La primera vez que me follo a mi hijastra
Es parte verdad, parte imaginación.
Hoy tengo muchas ganas de follar a mi hijastra Marina de 13 años, no aguanto las ganas de chupar su puchita y de meterle la verga en ese coño apretado y sin usar, ella tiene unos pelitos ricos y delicioso en esa pucha, no son largos, al contrario, los tiene pequeños y bien pegados a su piel, muy contrario a su mamá que tiene una pelambrera bastante grande y tupida.
Juego con ella y cada que se acerca le doy un abrazo y toco sus nalguitas que no son grandes, pero si firmes y deliciosas, cada que la abrazo le doy esas caricias en su culo, ella muy ingenua de dice que no le agarre las nalgas, pero no hace mucho por quitarse y tampoco mueve mis manos, eso me hace pensar que le gusta.
Ella me ha dicho que tiene el sueño muy pesado, y que no se despierta por las noches, ya lo he comprobado y he tocado su pucha rosando esos pelitos deliciosos que me ponen bien erecto.
La otra noche me aventure a todo, quise llegar hasta el fin, estando ella dormida, le quite su pantalón, desabroche el botón y baje el cierre hasta dejar sus pantaletitas a mi vista, eran aun de niña, pero ya tenían rasgos sexuales que a nosotros nos ponen a mil.
Vi como dormía profundamente y su cara se ponía ruborizada, supuse que lo estaba disfrutando la muy putita, empecé a tocar por encima de su calzón sentí delicioso ese coño virgen y suculento, le bajé sus calzones descubriendo ese coño delicioso y con pocos bellos púbicos que me pusieron muy excitado, baje esos calzones hasta tener una vista plena de ese coño infantil pero que ya se estaba haciendo más adolescente, estaba en el punto exacto para disfrutarlo y hacerla disfrutar.
Toqué esos labios virginales metí un dedo, y ella empezó a mojarse, no resistí el placer de chupar mi propio dedo con el flujo vaginal de esa nena que sabía delicioso, procedía a masturbar su clítoris y sentí como se mojaba en señal que lo estaba disfrutando la muy putita, seguí hasta hacerla acabar en ese momento ya sabía que no estaba dormida y que la puta disfrutaba del placer que la había dado.
Le bajé totalmente sus calzones y ella subió su cadera, ya sabía que ella que no estaba dormida y que iba a disfrutar de una follada, sabía que era putita, pero no imaginaba cuanto, empecé a darle una mamada de coño el sabor que tenía es indescriptible, jamás podre igualar un sabor tan delicioso como el de ese coño virgen, ella empezó gemir delicioso, eso me indicó que no estaba dormida, que lo disfrutaba y que estaba pidiendo verga por primera vez en su vida.
Seguí chupando ese coño virgen hasta ese momento, le pasaba la lengua por su clítoris tantas veces que ella se retorcía de placer y de gozo, movía sus caderas en señal que disfrutaba de ese placer que le estaba dando con mi lengua lo que demostraba que era toda una putita, solo que lo mantenía callado, sentí sus flujos y su venida en mi boca, gimió de placer, movía sus caderas con unas ganas inmensas que tallaban mi boca y toda mi cara dejándome mojado en toda la cara con sus flujos, ella gemía y jadeaba de placer por el orgasmo que había tenido.
Mi Marinita se había venido no me imaginaba que ella pudiera sentir ese placer por mi lengua gemía abría su boquita en señal de que estaba teniendo el más delicioso de los orgasmos, sudaba y bufaba en señal que estaba di frutando de su primera venida.
Ella hablo por primera vez es la noche, papá estuvo delicioso, nunca había sentido eso tan rico fue una sensación deliciosa y que y muy placentera.
Le dije que eso no era nada que, si quería sentir más placer y gozo debía dejarse llevar, pero que no tenía que decir nada a su mamá y a sus hermanos, ella me dijo que le gustaba mucho lo que sintió y que no iba a decir nada, entonces ya con la complicidad de ella inicié a dejar caer todas mis bajas pasiones y todo el morbo que había en mí.
Empeche a chupar su coño, sentir esos pelitos aun virginales y deliciosos, ella gemía de placer, se había desinhibido, movía sus caderas deseosas de placer y buscando un goce más placentero.
