La posada familiar
Les cuento de la orgía del otro día en la casa de mi prima Susana. .
Ya había transcurrido un rato desde que habíamos llegado a la casa de mi prima Susana. Nos habíamos saludado y nos habíamos sentado en diferentes grupos de conversación mientras nos servíamos trajos de licor para relajarnos ante la orgía que se avecinaba.
Eventualmente, hubo quienes dieron el primer paso, comenzando a besarse, a tocarse y a aflojarse la ropa. Comenzamos a repartirnos por toda la casa, buscando un lugar en donde follar. Yo estaba sentado en uno de los sofás de la sala, platicando con mi hermana Daniela y su novio Cristobal. Ella sentada entre nosotros dos, lado a lado. Daniela fue la primera en darse cuenta que el tono de la escena estaba cambiando, observando cómo mis primas Susana y Mónica tomaban de las manos a mi madre, a mi tío Miguel y a mi padre para llevarlos a las habitaciones del segundo piso. Mi hermana me volteó a ver a los ojos, con la mirada que te dice que era momento de comenzar a follar. Sentí cómo su mano recorría mi entrepierna, mientras que observaba que su otra mano contraria hacía lo mismo en la entrepierna de su novio. Se acercó a su novio plantándole un beso, dejándolo a un lado para luego voltearme a mirar a mí y besarnos. Haciendo besos apasionados, franceses, con lengua. Su novio comenzó a desabrocharse de pantalón, yo siguiéndole, haciendo lo mismo. Descubriendo nuestras pollas, mi hermana tomándolas con sus manos, comenzando a masturbarlas.
Ella dejó las pollas a un lado, para comenzar a desvestirse, su novio y yo siguiendo su ejemplo. Mi hermana de 25 años, una mujer de 1.70, blanca, rubia, con tetillas copa A, con un cuerpo firme por la alta actividad física que realizaba diariamente. Mientras que su novio, también blanco, rubio, de 1.85 de altura, bastante delgado, de 26 años. Yo, por mi parte, teniendo 28 años de edad, siendo de estatura de 1.74, ligeramente musculoso por el ejercicio que hacía constantemente, blanco, de pelo café oscuro. Mientras nos desvestíamos, observaba como en el sofá contrario, ya se encontraba el padre de mis primas Mónica y Susana, mi tío Pepe, de 70 años, completamente desnudo, sentado con las piernas abiertas. Mi prima Zuki, una mujer de 35 años, con el mejor cuerpo de toda la familia, ya desnuda del abdomen para arriba, de rodillas entre las piernas de mi tío, con su polla en la boca. Mientras que al lado de ellos, estaba el esposo de mi prima Zuki, Ricardo, un hombre de 40 años, también con un cuerpo muy tonificado de gimnasio, debido a que todos considerábamos que él era metrosexual, También completamente desnudo, con las piernas abiertas, mientras que su hija Natalia, de 14 años, estaba de rodillas, con la misma carencia de ropa que su madre, con la polla de su padre en la boca. No tan lejos de nosotros, noté como en el comedor, se encontraban los esposos de mis primas Susana y Mónica, Luis y Gonzalo, desnudos de la cadera para abajo, mientras que sus hijos, ambos de nombre Santiago, de 8 años de edad, cada uno, ya se encontraban completamente desnudos entre las piernas de sus padres con las pollas que les dieron vida en la boca, mientras que estos brindaban con botellas de cerveza en una mano, y tomaban la cabeza del hijo que les daba sexo oral con la otra.
