La luna de miel con mi hija final (6)
Les dejo el final de mi sesto relato, es genial..
Papi, deseo comerme tu pene otra vez, esta grande y durito como me gusta sentirlo.
Deslice mis dedos desde su vaginita hasta su anito y empecé a acariciarlo con mis dedos, sentí mayor placer cuando mis dedos lo rozaban, ella tan solo apretaba su colita.
Mi niña hermosa te gusta sentir mis dedos en tu anito, te produce placer?
Se siente rico sentir tus dedos, siento cosas en mi vaginita, me quieres penetrar por mi anito también papi, se puede?
Me gustaría penetrarte por tu anito, pero tu anito es pequeño y te puede doler mucho, ¿recuerdas que te dije que deseaba que hicieras algo más mí?
Si papi recuerdo que me dijiste eso, dime que es, quiero saber para complacerte.
Quiero ser el primer hombre en probar tu anito con mi lengua y mi pene y quiero dejar mi leche en tu anito virgen, te gustaría probar?
Papi, tu me dijiste que me puede doler un poco, pero si me haces pasito no me dolera tanto verdad?
Así es mi niña, yo te ayudare para que no te duela mucho, pero quiero saber si deseas probar mi pene y mi semen por tu colita?
Si me voy a sentir bien como por mi vaginita si quiero que lo hagas papi, soy tu amante como tu dices y te quiero complacer en todo, papi, en todo lo que tu desees.
No esperaba escuchar de su boca lo que me acababa de decir, pero deseaba tanto hacerlo, deseaba probar su rica colita virgen y hacerla vivir una nueva experiencia.
Lo hice otra vez, llevaba mi mano hasta su pubis y la bajaba tocando por medio de su vaginita, jalando suavemente sus vellitos hasta llegar a su anito.
Se levantó y se paró frente a mí, se quitó su ropa, quedando desnuda y en medias; papi te gusto mas asi, lo se.
Me despojo de mi camisa, estábamos desnudos otra vez, listos para hacerlo.
Le dije que se acostara boca abajo y levantara su colita, que deseaba acariciarla como lo hacía con su vaginita para preparar su colita para que penetrarla con mi pene.
Mi boca se abalanzó sobre su anito y empecé a acariciarlo con mi lengua, sentir mi lengua en su anito, me excito mucho, me decía que siguiera por su colita, estaba a punto de penetrar a mi niña hermosa por su anito porque ella lo pedía.
Con mis manos levantaba su colita para abrir más su anito y penetrarla con mi lengua.
Sentía que entraba forzada, me excitaba de placer escuchar los gemidos de placer pidiendo más.
Papi, se siente rico, quiero que penetres mi colita con tu pene, se siente riquisimo papi hazme asi de rico por favor.
Mi niña hermosa es lo que deseo hacer, meterte mi pene en tu rico anito y robarte tu virginidad, pero quiero penetrarte primero con mi lengua para que te vayas acostumbrando.
Quiero que levantes tu colita y abras tus piernas para penetrarme por tu vaginita y tu colita, sentiras el maximo placer.
Papi y si me haces primero un poquito por mi colita deseo saber que se siente papi.
Ya te dije, primero quiero que sientas mi lengua y después sentirás todo mi pene dentro de tu colita como deseas.
Verme detrás de ella me enloquecía, mis manos por debajo de su estómago la sostenía mientras mi lengua entraba en su colita y luego en su vagina, una y otra vez repetía lo mismo.
Su vaginita estaba llena de juguitos y caliente, entrar en ella me producía una excitación incontrolable, mi lengua entraba en ella y la llevaba luego hasta su deliciosa colita, que empezaba a dilatarse un poco, estaba preparada para recibir mi pene.
Papi, quiero sentir tu pene dentro de mi colita, quiero sentirlo ya.
Había despertado todo el deseo en ella, disfrutaba del sexo, gemia de placer y eso me excitaba profundamente, lo hacía de una manera que taladraba mi cabeza, me enloquecia mi hermosa niña.
No la solté, empecé a meterlo suavemente, que delicia sentir lo apretadito que entraba en su colita, no puedo negar que sentía un poco dolor cuando mi pene empezó a entrar, aún era muy pequeña su colita y sentía que entraba demasiado apretado, parecía que el dolor no existía, mi niña quería más, esa colita me apretaba tan rico como si quisiera exprimir todo mi pene, me recoste sobre ella un poco y la sostuve con una sola mano y empecé a tocar sus senos, pero esta vez los apretaba más fuerte, hacerlo encendió el placer en mi, la suavidad de ellos y lo duros que se sentían me excitaban al límite de hacerme estallar.
