La prima lejana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Reckoner96.
Era una tarde normal de invierno, el aire fresco soplaba por toda la ciudad y yo me mantenía en la comodidad de mi hogar, hasta que un día mi padre anunció a la familia acerca de la fiesta de aniversario de mis tíos la cuál iba a ser celebrada en la granja de ellos que se encontraba en las afueras de la ciudad. La idea no me encantó al principio pero el hecho de ver a mis hermosas primas me hizo sentir ansioso. Partimos de la ciudad al amanecer y al llegar notamos que la mayor parte de mi familia estaba ahí, mi primo Jorge y sus hermanas Ana y Karina. Ana era una chica de 17 años, delgada y alta, pero que con el paso del tiempo desarrolló un lindo cuerpo, en cambio su hermana Karina…
Ella era menor que su hermana por dos años pero tenía el cuerpo mas desarrollado, tenía una cadera redonda y un trasero bien torneado mientras que sus senos eran redondos y bastante firmes. Recordé cuando fuimos a un parque acuatico hace tres años y mi prima Karina solo llevaba una playera de tirantes y lo mejor de todo es que no llevaba sosten razón por la cual sus pezones pequeños se marcaban en esta. Era increíble como había crecido. También estaba mi prima Jennifer (18 años), la típica chica estadounidense, era una chica delgada pero tenía un excelente físico, llevaba unos pantalones de malla que se ajustaban perfectamente a su figura torneando su redondo trasero, sus senos no eran tan grandes pero si eran lindos. Tambien estaban mis otros primos Daniel, Luis y Oscar.
Pero mi mas grata sorpresa fue ver a una chica que no reconocía en la reunión familiar, era un perfecto 90-60-90 de aproximadamente 19 años (Un año mayor que yo) Todos mis primos la miraron con unos ojos de morbo y yo solo les lance una mirada furtiva para que se alejaran, me quede examinándola un poco más y ella se percató de aquello, así que se acercó a mi. "Mierda, que hago ahora, no la recuerdo."
Alex! Tanto tiempo sin verte! Como están todos allá en la ciudad? – la miré confundido y ella pareció entender. – Qué acaso no te acuerdas de mi? Soy tu prima Gabriela! – ya recordaba pero algo no cuadraba, la última vez que la vi era una niña obesa y fea, que había pasado?
Te ves excelente! Cuanto a pasado Gaby? – Una eternidad, tu también te vez bien Alex, seguro con esos musculos consigues muchas chicas… – ella colocó su mano en mi brazo derecho para palpar mis musculos y se sorprendió al sentirlos, enseguida su madre la llamó y dio media vuelta mientras se alejaba con aquellos shorts ajustados que me hicieron delirar.
Los preparativos para la fiesta de aquella noche estaban casi listos, mis tías recorrían la casa peinando a mi tía y preparando la cena mientras que nosotros los hombres acomodabmos las mesas en el patio central, la casa era bastante grande pero mi familia también lo era, así que seguramente tendríamos un problema con las habitaciones. Después de acomodar las mesas fui a darme una ducha para la cena y baile de la noche, cuando abrí la puerta del baño encontré a mi prima Karina con una toalla cubriendo su cuerpo, enseguida uso su mano para cerrar la puerta pero su toalla cayo al suelo dejándome ver su cuerpo desnudo, el hecho de ver tal pureza me excitó un poco, era muy joven lo que me hizo pensar que seguía siendo vírgen, el simple hecho de pensar que algún idiota la despojaría de su inocencia me llenó de enojo. Toque a la puerta de nuevo y Karina abrió sonrojada.
Anda haz lo que tengas que hacer! – entré y Karina cerró la puerta detrás de mi, dejó caer su toalla y vi sus hermosos senos cubiertos por su brassier de encaje, era toda una señorita ya. – Oye… puedes ayudarme a acomodarlo? Creo que me lo puse mal. – realize la petición sin morbo alguno hasta que senti su trasero rozando mi pene, eso me excitó un poco y me aparte. – Oye, acerca de lo de ahorita, me viste desnuda? – Jaja, sí, me pareció muy lindo el lunar en tu seno derecho. – Oye! – me dio un golpecito en el hombro y salió. Al meterme en la ducha noté la gran erección que tenía acaso se habrá dado cuenta? Una parte de mi deseaba que si pero otra deseaba que Gabriela me interrumpiera tal como yo interrumpi a Karina. Quería estar dentro de ella y no me rendiría hasta lograrlo.
Finalmente llegó la noche, todos estaban arreglados y vestidos para la ocasión. Ana llevaba un vestido negro mientras que Karina llevaba uno gris con escote. Jennifer optó por algo más reservado, ella era la mas seria de mis primas y esa noche no era la excepción, usó un vestido azul oscuro que aunque no mostraba nada era bastante sexy. Y por último, la que se robó el aliento de todos fue Gabriela, incluso los que se encargaron de la iluminación se distrajeron por ella, llevaba un vestido plateado con corte en V, este estaba muy ceñido a su figura y era muy corto, en ella no se veía de manera obsena, se veía sensual. Caminó en dirección nuestra y nos pidió irnos al salón de baile. Al llegar me di tiempo para bailar con todas mis primas, sin duda la que más me sorprendió fue Jennifer que movía las caderas de una manera muy provocativa. Una vez terminada mi ronda con mis primas busque a Gabriela para bailar con ella pero no se veía por ningun lado, le pregunté a su madre y me dijo que volvió a casa por que se sentía cansada por el viaje desde su ciudad natal. Les dije a mis padres que iría a verla a lo que accedieron, la casa no estaba muy lejos del salón así que llegué rapido, lo primero que noté fue que las luces estaban apagadas, lo que me hizo preocuparme, entre a la casa y escuché sonidos provinientes del cuarto de mis tios, al acercarme noté que eran gemidos.
