La Sangre Llama
Algo inevitable en mi vida fue el incesto.
Recuerdo que empecé de lujurioso como a los cinco años tal vez antes, en ese momento empecé a jugar con mi pene, se me hizo costumbre casi todas las tardes.
En la escuela miraba a mis compañeras, en casa miraba a mi mamá y a mis hermanas, en principio con curiosidad y después con morbo.
A mamá la observaba cuando hacía quehaceres., Ella en casa vestía ropa ligera, pequeños shorts, blusas de tela delgada, camisones largos que acostumbraba usar sin otra cosa abajo, pues en casa no usaba brasier, en fin, ropa cómoda que a mí me hacía feliz porque mamá tenía un culo grandioso,
Tengo un hermano y dos hermanas, una mayor y la otra menor, Marta es tres años menor., Tenía cuatro y yo siete cuando comencé a «jugar» con ella.
Por ese tiempo, me la pasaba con erecciones constantemente, en mis ratos libres espiaba a mi mamá, me encantaba ver cuándo subía las escaleras y traía falda, ella tenía un trasero hermoso, aún hoy lo recuerdo y me excita.
Después de la escuela y mis tareas podía jugar o ver televisión en la sala, si no había alguien cerca ponía un canal con películas eróticas, muchas veces me masturbaba ahí mismo, cuando comencé a hacerlo no eyaculaba, eso vino después pero me tocaba casi diario.,
Mi hermanita estaba también ahí casi siempre jugando en el piso con sus muñecas o peluches y solo ponía atención a la televisión si había caricaturas.
Una ocasión mamá estaba en la azotea lavando ropa, lo que me dejaba mucha libertad para poner lo que quisiera en la tele sin mucho problema, Marta jugaba atrás de mí y puse el canal erótico, me empecé a agarrar la verga bajo el pantalón y momentos después volteo a ver a mi hermanita, estaba sentada en el suelo mirando también la tele,
-ese canal es para papás, te van a regañar si lo ves- me dijo
– nadie sabrá si tú no lo dices- contesté.,
No hablamos más de eso y ella siguió jugando en el suelo, la miré y traía una faldita que dejaba ver su calzoncito pues tenia las piernas abiertas, y su calzoncito estaba algo flojo así que le pude ver algo más allá de la ingle.
Ya estaba caliente por ver la película y se me ocurrió invitar a Marta a ver conmigo la tele,
– solo si pones caricaturas- me dijo
De inmediato cambié el canal y ella se acercó, la tome de la cintura y la guíe a que se siente en mis piernas, no se opuso y mientras ella veía la televisión comencé a jugar con su faldita, la alzaba y la soltaba para ver su calzoncito, como no decía nada entonces separé mis piernas para sentir su colita contra mi pene, me masturbaba ahora con su colita y ella se reía
– te mueves mucho- me dijo
Después de eso no perdía oportunidad de jugar con ella sentándola en mí para frotarle su colita con mi pene y al llegar al clímax la apretaba y me decía
– parece que te quieres quedar pegado a mi-
Otra ocasión veíamos televisión y pase mi mano por debajo de su falda para agarrar su conchita y dijo:
-dice mamá que solo los esposos se agarran sus cositas y tú eres mi hermano-
– entonces jugaremos que somos esposos si quieres-
-pero los esposos se besan-
– nos besaremos si quieres-
Se volvió y quedamos frente a frente la jale de la cadera y nos besamos sin abrir la boca mientras le agarraba las nalguitas.
A partir de ese día ponía caricaturas y si mamá no estaba cerca la sentaba sobre mí y nos besábamos, ya no me decía nada cuando agarraba su conchita o sus nalguitas.
Llegábamos de la escuela y mamá nos mandaba de inmediato a quitarnos el uniforme, yo me escabullía a su cuarto sin que lo noté mamá, cuando Marta estaba en calzón me la cogía unos minutos sobre la ropa, poco después empecé a agarrarle bajo su ropa y me dejaba.
Una ocasión ella jugaba con sus peluches, estaba sentada en una silla pequeña y con unas tacitas de juguete simulaba tomar té, le dije que le daría un dulce si cerraba los ojos, acepto y le puse una gorra mía, le quedaba grande y tapaba casi hasta la nariz.
Traía una botella de jarabe de chocolate y puse un poco en mi dedo índice,
-saca la lengua te daré un dulce y adivinas que es- dije
Se reía pero acepto, sacó su lengua y le puse mi dedo con jarabe en ella, de inmediato adivinó que era
– es jarabe de chocolate- dijo y se quitó la gorra
– si quieres más te tienes que cubrir tus ojos con la gorra- dije.
hasta hoy día le sigue gustando el jarabe así que de inmediato acepto y se cubrió otra vez., nuevamente puse jarabe en mi dedo y lo lleve a su lengua, tenía yá una erección tan solo de imaginar lo que estaba por hacer, salí para ver dónde estaba mamá y seguía tendiendo ropa, tardaría al menos una hora así que saque mi pene y le puse jarabe en la punta, me acomode frente a Mar, ella tenía la lengua afuera yo estaba súper nervioso, le puse mi pene en la lengua y ella lo chupó como lo había hecho con mi dedo,
– cambiaste de dedo?- preguntó
– si, quieres más?-le pregunté
-si dame más- respondió
Lo hicimos varias veces más, ella estaba feliz con las probaditas de jarabe mientras yo estaba que explotaba de excitación, paramos cuando escuché a mamá en la escalera. Días después le mostré que no era con el dedo con lo que le daba jarabe, para sorpresa mía, Mar había visto a mamá chupar la verga de papá, no le molestó pero me dijo que quería que yo le chupará la conchita también, y claro que lo hice cuando pude.
