LA NENA Y TOMY segunda parte
Amanecieron los dos debajo de la sabana, ella abrazando al perro por su espalda y su mano en los testículos del perro, que estaba quieto, gozando esa caricia..
LA NENA Y TOMY segunda parte
Amanecieron los dos debajo de la sabana, ella abrazando al perro por su espalda y su mano en los testículos del perro, que estaba quieto, gozando esa caricia.
Soltó los testículos del perro y tomo el hocico con sus dos manitos, le resultaba casi imposible meter su lengua en la boca del perro, porque su lengua era mucho mas grande y ofrecía mas resistencia, pero de a poco fue calmando la ansiedad de Tomy y primero logró meter gran parte de la lengua del perro en su boca y poder chuparla, y lentamente comenzó a lograr que el perro chupara su lengüita, eso desesperaba a Tamara, que volvió a acariciar las partes bajas del perro, notando que le mojaba el ante brazo el liquido que emanaba de la calentura del can.
En ese momento el hocico dejó de ser lo mas importante y decidió bajar y chupar su pito.
Pero apenas destapó esa parte de Tomy, escuchó a su mamá subiendo las escaleras y llamándola, para que se levante y se prepare para ir al colegio.
Rápidamente Tami le dio un beso absorbente y volvió a taparlo, mientras saltaba de la cama y corría al baño, sabía que olía a perro y quizás a sexo, así que se puso a bañarse, mientras la madre juntaba prendas del suelo de la habitación. También recogió la sabana superior y pudo ver a Tomy, que intentaba volver a dormir, también la pija del perro totalmente salida de su “estuche”.
“Apúrate que se te hace tarde” le dijo a su hija y bajo hacia el lavadero, para dejar las prendas.
Tamy desayunó apresurada y salió corriendo para subir en el auto de una vecina que la llevaría al colegio junto con su hija.
La mamá de Tami durante la mañana solo vestía un solero corto y sin ropa interior, porque apenas terminaba de acomodar y limpiar se metería al baño a tomar una ducha.
Tomy bajó las escaleras ladrando, llamando su atención, entonces ella tomo el frasco de comida y mientras colocaba un poco en el plato…Tomy fue directamente con el hocico a lamer su vagina…La mujer dio un salto “Tomy!!” dijo entre sorprendida, avergonzada y algo cachonda.
El perro apenas pudo saborear sus jugos, comenzó a buscar la vulva desesperadamente. Ella intentaba alejarlo, empujándolo, pero el perro insistía cada vez más.
De pronto entre idas y vueltas el perro se acomodo sobre una de sus piernas, su vestido se habia subido hasta el ombligo.
El perro comenzó a moverse, refregando su pija contra su muslo, mientras con su lengua seguía buscando su concha.
En ese momento ella miró hacia todos lados, sabia que estaban solos, pero el instinto la hizo asegurarse.
Abrió levemente las piernas y permitió que el perro le lamiera el hueco.
Tomy al poder hacer esto, comenzó a moverse cada vez más rápido y ella pudo sentir el liquido tibio que le salpicaba la entrepierna y la rodilla, goteando en el piso.
Tomy al eyacular había perdido todo entusiasmo por la concha de la mujer…
Pero ella había quedado caliente…extrañamente caliente, porque jamás se la había cruzado por su cabeza algo relacionado con sexo y un animal.
Continuó haciendo sus tareas, pero siempre observando a Tomy de reojo, éste de pronto se acostó en el medio de la sala y comenzó a lamer su pito. Ella se sentó rápidamente a su lado, pero cuando quiso agarrárselo, el perro salió corriendo a la habitación de Tamara, acostándose sobre la cama y continuando con lo que estaba haciendo.
Ella lo siguió, miró la hora y se tiro a su lado emitiendo un suspiro…
“Haaa a ver querido” dijo y agarro los testículos del perro con una mano y con la otra la parte carnosa de su pija.
El perro simplemente abrió sus piernas y movió su cola.
Lentamente ella fue acercando su boca hasta tener el pito entero dentro, lamia y chupaba suavemente, con una de sus manos sobaba frenéticamente su propio clítoris.
El perro emitió como un diminuto aullido o quejido y le llenó la boca con su semen, ella lo deglutía lentamente, era una baba suave, apenas salada, tener “eso” dentro de su boca la hizo llegar al clímax, mojando su mano, su entrepierna y las sábanas de su hija.
Quedó allí, tendida y algo confundida, tenia los ojos cerrados. Empezó a sentir, primero el frio del hocico de Tomy y luego la tibieza de su lengua, el perro quería rescatar el squirt que aún quedaba entre sus piernas.
Ella solo podía reirá y moverse sobre la cama, tomaba la cabecita de Tomy y lo hacia refregar la trompa contra su vagina.
