LA MAMÁ QUE VISTE A SU NENA COMO UNA PUTITA. 2ª PARTE
Vuelve la nena con mas amigos…mmmmm.
LA MAMÁ QUE VISTE A SU NENA COMO UNA PUTITA. 2ª PARTE
El chico del reparto había vuelto de nuevo a la casa de Rosa, la mamá de la nena que vestía como una putita. Esta vez la madre estaba en casa, por lo que no creía que pudiera hacer nada con la nena y mucho menos con su amigo Ricardo si le llamaba.
Dejó el pedido en la mesa del salón y Rosa fue a buscar el dinero para pagarle. Ahora con el puterio que hacían en el estudio tenían más dinero.
En ese momento sonó el teléfono. La nena tiró del pantalón del chico.
-¿Cuándo vas a comerme el caramelo? Le preguntó esta con cara de viciosa.
-Hoy no puedo cariño. Tengo que comértelo cuando estemos a solas y estando tu madre no puedo.
-¿Y porqué no? Preguntó la nena.
-Porque entonces tu madre también querría que se lo comiera. Y tu no quieres compartir eso con nadie más, ¿verdad?
-Pues no, dijo enfurruñando el gesto.
En ese momento volvió la madre.
-Era mi padre, me dice que ya está mejor de la caída y aunque va con muletas, nos hemos apañado para turnarnos mi hermana y yo, explicó. Yo iré mañana a cuidarle.
-Si no le importa que me pase yo por aquí para quedarme con su hija…
-No tendrías que molestarte, le dice la mamá. El jefe puede decirte algo.
-No se preocupe señora. Yo lo hago encantado y a su hija también le gusta. ¿Verdad pequeña?
-Claro que si. Pero tráeme piruletas. Le dijo la nena.
-Le diré a mi jefe que puedo estar pendiente de los repartos y de cuidar a su hija.
-Muchísimas gracias, le dijo la mamá apretando las manos.
-No hay de qué. Avíseme a que hora quiere que venga y aquí estaré.
-Te llamaré después de que abráis la tienda. Mi hermana se quedará a dormir en casa de nuestro padre y no sé a que hora tendrá que salir a trabajar. Como le cambian los turnos cada semana…
-No hay problema. Nos vemos mañana señora. Y a ti también hasta mañana pequeña, le dijo a la nena acariciándole el pelo.
Esta le guiñó un ojo cuando el chico le hizo eso en el pelo.
Se quedaron solas y entonces aprovecharon para sacar las cosas de la compra.
Más tarde estaban sentadas viendo la tv cuando sonó el telefonillo.
-¿Quién será? Preguntó Rosa. ¿Se habrá olvidado algo el chico del reparto?
Contestó y eran dos mujeres que se mudaban a vivir al mismo bloque con una nena cada una. Rosa las abrió ya que no disponían en ese momento de la llave del portal. El propietario del piso les estaba haciendo una.
Se habían conocido en la agencia ya que por una confusión había acudido a la misma hora las dos con sus hijas. El propietario les dijo que no había problema y les enseñó los dos pisos que estaban como dije en el mismo bloque.
Al final decidieron acudir un día antes de lo previsto y por eso aun no tenían la llave del portal.
Esto le estaban contando a Rosa ya que esta les había abierto la puerta de su casa. Ellas le agradecieron que les hubiera dejado entrar y dejar un momento sus cosas. Clara y Elisa eran las mamás. Luna y Laura se llamaban las nenas. Las mamás tenían 35 y 38 años respectivamente, y las nenas 10 y 12 años.
Clara era alta, rubia, ojos verdes y de cuerpo estaba bastante bien. Tetas grandes y un buen trasero. Elisa algo más baja, morena, ojos marrones y con menos curvas, aun así, las dos eran muy atractivas.
Luna era una preciosidad. Pelo castaño, ojos marrones y labios muy sensuales, gorditos para su edad. Había salido a su padre en cuanto al pelo y a los ojos, no a su madre.
Laura al contrario que su madre era casi rubia, con ojos azules y unas curvas que se empezaban a acentuar.
Después de descansar un rato, las dos mamás y las nenas se despidieron. La nena que se llama Sofía, hasta ahora no habíamos dicho su nombre, había estado jugando con las dos, le dio un beso en las mejillas y ambas salieron de la casa.
-Son muy simpáticas, ¿verdad hija?
-Si. Y las nenas muy guapas y simpáticas también.
