La masturbación en la familia 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Chris34.
Acababa de masturbarme con Rubén, el hijo de 11 años de mi novia, y seguía caliente. Porque todo el rato estuve pensando en Faby, la pequeña hija de mi novia, y lo hermoso que debe tener su conchita. Me puse el bóxer y le dije a Rubén que se pusiera el suyo, luego llamé a Faby para que viniera a mi cuarto. Faby tiene 8 años pero es una niña muy despierta. Está un poco pasada de peso, es una morenaza ardiente, me encanta su color de piel y tiene uno ojos muy grandes color café.
Yo: Faby ven al cuarto por favor.
Faby: si Chris ¿ya se acabó la película de Chucky?
Yo: Ya Faby, ahora puedes pasar a mi cuarto y vamos a ver pelis y a jugar un poco.
Faby: ¿Por qué andan en puros calzones tú y mi hermano?
Yo: Porque así estamos jugando y si quieres jugar tú también debes quitarte tu ropa.
La nena no dudó en quitarse la ropa y a los pocos segundos ya estaba arriba de la cama brincando tan sólo usando su ropa interior. Rubén estaba un poco nervioso.
La tomé de las manos y la hice que brincara, mi verga ya estaba muy dura de nuevo a pesar de que me acababa de masturbar. Rubén estaba a la orilla de la cama mirando TV y yo cuando se caía Faby aprovechaba para ponérmele encima y acariciarla.
Faby: ¿Qué tienes ahí Chris? Lo dijo señalando a mi bóxer.
Yo: Es mi pajarito Faby que está despertando por verte.
Faby: Rubén también tiene un pajarito y se lo toca en las noches.
Rubén: ¡Cállate! No seas mentirosa
Faby: A que sí es cierto. Cuando regreso de ver a mi mami con Chris tu siempre estás así.
Rubén: No es cierto ¡No seas mentirosa!
Yo: Ya Rubén, no tiene nada de malo lo que dice. ¿Te gusta ir a vernos Faby?
Faby: emmmm no, yo no voy a verlos.
Yo: Hace rato Rubén y yo platicamos mientras vimos la película y él no me mintió ¿Sabes por qué no miente?
Faby: No lo sé.
Yo: Porque cuando los niños mienten mucho viene Chucky por ellos y se los lleva lejos de casa.
Faby: ¡Ay Dios mío!
Yo: ¿Quieres que venga por ti?
Faby: ¡Ay mamacita! ¡No, no, no! Que no venga ¡Que no venga!
Rubén: Sí es cierto y va a venir por ti por mentirosa.
Faby corrió a mí y se me abrazó. Mis pelos rozaban su bella cara y con mis manos le agarraba el culo. Ese culo enorme que tiene, las nalguita bien levantadas.
Yo: Chucky no va a venir pero ya deja de mentir ¿Te gusta ir a vernos Faby?
Faby: En la noche cuando oigo que mi mami grita voy a la puerta y los veo.
Yo: ¿Y qué es lo que ves?
Faby: A mi mami siempre sentada arriba de ti y sin ropa y a veces ella te chupa su pajarito
Yo: Sí, eso es lo que hacemos cuando ustedes se duermen. Algún día Rubén va a tener novia y su novia le va a chupar su pajarito. Cuando tú tengas novio le vas a chupar su pajarito también. Y tu novio te va a chupar la conchita gordita que tienes. Vas a sentir rico.
Faby: ¿Qué es la conchita Papi? ¡Ay te dije papi otra vez!
Yo: No te preocupes Faby puedes decirme Chris o Papi como tú quieras y la conchita es esto que tienes aquí. (Le dije mientras le la tocaba).
Faby: jajaja ¡eso no se llama cocnhita! Es mi Panuchi
Yo: Me dejas ver tu Panuchi ¿sí? Por favor.
Faby: No porque aquí está Rubén.
Rubén: Yo no lo quiero ver, lo tienes negro y gordo tu panuchi.
Yo: Ándale princesita déjame verlo ¿sí?
Faby: Qué no porque aquí está Rubén, cuando se vaya te lo enseño.
Me dirigí a la puerta y le hablé a Rubén, le dije que esperara afuera mientras ella me enseñaba su Panuchi, él un poco molesto se salió del cuarto y le dije “pórtate bien” mientras me agarraba mi verga toda dura bajo el bóxer.
Rubén: ¿Me quieres Chris?
Yo: Claro. Eres hijo de mi novia.
Rubén: ¿Yo también puedo decirte papi?
Yo: Sólo cuando te portes bien ¿Vas a portarte bien? (le dije mientras le agarraba sus nalguitas)
Rubén: Sí, voy a hacer lo que me digas y a portarme bien.
