La Pijama Ruidosa
Un relato algo antiguo que hice una vez. Mi amigo me invita a una pijamada en su casa pero empiezo a oír cosas raras cuando «me duermo». .
Este relato es ficticio, jamás paso, solo es ficción, una ficción erótica y muy taboo. Además de que es un relato que hice hace bastante y no recordaba.
Después de la treceava pelea de Mortal Kombat ganada por Marco, mi mejor amigo, tiró el control del PS4 a un lado… A pesar de que práctico con mi hermano menor todo el tiempo y le ganó casi todas las veces, no he podido superar a este idiota.
– ¡Y otra más, otra victoria fácil para mí, lameculos!
Dice mi supuesto mejor amigo mientras me muestra el dedo del medio.
Definitivamente está presumiendo porque se supone que le iba a ganar está pelea…O eso fue lo que presumí al principio ya que iba a utilizar a mi main, Homelander.
– Solo fue un errorcito que cometí y ya, presumido cara de verga.
Solo puedo defenderme con estas palabras y poner cara de que ya sabía que eso pasaría.
Yo quería ganar…
– Pues fuiste muy imbécil para cometer ese “errorcito».
Riendo de buena gana, él empieza a aflojarse el pantalón.
– Entonces te toca cumplir la apuesta que hicimos…
Suspirando de mala gana porque está apuesta que hicimos me parece demasiado, me siento incómodo…
– ¿En serio vamos a hacer esto?
Digo mirándolo, sin bajar mi mirada a su “ya sabes que”…
– Tu perdiste y tienes que cumplir.
Bajándose los pantalones, quedando en boxers, mi supuesto mejor amigo me presiona con su mirada a que haga lo mismo. Se supone que si yo ganaba, él solo me iba a hacer la tarea de Inglés, que se le da bien, pero, si el ganaba…
Comparábamos nuestros penes, o, como él dice, “vergas”.
Es un buen amigo… Pero es muy morboso. En la escuela casi siempre se la pasa hablando con nuestros amigos de eso y a mi me parece muy vergonzoso…
Mi mamá dice que eso no está bien y yo le creo a ella, es la única que tengo…
Después de todo, papá no está más…
– En serio no quiero… Esto… ¿Esto no es de maricas?
Desajustando mi pantalón, me detengo y recuerdo esa frase que dijeron nuestros amigos cuando él dijo que algún día quería comparar eso con ellos, a lo que mi mejor amigo contestó, en ese tiempo, que era chiste.
– Cállate. Perdiste y tienes que cumplir. Además mi mamá dice que los jóvenes como nosotros son curiosos y que no pasa nada…
Molestó al parecer porque lo que dije, él contesta rápido y se baja el boxer sin esperar, mostrando su “verga”.
Sin verle mucho su cosa, que no debería, solo puedo acabar de bajar mi pantalón.
¡Qué vergüenza! ¡La única que ha visto mi cosa es mi mamá hace ya varios años…! Justo la última vez que me dijo que podía bañarme yo solo…
– ¡Mierda! ¡Es enorme la tuya, Pablo!
Dice él mirando mi cosa sobre el boxer…
¡No puedo creer qué vergüenza!
– ¡Bu-Bueno, ya lo viste! ¡Yo ya cumplí!
Tratando de subir mi pantalón, Marco detiene una de mis manos.
– ¡No! ¡Tienes que sacarla igual que yo!
Así, trata de bajarme el boxer pero antes se oye una voz, angelical para mi.
– ¡¡Niños, es hora de la cena!! ¡Bajen ya!
Justo cuando mi pene ya estaba casi por salir, la madre de mi amigo nos llama desde el primer piso.
La mamá de Marco… Pufff qué gran, gran, gran buena suerte…
Subiendo nuestros pantalones, yo digo algo como “Ya cumplí y ya no lo vuelvo a hacer” y salgo de la habitación sin dejarlo hablar. Suspirando de alivio apenas me siento a la mesa, agradezco silenciosamente a la madre de mi amigo.
Una mujer mayor de cabello corto pelinegra de gran pecho y trasero moderado, casi como mi mamá, solo que mi madre tiene más pecho, me sonríe diciendo que si es que tengo mucha hambre.
Yo solo me río y le digo que si.
Pufff que gran, gran, gran alivio… Casi me meto en una situación muy muy incomoda, y, peor, con un chico, no con una chica, como se supone debe ser.