-¿Te apetece cenar? Le preguntó la mamá.
-Si mami. Tengo hambre. ¿Cuándo volverá el chico del reparto?
-Ya mañana tesoro. Le dijo ella dándole un beso en la cabeza.
Cenaron y después vieron un rato la tv. La nena estaba cansada y le dijo a su madre que quería acostarse. Ella le puso el pijama, aunque tenia 9 años y lo hacia ella, a su madre le apetecía hacerlo de vez en cuando.
Sofía estaba mirando al techo, pero no le entraba sueño. Entonces se bajó el pantalón del pijama y metiendo sus dedos bajo las braguitas, comenzó a masturbarse.
Acarició sus labios infantiles que ya habían sido explorados por adultos y no tardó mucho en pasar a su clítoris y tal y como había hecho hace tiempo y con la perversión del chico del reparto al que llamaremos Rafa y Ricardo, su amigo, la nena se masturbó como si fuera una adulta y enseguida se corrió gimiendo alto. Su mamá no le dio importancia, ya sabia lo que hacían cuando iban al estudio y a ella le gustaba que su hija disfrutara del sexo, aunque aun no supiera lo que hacia con Rafa y Ricardo cuando se quedaban solos.
La nena se miró sus dedos manchados de sus flujos y se limpió en los pantalones del pijama. Se había vuelto un poco chochinota.
Al día siguiente dos nuevos vecinos, Ángel y Luis, dos hombres maduros que se habían instalado hace poco en el mismo bloque, bajaban las escaleras ya que el ascensor no funcionaba. Se encontraron con Rosa y su nena en el segundo piso mientras estas también bajaban a la calle.
-Buenos días, dijeron ellos a dúo.
-Buenos días. Les respondieron ellas.
-Se ha estropeado el ascensor, continuó Luis.
-Pues si, esta mañana temprano oí que alguien dijo que no funcionaba. Han llamado a los técnicos y no saben cuando vendrán. Dicen que tienen mucho trabajo.
-Espero que no tarden demasiado, somos maduros y nos consideramos jóvenes, pero para subir con la compra es demasiado cansado. Dijo Luis.
-Habla por ti, le respondió Ángel. Yo estoy fuerte, jeje.
Al llegar al portal se encontraron con la mamá y las nenas. Ellas venían de la compra.
-El ascensor no funciona. Les dijo Rosa.
-Si. Esta mañana ya no funcionaba. Dijo Clara.
-Entonces fue a ti a quien escuché decirlo.
-Si, es cierto. Cuesta un poco, pero las crías nos ayudan. Clara sonrió y Luna se quedó mirando a Rosa.
Ángel y Luis estaban detrás y vieron a las mamás y a las nenas y Rosa los presentó a todas.
Se despidieron y al salir a la calle y cuando llevaban una distancia del portal, Ángel le dijo a Luis:
-Joder, como están las nuevas mamas y las nenas.
-Ya te digo. La tal Luna tiene unos labios que mmmm.
-Es verdad y a la otra ya se le marcan las curvas. Joder que cuarteto nos haríamos con ellas.
-Tu sueña, le respondió Ángel. Por ahora tendremos que seguir con las pajas.
Los dos vivían en el mismo piso, en casas distintas, pero habían hecho buenas migas desde que coincidieron un día en la tienda donde la Rosa y la nena compraban las cosas de comer.
Hacia dos semanas, Luna le estaba haciendo una buena mamada a un hombre que su madre había conocido en un club donde solía ir a encontrar clientes. No se consideraban putas como tal, pero realmente se acostaban con tíos a cambio de dinero, por lo que era básicamente lo mismo.
Clara ligaba con el hombre en cuestión y luego le explicaba, para darle más morbo al asunto, que también podría disfrutar de las atenciones de su hija.
Algunos salían corriendo cuando les contaba esto, pero otros, casi la mayoría, aceptaban subir a su piso con ella y su hija.
En esto estaba Luna. Arrodillada frente al hombre, apoyada en un cojín mientras su polla entraba y salía de su boca. Sus labios carnosos volvían locos a los hombres. Este no tenia pinta de durar mucho.
La nena seguía mamando mientras su madre tumbada desnuda frente a ellos se masturbaba acariciando su coño húmedo.
-Joder, dijo el hombre. No voy a aguantar mucho.
-No importa. Córrete en la cara de Luna y cuando te recuperes me follas a mi.
-Si, dijo Luna parando un momento. Córrete en mi cara, hombretón.