Yo: Entonces espera aquí
Me metí al cuarto y Faby brincaba en la cama, se veía tan rico, sus pequeñas tetitas brincaban y su culito bien paradito. Tenía unos calzoncitos blancos medio rotos, sin ningún diseño. Una pequeña parte de la nalguita se le salía. La tumbé en la cama y cuando la tenía acostada le hice cosquillas con mi barba. Ella no paraba de reír. Le quité su calzón y ella reía más fuerte, me decía que le daba vergüenza que le viera su Panuchi. Jalé su calzón y sus pies se iban elevando hasta que por fin le quité su calzón. Ella abría las piernas y las cerraba. Sus labios se le veían gorditos, muy morenos y olía poquito a pipí. Me quité el bóxer y mi verga brotó muy dura, ya estaba babeando de tan caliente que estaba. Me puse sobre ella y con mi barba seguía rozando su panzita y le daba besos . Ella reía muy fuerte y le hice más cosquillas de pronto en un movimiento me golpeó con su pie en mi nariz. No me dolió el golpe de lo caliente que andaba aún así fingí que sí. Me tapé la cara con ambas manos y me acosté boca arriba.
Faby me veía la verga y sentí su mano tocarme
Faby: ¿Qué tienes papi?
Yo: Me golpeaste la nariz y me duele, me duele mucho.
Faby: Lo siento es que me hacías cosquillas y no me fijé
Yo: Me duele mucho
Faby: Ya no me digas eso (puso cara triste y su voz se quebraba.
Yo: Eres mala Faby. Yo te cuido y juego contigo y mira lo que tu me haces.
Faby: Ya te dije que no quería pegarte (me lo dijo casi llorando)
Yo: Pero me duele, me duele mucho mi nariz.
Faby: A ver quítate las manos. Yo no veo nada, ni sangre tienes
Yo: Si me das un besito se me va a quitar el dolor.
Faby rápidamente se acercó a mi cara y me dio un beso en la mejilla. Y era hora de que yo aprovechara.
Yo: No Faby, ahí no. Dame un beso
Faby: ¿Po’s donde? ¿En la boca?
Yo: No faby, dame un beso como me los da tu mami en la noche cuando nos ves.
Faby supo bien a que me refería. Se fue de rodillas hacia la parte media de mi cuerpo, tomó con un poco de temor mi verga con sus dos pequeñas manitas. Mi verga estaba palpitante y babosa de tanto precum. Y yo esperaba con ansias mi beso. Sentir esos pequeños labios en mi verga. Si ya con sentir sus manitas casi me volvía a venir.
Faby: Ay pero tiene babita, así no la quiero besar.
Yo: Anda preciosa sólo un besito como los que me da tu mami.
Faby: Está bien.
Entonces me dio un beso muy rápido justo debajo del glande y me agarró los bellos. Yo quería más pero debería avanzar lento. Voltee a la puerta y miré que Rubén nos veía. Le hice una seña de que viniera pero él con la cabeza me decía que no y le insistí.
Me puse de pie mientras que acostaba a Faby con sus piernas abiertas.
Yo: Ahora voy a besarte yo tu conchita.
Faby: No se llama conchita ¡Se llama panuchi!
Me incliné hacia ella poniendo sus pies en mis hombros y como si fuera un oso comiendo miel me puse a chuparle su “Panuchi” Tenía ese excitante olor que las niñas de su edad esprenden, mi verga se ponía más tiesa y seguía aventando precum. Era lo que siempre había soñado, lo que deseaba desde que conocí a Lupita y al fin ese día tan esperado había llegado. El día que tanto había soñado me estaba pasando ahora en realidad. Y lo mejor todo fluía en perfecta armonía. Yo no dejaba de comerle esa conchita tan sabrosa que tenía. Le abri sus labios para ver ese tierno hoyito que tenía tan chiquito y cerradito, podía ver su fina telita de himen, su clítoris apenas brotando en ese enorme monte de venus que tenía mi pequeña princesita, mi Faby.
Le llamé a Rubén y Faby me tapaba la boca. Me decía que no quería que la viera él desnuda. La sujete con fuerza de ambas manos con una mano mía y con la otra le tapé la boca. Grite fuerte a Rubén porque no me obedecía.
Yo: ¡Rubén! ¡Rubén que vengas ya por una chingada! ¡Te estoy hablando!
Rubén se acercó temeroso, yo estaba molesto porque el tiempo se acababa y tenía muchos planes e ideas en mi cabeza, fantasías y demás que quería hacer antes de que mi novia volviera.
