La Isla de las Parafilias.

Capitulo 2 de Un hombre se muda a una isla sin reglas, dónde todas las parafilias son legales. Su sueño es casarse con una niña y buscará concretar su sueño. Al hacerlo explotará más a fondo la isla..

Capitulo 2

La boca angelical.

Luego de la ceremonia por fin podía ir con Aitana a dónde quisiera y hacer con ella lo que se me diera la gana. Violarla, torturarla, desmembrarla o humillarla de tantas formas nunca antes imaginadas ¿A quien iba a importarle lo que hiciera con ella? Es de mi propiedad, mi objeto, una cosa con la cual puedo hacer y deshacer como a mi se me plazca. Después de todo, de esto se trata la isla de la Parafilia.

Alcé a Aitana entre mis brazos, su cuerpo liviano no opuso resistencia alguna, mientras caminaba con ella encima aprovechaba para manosear sus piernas suaves y su redondo culito. Tenía ganas de salir corriendo, de llevarla hasta mi pequeña casa y cogerla hasta que sus cuerdas vocales se rasguen por tanto gritar. Tengo ganas de separar tanto sus piernas que jamás pueda volver a caminar, pero esos pensamientos son impulsados por el monstruo del deseo. Es por eso que la llevo caminando, no quiero que nos caigamos y ella pueda lastimarse. De vez en cuando le doy besos en la mejilla y en el cuello.

— Aiti — Comienzo murmurando en su cuello, su olor inocente hace que mi verga siga palpitando. Ese olor a niña me vuelve loco ¿A niña? Aitana es toda una mujer, una hembra lista para penetrarse — Me haz hecho el hombre más feliz del universo — Apenas sentí un gemido de afirmación, el miedo de lo desconocido se apodera de ella y su corazón palpita acelerado. Las nodrizas deben haberle dicho todos los casos de violaciones, torturas y asesinatos. Pero es cierto, una de las amiguitas de Aitana, con las que se juntaban a comer dulces, fue comprada una semana antes de mi ceremonia y, a los pocos días, encontraron su cuerpo tirado en la calle. Fue tirada como se tiraría una bolsa de basura, como se arrojaría un juguete roto o un plato hecho añicos. De hecho, así estaba la niña morena esa, hecha añicos. Algunas partes de sus brazos estaban hinchadas por tener los huesos rotos, su rostro desfigurado molido a golpes reflejaba la naturaleza violenta de su dueño, la desnudez denotaba todas las marcas de violación y ultraje. No importa. Luego comprará otra. El cuerpo de esa niña servirá para alimentar los cerdos o para los necrófilos. Mejor llamados amantes de la carne del más allá o amantes eternos.

Caminamos un buen rato hasta llegar a la pequeña villa en dónde vivo, en este sitio vivimos los amantes de las niñas y niños. Aunque no me gustan muchos los niños, debo decir que no desaprovecharía cogerme a uno por el culo si está vestido como niña. Ahora que pienso en un culo, si no puedo penetrar a Aitana por la conchita, tendré que cogérmela por el hermoso culito redondo que tiene y llenarle el interior de semen. Pensar en todas las formas de desvirgarla me pone loco, quiero cogerla ¡YA! Ya no lo resisto. Sin embargo, antes de continuar mi avance hacia mi casa, a la cual estoy a unas cuantas casas de distancia, una voz me llama la atención.

— Por fin te nos unes — Dice un hombre calvo. Al voltear lo veo desnudo, con una mano sosteniendo la cabeza de la niña arrodillada delante de él. La niña tiene la boca abierta tanto como su mandíbula se lo permite y la verga del hombre entra en su garganta sin provocarle ningún tipo de reflejo de vomito. Esa niña debe tener unos 12 o 13 años.

— Sí, por fin conseguí mi angelito — Menciono nalgueando la colita redonda y sabrosa de mi mujer, Aitana.

— Es un poco grandecita. Si la hubieras comprado antes, a esa edad ya tendría la garganta bien abierta como esta — Dice empujando su pelvis hacia la cara de la niña que le está chupando la verga, puedo ver su mentón lleno de saliva y liquilo preseminal — Disfrútala, ya era hora que haya un grito nuevo en la vecindad — Comenta mientras lo saludo con la mano y sigo avanzando hacia mí pequeña casa. El deseo por cogerme a Aitana creció luego de ver a esa niña desnuda, chupando la verga como una prostituta de clase alta. De esas que tienen un precio muy elevado, simplemente porque han cogido toda su vida y tienen una licenciatura en ser objetos.

Por fin estoy frente de mi casa, mi corazón palpita tan fuerte como el corazón de Aitana. Pero más fuerte palpita mi verga solo por pensar en meterme dentro de esta niña rubia, blanca y de ojos brillantes. Vuelvo a olerla, a oler su sudor de niña virgen e inocente. El afrodisiaco más adictivo, más adictivo que cualquiera otra droga. Oler una niña pequeña y virgen es el placer más fortuito que pueda existir en este mundo.

— ¡Hey! Vecino — Grita el hombre que vive en la casa vecina, quien tiene una niña que grita todas las noches por ser violada — ¿No le irás a hacer competencia a Poppy, cierto? — Pregunta entre risitas — Tendré que darle más duro esta noche para que grite más fuerte — Se ríe mientras entra en su casa, en sus manos veo una bolsa seguramente con comida en su interior.

— ¿Puedes? — Susurra Aitana mientras estoy frente a la puerta, al colocar la mano en el picaporte mi corazón empezó a latir más fuerte que mi pija. De hecho, ya empieza a dolerme de tan hinchada que tengo la verga. Necesito entrar dentro de ella lo antes posible o me explotará la chota.

