La perversa Carmen y su hijo Armando, el poderoso semental II
La historia continúa, un pequeño recorrido por la gestación e infancia..
«Así, chupa la punta, igual que la puta de tu madre en el vídeo que te mostré, recuerda que nadie puede enterarse, de lo contrario tus papás se separan y tu vida se acaba.»
Carmen sigue instruyendo a la menor de 6 años en la felación que le da a su hijo Armando de 32 años.
Desde que su esposo murió de un paro cardíaco hace 33 años, ella asumió el control de la escuela que dirigía, un instituto para niños de escasos recursos o huérfanos creado por «el padre» de Arturo para aportar a la sociedad.
Si bien el dinero viene de los negocios del difunto esposo, muchas personas hacen donativos económicos y en especie para que ambas instituciones funcionen.
Aquel día que Carmen llegó a la escuela y sedujo a la entonces directora, una mujer estricta de 50 años que se vestía demasiado varonil.
Con su barriga de 6 meses, senos inflados de leche y escote, en menos de 30 minutos tenía a esa mujer a sus pies comiendo de su corrupta vagina que escurría semen de quién sabe cuántos hombres.
- Me gustan las mujeres como tú, con carácter, fuertes, pero me gustan también los jovencitos, si me traes hombres jóvenes para que me llenen de semen, te dejaré beber de mi vagina, si te portas bien, te dejaré tomar jovencitas para tu placer propio.
Carmen tiene un aire de perversión, su exceso de belleza y la lujuria de su mirada corrompe a la gente, así le pasó a esa mujer y con otros perversos más.
La directora le proveo una lista de jovencitos de entre 12 y 15 años, todos ellos vaciaron su esperma caliente en su interior, vagina, ano o boca, daba igual, Carmen la recibía toda, siempre. Los siguientes 4 meses de embarazo Carmen se acostó con más de 150 jóvenes, eso equivale a un chico diferente todos los días, incluido los fines de semana, que es cuando alguna vez llegó a tener a más de 1 a la vez.
Al estar cerca del nacimiento de su hijo, Carmen comenzó a tejer sus redes más lejos, algunos de los altruistas que aportan su dinero a las instituciones cayeron en los encantos de la mujer, un total de 12 hombres llenaron los orificios de Carmen con semen caliente siguiendo las instrucciones de su padre, un hombre que pensaba las mujeres absorben el semen cuando están embarazadas y se lo pasan a su hijo, Carmen está convencida de eso, también de que el bebé debe tomar y recibir la mayor cantidad de esperma en su pancita y ano antes de los 6 meses para absorber la energía de esos hombres. Ese es el destino que tendría Armando.
Los 12 hombres murieron de manera sospechosa unos días antes del nacimiento del bebe de Carmen, intoxicados por un alcohol adulterado que adquirieron de ella, nadie supo nunca el origen del alcohol, pero todo el dinero y propiedades de los hombres acabó en manos de Carmen, fue un escándalo, pero la mujer salió libre de cargos gracias a que se acostó con el Juez, los abogados y los investigadores, todos cayeron en las redes de seducción de Carmen.
El día del alumbramiento un hombre con un pene descomunal penetraba la vagina de la preñanda mujer, las contracciones del alumbramiento eran una delicia para él, pero se vió forzado a sacar su pene cuando Armando vino en camino.
Ese día su canal vaginal tenía semen de otros hombres, este ayudó al pequeño a deslizarse por el canal vaginal de su madre y salir al mundo. Apenas cortaron el cordón umbilical, Carmen abrazaba a su bebé con amor mientras el hombre reanudaba la penetración, fue este hombre el primero en darle su semen a Armando en su boquita, con su pene metido en la boca del neonato que succiona por instinto a la vez que su madre masturba al hombre.
El primer esperma de su vida corrió a cargo de un hombre que no vivió más allá de esa noche, nadie tan perverso para hacerle eso a su hijo merece vivir. Detrás de él vinieron cientos de hombres que se atrevieron a poner su pene en la boca del bebé de Carmen para depositar su esperma, ninguno vivió más allá de esa noche.
La inmensa fortuna de Carmen y su capacidad de seducción la encubrió de todos los crímenes que no alcanzaron ni a levantar sospechas, pero la que se atrevió a dar el paso más allá y vivió, al menos unos años, fue la directora, que con su dedo meñique impregnado en lubricante, profanó el pequeño ano de Armando, que reía con el asalto.
El pequeño Armando bebió más leche de hombre que de su madre hasta los 6 meses, momento en que ni un solo hombre más pudo ponerle un dedo encima, protegido por su madre y su perra guardián, la directora. Esa mujer ama con locura a Carmen y a su pequeño, siempre estuvo a su lado, sirviéndose de su madre y del menor a quien le gustaba darle sexo oral.
Esta mujer pudo haber vivido el resto de su vida con ellos, pero un hombre astuto revolvió la historia e investigó más de la cuenta, resistió los encantos de Carmen y revivió el caso. La directa asumió la culpa y se entregó, no sin antes asesinar al hombre, cerrando el capítulo y dejando a la mujer libre de toda culpa y con una inmensa fortuna.
A partir de ese momento, con el pequeño Armando de 10 meses, Carmen quedó en frente de las dos instituciones y pudo darle rienda suelta a su perversión, sedujo a las madres los niños que asisten a la institución y se acostó con ellas, filmó todos los encuentros y los uso para chantajear a estas mujeres para darle sexo a su pequeño bebé que al año ya había provado el jugo de mujer.
