La Película
Abrió la boca y me la comenzó a mamar mientras veía a la zorra de mi madrastra follar con mi tío..
Al poco tiempo de nacer yo mi padre enviudó. Después conoció a una mujer, se casaron y poco después murió él. Mi madrastra ha sido quien me ha criado desde entonces.
Hubo una noche que marcaría mi vida para siempre. Yo era adolescente, regresaba de madrugada a casa tras pasar la noche en la discoteca con los amigos. Con sumo sigilo abrí la puerta tratando de no hacer nada de ruido y evitar que mi madrastra se enterara de la hora tan tardía a la que llegaba a casa. Cerré tan despacio como pude. Parecía ir todo bien, solo quedaba salvar un escollo: cruzar por delante de la habitación de mi madre. Me acercaba sigilosamente cuando escuché el sonido del colchón agitándose acompañado de unos gemidos. Al llegar al umbral de la puerta vi a mi madrastra cabalgando como una loca a un tío. Estaba como poseída, como quien lleva años sin meterse una buena verga en el coño y por fin disfruta de una. Movía sus caderas arriba y abajo, ahora adelante, ahora para atrás y botaba y botaba con fuerza. Sus hermosas tetas bailaban arriba y abajo al compás de sus salvajes movimientos. No paraba de decir:
-¡Joder qué polla! ¡¡Aaaaahhhggg!! ¡¡¡Mmmm!!!
No pude apartar la mirada de su cuerpo moviéndose tan agitadamente. Se me puso dura como una piedra y me masturbé mirándola. No sé si hice bien o mal, pero me gustó. La cara del tío que se estaba follando quedó difusa para mí y por más que trataba de recordarla con el tiempo no pude.
Pasaron unos años y no volví a presenciar más una escena como aquella.
Una tarde fui a visitar a mis tíos, él era hermano de mi padre. Al llegar, mi tía estaba llorando, él se había marchado y estaba sola. Al preguntar qué le pasaba me dijo que le había cazado con su amante, en su propia casa, follando en el sofá donde estábamos sentados. Había puesto una cámara oculta y sus sospechas fueron ciertas.
-No sé qué hacer…le quiero con locura, es el amor de mi vida…
Yo no me lo podía creer así que me dijo que si quería comprobarlo por mí mismo, pero que a lo mejor no me gustaba lo que iba a ver en el vídeo. Le dije que lo pusiera de todos modos.
Al darle al play vi a una mujer cabalgando a mi tío. Tenía un buen culo al que mi tío se agarraba con fuerza mientras le chupaba los pezones. Su coño engullía con avidez aquella enorme polla. La mía comenzaba a despertar, de seguida se me puso tiesa y se podía notar, pues cuando voy en chándal no llevo calzoncillos, así se nota más cuando en el metro te arrimas a un buen culo. Mi tía se percató de que me estaba excitando y me dijo:
-Ahora viene la sorpresa… verás…
La tía se levantó y se sentó de espaldas a mi tío, no le veía aún la cara pues su melena rubia se la tapaba. Comenzó a botar encima de la polla de mi tío otra vez y al echarse hacia atrás la pude ver con claridad… ¡Era mi madrastra! Mi tío y mi madre eran amantes y fue en aquel momento cuando mi mente retrocedió unos años y pude ver con claridad la cara de aquel tío que se estaba follando mi madre aquella noche: era él, mi tío.
-La muy zorra sabe moverse, eso hay que reconocerlo…- Puso una mano encima de mi muslo tocando con su dedo meñique la punta de mi polla.-¡Ups! Perdona si te ofendo…
La mire y con una sonrisa le dije que no. Pasé mi brazo por su hombro y la atraje hacia mí. Ella se recostó en mi hombro mientras notaba su pulgar rozando más mi glande. Le conté lo que vi aquella noche y entendió que llevaban años siendo amantes.
-Una cosa es cierta, os viene de familia…ufff
-¿El qué?
