La reina de la casa 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Constanza y Darío son un matrimonio sólido lleno de amor y pasión, un matrimonio que nunca se ha sido infiel y que siempre se ha apoyado en las buenas tanto como en las malas, constanza es una mujer de 35 años que trabaja como secretaría del dueño de un conglomerado hace ya más de 10 años, constanza es una mujer hermosa, una hembra voluptuosa y madura en su apogeo como diría su marido
Ciertamente constanza no tiene nada que envidiarle a ninguna otra mujer ni siquiera a una más joven que ella, desde siempre fue una mujer muy menuda pero con unas curvas muy acentuadas y prominentes pero nada exageradas, ella es alta, posiblemente 1.74 de estatura, un cabello largo, rizado y achocolatado, de piel cremosa, muy blanca y aterciopelada que a Darío le fascina tocar, un hermoso rostro afilado de facciones delicadas mas no marcadas, constanza es una mujer delgada pero que sabe conservar su peso para cuidar los atributos que enloquecen a su hombre, tiene unos bellos ojos marrones profundos y delatadores, unas pestañas largas, coquetas y oscuras como sus cejas, una sensual boca carnosa y pequeña pero engañosa en la que cualquier cipote se podria alojar sin problema, unos redondeados y respingones senos coronados por avellanados pezones puntiagudos, una cintura de avispa y como anteriormente se dijo, unas amplias caderas que embellecen su mortal figura hecha a mano por manos prodigiosas, un abdomen envidiable despues de dos embarazos y que decir de sus tentadores glúteos que son cómo dos malvaviscos, unas piernas torneadas y embrutecedoras, una mujer muy bien conservada a su edad que roba silbidos por donde pasa.
Por otro lado esta Darío su marido de 45 años, un hombre que de viejo no tiene nada, Darío es mecanico y tiene su propio negocio cerca de casa y como todo mecanico se mantiene en una forma conseguida a base de arduo trabajo, es un hombre trigueño, ancho de cuerpo y alto, alcanzando el 1.95, cabello rubio y largo hasta por debajo de los anchos y duros hombros que tiene, unos matadores e intensos ojos verdes como el bosque y una barba de candado tupida como a su mujer le gusta en el sexo oral, sus fornidos brazos estan tatuados producto de su adolescencia en la que se dedico a ser un nato mujeriego, cretino y conquistador de todas piernas que pasasen por delante suyo, todo eso hasta que constanza se le cruzo en el camino con apenas 15 años, una guapa y coqueta pero inocente chica por la que quedo estancado y a la que no tardo en embarazar, aun asi se casaron cuando ella cumplio la mayoria de edad y ahora son un consolidado matrimonio de 17 años ahora con dos hijas mas, las mellizas barbara y fernanda de 15 años las cuales aun y con el cabello dorado de su padre son la viva replica de su madre, menudas, hermosas y provocadoras, Emilio es el mayor con veinte años, la copia exacta de Darío, estudia ingenieria y es todo un conquistador
Darío y su mujer desde que inicio su relacion fueron calientes, atrevidos y deshinibidos, algo en lo que Darío tuvo mucho que ver pues constanza no lo era tanto pero el se encargo de corromper su espiritu pasional que despues de aquello no hubo otra mujer nisiquiera una amante en la vida del mecanico hasta el dia de hoy pues nunca la necesito, su mujer y sus hijos siempre estarian primero que nadie y por ellos trabajaba a pesar de que infinidad de veces le habia insistido a su mujer dejar su trabajo pero desde siempre fue una mujer trabajadora y aun con trabajo pudo atender a sus hijos y especialmente a su hombre que no tenia ninguna queja en la alcoba, el matrimonio a la vista de los demas, vecinos y familiares era ejemplar, unido y leal, algo cierto pero a las sombras nadie se imaginaria que la mujer que tenia el rudo mecanico a su lado era toda una calentona, una cachonda viciosa que aprovechaba de sus dias de descanso para pasarse al taller y darle una suculenta merienda especial a su macho, constanza era asi, una santa ante los demas y una perra en celo ante su marido que disfrutaba de todas esas mamadas que le propinaba arrodillada frente a el en su silla de escritorio con un sugerente atuendo erotico de esos que a el lo volvian loco, podrian pasarsela horas follando de aqui para alla en toda la oficina impregnandola del exquisito olor a sexo duro y sudoroso que ellos emanaban a tal punto de que algunos de los mecanicos de Darío se pajeaban tras la puerta escuchando como empalaba el patron a su mujer la cual gemia a horrores como una golfa pidiendole mas asi como en la intimidad del hogar cuando sus hijos no estaban y se la vivian fornicando como perros en cada rincon incluso en sus habitaciones pues a Darío le empalmaba verla vestida de colegiala y el vestuario de sus hijas era el indicado, verla con esas coletas y vestida asi chupandole la polla era irremediablemente erotico y depravado mucho mas cuando ella se ponia las pantaletas de sus hijas y el las dejaba repletas de su semen por culpa del calenton que su mujer le ponia, fue aquella tarde cuando Emilio su hijo mayor, salio temprano de la universidad y partio al taller para ayudar como solia hacer en su tiempo libre, fue esa tarde de verano cuando sus progenitores estaban pegandose una tremenda follada en la oficina que lo primero que penso cuando llego y se detuvo a medio pasillo fue que su padre tenia a otra ahi metida en su oficina pues tales gemidos y gritos no podrian nunca provenir de la garganta de su madre, se sintio profundamente decepcionado de su padre que estuvo a nada de romper la puerta y darle una paliza con una rabia incontenible.