Joder, pensó él, menuda cría, con 10 años y lo puta que es.
Al poco el hombre se corrió sacando la polla de su boca y eyaculando todo su semen en la cara de Luna y vio como los chorretes de semen caían por sus mofletes infantiles y esta se lamia todo el semen y se lo tragaba.
-Estaba lleno. Buf que gusto, por dios.
-Ahora recupérate y fóllame. También tendrás que estar a tope para mi hija.
-No hay problema, dijo él. Cuando acabe contigo me tomaré una viagra y me follaré a tu hija. Después de la segunda corrida me cuesta empalmarme. Jeje.
Así lo hicieron y después de follarse a la mamá, fue con Luna a la cama. Era muy pequeña y no le entraba todo el pene, solo el glande. Estaba tan cachondo con la viagra y aunque ya era la tercera corrida que tendría, disfrutó un montón. Si antes había sido muy morbosa la mamada, el estar encima de Luna empujando solo la punta del glande hacia su coño apenas abierto fue lo más.
La pequeña se estremecía con las embestidas y se mordió los labios gimiendo mientras el glande del hombre rozaba su clítoris, lo había sacado un momento, y ya se corrió por tercera vez, aunque apenas unas pocas gotas.
Recuperó la respiración y no pudo evitar darle un beso a Luna en esos labios tan carnosos.
Se levantó y Clara le dijo que podía ducharse en su piso. Así lo hizo y después de un rato salió ya duchado y relajado. Se vistió y salió del piso.
Para las dos se había convertido en algo normal. Esta vez era la segunda que el hombre acudía a su piso. Esta vez les había pagado 200 € a la mamá para las dos.
Por otro lado, Elisa y Laura hacían lo mismo, aunque seguían un método distinto. Elisa había enviudado hacia tres años y su marido le había dejado un buen dinero y realmente lo hacían por vicio, no por necesidad. Elisa se traía a amigos y hombres que conocía por internet, pero nunca les cobraba. Al ver a Laura pocos hombres rechazaban sus atenciones y al tener 12 años a Laura le entraban bien las pollas de cualquier tamaño. Ya estaba acostumbrada.
Rosa y su nena no sabían a que se dedicaban sus vecinas y mucho menos lo que iba a suceder.
Durante unos cuantos días Rafa, el chico del reparto y Ricardo fueron al piso de Rosa.
La nena chupaba la polla de ambos y los dejaba a punto de correrse.
Como aquella vez había pedido probar la polla de Ricardo, este había sido el primero en penetrarla. Al igual que a Luna, al principio solo le entraba el glande, pero más tarde entre los dos consiguieron que dilatara un poco más el coño y así terminaron metiéndosela casi entera.
Evidentemente una tarde la desvirgaron con tanta penetración. Sofía gimió alto, mezcla de dolor y placer. Ricardo fue el afortunado que la desvirgó. Siguió un rato más empujando y empujando hasta que finalmente se corrió dentro mezclando la sangre, los flujos de la nena y su propio semen.
Después la lavaban bien en la ducha. No porque pudiera quedarse embarazada, no tenia la regla aún, sino para que su madre nunca pudiera ver los restos de semen en sus braguitas.
Una mañana Ángel y Luis salieron a comprar y se encontraron con Elisa y Laura.
Estaban mirando un escaparate de una tienda de ropa, cuando las dos se detuvieron a su lado.
-Hombre, si son los vecinos. Dijo Elisa muy simpática. Saluda hija.
Laura les saludó a ambos y estuvieron charlando un rato.
Después se despidieron y antes de irse, Elisa se acercó al oído de Ángel y le dijo que si les apetecía pasar un buen rato les esperaban en un piso esa misma tarde.
Luis no se había enterado de lo que le había dicho hasta que Ángel se lo contó.
-¿En serio? ¿Eso ha dicho? Preguntó Luis.
-Si tío, en serio. Y además su hija también estará. Podemos follarnos a las dos. Le respondió Ángel.
-Joder, la mamá está muy buena, pero hacerlo también con la nena será muy morboso. ¿Cuántos años debe tener?
-Calculo que 11 o 12.
-Pues no esperemos más. Esta tarde subiremos y nos las follaremos.
Puede parecer raro que dos mujeres, una todavía una cría, quisieran follar con dos hombres, pero que ya os dije lo hacían por vicio. A diferencia de cualquier mujer que no haría cosas como esas, tanto Clara como Elisa habían emputecido a sus hijas a niveles de adultas.
