La nena de papá
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Bluma.
No conforme con haber profanado por primera vez mi cuerpo hasta el cansancio, papá decidió que mi culito también debía ser estrenado por él.
Después de que la noche anterior mi padre me desvirgara, al día siguiente desperté casi al medio día, pero no me levante hasta después de una hora, estuve entreteniéndome con el celular sin prestar mucha atención al contenido que estaba viendo, mi mente estaba ocupada rememorando lo sucedido horas atrás, aún seguía emocionada y a la vez un poco aturdida por la forma en que sucedió todo.
Pensaba en mi padre y en sus expresiones cuando me cogió sobre la mesa sin importarle nada más, medite sobre cada movimiento y gesto de anoche, era toda una mezcla de sensaciones y emociones que hacían querer tocarme, en vez de eso decidí levantarme y darme un baño para despejar un mi mente, después de eso me observé un rato en el espejo notando algunas marcas al inicio de mi pecho y en algunas otras partes de mi cuerpo, me puse unas bragas rosas al igual que mi brasier y opte por ponerme un blusón que llegaba a medio muslo, tapaba un poco la evidencia de las marcas en mi pecho y con eso baje a buscar algo para comer.
Ya en la cocina vi a mi mamá arreglando unas cosas de las gavetas, noté que estaba vestida para ir a trabajar, siendo organizadora de eventos tenía ocupados los fines de semana así que ese día no era la excepción, me escucho y se volteó dándome los buenos días al igual que yo.
—Cariño aquí te dejo algo de comer en la estufa, guardas lo que no te comas— se dirigió a la puerta cargando unas bolsas pesadas y fui detrás de ella para ayudar a subirlas al auto, luego se despidió dándome un beso en la mejilla— bueno ya voy tarde, es una graduación y ya sabes cómo es— se puso en marcha y me quede un rato en el portón hasta perder de vista su auto.
Entre a la casa y fui a la cocina para comer algo, mientras servía mi plato pensaba de nuevo en mi papá, su comportamiento había sido tan excitante para mí, no mostro mucha ternura en sus actos, pero la pasión con la que poseyó mi cuerpo era más que suficiente para atesorar mi primera vez, terminando de comer fui a la sala y me dedique a ver un par de películas, no tenía ganas de hacer más y mis pensamientos seguían traicionándome con la imagen de la noche anterior.
Eran aproximadamente las seis de la tarde cuando escuche el tintineo de unas llaves abriendo la puerta, extrañada me levante creyendo que era mi mamá regresando temprano a casa, me asome y vi a mi papá entrando confiadamente, aun separados sabía que mis padres tenían la llave de la casa del otro, pero no fue hasta ese momento que me di cuenta de lo que podía implicar en un futuro si él y yo lo estuviéramos haciendo en cualquiera de las dos casas, no podía adivinar la reacción de mi madre si se enterará.
Me quede parada en el marco de la sala con el corazón latiendo a mil y se acercó a mi dándome un beso tierno en la mejilla.
— Vine a ver cómo quedaste después de lo de ayer muñeca— dijo en tono burlón— ¿Tu mamá tuvo evento?— asentí ligeramente y regrese a la sala sin dirigirle palabra alguna, pretendí ver la tv, pero estaba inquieta con mi padre rondando por ahí, escuche que fue a inspeccionar el refrigerador y el resto de la despensa, hasta que decidió hacerme compañía sentándose junto a mí en el sofá, estuvimos callados y sin hacer movimiento alguno por varios minutos hasta que sin avisar apago la tv.
—Papá, la estaba viendo— no se inmuto a lo que dije y se acercó aún más dándome un beso en la comisura de mis labios y acariciando mis muslos, sobando también sobre mis bragas, me ruborice volteando mi rostro para evadir otro beso que me iba a dar.
— Pues yo estoy viendo algo mejor, una cosa hermosa, quiero ver más de ti preciosa— beso mi cuello y metió su mano en mis bragas dejándome sentir sus dedos que empezaron a juguetear entre mis labios vaginales, con su otra mano tomo mi mentón haciendo que dirigiera mi cara a él para plantarme un beso largo y húmedo, lo mire seriamente y abrí un poco más las piernas, luego sonreí tomando su mano que sostenía mi rostro para colocarla sobre mis tetas y palmeándolas introdujo sus dedos en mi rajita, jadee nerviosa y me dio otro beso — Así mi tetona, cuando yo quiera, donde yo quiera y cómo yo quiera te voy hacer, podría incluso abusar de ti a mi placer — sin poner resistencia deje que me quitará el blusón e hizo que me recostara, se ocupó unos segundos quitándose su ropa mientras yo hacía lo mismo con mis bragas, coloque una de mis piernas sobre el respaldo y la otra solo la flexione un poco, en seguida papá se colocó sobre mi recostando todo su peso en mi cuerpo, no me importo y rodee su cuello con mis brazos.