Fue entonces cuando Tomi se puso sobre ella e instintivamente buscaba meter la pija dentro de su concha…Ella lo ayudaba acomodando su cuerpo y atrayendo la cadera del perro hacia el lugar.
En pocos movimientos Tomy se la había metido y unos pocos movimientos más, Tomy volvió a tener otro orgasmo, ella pudo sentir algo como que los huevos de Tomy estaban dentro de su concha, tuvo varios orgasmos simultáneos, algo que nunca en su vida habia sentido.
¡Estaba agotadísima! Se estiro en el medio de la cama, una gran mancha oscura, más grande que ella se podía ver en las sábanas, Tomy solo se estiró entre sus piernas y lamia suavemente su tajo, así se quedó dormida…
Se despertó sintiendo una caricia en su cara de la tibia mano de Tami, que le decía “mamita”” ¿estas bien?” “¿Qué te paso?”
Bajó rápidamente su solero, tomo las sabanas y salió de la habitación sin responderle a su hija (No sabía que decirle)
Tami no sabía bien que era lo que había sucedido, pero su cuerpo le daba señales que era algo erótico o sexual.
Dejo la mochila en un rincón, cambio su jogging por una pollerita corta, se quito el calzón que empezaba a estar húmedo por sus flujos de cachondez.
Tomy, como si hubiera estado internado, corrió a levantar la pollerita e intentar meter su hocico entre sus piernas, Tami primero lo tomó de sus cachetes haciendo que refregase fuertemente contra su monte de venus, para de inmediato ponerlo frente a su cara y comenzaron con sus besos de lengua, los que cada vez hacían mejor, ella chupaba la enorme lengua del perro y luego éste chupaba suavemente la lengüita de la nena.
Mientras la mamá ponía a lavar las sábanas, pensaba sin encontrar solución, que explicación le daría a su hija.
Sin embargo, cuando salió a la sala, Tami estaba sentada haciendo una tarea escolar, esperando la merienda de su mamá.
No hablaron sobre el tema…
A la noche, durante la cena, ellas se sentaban enfrentadas en la mesa del comedor, mientras comían, charlaban y se reían de diferentes cosas graciosas.
Tami fue la primera en sentir el hocico de Tomy queriendo entrar entre sus piernas, su primer instinto fue cerrarlas, pero Tomy estaba por hacer escándalo, así que las abrió lo mas que pudo. El perro comenzó a lamer su bombacha, lo hiso durante unos minutos, luego giró e hiso lo mismo con la bombacha de su mamá, la que cerró los ojos y no pudo disfrutar de las lamidas. Tami sabía lo que estaba ocurriendo debajo de la mesa, así que en un rápido movimiento se quitó su calzón.
Tomy se percató de este movimiento y volvió a la vulva de Tami, su mamá solo supuso que el perro estaba queriendo lamer la vulva de su hija, se quitó su bombacha y golpeándose los muslos, lo llamó a Tomy a que regresara a sus piernas.
El perro acudió y al sentir la desnudez de esa vagina caliente comenzó a lamer con mas intensidad. Su instinto lo hacia querer subir sus patas delanteras, pero se golpeaba con la mesa.
Tami corrió su silla y la puso en el espacio libre, girando la silla de su mamá.
Ahra ambas se veían, con sus prendas levantadas y sin ropa interior.
El perro lamia un poco de una y luego un poco de la otra…
Ellas solo se miraron, la mamá tomó las manos de Tami, cerraron sus ojos y dejaron hacer al perro…
“Vamos a tu pieza Tami” dijo su madre y sin soltarle las manos fueron al dormitorio.
El perro las seguía desde atrás y les metía ale hocico entre los cachetes del culo, como empujándolas.
Creo que fue por eso que se acostaron, así como estaban, con las colas para arriba.
El perro caminó sobre ellas, lamiendo sus cachetes, metiendo su hocico hasta donde podía.
De pronto llegó hasta la cara de Tami y se besaron, la mamá no podía salir de su asombro por lo que veía… El perro quiso hacer lo mismo con ella, pero no pudo, porque la mujer sentía algo de asco y le esquivó la boca, sin embargo, Tomy insistió hasta lograr meterle la lengua.
Tami nunca habia visto la vagina de su mamá, labios lisos y perfectos, brillosos y sin ningún pelo. Mientras el perro jugaba con su boca, Tami gateó hasta ponerse entre las piernas de su madre…
Fue deseo, fue instinto…pero en pocos segundos Tamara chupaba la concha de su madre casi con desesperación, y su madre chupaba la pija del perro gimiendo y murmurando guasadas…
CONTINUARÁ
Alfredo Chapelco
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