La incertidumbre del bullicio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por shizu.
¿Les ha pasado que en todo momento de alguna época estival, les sucede algo que marca su vida?
Es un poco cómico rayando lo filosófico cuando tangentes imaginarias se vuelven realidades de un momento absoluto.
Es, no sé, agradable para despertar…siempre lo pienso.
Voces eufóricas.
Música a todo dar.
Ambiente a tabaco y felicidad.
Todo esto se vivía una noche de viernes en mi casa hace un poco tempo, cuando mis padres decidieron hacen una “pequeña” junta/celebración con algunos miembros cercanos de nuestra familia.
A eso de las 20 pm empezó a llegar la gente.
Mis primos, tíos, sobrinos.
Bueh, ya sabes, todo el gentío multicolor que compone una familia.
-Hola preciosa, mi amor mi sobrinita menor, la conchito preciosa –Mi tía Susana.
Demostrativa a más no poder conmigo y mi hermano.
-Hola tía, hola tío –Les saludo de un beso en la mejilla.
-Oye pequeña, ¿tus papás? -me pregunta mi tío; un sujeto de facciones duras, algo corpulento y con una panza pequeña pero chistosa.
-En el patio.
Mi papá peleando por encender el carbón junto al tío Sergio y mi abuelo y mi mamá, bueh, ya sabes, parloteando de lo lindo y enterándose de las noticias rosas de la familia –Ambos rieron- Pero pasen, los están esperando.
Ambas figuras traspasan el umbral y desaparecen por el pasillo adornado con fotos nuestras, recuerdos mágicos de momentos únicos que al mirarlas, creerías que son como cualquiera, pero para nosotros, son casi fantásticos.
La noche seguía su curso.
Los vasos se vaciaban más rápido de lo que se llenaban.
El fulgor del alcohol se hacía notar en la gente; sus conversaciones eran mezcla de política, religión, humor de doble sentido, nostalgia del pasado y programas sobre extraterrestres.
Mi padre eufórico por defender su punto de vista sobre las próximas elecciones.
Mi madre, lo miraba y pequeñas muescas de sonrisas coquetas mientras le acariciaba la pierna.
Los demás, ya se imaginan: hablando al punto de empezar a gritar, sus risas estruendosas.
Era un ambiente único.
Como veía que la noche era joven, decidí ir a fumarme un cigarro a mi habitación.
Total, mi papá no lo notaría, por ende, no me reprocharía nada.
Ya que el odia que a mi corta edad fume.
Así que rauda subí mi habitación y abrí la ventana que daba hacia la calle.
Las cortinas moradas las abrí de par en par para luego abrir sin miedo mi cajón y de allí, cual ladrón, abrir una cajetilla de 10 y sacar uno.
Me sentía relajada.
Sé que es un vicio maldito, pero, el posar aquel cigarrillo en mis labios, saborear la amargura del tabaco al momento de cerrar los ojos, me producían una especie de excitación única.
Los gritos provenientes del fondo casi ni los sentía.
El humo nacía entre mis labios para morir en el cielo de aquella tibia noche.
La puerta de mi habitación se abre, dos personas entran, quedo helada por la sorpresa.
Una cae en mi cama mientras gesticula un conjunto de palabras que parecen balbuceos claros del alcohol
-No…osssea…no hueón, si estoy….
no hueón si estoy bien oh – no sabía quién era ¿se habrán equivocado de habitación?¿por qué la mía? ¡Estaba disfrutando mi cigarro! – Ya ya…shhh ya shhh si te quiero , pero …shh.
– su nivel iba disminuyendo hasta que el silencio dominó el momento.
Sin mirar atrás sentí al otro ser dar un par de pasos y apoyarse en la pared.
El cigarro se consumía.
Pasos alocados, la mano era la guía por mi pared.
Pasos, pasos… sentí su presencia atrás de mi, como mi sombra.
Cuando, sin esperar, sentí que dos manos se posaban en mis caderas de forma bruta y sin sentido, para luego, sentir un cuerpo posarse sobre sobre mi espalda, ¡¿qué sucede?! Sus manos empezaron a recorrer mi abdomen por sobre mi polera, su boca lamía mi cuello mientras su mentón se enredaba en mi pelo y el aliento profanaba mi ser.
Intenté mirar para atrás, pero la oscuridad y una mano que cogió mi pelo me imposibilitó saber quién era el, para cuando giré un poco el cuello, su diestra se posó sobre el elástico de mis calzas y con brutalidad me bajó hasta la rodilla mis ropas, dejándome semi desnuda.