Poco a poco la habitación fue invadida por sonidos de gemidos, risa y de succión, combinándose con las risas de jugueteo de los hijos más jóvenes de mis primas que se habían quedado afuera en el jardín jugando, debido a que todavía estaban demasiado pequeños como para ser follables. Terminando de desnudarse, mi hermana volvió a besarnos tanto a su novio como a mí, los dos turnándonos para bajar la cara hacia sus pezones para morderlos y succionarlos, mientras que ella todavía se masturbaba las pollas. Eventualmente se recogió el cabello con una liga que tenía en su muñeca y se arrodillo entre nosotros. Le dije a Cristóbal que él tuviera el honor de ser el primero en recibir la boca de mi hermana, sin embargo, él me comentó que el honor debía de ser mío, a lo que yo le agradecí. Mi hermana se inclinó hacia mi lado, tomando mi polla con una mano, metiendo la cabeza a su boca, comenzando a mamarme mientras que seguía masturbando a su novio. Yo tiré la cabeza hacia atrás, posando una de mis manos sobre su cabello, gozando el placer que ella me brindaba, escuchando la escena que se producía por toda la casa.
Después de unos minutos de esta forma, dejó mi polla a un lado para dirigirse a atender la polla de su novio. Sin embargo, yo le invité a que se pusiera sobre el sofá de A4 para que pudiera mamar la polla de su novio mientras que yo tenía su culo al aire para brindarle placer a ella también. Ambos estuvieron de acuerdo, eventualmente yo teniendo mi cara ante sus nalgas, recorriendo desde su clítoris hasta su ano con mi lengua, logrando sacarle gemidos, eventualmente introduciendo un dedo y luego dos. Me centraba en su clítoris primero y después recorría sus labios para luego llegar hasta su ano y centrarme ahí, mientras que con dedos le estimulaba su punto G. Claramente no habría acción anal con ella ese día, debido a que su ano no tenía ningún tapón o plug, tradicionalmente usado como indicador de que un recto está listo para ser follado.
Poco sentí como se contorsionaba su columna, indicador que estaba llegando a su primer clímax, soltando un gran gemido. Este fue reconocido por mi prima Suki, que ahora ella se encontraba completamente desnuda, sobre su espalda, sentada al lado de su hija Natalia en una posición similar, mientras que ambas gozaban del sexo oral que le rebrindaban mi tío Pepe y el esposo de ella, Ricardo, respectivamente. Mientras que volteaba al comedor, pude observar cómo Gonzalo seguía con el hijo de Susana y José Luis En la misma postura, él sentado con su polla al fondo de la garganta de este, mientras que Luis ya tenía al hijo de Gonzalo de A4 en la silla, abriéndole las nalgas con las manos, recorriendo su lengua por toda su ano, preparando para dilatarlo y eventualmente follarlo. Todo eso me generó mucha excitación, por lo que mi polla, ya dura, fue dirigida por mí a la vulva de mi hermana, gradualmente introduciéndola, entrando con facilidad por la gran cantidad de lubricación que esta ya había producido, generándole más gemido, comenzando un va-y-ven, mientras que ella seguía suprimiendo los gemidos con la polla de su novio, él gozándole el escena de su novia siendo follada por mí.
Después de un rato sí volvimos a cambiar de postura. Ahora ella, volteándose, todavía de a cuatro, su cara dirigía hacia mí, consumiendo mi polla con su boca, mientras que ahora era su novio quien le tomaba las caderas, y comenzaba su va-y-ven siendo un poco más rápido y fuerte a comparación del mío. Cuando volteé a mi lado izquierdo, a donde estaba posicionado el otro sofá, mi prima ya se encontraba de a cuatro, siendo enbestida por mi tío, mientras que su hija, Natalia, montaba a su padre, mientras que éste le sucionaba las tetas. Del comedor se escuchaban ya los gemidos de ambos Santiagos, ambos de a cuatro, sobre las sillas en donde estaban sentados sus padres mientras les daban sexo oral, siendo penetrados por éstos.
Evidentemente, Cristobal y yo nos cansábamos de estar arrodillados sobre el sofá, por lo que decidimos pasar a sentarnos sobre éste. Ahora, mi hermana tornamos para botar encima de nosotros, mientras que quien estaba por debajo de ella le succionaba y mordía las tetas, y el otro se ponía de pie, dejando su polla a la altura de su cara, para que hasta pudiera amamarla al voltear a un lado. Yo fui el primero en asumir esta posición, pudiendo ver cómo ahora mi prima Zuki era quien botaba arriba de mi tío Pepe, mientras que su esposo Ricardo tenía a su hija Natalia de A4 en el sofá, ambas tomadas de la mano mientras eran folladas.