Llegó la tarde y los dos subieron a casa de Elisa y Laura.
Llamaron a la puerta y les abrió enseguida. Laura estaba sentada en un sillón frente a la puerta. Estaba vestida con un bikini azul claro que marcaba claramente sus pezones. Sus labios también se marcaban a través de la tela de la braga.
Elisa llevaba una bata puesta encima de un conjunto de lencería rosa que acentuaba sus curvas, que pese a ser más pequeñas que las de su vecina, también destacaban bastante.
-Bueno, preguntó Luis. ¿Dónde está el truco?
-No hay ningún truco. Somos dos mujeres liberales a las que nos gusta follar con desconocidos, o en este caso con vecinos, y más si están tan buenos como vosotros.
-¿Os gustan maduros, eh? Preguntó Ángel.
-Si. Bastante. Dijo ella. Y a mi hija le ponen a cien los hombres maduros. Quiere probar tu polla. Dijo señalando a Ángel.
-Pues vamos a ello.
Él se fue hacia el sillón donde estaba Laura. Esta se levantó y empezaron a besarse apasionadamente. Luis hizo lo mismo con la madre.
Elisa dejó caer la bata y le quitó la camisa a Luis. Besó su pecho depilado y sus pezones duros.
Ángel le comía los pechos a Laura a través del bikini. La nena se estaba empezando a mojar.
Elisa, más experta que su hija, le estaba sobando el culo ya desnudo a Luis. No tardó mucho en estar erecto y entonces se agachó y comenzó a mamársela.
-Umm, que gusto, que bien la mamas. Le dijo Luis.
-¿A que si? Me encanta tu polla. Esas venas que se marcan. Mmmm. Joder que grande la tienes.
Siguió un rato más chupando mientras Luis se moría de gusto. Ángel estaba comiéndole el coño mientras a Laura, a la que había desnudado hacia un momento.
-No sigas, le dijo Luis al borde del orgasmo. Quiero correrme dentro de ti.
-Entonces tendrá que ser con goma, le dijo Elisa. Eso o te corres fuera.
-¿De verdad follas con hombres y no tomas la píldora?
-No me apetece tomar un montón de hormonas. Le contestó.
-Debes ser de las pocas mujeres que no quieren tomar la píldora. Pero no me importa. Dame una goma y me la pondré.
Ella fue hasta la habitación y volvió con un preservativo. Luis se lo puso y entonces acarició con su glande los labios de Elisa ya lo suficientemente húmedos.
Elisa gemía más y más alto. Laura estaba siendo penetrada con ganas apoyada contra la pared.
Sus nalgas rebotaban contra la pared mientras la polla con goma también de Ángel penetraba una y otra vez su coño joven.
Ella se agarraba a la espalda de él, mientras sus gemidos fueron incrementándose.
Elisa miraba a su hija mientras era follada por Luis. Este la alzó y abrió un poco sus piernas colocándola en esa postura mientras seguía follándosela cada vez más cerca del orgasmo.
Sus pelvis chocaban y el sonido que hacían se coordinaba con las embestidas de Ángel.
Sus pollas entraban y salían simultáneamente de sus coños. Sus fluidos empapaban el suelo.
Al poco rato Laura se corrió con un grito. Agarró fuertemente los hombros de Ángel y se convulsionó mientras tenia un orgasmo tremendo.
Él la bombeó más fuerte.
Aceleró el ritmo hasta que ya no pudo más y se corrió a chorros dentro de su coño.
Quiso ser malo y seguir bombeando después de correrse. Laura no pudo más y tuvo un segundo orgasmo seguido del primero.
Elisa miró de nuevo a su hija mientras Ángel se salía de ella y esta se escurría hasta el suelo agotada por el placer.
Ella todavía no llegaba al orgasmo.
Luis aguantaba en esa postura, no quería soltarla aún.
-¿Cómo vais? Le preguntó Ángel sentado en el suelo junto a Laura.
-El maduro aguanta como un toro, contestó Elisa gimiendo. Ah, ah, ah, que gusto joder, ya me he corrido dos veces y él todavía aguanta como un campeón.
-¿Te ayudo Luis? Dijo Laura.
-Claro cariño. Eres un bombón.
Luis se salió un rato de Elisa y la joven le besó en la boca y entonces mojándose los dedos con su saliva, metió uno en el culo de este.
Siguieron besándose un rato más. Laura entonces pasó a masturbar su polla con la mano.