Saque mi pene de un poco de su colita y ella exclamó:
No papi no lo saques, dame mas, siento un poquito de dolor, pero quiero que lo sigas metiendo en mi colita, me encanta mas que por mi vaginita papi.
Papi, metemelo ya, quiero sentirlo dentro de mi, quiero comerme tu pene y tu lechita.
Mi niña hermosa no pense que te fuera a gustar tanto por tu colita, la verdad tenía miedo que dijeras que no, pero veo que eres una golosa para el sexo y eso me encanta, pero tengo que hacerlo muy suave para no lastimarte es lo que menos quiero, por eso te lo meto muy suavecito, asi sentiras como te abro esa deliciosa colita que tienes mi niña hermosa y me devoro el virguito de tu colita.
Si papi, me encanta lo que me haces sentir y lo que dices, quiero devorar tu pene y tu lechita, como tu dices y que te devores el virguito de mi colita.
La tomé por la cintura con mis dos manos y me recoste sobre su pequeño cuerpo, empuje mas fuerte y ella sacó su colita, sintió un poco de dolor, volví a empujar mi pene, y sentí que estaba todo dentro de su colita, cuando ella dio un fuerte grito.
Mi niña hermosa, te dolio mucho, quieres que pare ya?
Quiero que sigas papi, duele un poco, pero me gusta lo que siento papi, sigue por favor.
Subí mi mano hasta sus senos y los apreté tan fuerte que gimió, pasaba mi lengua por su cuello y mordía su espalda, era increíble lo que sentía, su anito devoraba mi pene, lo empuje hasta que sentí que estaba todo dentro, el grito de placer que dio mi niña me asusto, no la solté, apreté sus senos con más fuerza, y empecé a sacarlo y meterlo hasta el fondo, hasta que le escuche decir:
Siento rico muy rico dame mas; pero no aguante, mi semen llenó su colita, no quise sacarlo, lo empuje hasta que mis piernas golpeaban su colita sin soltarla de sus senos y su cintura, era lo máximo, mi niña una amante insaciable.
Mi niña hermosa, siente como mi semen llena tu colita otra vez, el te demuestra todo lo feliz que lo haces, eres una amante unica y no deseo perderte nunca.
Papi, te amo mucho, lo entraste hasta el fondo de mi colita me gusto mas asi y no sentí tanto dolor como tu dijiste.
Quiero ser tu niña hermosa toda la vida, quiero que me sigas amando, que me hagas el amor todos los días, eso quiero papi, te amo.
Quiero que sepas que me haces el hombre más feliz, me diste tus tesoros más preciados, la virginidad de tu todo tu cuerpo y estas feliz por hacerlo, todo eso me hace feliz y quiero que siempre sea así.
Nos quedamos abrazados en el sofá, sin sacar mi pene de su anito, quería que lo siguiera sintiendo dentro, igual ella no decía que lo sacara, no hablamos por unos minutos, solo la consentía acariciando su cabello y rostro, contemplar toda su belleza inundaba de alegría mi vida, sentía dentro de mí cosas que antes no había vivido y deseaba seguir sintiéndome por siempre.
Sus manos acariciaban mi cola, la masajeaba suavemente y después abrazaba mis manos dejando escapar suspiros, una maravilla nuestro cuadro, quería que fuera así para la eternidad.
Pero debía despertar, pronto llegaría su mami, lo haría más temprano porque estaba un poco preocupada, por eso debíamos estar listos para su llegada y el fin de nuestra luna de miel inolvidable para los dos, como cuando cumplió sus 18 años.
Le dije que debíamos bañarnos para retirar de nuestros cuerpos nuestro sudor.
Se noto la tristeza en el baño, me abrazaba y decía que no quería separarse de mi.
Le susurraba al oido diciendole que podíamos buscar una nueva oportunidad para estar solos, que cuando sintiera deseo de ver mi pene y hacer el amor me dijera, porque yo haría lo mismo con ella y que de vez en cuando iría a su cuarto a darle el beso de buenos noches y verla desnuda.
No fue fácil esperar la llegada de mi esposa, nos sentamos en el sofá, el mismo donde hicimos el amor, a esperar su llegada.
No dejaba de abrazarme, estuvo todo el tiempo a mi lado hasta que se durmió mi bella y hermosa niña, la venció el sueño, fue mejor para los dos, así nuestros cuerpos se calmarian y cuando llegará la mami, todo sería normal, bueno eso pensé en ese momento, solo que después de ese día, todo cambió para los dos…
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