La nena de la casa machista aprende a chupar pene
Recibiendo la lección para abrir bien la boca y dejársela llenar de leche .
Hola de nuevo, contaré esta vez cómo sucedieron las cosas después de tener ese encuentro con mi abuelo. Para los que no leyeron el relato anterior, pase mi niñez y adolescencia en una casa educada solo por hombres, mi papá y mi abuelo, esté es una persona completamente machista, así que me enseño a servir y complacer a los hombres de mi casa.
Después de aquella frotadera que se dio conmigo me gritó que saliera de su habitación y lo dejara solo. Salí corriendo a mi cuarto y a al cabo de un rato, él subió y entro con un chocolate en la mano, me lo dió y me dijo que iban a haber nuevas reglas en la casa y que como ya era una mujer (aún no me llegaba la primera menstruacion), necesitaba aprender algunas cosas, que él se iba a dedicar a enseñarme pero que jamás debía decir que no a alguna orden o cuestionar lo que me pedían por más extraño que me parezca, esto me lo decía en un tono tierno, sentado en mi cama. Después prosiguió y dijo como lamentándose: tú naciste mujer y ya no hay nada que hacer, lo único es enseñarte a ser una obediente, me tocó el cabello y me levanto la barbilla con sus dedos anchos y me dio un beso suave en los labios, me dijo que por ahora no le digamos a papá hasta que esté lista para sorprenderlo, asentí y le sonreí tímidamente, me pidió que durmiera temprano y que descanse porque a la mañana siguiente mi rutina cambiaría, me dijo que me pondría pijama y que me quite la ropa, me besó de nuevo en la boca, pero esa vez intento meter su lengua, sentía sus bigotes en mi cara, me tocó los pesones aunque todo estaba plano ahí en esa época, me puso rápido el polo de pijama y me hizo levantar de la cama, saliendo de mi cuarto me agarró las nalgas y salió cerrando la puerta. Me eche en la cama mirando al techo por unos minutos, la sensación fue muy rara pero sentí un calor que recorrió todo mi cuerpo.
A la mañana siguiente me despertó antes de las 5 de la mañana, estaba otra vez sentado en mi cama, con una voz dulce me dijo: hijita hoy día comienzas temprano, me llamo a sus brazos con una señal, salí de mis cobijas solamente con mi polo y me abrazo en sus piernas, le pregunté por mi papá y me dijo que ayer llego muy tarde y que ahora se estaba bañando y que tenía que atenderlo para darle su desayuno, le dije, si abuelo y al quererme levantar me jalo y me sentó en sus piernas encima de su pene, metió sus manos bajo mi polo y me lo sacó, me tocó completamente por varios minutos, diciéndome muchas cosas sobre mi cuerpo hasta que llego a mi vagina y me tocó toscamente, me quiso meter sus dedos, me hizo doler y me dijo: así me gusta, bien cerradita, pero ya habrá oportunidad, me levantó, me puso un vestidito encima con un roson en la espalda y me dio una palmada diciendo: a la cocina.
Atendí a mi papá y el me estaba agradeciendo de que me haya levantado tan temprano para ayudarlo, ya que siempre él se servía su desayuno, mi abuelo interrumpió y dijo que a partir de hoy sería así, que él debió de enseñarme todo eso, no respondí nada. Mi papá Javier se fue a trabajar y me quede con mi abuelo, apenas salió el se me acercó rápidamente y me cargo y me llevo a su cama, me saco el vestido y quede totalmente desnuda otra vez ya que antes no me había puesto ropa interior, aún seguía siendo intimidante y raro, mi abuelo hizo que me acueste y me tapó, lo miré y se quitó muy rápido toda la ropa y se acomodó mi lado, nos quedamos mirándonos y me dio la vuelta dándole la espalda, acomodó mi culito en su pene y comenzó a moverse, no estaba acomodado para que haya una penetración pero él gemía y me tocaba el pecho y la cara, estuvimos así muchísimo tiempo (yo pensé que eso era tener sexo por algunos meses), se hizo tarde para que me lleve al colegio, me levantó rápido, se limpió pues él había eyaculado seguro un par de veces, me dijo que vaya corriendo a traer mi uniforme, me estaba poniendo el vestido que me sacó rato antes y me lo jaló de las manos, me dijo que quería verme correr así, me dio mucha vergüenza pero salí corriendo, mi habitación y la de mi papa estaban en un segundo piso, subí las escaleras por mi ropa, la baje y se la di, me vistió y salimos tan rápido que ni siquiera desayunamos.
Al llegar a la casa después que me recogió, me dijo que me quite la ropa en su cuarto, entre rápido y obedecí, le dije que tenía hambre y me dijo que justo de eso se trataba, se sentó en su sillón y me dijo que me ponga de pie frente a él, me ordenó que de algunas vueltas y que dándole la espalda me abra las nalgas y me agache un poco, lo miré asombrada y me gritó fuerte: HAZLO YAAA, obedecí. Estuve así un par de minutos, él se masturbaba creo, se levantó y me tomó de los hombros y me hizo arrodillar, se levantó y puso varios cojines en mis rodillas, su miembro quedó justo frente a mi cara, tenía muchos vellos blancos alrededor y unas bolas largas que colgaban, tenían un olor fuerte que nunca había sentido; me dijo mirándome a los ojos: Hannita hoy aprenderás una lección muy importante, es una fundamental que sepas usar tu boquita muy bien, yo solo afirmé con la cabeza, me seguía mirando y decía: lo que vas a extraer de aquí va a ser como néctar para ti, en medio de eso, sentí una calentura y me incliné y le di un beso en la punta, me empujó con fuerza para atrás y me dijo que él daba la orden, lo miré fijamente y me abrió la boca con sus dedos, los movió de un lado al otro y me hizo comer el comienzo de su verga, siguió empujando y sentí que me ahogaba, a ratos la sacaba de mi boca, la volvía a meter y se movía, hacía bastantes ruidos, y me decía muchas cosas, que era su princesa, que lo hacía muy bien, que era muy linda arrodillada y derrepente presionó mi cabeza fuertemente con sus dos manos, sentí que me ahogue y eyaculo un gran chorro en mi garganta y paladar, quise retirarme y más me jalaba, era viscoso, tenía un sabor amargo y por fin la sacó, me dio una arcada pero ya me lo había tragado todo, me jalo fuerte de la cabeza y me puso sus bolas en la nariz y la boca y se frotaba, solo decía: que rica mi pequeña perrita en voz muy baja, esta también será la leche que tomarás desde ahora, fue tan extraño el momento, solo recuerdo que me dolía fuerte la garganta pero me sentía feliz y me había gustado sentir cómo el semen salió caliente en mi boca y también lo que me decía mi papá Juan…
Voy a seguir contando todos los detalles que recuerde de cómo me inició mi familia incestuosa y si tienen alguna pregunta o sugerencia feliz la responderé en los comentarios. Por si acaso yo a ratos me refiero a mi abuelo como mi papá Juan porque así le digo también y mi padre se llama Javier.
Excelente relato, me pone muy caliente, espero la continuación.
Atte
Maximofrank