Luis hizo un gesto con la mano a Laura para indicarle que ya estaba a punto. Volvió a penetrar a Elisa y ya en unas cuantas embestidas más, terminó corriéndose dentro de ella.
Los cuatro terminaron agotados. Laura y Ángel ya se habían recuperado. Pero aun quedaban ellos dos.
Una vez recuperados cambiaron las parejas. Ángel se follaría a Elisa y Luis a Laura.
En este caso antes de follar, Elisa le comentó a los maduros que en el bloque había otra madre y su hija que también follaban. Solo que en este caso ellas cobraban dinero, pero a cambio la niña tenia 10 años y esperaba ser desvirgada por una polla grande y madura.
Ángel y Luis se frotaron las manos mentalmente. No les importaba pagar si podían follarse a su madre y sobre todo a una cría de 10 años.
Después de esto Sofía, la nena que viste como una putita, está en casa con el chico del reparto. Esta vez no ha llamado a Ricardo.
-He pensado que podrías comerle también el caramelo a mamá. Dice la nena.
-¿Pero no decías hace poco que no querías compartirlo con ella?
-Si. Es verdad. Pero el gordo que se la folla y el otro hombre no se lo comen tan bien como tu. Mmmmmm. Que gusto me das.
Joder con la pequeña, pensó este. Hemos creado una pequeña salida. Como si no fuera lo bastante puta ya.
-¿Tu le dirías a tu madre lo que hacemos?
-Si, respondió la nena. Se lo diría y a ella seguro que le parecería bien. Dejaría que te la follaras también.
-Ufff me estoy poniendo cachondo, dijo el chico. Tendré que llamar a tu madre.
-Jejeje, cuando quieras.
En otro piso Ángel y Luis estaban llamando a la puerta del piso de Clara y Luna.
Tardaron un rato en abrir.
-¿Quién es? Dijo una voz desde dentro.
-Somos los vecinos. Me han comentado que tienen patatas. Era lo que Elisa le había dicho que debían decir para identificarse.
-Ah si, pasen, pasen. Les abrió la puerta.
Los dos entraron. Luna estaba sentada haciendo los deberes y Clara iba vestida normal.
Ángel fue el primero en hablar.
-Nos han comentado que Luna desea perder la virginidad.
-Así es, contestó su madre. La nena se ha empeñado en perderla. Quiere que la penetren.
-Pues habrá que hacerlo con cariño, dijo Luis.
-Luna, tesoro. Ven. Estos hombres quieren hacerte un favor.
Luna se acercó y se puso frente a los hombres. Era una belleza con unos labios carnosos como habían apreciado aquella vez en la calle.
-¿Quién va a ser el primero?
-Yo mismo. Dijo Ángel.
-El precio serán 200€ por la virginidad de mi hija.
-Por supuesto. Será un placer.
Sacó cuatro billetes de 50€ y se los dio a la mamá.
-¿Usted quiere follar conmigo? Le preguntó a Luis.
-Si no le importa me gustaría ver primero como desvirga a su hija.
-Por supuesto, le contestó.
Fueron a la habitación de Luna. La pequeña se desnudó dejando su ropa en una silla.
Ángel se desnudó también.
-¿Cómo le gusta la mamada? Le preguntó.
-Házmelo suave, cariño.
Luna se arrodilló y comenzó a jugar con su pene y sus testículos. Ángel estaba muy excitado.
Enseguida se empalmó. Luna subió y bajó un rato por su pene masturbándole despacio. Luego se metió la polla en la boca y se la chupó con ganas.
La nena lo hacia de vicio.
-Que gusto pequeña. Ahora pasemos a ti.
Ella se tumbó en la cama y Ángel le abrió las piernas suavemente.
Se inclinó sobre ella y la besó apasionadamente. Aquellos labios carnosos eran lo más sensual que había visto en su vida.
Después de un rato besándose, Ángel bajó a su coñito. Era muy estrecho como podéis imaginar.
Lo lamió dulcemente mientras Luna se estremecía.
Unos minutos después la pequeña gemía y gemía del gozo que le estaba dando.
Cuando ya no pudo más, Ángel se incorporó. Agarró su polla con su mano y la guió hasta la entrada del coñito de Luna.
Empujó suavemente y le introdujo el glande, eso era fácil. Ya no le entraba más.
-Tranquila pequeña, le dijo amorosamente. La sacó y le pidió a la mamá lubricante. Esta se lo dio y se untó todo el pene con el.