Mi mamá dice que aún no es tiempo de que conozca sobre esas cosas del sexo, ya que aún estoy chico. Que no repita eso que tanto dice Marco, y que pronto debería dejar de ser su amigo… Pero… Marco es mi mejor amigo y, pues… Cuando no está diciendo esas vulgaridades, es un gran amigo.
Aunque yo sigo creyendo en ella, es la única que tengo.
¿Qué habría pasado si hubiera dejado que Marcó sacará mi pene…?
¡No! ¡Qué asco!
Solo… Solo mi mami puede hacer eso… Y tal vez… La mamá de Marco… Pe-Pero eso está mal y no debería estar pensando en eso.
¡Se me está pegando lo de Marco!
Sacudiendo mi cabeza y esos pensamientos, mi amigo llega y la cena transcurre con normalidad. Hoy me voy a quedar a dormir, así que por eso ceno con ellos está vez.
Después de ello, la mamá de Marco nos ordenó ponernos las pijamas y después podríamos seguir jugando otra hora y media para dormir.
Luego de que mi supuesto amigo intentará de nuevo que compararamos, recibiendo una negativa mía, nos pusimos las pijamas y ahí pasó otras dos horas de juego tranquilo, está vez con apuestas normales.
Así la señora nos ordenó dormir, y extendiendo algo que ella llamó futón, al lado de la cama de mi amigo, nos acostamos cada uno en su lugar. Mientras jugábamos una partida rápida de Call of Duty en nuestros teléfonos, el volvió a tomar el tema ese…
– ¿Se-Seguro que no quieres comparar?
Mucho más inseguro que la primera vez, Marco comenta casualmente a lo que yo suspiro, molesto.
– No, no quiero. Tampoco quiero ver tu… Tu cosa, de nuevo.
Contestando rápido, le doy una mirada y él parece como cuando la maestra lo regaña fuerte, a lo que solo puedo sentir pena…
No quería hacerlo sentir así de mal…
– Perdona por ser así pero… ¿Por qué quieres tanto hacer eso? ¿Te gustan los penes o algo así?
– ¡¡No!! ¡¡No soy marica!! ¡Yo solo-!
Respondiendo casi al instante de mis palabras, casi tan molesto como lo estuve yo, el empieza a tartamudear al final y solo termina con un “¡¡Ya no importa!!” y,dejándome solo en la partida, él coloca su teléfono en la mesa de noche y me da la espalda diciendo un “Hasta mañana”.
Ahh… No pensé que lo ofendería… Según nuestros amigos hay chicos así, maricas o gays, como mi mamá me dijo que los llaman, que les interesa los penes…
Y si a Marco le gusta, no veo el problema… Claro, sin que quiera ver el mío.
No quiero que vea mi cosa, me hace sentir muy incómodo…
Terminando la partida, le escribo un Sorry en Whats y me acomodo en mi futón, durmiendome rápidamente.
Creo que después de un gran rato dormido, una curiosa frase me despierta no sé a qué hora, pero sentí que dormí bastante.
– ¿Seguro que Pablito está dormido, amor?
En un susurro, una voz familiar me despierta del todo… ¿No es la mamá de Marco?
– Si, mama. Antes de que vinieras… Pues… Curioseé un poco con él y no se despertó… Dale, mami… Quiero mi juego especial…
Susurrando igual que ella, Marco dice esto haciéndome preguntar cuando me movió…
¿Cómo es eso de “curiosear” conmigo?… Y ¿Qué es eso de “Juego especial”?
No se porque, pero siento un poco de calor ahora… De ese calor de verano que me habló mamá de que los hombres tenemos…
— ¿Qué hiciste con Pablito, niño malcriado?…
— Mira, solo voltealo… Te envié un mensaje a penas… Terminé de curiosear…
Susurrando lo último mucho más, me preguntó que hizo y empiezo a sentir como dos manos grandes pero suaves me mueven de como estaba, de lado derecho a estar acostado de frente.
— Oh por… Es…
Sintiendo que mi pene se siente apretado como en aquellas “mañanas de verano de hombres” que me explicó mi mamá; apenas oigo las palabras de la madre de mi amigo.
¿Qué pasa? ¿Es muy raro que este calor no pase en las noches?
¡Vaya que estoy pasando pena estando así cuando no es de día!
Me disculparía con ellos ahora mismo, pero, mi mama me dijo que cuando me acueste a dormir, ahí tengo que permanecer hasta la mañana.