Comencé a tocar su clítoris y a chuparlo como si fuera el mas deliciosos majar que hubiera probado, ella se retorcía de placer buscando que la chupada fuera más profunda, movía sus caderas en círculos tallando más y más hasta rozar todos su bellos púbicos en mi boca, mi barbilla y toda, pero toda mi cara hasta volver a sentir como se venía como eran expulsados sus jugos vaginales, sudaba gemía y suspiraba por el placer que sentía, no hay palabras para describir como estaba con una mirada desorbitada, que demostraba el placer que sentía en ese momento,
Era la hora el momento de disfrutar de ese coño virginal pero antes no iba a dejar pasar la oportunidad de que me diera una mamada, le acerque mi verga a su boquita, pero ella no lo acepto, le dije que si había sentido placer cuando le chupé su vagina y ella afirmo con un movimiento de cabeza que posteriormente iba a disfrutar, entonces le dije que si ella sintió placer, me iba a hacer disfrutar de una manera deliciosa como nunca me habían hecho gozar, que ni su mamá me había llevado al cielo como ella lo podía lograr, entonces comenzó a chupar mi pene y a dar una mamada que anqué no fue la más rica por su inexperiencia, si fue la más deliciosa por su inocencia y por tener esa boquita virginal hasta ese momento y esa lengua que me proporcionó tanto placer, una lengua tierna deliciosa sin la experiencia de esas que han chupado varias vergas como la de su mamá, que era deliciosa, pero ya estaba bien corrida, le dije como lamer con la lengua mi pene, le pedí que succionara la cabeza como si fuera un helado o una paleta aprendió rápido y chupo como una experta, me regresó el placer que yo la había proporcionado anteriormente, succionó la cabeza de mi pene hasta hacerme estremecer de placer, le pedí que pasara su lengua por toda mi verga y ella obedeció como la putita que era, lamía y chupaba no como su mamá, pero fue más delicioso sentir esa boquita virginal mamar mi verga y como su cabeza subía y bajaba por mi verga hasta hacerme eyacular ella de momento se sintió asombrada por la sensación del semen en su boca pero creo que recordó como yo me había tomado su jugos y ella hizo lo mismo, tomó y bebió cada corrida que yo le daba y no dejó de chupar hasta hacerme quedar limpio, tomó todas las gotas de semen que salieron de mi verga.
Era la hora de desvirgar eso coño, le quité toda la ropa que estorbaba y acomodé me verga en su rajita, como disfrute de apreciar mi verga abriendo esa cavidad virginal hasta ese momento se lo metí poco apoco, ella apretaba mi verga con su coño como nunca nadie lo había hecho, obvio que ni su mamá ni ninguna otra mujer me hizo sentir esa estrechura, sentir como desgarraba esa puchita virgen hasta ese momento, mi verga empezó a entrar y a abrir ese cuevita nunca tocada por ningún pene más que el mío, sentir como abría su pliegues fue delicioso, ella gemía de placer y de dolor ya que nunca había tenido una verga dentro de su coño, empecé a bombear esa raja que me daba tanto placer una y otra vez hasta dejar ese coño abierto y lleno de sangre y semen, me vine de una manera deliciosa que jamás había sentido, ella apretaba mi verga de una manera deliciosa, me daba apretones como jamás había sentido en vida , en mi verga mi Marinita he había hecho gozar como nadie nunca en la vida, recibió todo mi leche en su puchita se la dejé llena de semen y ella se retorcía de placer su cuerpo vibraba de emoción por todo lo que le había dejado en su interior, Marina sudaba de placer y de emoción por todo lo que sentía, estaba tan mojada que sus flujos inundaron el colchón que fue testigo de su desvirginación, se vino de una manera que dejó el colchón mojado por tantos flujos que emitió de es vaginita virgen hasta ese momento, le daba unas envestidas que la hacían jadear de placer, abría su boquita jadeando y sintiendo como mi verga le abría su coño, suspiraba de placer y menaba su caderas de una manera tal que parecía que nunca iba a dejar de venirse, su cadera aun de niña rotaba más que una madura, movía tanto que parecía una batidora, ella jadeaba y gritaba de placer gemía como toda una putita, gritaba que le diera más verga hasta el fondo de su cueva, no había ninguna putita mas caliente que pidiera eso, gemía y gritaba de placer, le tallaba mi verga en todo su interior, jadeaba de placer, gemía y gozaba movía tanta su cintura que pensé que era una experta, le pregunté que donde había aprendido a moverse de esa manera y me dijo que en ninguna parte, que eso le salía de sentir mi verga en su coño, sus movimientos de cadera e hicieron más intensos a tal grado que sentí como su puchita me apretaba la verga, como su pucha succionaba mi verga, esa putita de 13 años, estaba gozando y me hacía gozar como nunca, ni su mamá que era tan putita me hizo sentir como esa puchita, palpitaba de una manera deliciosa hasta hacerme acabar y llenar todo su interior de leche, ella gemía como toda una zorra, a sus 13 años había sentido el mayor placer de su vida, su concha había sido desvirgada, su coño estaba lleno de leche y de sus flujos que mojaban mi verga de una manera deliciosa.
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