Volvió a besar en la boca a la niña tratando de excitarla lo máximo posible. Cuando ya no pudo más, él estaba a punto de llegar al orgasmo, hizo un intento de penetrarla algo más adentro.
-Mmmmm, gimió la nena.
-¿Te duele cariño? Es normal, estás muy estrecha. No te preocupes, enseguida pasará el dolor.
-¿Te ayudo? Le preguntó Luis.
-De acuerdo.
Este se acercó y se desnudó. La nena acarició la poca tripa que tenia Luis y luego su pene y sus testículos.
Ángel la colocó un poco mejor en la cama subiendo sus piernas infantiles.
Luna se la chupó un momento y ya erecto se colocó frente a ella.
La fue penetrando despacio.
-No te preocupes tesoro, le dijo.
Volvió a besarla y entonces empujó más fuerte. Entró hasta la mitad.
-Traiga una toalla o algo similar señora. Le dijo Ángel. Está a punto de desvirgarla.
Cuando volvió con la toalla, la colocaron bajo la nena y entonces Luis empujó hasta el fondo rompiendo su himen.
-Uggggg. Gimió Luna.
-Tranquila tesoro, le dijo este. El dolor se pasará enseguida.
La dejó dentro de ella un rato y luego la sacó. Empezó a manchar la toalla.
La mamá la limpió bien con otra toalla.
-Ahora disfrutaras pequeña. Volvió a penetrarla.
Comenzó a bombearla despacio. Con el lubricante y la excitación de la nena ya iba perfectamente.
-Ah, ah, ah, gemía Luis. Que gusto por dios. Ah, nena, que gusto. Aaaaaaah.
La nena se movía con cada embestida y sus gemidos iban en aumento. Luis la sujetaba de las muñecas y aceleró el ritmo.
Al poco notó como el semen subía por su tronco. Estaba a punto de correrse.
-Aaaaaah, pequeña, me corro, me corro, siiiiiiiii, ya estoy, ya estoy, es lo más. ¡Aaaaaaaaaah!. ¡Joder, me corro!
Eyaculó chorros y chorros de semen en el coño de la nena que enseguida se desbordó manchando la toalla de semen y flujos.
Se salió y se sentó a recuperar la respiración.
-Ahora me toca a mi, dijo Ángel muy excitado.
Se acercó a la nena y la levantó un momento volviendo a besar sus labios carnosos.
La acarició sus nalgas pequeñas, pero redonditas y entonces Luna se agarró a su espalda y volvió a gemir como loca.
Ángel le comió el coñito y ya la penetró. Ahora le entró sin problemas.
Comenzó con el bombeo con la nena gimiendo y mirándole fijamente mientras se mordía el labio inferior.
La mamá se estaba masturbando mientras Ángel se follaba a su hija. Como su amigo Luis no duró mucho y se corrió dentro de su pequeño coño.
-Ah, ah, ah, me gusta mamá, me gusta como me follan los señores, dijo Luna mientras tenia su orgasmo.
-Cariño, que gusto me da ver como disfrutas. Dijo la mamá haciéndose un dedo moviendo sus dedos rápido por su clítoris.
Cuando acabaron Luis y Ángel prometieron que se follarían a la mamá.
Después ducharon a la pequeña limpiándola de los restos de sangre, semen y sus flujos.
Recuperados, fueron los tres a la habitación de Clara.
Luna se quedó en el umbral de la puerta mientras los dos hombres se comían a besos en la boca y en su cuerpo a su madre.
Ángel se tumbó boca arriba y Clara se puso encima de él. Se la clavó con ganas y entonces Luis se colocó en la cama detrás de ella y la penetró por el culo.
La había dilatado antes con sus dedos.
Comenzaron a bombear con ganas y Clara a cabalgar. Aquello era lo más después de haberse follado a la nena. No les importaría pagar más por follar a la mamá.
Así se la follaron entre los dos. Luna se volvió a excitar y se hizo un dedo como antes había hecho su madre mirándola.
Después de correrse los tres, a Luna se le antojó que para la próxima vez querría que se la follasen por el culo a ella también.
Muy buenas las 2 partes, espero que pueda haber muchas mas
Me puso re cahando sigue con el relato
Tremendas partes, arrechisima quede y en el estudio de sesiones porno o en el edificio ojala sumen nenes a coger con las mamis
Que mejor que te paguen x cojer y encima maduros