Las hijas de estas mujeres fueron también chantajeadas por Carmen, asustadas, las pequeñas fueron forzadas a interactuar con el bebé de Carmen que no sabía qué pasaba, pero que creció desde esa edad, sabiendo que las mujeres están a su servicio para ser usadas y desechadas.
El tiempo pasó rápido, fue Carmen quien tuvo la fortuna de probar el sabor del semen de su hijo de 14 años, pero mucho tiempo antes, a los 7, con su primera erección, el pequeño desvirgó a una nena de 6 a quién violó de manera salvaje ante la aprobación de su madre “es su primera vez, no pasa nada”.
La segunda erección de su Armando fue para su madre, la perversa mujer se acostó con su hijo, si bien ya había tenido interacción sexual con el menor a quién le pedía chupar su clítoris y meter su manita dentro de su vagina, no había logrado que la penetrara con su pene.
Para los 10 años Armando era un pervertido, uno muy inteligente, aprende rápido en la escuela y la cama, con maestría ha desvirgado a muchas niñas, en 3 años ha podido probar más vaginas de las que cualquier hombre adulto promedio podrá en su vida entera. Huérfanas, hijas de madres chantajeadas y algunas por mérito propio, pues Armando es un niño jodidamente hermoso que heredó el poder seductivo de su madre.
La historia es sucia y perversa, pero no es algo en lo que nos vayamos a detener, un niño inexperto y que hace todo lo que su madre le dice es aburrido, es a los 16 años, la edad de la rebeldía, en que las cosas se ponen interesantes, una lucha de poder, la experiencia de la madre vs la energía del hijo.
Armando a empujado con su carácter y voluntad a su madre, busca someterla, pero su madre no se lo permite, en la cama, madre e hijo tienen sexo, el objetivo, someter a base de placer al otro. Por 16 años Armando ha hecho lo que su madre le dice, le ha dado placer a su madre con su hermoso pene de 19 centímetros, grueso, que mueve con maestría, con resistencia sobrehumana y con venas que le dan una textura única.
Ninguno de los expresa placer alguno mientras copulan en el acto incestuoso, la mujer disfruta horrores el miembro de su hijo que ha crecido tanto como para desafiarla, pero Carmen es fuerte y desea mantener el control de la relación, en donde ella ordena y su hijo obedece.
La experimentada mujer cabalga sobre su hijo a quien intenta exprimir con su experimentada vagina, sus manos pellizcan los pezones de su hijo que disfruta horrores con los dedos de su madre, unos dedos que han hurgado su ano para masajear su próstata desde que tiene 6 añitos.
Armando está disfrutando el sexo incestuoso con su madre, pero se trata de someterla, de hacerla berrear de placer y entienda que ahora es quién manda, por eso, con sus grandes manos estruja, amasa y tortura con toda la lujuría y experiencia que le ha dado su madre, empuja con sus fuertes caderas todo el peso de la exquisita mujer que tiene encima de él y se resiste a someterse.
En el cuarto solo el sonido de la cama delata lo que pasa, la pareja madre e hijo guarda silencio, no pueden aceptar el placer, mucho menos tener un orgasmo, sería aceptar que su hijo la superó, para él, venirse antes que su madre sería aceptar su inferioridad y que aún es el alumno.
Pero la edad de Carmen le juega en contra, ha creado un maestro al que le ha transferido toda su experiencia y que tiene más energía que ella. En un acto inesperado, Armando se sentó sobre el colchón y forzó a su madre a subir sobre su pene a su propio ritmo, eso con un solo brazo, su otro mano se hundió en el ano de su madre, que acostumbrado al fisting, recibió la mano de su hijo con un gemido, pero eso no fue todo, Armado se apoderó de un seno de su madre al cuál chupo y mordió.
Carmen se doblegó al placer, sus gemidos la delataron, había perdido ante los placeres, le dolió perder ante un hombre, pero en el fondo estaba orgullosa del perfecto amante que había creado, a sus 16 años ha desvirgado a cientos de jovencitas, ha preñado a muchas madres y sometido a algunos hombres a su voluntad, hombres que han mamado su pene o lo han recibido en su ano.
- Ah, maldito niño ¿Quién crees para someterme a este tipo de placer?
- Soy tu creación madre, ahora, si me haces el favor, correte como cerda, maldita perra
Carmen se entregó al placer con su hijo, se corrió en un orgasmo aceptando que su hijo la había superado.
- Te amo hijo mío
- Yo te amo a ti madre
- Eres un semental, el desvirgador de un millón de orificios
- Y todo te lo debo a ti, madre
La incestuosa pareja se besa con amor sobre la cama, el erecto pene de Armando choca con el vientre que alguna vez lo albergó.
- Guarda toda tu semen y energía, mañana te tengo una jovencita de 10 años para que la poseas y desvirgues.
- ¿Anal y vaginal?
- Y la boca también mi amor, la boca también.
- A partir de ahora, estás para satisfacerme madre, a mis deseos, no puedes decirme que hacer.
- Lo siento mi amor, la costumbre… ¿Cómo deseas saciarte mi amor?
- Seguiré tu consejo, esperare mañana a esa nena de 10 años, puedo seguir tu consejo y asesoría, después de todo, eres mi madre.
- Así es mi niño, deseo lo mejor para ti, ahora, ¿te apetece besar a tu madre?
- Si, me apetece madre.
Continuará…
QUE BUEN RELATO! lo tiene todo. Espero con ansias la proxima entrega
Demasiado fantasioso.
Pierde hasta morbo.