— Ya se, mamá… Te envié una foto pero mira como me puso…
Diciendo esto un tanto más fuerte que antes, Se oye que Marco está como apenado…
Debió incomodarle mucho… Qué gran vergüenza… ¡Pero sabía que mi amigo también era alguien como yo!
Ay… Me está apretando el pantalón…
— Mmm mi pobre bebé… Deja que mami te ayude, ¿si?
Con estas palabras, en seguida suena como le dan besos a algo y sonidos similares a como cuando te frotas las manos a la hora de la mañana, cuando hace tanto frío.
Así, mi amigo empieza a dar unos pequeños “Ah, Oh y “Uh”…
Como me ajusta…
— Mami, tu… ¿Quieres… ver-ver… sela?…
Luego de un rato, oigo a mi amigo diciendo esto con un tono algo cortado, a lo que los besos terminan.
— Jeje… Si eso quieres, amor… Se nota que le está doliendo… Que gran amigo eres…
Con una pequeña risa, la mamá de Marco dice esto y oigo cómo se acerca otra vez.
¡Vaya! ¡¿Es en serio?!
¡Marco notó que me dolía y quiere ayudarme! Si que es mi mejor amigo…
Así, siento como esas manos que me tocaron hace un par de minutos, bajando mi pantalón.
Pufff, ahh… Ya no se siente la presión… Así se baja el calor en las “mañanas de verano de hombres”…
— Mmmm mami, vuelve ya a lo que hacías…
Con estas palabras de mi amigo, se vuelven a escuchar los besos y como si comieran un helado, todo acompañado de los grititos ahogados de Marco
Un rato después, se oye un “Te amo, mami”, y seguido de esto, un silencio como de 10 segundos y el sonido de tragar agua…
— Vaya que ayudar a tu amigo te motivó, bebé…
— Mami, quiero el juego rico, por fa…
Sin dejar que su madre termine de hablar, mi amigo dice esto e inmediatamente la madre de mi amigo hace un pequeño “Ah…”
— Mmmm sabes que botones tocar, mi niño malcriado…
Con una risita, ella susurra esto y se puede oír cómo mueven ropa. Seguido se oyen dos mini aplausos, a lo que oigo a mi amigo decir: Me encanta lo rosas que son…
Y, así, seguí escuchando cosas raras… De nuevo el sonido de cuando frotas tus palmas del frío pero… Algo más lento y acompañado de esos pequeños “Ah, Oh” de Marco…
Además de que, a veces, se escuchaban pequeños besos como con mucha saliva…
Sin moverme, yo solo seguía ahí, ya aliviado, tratando de conciliar el sueño hasta que, después de otro rato de estos sonidos, oigo susurrar a Marco.
– ¿La mía también es grande, mama? Me dijiste que te gustan grandes, mmm…
Con esos “Ah, oh”, él pregunta esto con lo que el sonido de beso que se producía, se detuvieron.
– Ohh, mi bebé… Claro que es grande. Por eso es que juego contigo…
Respondiendo a Marco, oigo como la mujer produce sonidos de lamer una paleta y los sonidos de frote de manos se incrementan.
– Pe-Pero la de Pablo-
Entre esos sonidos, apenas logró escuchar estas palabras de mi amigo dejándome curioso…
¿Yo qué?
– Jeje nene celoso… No me importa la de Pablito… Está es toda la que necesito… Te amo, bebé.
Deteniéndose de nuevo los sonidos, la madre de Marco dice esto y los sonidos se retoman creo que hasta más fuertes…
Luego de esto, casi como a los 20 segundos, mi amigo hace un pequeño grito y todo se queda en silencio un rato… Bueno, hasta que unos segundos después oigo como si comieran paleta un rato más y después vino el pequeño grito de Marco de nuevo.
Yo, por mi parte, cansado solo me dormí de nuevo al escuchar que luego del segundo grito de Marco, su madre dijo algo como “Es mi turno” o algo así, no lo sé, ya estaba medio dormido…
¿Porque no iba a dormir luego de todo eso? Después de todo mamá y mi hermano menor hacen sonidos parecidos casi todas las noches en la habitación mía y de mi hermano, ya que compartimos litera.
Recuerdo que le pregunté a mamá la segunda vez la razón de esos sonidos y ella solo dijo que no debería prestarles atención,
Así que eso fue lo que hice.
Después de todo, yo le creo a ella, es la única que tengo.
Aunque, ya puedo sorprenderla al verla en unos minutos.
Ahora se que esos sonidos son un “Juego especial” que juega con mi hermano.
Que linda mami 🥵🤤👍❤️