Cambié de posición una vez más con Cristóbal, siendo él ahora el que se encontraba sentado en el sofá con mi hermana botando sobre él, él mordiendo y friccionando sus tetillas, mientras que ella volteaba a su lado derecho en donde me encontraba yo de pie sobre el sofá, con mi polla a la altura de su boca, esta vez yo tomándola de la cabeza un poco más firme y forzándome un poco más adentro. Los primeros en terminar fueron aquellos del sofá contrario, siendo mi tío Pepe, ya de 70 años, y con menos aguante el primero en venirse. Le anunció esto a mi prima Suki, quien se encontraba botando sobre él, inmediatamente bajándose, arrodillándose ante él, comenzando a mamar su polla. Su esposo Ricardo dejó de follar a su hija Natalia para que ésta se uniera a su madre, ambas de rodillas, mejilla con mejilla, sacando las lenguas, mientras que en un alarido mi tío expulsaba semen repartiéndolo entre sus bocas. Una vez terminando el orgasmo de él, ellas se unieron en un beso lechoso, lo que fue la máxima excitación para su marido y padre respectivamente, Ricardo, quien también anunció que ya estaba a punto de llegar a su clímax. Él de pie se colocó entre ambas, las dos comenzando a mamar su polla frenéticamente, eventualmente él también descargando su semen en las lenguas de ellas. Eso para mí fue ya demasiado, por lo que también le anuncié a mi hermana que estaba a punto de terminar. Ella aceptando, la tomé frenéticamente de la cabeza, empujándome hasta lo más profundo posible de su garganta, descargando mi semen en ésta. Al poco tiempo, le siguió también Cristóbal, anunciándole a ella que estaba a punto de terminar, por lo que ella, terminando de limpiarme la polla a mí, se bajó de él y se puso de rodillas entre sus piernas, masturbándolo y mamándolo frenéticamente, hasta que también mi cuñado, en un alarido, le llenó la boca de su semen.
Colapsamos todos en los sofás de la sala, extasiados, las chicas lavándose la boca del semen que acaban de recibir con los tragos de licor que habían quedado sobre la mesa. Eventualmente, bajaron del segundo piso, mis primas Susana y Mónica, junto con mis padres y mi tío Miguel, a medio vestir, también con caras de placer recientemente recibido. Los únicos que seguían follando eran todavía Luis y Gonzalo con sus respectivos hijos, quienes al ver que ya todos los demás habíamos concluido de follar, ellos también se apuraron, anunciándole a los chicos que era momento de recibir el semen de ellos. Estos, muy obedientemente, dejaron de votar o de ser follados, y se pusieron de rodillas ante los padres que estaban de pie, engullendo sus pollas, masturbándolas, eventualmente ambos gimiendo, inundándole a sus hijos la boca del semen. Mis primas, encantadas y excitadas de ver la escena de cómo sus hijos tenían sus gargantas llenas de la leche de sus respectivos padres, no pudieron evitar aplaudir y reconocer el esfuerzo que sus niños habían hecho. Eventualmente todos, entre risa y mas reconocimiento, nos pusimos algo de ropa para sentarnos a comer los alimentos de la cena de la posada familiar.
Uff demasiado exitante
Lo fue! Con gusto les seguiré contando!
Me encantan las escenas con los chicos. Natalia la pasó super y yo a Santiago se la chuparia un monton. Muy lindo.
Sigue porfa, mas cosas asi.
Gracias por tus comentarios. Sigue al pendiente!
Wow lo disfrute, que buena familia tienes, el incesto es lo mejor mejor, ojalá el tío Pepe tenga muchos años más de sexo, saludos y mucha fortuna.