Pasaba el tiempo y a mi hermanita le gustaba que le diera besos en la boca y que dijéramos que somos esposos (solo entre nosotros, obvio) yo hacía lo que me pedía para poder tocar y coger a mi hermanita.
Las cosas subieron de nivel una ocasión que hacía demasiado calor, era sábado mis hermanos mayores salieron con mi papá a un partido de fútbol, mamá nos puso una alberca inflable en el patio, jugábamos con unas pistolas de agua, las llenábamos y corríamos por el patio mojándonos, si mamá no veía yo dirigía el chorro de agua a la colita de mi hermana, ella se reía mucho y también me hacía lo mismo, rato después mamá recibió una llamada de una vecina para saber si podía ir a su casa, después de darnos algunas recomendaciones dijo que saldría por un tiempo.
Mamá iba de salida y la seguí hasta la puerta para asegurarme cuando se fuera. Estábamos solos en casa.
Le pedí a Mar que me diera una mamada como lo hacía mamá a papá, y yo le daría también una a ella, pusimos una toalla en la sombra a un lado de la alberca, me acomode, baje mi traje de baño y ella se hinco a un lado, tomo mi pene con sus manitas y se agachó hasta poner sus labios en la punta, le tome la cabeza y la empecé a empujar para meter mi pene completo y de nuevo hacía arriba, bastó eso para que ella lo hiciera nuevamente por su cuenta, me estaba dando una mamada formal y sin jarabe, minutos después me comenzó a punzar el glande estaba teniendo un orgasmo, ella chupaba yá como si lo hubiera hecho muchísimas veces.
Tocó mi turno y se acostó sobre la toalla separé sus piernas y besé un pequeño monte, jale su pequeño bikini hasta media pierna, besé nuevamente ya sin bikini, separé sus pequeños labios con mis dedos y metí la punta de mi lengua en el orificio y Mar se retorcía, seguí lamiendo ya por toda su pequeña vagina, adentro y afuera, pasaba por su clítoris y hacía un ruidito como un grito apagado.
La llevé adentro y pusimos una película del canal erótico, le dije que nos quitáramos los trajes de baño porque estaban mojados, quedamos ahora sin nada de ropa, pedí a Mar que se recargara en el descansabrazos del sofá y me puse detrás de ella y flexione las rodillas para tener la altura apropiada y poder poner mi verga en su culito, cuando lo hice ella se quedó quieta sin decir nada mientras le punteaba el culo.
Luego la acosté en la alfombra y subí sus piernas y le dije que las sostuviera, me acomode sobre ella y puse mi pene en la entrada de su conchita, lo quise meter en un intento pero no entro, mar se quejó un poco y me disculpé, entonces tomo mi pene con su mano y lo guío hasta que la punta pasó entre sus labios, lo deslicé está vez despacio y se metió todo, fué la experiencia más deliciosa que había sentido hasta entonces, estábamos perdiendo la virginidad ambos, comencé a moverme y Mar cerraba los ojos, empuje todo y me detuve, le dí un beso y abrió los ojos nos miramos y nos volvimos a besar, con una voz que en ese momento me sonó más tierna de lo qua sonaba siempre me dijo
– ya somos esposos de verdad porque me metiste tu pene-
-eso quería, que fuéramos esposos de verdad –
Me besó otra vez mientras me movía nuevamente,
– hazlo despacio porque me está ardiendo- me dijo.
Aguante las ganas de hacerlo rápido y fuerte, para que Mar no se quejara, saqué el pene despacio hasta que solo quedó el glande dentro de mi hermanita y empuje con gentileza nuevamente hasta el fondo, repetí hasta que nos acoplamos de manera casi perfecta pues yo sentí lo apretado de su conchita en todo mi pene pero sin dificultad entraba y salía, veía la cara de Mar y ya no se notaba molestia alguna, ella tenía sus rodillas casi en la cara, se doblaba a modo que mi verga entraba completamente y mis testículos chocaban con sus vulva, le separé hacía los lados sus piernas de modo que nuestros pechos se juntaron, me detuve un momento y la besé está vez haciendo que abra la boca para introducir mi lengua hasta sentir la suya, ella cerraba los ojos y comencé a embestirla cada vez más rápido., paso el tiempo y ella jadeaba cada que llegaba al fondo de su conchita, lo hacíamos rápido ahora y nuevamente cerró los ojos y me abrazó para que dejara de moverme aunque yo seguí embistiendo con mi cadera un poco más pues también llegué al orgasmo.
Nos quedamos un momento con mi pene dentro, Mar me miraba y yo a ella, me quité de ella y noté que tenía la punta del pene roja y Mar tenía en su vagina pequeñas manchas rojas también.
Nos levantamos y salimos al patio para limpiarnos con el agua de la alberca inflable y nos pusimos nuevamente los trajes de baño.
Mamá llegó después y estaba contenta de que nos lleváramos bien, antes peleábamos por cualquier cosa y cuando mamá llegaba solía regañarnos, ahora ella podría salir sin tener que preocuparse por eso., yo también estaba contento porque nos dejaría solos más fácilmente.
El tiempo pasó, nuestra relación se complicó en casa, mis padres se enteraron de lo que hacíamos, la familia parecía rota, mi hermanita y yo parecíamos animales, no nos guiaba la razón sino los instintos. Al parecer La Sangre Llama. Pero eso lo dejo para la siguiente parte.
Está muy profundo para ser de un chico de 7, sin duda. Me encantaría sentir esas sensaciones con alguna chica, de unos 15 por lo menos.