La Pasión del Incesto
El Soplo al Corazón – .
Este relato analiza el discurso simbólico sobre el incesto y su prohibición en la obra de Louis Malle -cineasta francés nacido en 1932 y fallecido en 1995- a partir del encuadramiento del film: El soplo al corazón (Le souffle au coeur), cuya trama está centrada en la relación incestuosa, consciente y aceptada de madre e hijo de 14 años
“El incesto es un falso problema”, le declaró Louis Malle a un crítico de La revue du cinéma en 1971, en ocasión del estreno de la película El soplo al corazón. Al considerarla retrospectivamente, se puede decir que esta declaración ilumina un aspecto fundamental acerca del discurso simbólico sobre el incesto en la obra.
Para el director, la prohibición del incesto no pasaría de una norma anacrónica que tendría la función de ayudar al mantenimiento de las “estructuras rígidas” de las sociedades occidentales modernas: “[…] el tabú del incesto ayuda a mantener las estructuras de una sociedad rígida, pero a partir del momento en que esas estructuras se desmoronan, como es el caso actualmente, ¿por qué este tabú que se hizo caduco no desaparecería?” [Malle, La revue du cinéma 71 (157), 1971]. Desde su óptica, la interdicción no se justificaría más y estaría predestinada a desaparecer debido tanto al supuesto “desmoronamiento” de los rígidos cimientos de estas sociedades como a sus avances tecnocientíficos. El incesto se constituiría en un “falso problema” simplemente porque su interdicción ya no tendría por qué serlo.
Para comprender este punto de vista hay que considerar que Malle compartía la idea, muy difundida, según la cual la prohibición del incesto tiene como finalidad evitar los pretendidos riesgos decurrentes de relaciones consanguíneas; es decir, impedir un posible aumento de caracteres recesivos. Para Malle, la prohibición del incesto estaría arraigada en la genética y su fundamento sería biológico. Con el advenimiento de la píldora anticonceptiva, los efectos “[genéticamente] desastrosos” del incesto podrían ser evitados y no habría más ningún motivo para el mantenimiento de la interdicción:
«Este tabú ha sido una ley de hierro en todas las sociedades; pero es verdaderamente un tabú biológico. No acepto muy fácilmente la teoría de que se trataría de un tabú cultural porque no veo ninguna explicación razonable. No veo lo que puede haber de horrible en que una madre haga el amor con su hijo. Si genéticamente el resultado sobre varias generaciones es desastroso, se puede imaginar que esta sea la única razón válida por la que este tabú haya sido tan fuerte y tan imperativo, pero con la píldora anticonceptiva este problema está resuelto… Puede parecer una broma lo que digo. Nos encontramos en una sociedad en que este peligro no debería ya existir. Es un ejemplo, pero hay muchos otros similares al respecto. Continuamos viviendo en un sistema de tabúes, una escalada de valores morales que de hecho no corresponden ya a la realidad técnica, científica de nuestra civilización» L. MALLE
La acción de El soplo al corazón transcurre en 1954, en Dijon. Este contexto no es aleatorio, puesto que el director pretendía retratar a una familia burguesa y provinciana justamente durante el periodo que sería, en su evaluación, signo de la “disolución de la hegemonía del imperio occidental” y en el que el “antiguo orden aún reinaba”, si bien su disolución es inminente. El año 1954 es el de la caída de Dien Bien Phu; año que inicia el desmoronamiento del imperio colonial francés.
El protagonista de la película es Laurent, un adolescente un tanto introspectivo, en plena primavera de 1954, y quien observa a los partidarios colonialistas y a los manifestantes anticolonialistas confrontándose en diversas marchas por las calles de Dijon. Laurent convive con un padre severo y distante, y con una madre amorosa y cálida, mientras que sus dos hermanos camaradas se burlaban constantemente de él por ser el “favorito de mamá”. Cierto día, descubre que tiene un pequeño problema de salud: un soplo en el corazón. A partir de este momento su rutina se verá totalmente alterada. Tras un breve período de reclusión, parte con su madre a recibir atención médica a un centro de tratamiento. Durante esa estadía madre e hijo mantienen un mayor acercamiento el uno con el otro. Finalmente, el 14 de julio, mientras Francia celebra por todo lo alto la Revolución y la gente bebe, baila y disfruta, sucede lo que inevitablemente ocurrirá: la consumación del incesto, a media luz, entre madre e hijo.
La construcción sonora y fotográfica de esta secuencia enfatiza el hecho de la transgresión que se desarrolla durante la celebración del 14 de julio y que sirve de marco para lo que ahí sucede. En la habitación del hotel, mientras madre e hijo se relacionan sexualmente, se escuchan como fondo los ecos de la fiesta que prosigue animada con su música y algarabía. La escena transcurre en la penumbra resaltando la atmósfera de intimidad de este ambiente, en contraposición a los rumores del movimiento exterior. En la escena siguiente, en la que madre e hijo hacen frente a lo ocurrido, la música cesa repentinamente. El corte de la música sigue al corte entre un plano y otro -aquél en el que se ve a los dos relacionándose y aquél en el que la madre le dice a Laurent que no quiere que se arrepienta ni sienta remordimientos por lo ocurrido-. La siguiente escena sugiere el apaciguamiento de la situación: el sonido lejano de las campanadas anuncia la madrugada: mientras Laurent observa a la madre dormida, el silencio del ambiente indica que la fiesta ha llegado a su fin.
Como se mencionó, el año elegido por el director para ubicar esta historia no se hizo de forma aleatoria y se puede decir que tampoco eligió la fecha al azar. Si las aventuras y desventuras del joven protagonista transcurren en el inicio de la caída del imperio colonial francés, el desenlace de la acción, es decir, la consumación del incesto -que marcaría la supuesta liberación de Laurent del grupo y de sus asfixiantes normas- ocurre justamente en la fecha en que se conmemora la ruina del Antiguo Régimen (Ancien Régime) y el advenimiento de un nuevo orden.
Durante su estreno, la película suscitó acaloradas polémicas, tanto por parte del público como de la crítica especializada, tanto por la osadía de retratar un incesto entre madre e hijo con un final feliz, como por no llevar hasta las últimas consecuencias su crítica de los valores burgueses, ya que ni la familia ni la sociedad, al fin y al cabo, se enteraron de lo ocurrido y, por lo tanto, no fueron confrontadas.
En suma: “desdramatizar el complejo de Edipo”, cuestionar a la familia “tradicional y patriarcal”, con sus indefectibles “valores burgueses”, denunciar la “represión sexual”: he aquí algunos de los temas supuestamente asumidos por el cineasta en El soplo al corazón, largometraje cuyo argumento habría surgido cuando el cineasta trabajaba en un proyecto -jamás llevado a cabo- sobre la utopía y sobre lo que ésta podría representar teniendo en cuenta los acontecimientos de 1968.
Interesante reflexión sobre este tema que tanto perturba a la sociedad. Como se echa de menos esa época de grandes directores de cine trangresores con películas que sacudían tu mente para hacerte pensar sobre esos instintos reprimidos que cambian tu vida para siempre.
Que opinas de ese tema te gusta el tema sobre en incesto que piensas
El sexo entre familiares es delicioso, personalmente yo estoy de acuerdo siempre y cuando sea entre mayores de edad para que la decisión sea madura.
A mi me encantan culpar con mis hermanos y con mis hijos y con lo prohibido por la sociedad, hace que el incesto sea más rico porque no es solamente una relación de amor y sexo sino también de mucha complicidad que hace que el sexo sea más morboso y más excitante
Así es.