Nunca en su vida el matrimonio ni los hijos habian tenido ideas ni fantasias sobre el incesto pero esa tarde cambio todo para Emilio
– Asi papi, asi, dame asi papito, que rico me lo haces, eres un cabron.
Le decia su mujer aferrada a cada esquina del escritorio de madera inclinada como toda una perra con el culo en pompa completamente entregado a Darío que le rompia el coño con duros y deliciosos embates dignos de una polla morcillona, larga, curveada, gruesa, dura y venosa como la suya, entraba y salia humeda de esa vagina que escurria de solo sentirla, constanza gemia brutalmente sudorosa, con el cabello pegado a un rostro que gritaba sexo por todos lados
– Si vieras como te lo tragas todo – le azoto una nalgada antes de aferrarse a sus caderas con una cara repleta de placer – Eres una muy buena alumna.
La mujer con solo sus tacones de aguja puestos comenzo a follarse ella misma ensartandose en la pelvis de Darío llendose hacia atras y hacia adelante dandole mas placer a su hombre que guturalmente gruñia sintiendo el caliente coño chorreante de su mujer apretarle el cipote y frotarse en un meneo erotico contra su velluda pelvis rubia como una completa prostituta
– ¿Te gusta asi papito? – lo provocaba moviendose mas lento apretandole la polla para que no escapara de su humeda cueva – ¿Mmh? ¿Te gusta como te lo hago?
– Constanza.
– la reprendio tomandola de los senos irguiendola hacia el quedando pecho contra espalda torturandole los pezones, ahi estaba el matrimonio follandose de pie
– ¿No te gusta? – le dijo con un puchero atrevido mirandolo un momento con esos diabolicos ojos que lo llevaban al orgasmo siempre que se la chupaba con esa gloriosa lengua que tenia
– Sabes que me encanta nena – murmuro el hombre maduro mordiendole el cuello – Me encanta que mis hombres te oigan gritar
– Mmmmmmm.
te gusta.
– musito excitada a mas no poder jugando con su hinchado clitoris
– Si, me gusta, me fascina que escuchen como te doy caña, que me envidien por ser yo quien te da de comer.
– Me haces sentir tan guarra – expreso la rizada sofocada ensartandose mas duro contra esa verga que no le daba descanso
– Esque eres una guarra mi amor
Terriblemente el cachondeo de la mujer aumento y se tiro al suelo a cuatro patas meneando sus enrojecidas posaderas pidiendo polla con urgencia mientras miraba sobre el hombro a su marido con esa carita viciosa que lo ponia a mil
– Dame en el culo papi
– ¿En el culo gatita? – pregunto arrodillandose ante su culo ya dilatado de tanto jugar con el, ese orificio carnoso y rosado que tantas veces habia probado y del que nunca se saciaba
– Si papi, anda que estoy caliente,.
cogeme, cogeme duro !