— ¿Qué cosa, Aiti? — Pregunto girando el picaporte, no necesitamos llaves, el robo a otros miembros de la isla está penado con la muerte y violar a la niña de otra persona está castigado con águila de sangre Vikingo.

— Si eres gentil conmigo, prometo ser buena — Menciona con un tono de voz agitado, mientras me abraza con fuerza. Debe estar desesperada, asustada por ser violada, usada y descartada como su amiga. Pero yo no la voy a descartar, pienso cogerla siempre y por siempre.

— Por supuesto, mi amor. Eres la mujer de mis sueños. Seré gentil contigo— Abrí la puerta, aun con sus palabras en mi mente y predispuesto a ser gentil con sus agujeros.

La puerta se cerró a mis espaldas, la tenue luz de un foco de 80 Watts ilumina la pequeña casa, dónde mi atención se focaliza en mi cama. Llevo a Aitana hasta ella. Con cuidado y cierta delicadeza coloco su suave y pomposo trasero sobre el colchón. Respiro hondo para enfriar un poco mi mente, no quiero lastimarla luego de haberla escuchado. Me quito la ropa mientras la observo, sus ojos palpitan de nerviosismo, es entonces cuando me bajo los pantalones para revelar una verga chorreante de semen, habré eyaculado en el camino de solo pensar en como penetrarla.

— Abre la boquita — Digo acariciándome la pija y escurriendo todo el semen en mi mano, entonces, solo cuando ella abre la boca y sus pequeños dientes blancos dejan pasar su tierna y virgen lengua, es cuando refriego mi mano con semen en su boca. Uso su lengua para limpiar mis dedos — ¿Rico? — Pregunto sentándome a su lado, viendo como ella asiente con la cabeza esbozando una tierna sonrisa — Acá hay más — Señalo la cabeza de mi verga hinchada y palpitando. Coloco la mano en su nuca y la guio hacia mi pija, veo en cámara lenta como sus tiernos labios rosados de niña se abren para meterse la cabeza de la pija en la boca, siento el tacto de su lengua jugar con mi pija y como su saliva se mezcla con el liquilo preseminal que envuelve mi pija. Su cabeza sube y baja con mi pija en su interior, su lengua inexperta juega con la cabeza. El calor de su boca mezclado con el olor de su cuerpo me vuelve loco, coloco mis manos sobre su cabeza, agarrándole el pelo y empujo mi pelvis para meterle la verga entera, ella empieza a tener arcadas y escucharla ahogarse solo hace que empuje más la pija hacia su interior. Su saliva envuelve toda mi pija, sus arcadas se potencian y entonces exploto cuando siento entrar con la pija en su garganta. Mi cabeza es apretada por su garganta y mi verga estalla. Eyaculo mientras ella forcejea para que la deje respirar, pero no la suelto, solo empujo la verga más adentro de su garganta hasta que la última gota de mis bolas sale disparadas hacia su interior.

La suelto cuando estoy completamente satisfecho, Aitana intenta recuperarse tomando grandes bocanadas de aire. Veo su mentón y gran parte de su rostro llenos de saliva y semen.

— Limpia el desastre que armó tu boquita — Señalo mi verga llena de saliva y leche, ella se zambulle para empezar a lamer por todas partes donde haya semen y saliva. Pasa su lengua por mi abdomen, por mis bolas, por parte de mis muslos y por mi pija. Se tarda unos minutos hasta que mi verga queda completamente limpia, pero sigue estando dura — No pude contenerme — Le digo tomándola por los brazos y subiéndola arriba mío. Corro un poco su vestido para que sus piernas desnudas se froten junto a las mías.

— Está bien — Menciona mientras tomo su pequeña cinturita con mis manos.

— ¿Te enseñaron a galopar? — Pregunto moviéndola, con su conchita sobre mi pija y aplastándola con el peso de su angelical e infantil cuerpo.

— Sí, con una almohada — Se ríe un poco mientras empieza a mover su pequeña cadera arriba mío. Coloco los brazos detrás de mi cabeza y aprecio como mi mujer empieza a moverse arriba a de mi pija, aún, sin haberla penetrado todavía, me siento extasiado por verla sobre mí. Veo sus pezones rosas al bajarla más el vestido blanco de novia.

— ¡POR FAVOR! — Se escuchan los gritos de la niña del vecino — No me viole tan fuerte — Grita con fuerza — No me golpee — La cadera de Aitana se detiene, su mirada se posa en la ventana y entonces me siento para abrazarla.

— Tranquila, mi angelito. Tu no vas a gritar así, a ti te haré siempre el amor y será tu boquita la que me pedirá leche todas las mañanas —

Esta es la isla de las Parafilias, un sitio dónde soy feliz con mi mujer Aitana de 9 años. Una niña blanca, de pezones rosaditos e infantiles, con una conchita pequeña y de un trasero redondo y de infante. Su baja altura la hace parecer más pequeña, pero ya está lista para recibir una gran verga en el interior de su pequeña conchita rosadita. En este sitio todas las Parafilias son legales, siempre y cuando, respetes a tus vecinos. Quién sabe, tal vez mañana me una a la orgía de pequeños angelitos de la villa o le enseñe a Aitana lo que le pasará si no me hace caso, llevándola al rincón de Sodoma y Gomorra.

Comenten si quieren que el prota les enseñe el rincón de Sodoma y Gomorra o asista a la orgia de pequeños angelitos de la villa donde vive.

Gracias por leer. Trataré de escribir uno cada domingo.