LA TÍA CASILDA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era verano.
Estábamos en el monte, bajo un viejo roble.
Yo tenía 13 años y mi hermana Rosa tenía 12.
Ella había estado unos días en casa de nuestra tía Amalia, una mujer rubia, morena de 28 años, con medidas de modelo, talla XXXL, muy guapa, y soltera porque le daba la gana.
Mi hermana, que era delgadita y preciosa, tumbada boca arriba sobre la hierba y mirando para unas nubes que pasaban, me dijo:
-La tía Amalia me hizo cosas y me corrí tres veces
-Mentirosa.
Las niñas no se corren.
-Si que nos corremos.
-A ver.
¿Como te hizo para que te corrieras?
-Yo estaba dentro de una bañera echando agua sobre mi cabeza con una regadera.
Vino ella.
y me enjabonó la espalda.
Después me enjabonó las tetas, Luego me enjabonó la almejita, y al ver que la tenía mojada de mis flujos, me metió un dedo dentro y me besó con lengua hasta que me corrí.
-¡¿Te metió la lengua en la almejita?
Mi hermana se dio la vuelta y me besó con lengua.
-Me besó así.
Con la lengua me hizo correr después, con la lengua y con el trozo del rabo de una escoba al que puso un condón.
-¿Y ella no se corrió?
-Sí, en mi boca, enseñándome a comer su almeja.
Me volvió a besar.
Cogí un empalme brutal.
Mi hermana vio el bulto y me sacó la polla.
Le pregunté
-¿Me la chupas?
-Si me la chupas tu a mí después.
-Trato hecho.
Mi hermana metió mi polla en su boca y yo, al sentir el calorcito y la humedad de su lengua, le llené la boca de leche.
Se la tragó.
Después se quitó la blusa y vi sus pequeñas tetas.
con sus pezoncitos erectos
-Chupa mis tetas.
Se las estaba chupando cuando quitó la falda y las bragas.
Tenía el chochito rodeado de vello negro.
Metió un dedo dentro, lo sacó empapado y comenzó a tocarse un botoncito que tenía encima de los labios del sexo.
Al momento empezó a gemir.
Su respiración se fue acelerando y sus gemidos subieron de tono.
Me dijo:
-Me voy a correr.
Lámeme el jugo de la almejita y después el botoncito donde tengo el dedo
Hice lo que me mandó.
Se corrió y me llenó la boca de un jugo calentito mientras se estremecía con el placer.
Aquello me gustó.
-Enséñame a comer la almejita, a comerla bien comida.
¿Quieres que me vuelva a correr en tu boca?
-Sí.
Además la semana que viene voy yo a casa de tía Amalia y.
-¡Pillín!
Me enseñó, diciéndome donde y con que cadencia debía lamer y chupar.
Se volvió a correr en mi boca.
.
Mi hermana ya necesitaba llegar hasta el final.
-Quiero sentirte dentro de mí.
-¿No te dolerá?
-Ahora mismo lo voy a saber.
Subió encima de mí.
Cogió mi polla con la mano y la fue metiendo.
Entró muy apretada, pero no le dolió.
La tía Amalia había hecho hueco con sus dedos y con el trozo del rabo de escoba.
Al poco de meterla me corrí dentro de mi hermana.
Un cuarto de hora después, mas o menos, mi hermana, me dijo:
-Ya estás preparado para follar a la tía Amalia, a la tía Amalia y a cualquier otra mujer que quieras que quieras, que quieras, que.
¡¡¡Me cooooooooooorro!!!
Algún día contaré las doce veces que en una noche hice correr a mi tía Amalia.
Quique
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!