Temeroso un poco llegó Rubén, Faby se tapaba la cara y yo le abría las piernas.
Yo: ¿Te gusta como se ve?
Rubén: No. La tiene fea
Faby: Mi Panuchi no está feo, está bonito.
Mira Rubén si quieres hacer feliz a una mujer debes aprender a mamarle su Panuchi, con eso la harás feliz y la vas a calentar y ya caliente va a mojarse y será fácil que se la metas hasta el fondo.
Rubén: pero yo no quiero metérsela a mi hermanita.
Yo: No se la vas a meter, sólo te la enseño para que la conozcas y sepas como se debe hacer.
Comencé a masajearle el clítoris a Faby, ella se reía y gemía a la vez
Yo: ¿Ves lo que sucede Rubén? ¿Te gusta como se siente eso Faby?
Faby: Me da cosquillitas siento que me voy a hacer pipí.
Rubén salió enojado del cuarto. Fui por él y lo encontré de brazos cruzados en el cuarto de TV.
Yo: ¿Por qué te enojas si dijiste que te ibas a portar bien? (le dije mientras me agarraba mi vergota ya bien lubricada
Rubén: No me gusta hacer nada con mi hermana, ella es bien mitotera. Nos vas a meter en problemas estando con ella.
Yo: Papi no te va a meter en problemas y Faby no va a decir nada, ella también debe aprender a masturbarse, bueno a decir verdad ella ya sabe como hacerlo.
Rubén: Está bien papi vamos a jugar con ella.
Yo: Pero no es un juego, es parte de la sexualidad que los padres debemos enseñar. No son mis hijos pero si no le enseño yo alguien más lo hará o lo aprenderán de otra manera. Es mejor que yo les ayude.
Lo tomé de la mano y Faby estaba brincando en la cama desnuda cuando llegamos al cuarto.
Yo: Faby acuéstate y vamos a jugar como cuando yo juego con tu mami ¿quieres aprender cositas nuevas?
Faby: chiiiiiiii, chiiiiiiii ¡vamos a jugar!
Yo: Pues acuéstate boca arriba y abre los pies, lo más que puedas
Faby: Así papi?
Yo: Sí, así mi princesita hermosa. ¿Quieres aprender Rubén?
Mira Rubén éste es su panuchi como le llama ella, éstos son sus labios, su clítoris, su vagina, su montecito de venus.
Así le fui diciendo cada parte a Rubén mientras el ponía atención y mientras Faby se quedaba quieta y de vez en cuando soltaba una carcajadita. Luego le dije a Favby que ella también pusiera atención y comencé a masturbarla. Ella se retorcía de placer y gemía, yo le indicaba a Rubén como debería hacer para que se moje su novia (cuando la tenga) y a Faby le decía que ella debería encontrar el punto donde sienta más placer, no a todas les gusta lo mismo.
De pronto cuando le estaba frotando el clítoris con mis dedos y metía ligeramente uno en su canalito de la vagina sin romperle nada ell sóltó un chorrito de pipí y se asustó. Le dije que era eso normal, que no se preocupará, que volveríamos a cambiar las sábanas. Luego puse a Rubén a que la masturbara pero el no se atrevía a tanto, se volvío a retirar, ésta vez yo ya no le iba a decir nada, me estuve enfocando en Faby.
Yo: ya que se fue tu hermanito muéstrame cómo te tocas cuando nos ves a mami y a mí.
Faby: Me gusta como se siente aquí (tocándose la vagina y el clítoris) pero a veces siento que me haré pipí y ya no me toco más.
Yo: Te gusta masturbarte Faby?
Faby: ¿Qué es eso papi?
Yo: Eso que haces, cuando te tocas y sientes rico, esas cosquillitas que sientes, cuando te vas a hacer papi.
Faby: sí me gusta mucho, pero no quiero mojar la cama
Yo: La mía la puedes mojar ¿qué te parece si pongo una toalla debajo de ti para que la mojes sin pendiente?
Rápidamente fui por la toalla, ella se levantó, la tendí en la cama, la puse en cuatro volteando hacia la ventana y con su vagina hacia la puerta donde sabía yo que estaría Rubén observándonos.
