mi pene para masturbarme placenteramente
mientras era follado por mi padre, nuestras miradas se cruzaban viendo nuestras miradas de
lujuria y placer.
No me pude contener ante tal situación y me des vacíe en leche.
Yo: haaaa…haaaaaa…
Mi semen cayó sobre mi pecho, abdomen y pelvis.
Mi padre al sentir mi corrida me dio un beso en la boca, como estando orgulloso de mi.
Su
respiración se volvía cada vez más aguda, metió su brazo por debajo de mi cabeza y sus envestidas
fueron profundas, su respiración parecía la de un toro en celo y me apretó fuertemente a su
pecho.
Papa: haaa… haaa…oooh…
Yo: mmm…
Papá: oooh.
ufff.
me corroo.
Yo: ha ha…si ¡quiero tu amor!
Sentí unos potentes y calientes chorros que se derramaban dentro de mí.
Su cuerpo se estremeció
y las venas de su verga se anchaban a mas no poder, dejo caer su cuerpo por completo sobre el mío y coloco su frente sobre la mía.
La respiración de mi padre expresaba todo su agotamiento y
pegaba pequeños jadeos, me abrazo fuerte y yo a él, ambos estábamos muy sudados, mi papa me
daba pequeños besos en los labios mientras daba unas suaves y ultimas pequeñas envestidas.
Papa: haaa haa.
Mi respiración era aguda al igual que la de mi padre.
Mi padre dejo de abrazarme y estiro su brazo
para alcanzar unos pañuelos desechables.
Su pene aún estaba duro dentro de mí.
Mi padre tomo
los pañuelos y movió un poco su cadera, claro sin sacarme su trozo de carne, puso los pañuelos por
debajo de mi ano y su polla, fue sacando su mástil lentamente y al sacarlo completamente rápido
coloco los pañuelos en mi ojete, pues al sacar su pene también se saldría su semen.
Cuando saco
su pene sentí como salía su jugo de hombre y rápidamente fui limpiado por mi padre.
Me limpio todo para no dejar sus fluidos en las sábanas y no quedara evidencia de lo sucedido.
Por
otro lado yo tenía el hoyo bien abierto gracias a mi padre y mientras mi papá cuidaba de no dejar
rastro me besaba.
Al dejar de salirme todo su néctar dejo de besarme y me sonrió, se separó de mí
y salió de la cama tomo otros pañuelos y con estos limpio su pene que por supuesto ya no era
firme.
Su pene estaba manchado de su semen y otros fluidos transparentes, además la cabeza del
pene de mi padre estaba súper colorada se debía a tanto roce a mi cueva.
Luego se fue en
dirección al baño con los pañuelos.
Yo estaba exhausto tirado en la cama.
Luego regreso e hice un espacio en la cama para que se acostara, se acostó al lado mío y halo la
sábana y a ambos cubrió con la misma, yo me acomode para que mi cabeza quedara en su pecho y
así lo hice, mi padre con su mano me hacía piojito.
Así nos quedamos dormidos, hasta que después
de un largo rato me hizo a un lado se levantó para ir al baño a orinar, yo tenía mucho sueño y me
acosté de lado, después de un rato sentí como se volvió a acostar halo la sábana y se pegó a mí, yo
estaba dándole la espalda, su tibio cuerpo y caliente polla estaban pegados a mí y así dormimos el
resto de la cálida noche.
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