-Él tiene buena polla y tú…- Me cogió el paquete y añadió- Parece que también.
Me bajé un poco el chándal y mi polla emergió como un obelisco.
-Dios… Es enorme…
La cogió con su mano y conduje su cabeza hasta ella. Abrió la boca y me la comenzó a mamar mientras veía a la zorra de mi madrastra follar con mi tío. Era tal el placer que casi la ahogo al metérsela toda. Comenzó a soltar arcadas, la saliva le chorreaba por los labios y cuando recuperó la respiración volvió a mamarla con avidez hasta que me corrí. Cuando levantó la cabeza me miró sonriendo y la leche le caía por mitad de la boca hasta la barbilla.
A la semana siguiente cené con ellos como si no pasara nada. Mi tío se fue pues iba al fútbol. Al cerrar la puerta mi tía me miró sonriendo y me dijo:
-¿Sabes a dónde va realmente, no?
-Me lo puedo imaginar. Por eso he puesto varias cámaras ocultas.
Mi tía sonrió sorprendida. Se excitó ante tan maquiavélica idea y acabó por hacerme una paja mientras mirábamos de nuevo el vídeo. Luego le comí el coño yo a ella. Me gustó que se corriera en mi lengua.
Efectivamente mi tío no fue al fútbol, fue a follar a mi madrastra y así se lo dije a mi tía por teléfono. Quedamos una noche de esas de fútbol y le llevé el USB con la película. Ella llevaba un camisón, sin ropa interior. Estábamos los dos de pie frente al televisor. La primera imagen era mi madre desnuda en el comedor y mi tío entrando. Ella se arrodilló ante él y se la chupó. Nos quedamos mi tía y yo mirándonos y la excitación nos invadió. Se arrodilló, me bajó la cremallera del pantalón, la sacó y se la metió en la boca. De vez en cuando me miraba y miraba la tele. Estaba muy excitado viendo como mi madre se la chupaba a mi tío. Mi madre se levantó y dirigiéndose a la mesa del comedor se reclinó y esperó la llegada de su bestia, esperando ser penetrada. Aquí la cámara grababa de frente a mi madre. Vi a mi tío acercarse con su enorme polla en la mano, se puso detrás de ella y un gemido seco me indicó que se la había metido. Mi tía se levantó, me miró y enseguida nos entendimos y supimos lo que queríamos el uno del otro. No hicieron falta palabras. Ella hizo lo mismo, se reclinó sobre la mesa del comedor mirando al televisor, me puse tras ella acariciando con mi polla su clítoris mojado, esperando ser follada. Jugué un poco con la raja de su coño hasta que cuando menos se lo esperaba se la metí de un golpe. Miré la cara de mi madre, era todo placer, gemía como una puta pidiendo más.
-¡Joder, dale, dale… más fuerte! Ahhh… mmm mmm…. Dios qué polla tienes… Mira…mírala…cómo disfruta la muy perra y a él le encanta follar duro, conmigo no es así. ¡Dame duro! Fóllala… sé que lo deseas…fóllala…aaahhhh… así…así….más…cabrón…
La agarré de las caderas y la penetré con fuerza varias veces. Gritaba como ella. La agarré del pelo, la azoté, cogí sus pechos mientras mi polla la follaba una y otra vez. Su coño estaba totalmente empapado y mi polla entraba con una suavidad extrema.
-¡Puta! ¡Puta! Mmmm…
-Así, eso es…fóllala puto… dale duro por favor…mmmm….
La cara de mi madre evidenció un enorme orgasmo, me excito tanto que acabé por correrme dentro del coño de mi tía pensando en el coño de mi madrastra. Al sacarla vi un cachete del culo de mi tía rojo, de los azotes que le había dado. Se giro y me dijo:
-Ha sido brutal…¡Dios qué morbo!
Ella nunca le dijo a su marido lo que sabía. Encontró la felicidad teniendo a su marido que la quería y ella le quería y los dos saciaban sus fantasías, al igual que yo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!