Casi grito rabiosa echandose para atras en busca del enorme pollon cuando este se incrusto de una sola estocada en lo mas profundo de sus entrañas arrancandole un excitante y estremecedor grito de placer y dolor que inundo posiblemente cada rincon del taller
– Joder joder papito que esperaaas! – se quejo cuando Darío habia comenzado a sobar su palpitante e irritada almeja y el hombre con esa sonrisa cretina comenzo a empalarla como bien sabia hacerlo con semejante hembra golosa, duro y grosero, a ella le encantaba
– Eres una cerda, mirate ahora pidiendome que te encule, no pareces la madre de mis hijos
– ¡Calla y dame mas! – gritaba furica con una voz ronca que no era suya pero que su marido ya conocia, estaba muy caliente, bastaba mirar como arqueaba su espalda buscando mas y mas rabo
– ¿Quieres mas eh viciosa? Pues toma! ¡Aqui tienes! ¡¿Quieres mas?! – su pelvis se estrellaba literalmenre contra su culo y eso en lugar de dolerle la tenia en la gloria, sentir la textura de ese garrote socavandola, desgarrandola, profanandola, la volvia loca de lujuria
– ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Siii, asi Darío asi! ¡Damelo ya, damelo todo, correte en mi!
Le pedia golpeando el suelo extaciada envuelta en jadeos y gruñidos de Darío que cumplia cada una de sus indicaciones a su ruda manera
– Damelo todo papi, necesito leche, necesito tu leche, anda, correte dentro se que lo deseas.
– gemia hecha una zorra sacada de un burdel comprimiendo su esfinter para provocarlo, cada vez lo sentia mas duro, mas hinchado que sabia estaba tan cerca de darle ese nectar pedido con gozo
– Me voy a correr tan duro que no te cabra toda y tendras que expulsarla por mas que aprietes ese culito – le dijo con la voz grave a punto de explotar en semen – Te dare tanta leche mamita, tanta leche para ti solita como debe ser.
– Ah si, si, solo para mi papi, damela ya, anda que me muero por sentirla estoy tan cachonda Darío.
– declaro con pasion empinandose con la mejilla al suelo estrujandose los pezones mientras el la atendia en el culo y en la concha con sus expertos dedos como si tocase un solo de guitarra
– ¿Te gusta que te oigan? – la incito como un depravado cosa que la puso mas – ¿Te gusta que oigan como te follo? ¿Como follo a mi mujer?
– Si, si, si, si mi amor me gusta, me gusta mucho.
– respondia perdida, solo queria polla, mas y mas polla
– Eres una zorra ¿Lo sabias?
– Soy tuya, soy tu zorra nadamas papito
– ¿Solo mia?
– Si mi amor solo tuya
– ¿Mia nadamas?
– ¡Que si que si, solo tuya y de nadie mas Darío joder me estoy corriendooooooooo!
Gritoneaba hecha una posesa meneando el culo mientras se venia en la palma de Darío rezumandola de dulces jugos cuando a su vez explotaba analmente como el quien le llenaba el ano de espesa y calida lefa que la enardecia aumentando el climax que ambos amantes experimentaban
– ¡Aqui la tienes! ¡Aqui tienes tu lechita gatita!
Bramaba el hombre caliente hasta los cojones vaciandose en todo su interior a borbotones con deseo aferrandose a sus carnosos gluteos encajandole los dedos maltratados por el trabajo dejandole marcas de su cometido con la cabeza tirada hacia atras en plena dicha con los dientes lobunamente apretados y la mirada abandonada, correrse dentro de constanza era el paraiso, lo apresaba completamente estrujandole la polla con placentero dolor hasta que esta depositara todo su fruto dentro sino nunca la dejaba salir, era tan golosa y egoista, le encantaba, toda una fiera, y el momento fue tan ensordecedor que no escucharon un gemido varonil y lastimero al otro lado de la puerta.
Emilio se estaba corriendo dentro de sus pantalones con la mano en su prominente paquete como si fuera un crio mirando por la ranura de la puerta a su santa madre sudorosa y solo con esos tacones de puta empalada por la imponente polla de su padre que al salir de ella, con el derrochaba una gran cantidad de semen como manantial choreando en hileras desde el ano hasta el coño, y desde el coño al suelo, la imagen era irreal y caliente que solto un bajo bufido placentero cuando vio a su padre besarle la espalda con cariño despues de habersela tirado de esa manera brutal
– Te dije que expulsarias mi leche.
Fue desde entonces que Emilio vio con diferentes ojos a su madre.
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