— Úsame cómo quieras— dije susurrando y dándole un beso corto— Abusa de mi papi y hazme cumplir con mis obligaciones de hembra— me beso apenas terminé de decir eso y con su lengua marco un camino hasta el inicio de mi pecho que evidenciaba mi respiración acelerada, quito los tirantes de mi brasier haciendo que, por el mismo peso, mis tetas se asomarán por el borde de las copas, sentí como lengüeteó uno de mis pezones provocándome jadeos nerviosos, apretó con una mano mi otra teta como si fuera masa y yo me limite a colocar mis brazos arriba de mi cabeza para que papá pudiera manosearme a su gusto, la noche anterior había aprendido que él prefería mantuviera mis brazos y manos sin interferir mucho en el acto.
— Que delicia, que rica lechita te saldría por este par ubres— se pasó a la otra teta para chupar mi pezón— Solo ver cómo rebotar tus jugosas sandias es suficiente para ponerme así— restregó su falo en mi entrada y respire más rápido esperando ansiosa por sentirme llena de él otra vez, agarro uno de los cojines que habían caído al piso y lo coloco debajo de mi trasero para facilitar su tarea al momento de ensartarme, regreso su atención a mis pechos mientras tallaba su pene en mi rajita, cerré mis ojos esperando el momento de ser perforada por su verga, con una mano la posiciono en mi entrada y como la noche anterior, sin miramientos, me la clavo en un movimiento, arqueando mi espalda solté un quejido por el acto, la saco por completo y de nuevo la hundió rápidamente, espero unos segundos y empezó con las embestidas marcando un ritmo constante y acelerado provocándome algunos gemido agudos —Así, si mantente gimiendo como hembra en celo… mírate, si disfrutas sentir la verga de papá taladrándote— no podía negarlo, incluso me encontraba sonriendo, la sensación era deliciosa, su falo remojándose, haciendo ese sonido húmedo característico de las penetraciones bien lubricadas, quería seguir disfrutando de esa rica fricción.
Estuvo bombeando mi hoyo un poco más de 10 minutos, soltando de vez en vez alguna palabra guarra para aderezar el momento, dio un par de embestidas bruscas y lo saco, sin perder tiempo dirigió mis movimientos para ponerme en cuatro sobre el piso, enredo sus dedos en mi cabello tirando de éste haciendo que me irguiera un poco para que pudiera sobarme las tetas, al mismo tiempo que restregaba su falo entre mis nalgas, yo estaba perdida disfrutando de sus caricias y un par de minutos después tomándome por el cuello hizo que me inclinara hacia abajo reposando mi pecho y cara en el piso, quedando con el trasero levantado y expuesto ante él, al instante sus dedos empezaron a juguetear en mi culito sintiendo una pequeña intromisión ahí, me sobresalte observando de reojo a mi papá.
— No me la metas ahí, al menos no hoy— no me hacía mucha ilusión ser cogida por el culo, sentí que introdujo más profundo su dedo y empecé a ponerme nerviosa— Por favor papá— me removí un poco y me dio una fuerte nalgada, vi que se estiró un poco para alcanzar algo de la mesita de la sala y lo puso frente a mis ojos para que lo viera, era un lubricante que no tenía idea en que momento lo había puesto ahí, pero eso no me tranquilizaba.
—Calma, así resbalara más rico, bueno al menos para mí, porque a ti aun así, te dolerá un poco— se burló y me dio otra nalgada— No importa qué, hoy no te escapas de que te empine por el culo mi amor— escuchaba sus palabras cuando sentí el líquido frio caer entre mis nalgas y un tercer dedo se abrió paso empezando a dilatarme, para distraerme mi papá metió su falo en mi raja para seguir bombeando mi hoyo, introdujo un cuarto dedo en mi culito que me hizo sentir muy incómoda, no paso mucho y de un momento a otro acelero sus movimientos para segundos después sacar de un jalón sus dedos, chille ruidosamente, pero eso no detuvo sus acciones, mudo su falo de agujero introduciendo solo la punta—Mi vida— dijo con voz gruesa, deslizo más su miembro y comencé a temblar, dio un pequeño empujón causándome varios espasmos por el dolor, siguió introduciéndolo hasta donde le permitía la longitud de su falo, mis ojos ya habían soltado unas cuantas lágrimas y me mantenía jadeando expectante a lo que hiciera mi padre, lo saco un poco y de nuevo lo deslizo suavemente, repitió el acto unas cinco veces e inicio a taladrar como su instinto le dictaba que lo hiciera, firme y rápido, sin importarle que yo estuviera pidiendo disminuir la frecuencia de las penetraciones, mis mejillas estaban mojadas por algunas lágrimas más, de mi garganta salían gemidos y algunas quejas que solo incitaban a que papá la metiera de forma más sádica, elevo mis caderas y sujetándome por la nuca manteniendo mi cara cerca del piso, aumento la velocidad emitiendo suspiros de satisfacción mezclados con risas burlonas— Hasta reventarte el culo mi tetona— saco a la mitad su falo para introducirlo fuertemente, sus huevos golpetearon contra mis labios vaginales, ahogué un grito y desvié la mirada a una vitrina que había en la sala, observando que en el vidrio se reflejaban nuestras siluetas, mi figura se veía vulnerable en comparación con la del hombre que se encontraba gozando de mi cuerpo, orgulloso de poseerme y corromperme, mi padre ejerciendo su autoridad sobre mi para follarme cruelmente hasta hartarse y como siempre botándome como guiñapo luego de satisfacerse, observe prácticamente todo en el reflejo del vidrio.