Era fuerte, era presa de él, estaba allí a su merced…estaba, no…su mano cálida y con estúpidos movimientos por causa del alcohol cogían mi trasero mientras sus dedos buscaban mi vagina, que, sin saberlo, se humedeció.
Sus dedos entraron en mí.
Sutiles gemidos, ojos semi llorosos, el corazón a mil, su mano en mi boca, su mano en mi interior.
Al retirar sus dedos, mis rodillas se doblaron.
Mi respiración agitada estaba casi impedida por su gran mano tapándome la boca.
Siento como intenta desabrochar el pantalón de una forma estúpida.
Le cuesta, intenta, le cuesta, lo logra.
Escucho como una hebilla metálica choca con el piso frío de mi habitación.
Un pantalón a sus pies.
Su miembro, caliente, durísimo empieza a buscar la entrada de mi humanidad.
Su cuerpo se balancea: está borracho.
Saca la mano que aprisionaba mi boca, la coloca en mi nalga, con la otra sujeta su miembro, lo posiciona… me penetra sin piedad.
Siento como la piel de su falo rosa mi interior, siento como su glande se abre paso entre mis paredes húmedas, pequeñas, jóvenes.
Siento como llega hasta el fondo y me abre de par en par.
Siento como la primera embestida hace que me ponga de puntillas, encorve la espalda y tire hacia atrás mi cabeza mientras abro la boca para soltar un gemido silencioso.
Con una de sus manos, enreda entre su puño mi pelo.
Con la otra me agarra con fuerza de la cintura.
Me embiste brutalmente, una y otra vez, una y otra vez.
Siento como su cuerpo me empuja con fuerza.
Me sostengo del marco de la ventana, abro un poco mis ojos y veo como, a esas horas, pasan un par de personas y miran sin cuidado, solo siguen derecho sin mirar hacia arriba.
La inconciencia de su caminar.
Con la mano que tiraba mi cabello, presiona más.
Su cuerpo se inclina para acercar su lengua a mi cuello.
Lo lame de forma bestial; su lengua recorre de norte a sur la extensión de mí piel.
El halito me inunda la nariz.
Sus caderas golpetean muy fuerte mi trasero.
Su pene me penetra cada vez más y más.
Me folla con brutalidad, me folla con bestialidad.
Me gusta, me encanta, me excita, amo esta nueva sensación de sometimiento, amo la incertidumbre de la sexualidad.
Muerdo mi labio inferior.
De un momento a otro, con sus brazos me aprisiona totalmente.
Mi cuerpo se vuelve presa bajo su fuerza y sus embestidas son más fuertes, me retumban en todo el cuerpo, el sonido de su piel chocar contra la mía se hace sentir en toda la habitación.
Empiezo a escuchar su voz gemir en mi oído y siento su pene introducirse completamente en mi, lo siento expanderse, bombear, latir, eyacular
.
Su semen me inundó completamente cada rincón interno.
Su pene bombeaba chorros de aquel espeso líquido en mi interior mientras su respiración agitada da paso a una disminución de sus fuerzas.
Empujó dos veces su pene a mi interior, para luego sacarlo.
Sentí como un chorrito de semen descendía desde mi vagina por mi muslo.
Sentí como su pene, lacio, desalojaba mi interior lentamente, como mi vagina, caliente, quedaba llena de su semen.
Sentía como su cuerpo se alejaba del mío.
Luego, su voz.
Esa voz la reconocí de inmediato
-Bajemos Laura, nos…están esperando.
¡¿Mi papá?¡ ¡¿LAURA?¡ No creía lo que escuchaba.
Me senté en el suelo en estado de lúcida inconciencia.
Su semen manchaba el piso y salía de mi para morir en las frías baldosas
.
Era el, la luz de un foco exterior iluminaron por segundos su silueta, sus ojos ¿me confundió con mamá? ¿Por qué me llamó como ella? Sólo vi que su pene desapareció entre sus ropas, su cuerpo comenzó a recorrer mi habitación hasta encontrarse con la puerta.
La abre.
Se va.
Allí quedé sentada, con mis ropas en los tobillos, con semen de mi papá en mi interior.
Me había hecho de él, me folló como nadie.
Mil preguntas en mi cabeza.
El cuerpo de mi primo durmiendo en mi cama.
El cigarro se había consumido rápido.
Se apagó.
Ese día entendí que entre un cigarro y las personas, hay harto en común; ambos siempre van hacia una dirección, ambos se consumen hacia donde mismo.
Pero las personas, aunque pueden, jamás miran al cielo.
Y bueno, acá te dejó el primerizimo relato que prometí ¡Yeeey! Espero sea de tu agrado, que lo leas y disfrutes.
Un enorme besote y espero tú opinion.
¡Muchas gracias!
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!