Acaso alguno de mis primos ya había logrado mi meta? No lo crei y me arriesgue a mirar, encontré a mi prima Gaby sentada en el filo de la cama masturbándose por debajo del vestido. Ella notó mi presencia por lo que se detuvo ruborizada. – Continua, no te interrumpiré. – le inste mientras volvió con su sesión, me acerqué hasta ponerme frente a ella, comenzo a lanzarme miradas atrevidas que me llenaban de adrenalina, entonces hizo un gesto de que me acercara. – Está bien, dejame echarte una mano. –
Comence a besarla lentamente desde su rostro hasta descender a su vagina, al estar frente a esta un olor dulzón invadió mi olfato, me encontraba frente el organo femenino mas hermoso del mundo, su vagina era de color rosado y estaba estrecha, justo como me gustaban, comenze a pasar mir dedos por ella y ella comenzaba a gemir levemente, coloque mi pulgar en su clitoris y comenze a moverlo lentamente, en ese instante su respiración se volvió mas entrecortada mientras trataba de articular palabras que se transformaban en gemidos, lleve mi lengua e inicie con mi oral, ella comenzó a temblar a medida que la llevaba al éxtasis, si lograba que se viniera sería el primer orgasmo que provoco vía oral, segui con mis movimientos de lengua hasta que lo logré, su primer orgasmo llego el sonido de su voz en extasis fue una dulce melodía y el ver como su cuerpo de contraía por el orgasmo fue una hermosa imagen. Enseguida se levantó y me comenzo a besar apasionadamente. Se puso de rodillas y me bajo el pantalón. – Oh dios mio! Es más grande que el de mi exnovio, no creo que pueda con él, jajaja. – Te las arreglarás. – entonces comenzó a pasar su lengua de arriba a abajo recorriendo cada centimentro de mi miembro erecto sin dejar algun lugar seco, enseguida la tome del cabello y la hice tragar mi miembro, comenzo poco a poco ya que no le cabía entera hasta que se atrevió a tragarla entera, justo cuando comenzaba a ahogarse la saqué, noté como la había llenado de saliva y la visión de aquello me excito.
Le quite los tirantes del vestido y comenze a besar sus senos, al quitar su sosten me encontre con unos pezones rojos totalmente duros por la excitación comenze a morderlos, ella gemía cada vez mas urgiéndome que la penetrara y eso hice, le quite el vestido y la coloque de perrito, le di un par de nalgadas y bese su coñito por encima de su ropa interior, su trasero era redondo y totalmente firme, ahora entendía porque su nueva apariencia física, había hecho ejercicio, y se veía asombrosa, su trasero blanco había quedado rojito por mis nalgadas. Le di la vuelta y la comodé en el filo de la cama, ya que quería ver como sus pechos rebotaban con cada embestida. Inicie lentamente ya que su vagina era estrecha, le pedi que lo chupara de nuevo para lubricarlo, una vez dentro ella gemía cada vez mas fuerte, su cuerpo comenzaba a temblar a medida que llegaba su segundo orgasmo, hasta que llego. La puse de espaldas y vi su ano, totalmente intacto, sentí unas enormes ganas de desvirgarla analmente pero la desgarraría, así que opte por cogerla de perrito, gemía pidiendo más mientras que mis embestidas aumentaban en velocidad en intensidad, me pidió que me pusiera boca arriba y lo hice, nuevamente me hizo un oral, pero esta vez seniltía que me correría, no quería hacerlo, quería penetrarla toda la noche, pero tarde o temprano tendría que detenerme sino nos descubrirían. Le pedi que se detuviera porque estaba a punto de venirme, cuando la alerta paso se subió sobre mi mientras me decía "Quiero montarte, te quiero dentro de mi."
Comenzo a mover sus caderas sobre mi pene mientras yo me sentía al bor sde de la excitación justo antes de venirme ella tuvo su último orgasmo, enseguida le urgí que se retirara, ya que quería eyacular y no quería hacerlo dentro de ella ya que no llevaba condón, me hiz caso y se quito, mientras yo aguantaba las ganas se puso boca arriba mientras empezo a masturbarme, una vez terminó eyaculé la más grande corrida de mi vida, la mayor parte de mi semen terminó en su cabello, su rostro, las sabanas y la alfombra, lamió el semen en las sabanas mientras con un dedo llevaba todo el que se encontraba en su rostro para tragarlo. "Dios, eso fue asombroso" dijo mientras jadeaba.
Sorprendentemente tuvimos mucho tiempo para limpiar las sabanas, perfumar la habitación y darnos una ducha (Juntos) antes de que todos llegaran a "La Cena"
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