Me encanta como se les ve la conchita cuando están de perrito, esos labios gorditos que nada les cuelga y las hace lucir como empanadita. Apenas un poquito abierta que la rayita se les ve rica como invitando a penetrarlas, a dejársela caer toda. Mi verga palpitaba, parecía que tenía un ataque epiléptico de tanto que se me movía, las venas un poco saltadas, la cabeza ya bien pelada y seguía aventando lubricante, los huevos me subía y me bajaban, mi respiración se agitaba, mi corazón latía a mas no poder, mi piel se erizaba. Al fin tenía el tesoro frente a mí, ese tesoro que había fantaseado tener y que ahora que lo tenía en frente no sabía qué hacer, quería hacerle todo pero no era apropiado. Para qué hacer algo rápido si tendríamos muchos mejores tiempos después, para que asustarla, para que ir de prisa si poco a poco se puede llegar a la meta y que ella disfrute todo, tal vez si paraba ella solita pedía las cosas. Faby, cómo ya lo dije, es una niña muy despierta. Pero a pesar de todo no pude más. Teniendo mi verga libre me inqué. Faby estaba de perrito viendo a la ventana y escuchando a los perritos jugar, le abrí sus labios y voltee a con Ruben como diciéndole “Observa lo que hago”. Ya incado me acerqué a su rajita, la olfatee. Olía tan rico como a toda nena, con poquito pipí pero ese sabor y olor tan dulce que desprende. Sin dudarlo le dí la primer mamadad que me excité tanto y le mordí un labio
Faby: ¡Ay mamacita! Así no, me duele.
No dije ninguna palabra, sólo me levanté un poco y la hice que se acomodara otra vez igual, le di un beso en su boca y se quedó tranquilo, me calmé, no quería arruinar la oportunidad, ni lastimarla. Así que comencé a besarle su panuchi poco a poco, a dejárselo bien ensalivado y a mamarle el culito. Cuando le mamé el culito ella reía mucho y decía que ahí no, que mejor en su panuchi. Era yan rico verla de perrito son su culo gordete, esas nalgas bien paradas y ese hoyito de su vagina tan pegado al culito. Era imposible no mamarlos dos hoyos. Le mamé tanto que quedó rosada porque mi barba le empezó a raspar sin embargo ella pedía más y de pronto sin decirme nada aventó un chorro de pis, la sujeté de las piernas y le dije “suéltalo preciosa no temas, déjalo salir” y ella un poco temerosa decía que no que quería ir al baño pero le insistí y no la dejé levantarse. Wow sentir ese líquido que salía de su panuchi tan candente me volvía más loco, estuve mamándole varios minutos y ella no dejaba de mojar la toalla hasta que con clama le metí un dedito en el culo y otor en su vaginita tratanado de no lastimarla ni romperle nada, sólo la puntita frotando en sus labios, le dí una mamadita sn su clitorís y se volvía loca. Perdí la noción del tiempo,, sólo pensaba en esa conchita de piel oscura. Comérmela que ni me di cuenta de que ya Rubén estaba a mi lado observando todo.
Luego le dije a él como lo hiciera, probo un poco la conchita de Faby pero dijo que le dio asco. Yo ya no podía más, me acosté en la cama boca arriba y me senté a Faby en mi cara para comerle bien su raja, ella gemia de placer, le pedí a Ruben que me frotara los huevos y de pronto avente todos los charros. Me salieron muchísimos yo sentía que casi me desmayaba del placer, de que al fin mi fantasía, bueno una de tantas, se hacía realidad. Los chorros de leche volaban cayeron sobre la espalda de faby, su cabello y en mi abdomen. Faby decía que sentía cosquillitas al sentir que mi seben se derramaba hacia debajo de su espalda, que los sentía calientes y pegajosos y que a la vez le daba un poco de asco. No hay nada más rico que estár comiendo una rajita así de tierna mientras te la jalas, me faltaba una mamadota de huevos pero no estaba su mami para ayudarnos., Faby tenía su Panuchi todo rozado de tanta mamada que le dí. Le pedí a Rubén que me diera otra toalla, limpié a Faby y me metí a bañar ya que por se peludo el semen se pega muy gacho en mis vellos. Le dí una enuuagada rápida a Faby y mientras me bañaba Lupe mi novia me habló por teléfono que ya estaba entrando la condo.
Cuando salí de bañarme, un poco nervioso ella ya me esperaba en la cama. Faby y Rubén jugaban con los perritos y yo inqué a su mami para que me la mamara y después le di tremenda cogida que la hice sangrar un poco de su vagina, es algo estrecha. Pero yo estaba tan caliente que no quería parar. Ella bo sospechó nada sólo me dijo que por qué estaba tan caliente y le dije que con calma le contaría después. Finalmente, después de que me cojí a mi novia ella bajó a cocinar la cena y yo me eché una breve siesta, bajé al comedor y tuvimos una rica cena en familia. Faby to neía mucho que aprender, sino más bien practicar y disfrutar con papi. Todo marcha bien.
Disculpen si se me pasó la ortografía o no escribí bien pero tan sólo de recordar lo que hicimos me puse tan caliente que era difícil escribir en momentos
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