Mis tetas que se tallaban en el piso estaban ya con los pezones duros y más sensibles, me los toque un rato a la vez que escuchaba a mi papá emitiendo gruñidos roncos para después de algunos minutos hacer más frenéticas las penetraciones, al igual que mis gemidos se volvieron más ruidosos por el dolor placentero que me producía, me tomo con más firmeza de la nuca para mantener mi cara pegada al piso y con su mano libre se apoyó en mi espalda, dio un par de estocadas más vaciando su leche en mi interior y dejando caer su cuerpo sobre el mío, se quitó luego de un minuto y se sentó en el sofá aun intentando regular su respiración, yo me quede tirada en el piso sintiendo como los pies de mi papá vagaban por mi espalda y nalgas, con uno de ellos hizo presión para introducir su dedo gordo en mi culito, lo dejo un rato ahí hasta que se bajó del sofá para girarme y quedar boca arriba, flexionó y abrió mis piernas, de nuevo coloco un cojín bajo mi trasero, metió su falo en mi culo y espero a que estuviera duro de nuevo para volver a cogerme por ahí, se entretuvo ordeñando mis tetas y metiendo sus dedos en mi vagina, me di cuenta que estaba intentando meter toda su mano y abrí mis piernas lo más que pude, su falo que estaba alojado en mi culo empezó a ponerse duro.
— Te voy a rellenar por los dos lados mi amor— con ayuda del lubricante terminó de meter su mano para bombearme con ella, mis piernas temblaban como si fueran las de un pavo siendo rellenado, me agarre las tetas sintiendo como sus dedos tocaban mis paredes internas, con su otra mano estimulo mi clítoris, al mismo tiempo que empezaba las penetraciones con su falo en mi culo, no paso mucho tiempo para que sintiera como temblaba mi cuerpo en cuanto papá toco el punto correcto, literalmente me corrí, sentí como se expulsaba mi fluido en un chorrito y con la espalda arqueada emití gemidos continuos y agudos, por unos segundos no supe nada, mi cuerpo se movía al compás de su mano y su falo taladrando mis agujeros, en menos de 10 minutos papá se corrió, está vez sobre mis tetas, volvió a meter su mano en mi vagina y haciendo un puño golpeteo ahí adentro hasta donde se lo permitía el cuello de mi útero, por unos minutos estuvo así hasta cansarse, luego sin más se levantó y comenzó a vestirse, mientras se abrochaba el pantalón froto las plantas de sus pies en mi rajita, no tardo en ponerse su ropa y se agacho tomando una de mis manos para dejarme sentir lo dilatados que había dejado mis hoyos—
Está es la forma en que se debe dejar a una hembra como tú, tu deber es abrir las piernas cada vez que quiera usarte para coger y si quiero dejarte tirada luego de llenarte con mi semilla lo haré, si quiero preñarte lo haré— dio un lengüetazo en una de mis tetas y me beso introduciendo su lengua, explorando mi boca un buen rato para después levantarse e irse, no sin antes anunciarme desde la puerta que el auto de mi mamá ya estaba cerca, como pude me levante llevándome mi ropa hasta mi habitación y cerrando con seguro la puerta.
Estuve recostada en la cama, con la luz apagada introduciendo mis dedos sin llegar a masturbarme realmente, solo sintiendo como entraban mis dedos sin dificultad.
Después de eso las relaciones con mi papá fueron más o menos frecuentes, por supuesto mi mamá lo supo en algún momento, pero no me reprendió ni fue motivo de disgustos, incluso me llego a dar consejos sobre ello.
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