LA TRIBU DE LOS AMANTES DE NIÑOS
permitirían que se pudiera coger a su hija y así ser feliz..
LA TRIBU DE LOS “AMANTES DE LOS NIÑOS”
Mi nombre es Jak Stromberg, seguramente habrán visto mis videos de aventuras.
He recorrido casi todo el planeta, en las zonas más inhóspitas.
Pero he decidido publicar este viaje, porque si no, me lo he de llevar a la tumba.
Era e año 2001, En el último viaje tuve un accidente…pero me recuperé.
Buscamos con la producción un destino que no sea demasiado complicado.
Se trataba de una tribu de indígenas por la que ya habían pasado otros investigadores.
Pero era una buena idea para volver a comenzar.
Llegamos (mi camarógrafo y yo) Nos acomodaron en una choza, para los dos.
Estábamos dormitando cuando se escuchó un grito desgarrador, era una madre que había perdido su hijita…
Me extrañó que no la salieran a buscar, es como que ya sabían su destino…tras mucho averiguar, se trataba de una tribu para nosotros desconocida, que secuestraban chicos de otras tribus.
Los padres no sabían su destino, algunos comentaban que se los comían, otros comentaban cosas peores, pero en realidad, quien roba un niño no tiene buenas intenciones.
El papá de la nena estaba desesperado, decidido a salir a buscar a su hija, aunque sabía que probablemente no retornaría jamás.
Decidimos acompañarlo.
Después de doce largas horas de caminata por el medio de la selva, nos detuvieron unos aborígenes, totalmente desnudos con largas y mortales lanzas.
Nos amenazaban tocando nuestros cuerpos con las filosas puntas.
Repetían una palabra que el papá de la nena supo entender, se quitó toda su ropa, a nosotros nos siguieron “chuseando” hasta que nos desnudamos, y seguimos a los indios, todos en bolas.
La llegada a la aldea, causó un gran alboroto…Los que parecían guerreros nos observaban con cara de pocos amigos…Las mujeres se comentaban unas a las otras, señalando las pelotas del camarógrafo y las mías.
Los niños varones saltaban y corrían a nuestro alrededor, pero las niñas…
¡Las niñas iban directamente a nuestros miembros, acariciaban o trataban de agarrar, algunas se metían entre nuestras piernas y nos daban besos en las pelotas, al camarógrafo se le empezó a parar!
Al padre de la nena lo llevaron a otro lado, no vimos adonde.
A nosotros nos hicieron sentar en el suelo, sobre unas alfombras de cuero.
Una nena de unos 10 años (no tenía nada de tetas) se paró frente a mí y puso su pubis al frente, no me animaba a moverme, pero un golpe en la nuca me indico que me tenía que acercar a la conchita de esa nena, ella se abrió los labios de la vagina, era obvio que me la ofrecía para que la lamiera o tal vez que la chupase…Otro golpe y puse mi boca en su vulva, las mujeres gritaban alguna especie de grito ritual.
Otra nenita, mucho más chiquita (de seis calculo yo) se metió entre la nena y mis piernas, me agarró la verga con las dos manos y se la puso en la boca.
Giré para ver a mi amigo, estaba sentado con las rodillas un poco levantadas y tenía sentada sobre su pija, una nena que, si tenía apenas unas tetitas, la tenía clavada, la nena se movía, se la estaba cogiendo y por la cara de mi amigo con muchísimo placer.
Mientras la más chiquita me empezó a succionar y mover la pija, pude ver todo mi entorno.
Donde miraba, había una nena o chupando pijas de los indios, algunos las llevaban caminando con la pija enterrada en sus culos…casi todos tenían una nena culiando o mamando.
Trajeron al papá de la nena, tenía una correa en el cuello y atado a una soga, prácticamente lo arrastraban
Había 5 nenitas en cuatro patas con las colitas levantadas mirando contra la choza más grande, trajeron al tipo, le mostraron un cuchillo muy grande, señalándole el pito y las pelotas…
Era fácil de entender, si no se cogía a las cinco, le cortaban los huevos.
El pobre tipo se pajeaba a dos manos, para que se le parara la pija, una linda muchachita de unos 14 años se arrodillo a su lado y mientras se la mamaba le acariciaba el culo, hasta le metía un poquito su dedo, al tipo se le empezó a parar.
Uno de los indios daba las ordenes, se la tenía que meter a cada una, meter hasta el fondo y sacar y enseguida seguir con la de al lado…
Fue todo muy rápido, las nenas gritaban y lloraban al ser desvirgadas brutalmente,
Cuando sacó la pija de la última nena, la pija le chorreaba de sangre…esa última nena, se levantó y corrió a abrazarlo, descubrió que era su propia hija una de las que acababa de desvirgar, los dos se pusieron a llorar…
Empecé a mirar a mi alrededor, las nenas que no estaban culiando, eran solo un poco más grandes, la que no tenía una gran panza de embarazadas, tenían un crio en sus brazos, la mayoría amamantándolos.
Una de esas nenas mientras le daba la teta a su bebé, un viejo gordo se la metía por atrás.
Nos prepararon una choza para nosotros tres…Pero no estábamos solos, entraban y salían nenitas desde unos tres años hasta 16.
A la media noche empezaron una danza, nos hicieron salir y sentarnos al lado de una fogata.
Entre señas y algo de idioma, nos explicaron que, si queríamos ser libres y volver a nuestra tribu, debíamos coger desde esta hora y hasta que salga el sol.
Que minimo tendríamos que darles tres dosis de esperma o no nos podríamos marchar. Además, que a la niña que elijamos nos la podíamos llevar.
Yo ya sabía que nena quería, era una que se clavó el camarógrafo cuando estaba sentado. No debía tener más de siete años, pero vi que le entraba toda…era bien negrita y brillosa y sus ojos eran claros como el cielo…Me costó ubicarla, pero cuando la encontré y la señalé se puso a saltar de alegría.
Mi amigo fue directo a donde estaba una nenita de no más de cuatro añitos…la nena lloraba y se resistía, pero su madre le pegó una patada, tirándola al suelo y gritándole…
La nena se levantó y siguió a mi amigo hasta la fogata.
La hija del indio tenía a su padre agarrado del cuello, los dos sabían que la única salida era que cogieran entre los dos.
Eran tres polvos y quedaban pocas horas, el que dirigía esta ceremonia le dio la orden a mi amigo, para que empezara.
La agarró de las piernitas, se las abrió y tirando de las rodillas fue acercando una conchita que apenas se distinguía, la cabeza de la pija era casi más grande que su tajo.
Mi amigo siguió tirando y la cabeza desapareció, la nena gritaba desesperada…la metió un poco más y levantó una de sus manos, indicando que había acabado…soltó a la nenita, la madre la agarro entre sus brazos y vio que salía leche de su conchita, confirmo su primer polvo.
Mi amigo se empezó a hacer la paja, se quería recuperar, le pidió a una adolescente embarazada que le chupara la pija, pero le dijeron que esta vez nadie lo podía ayudar.
Le dieron la orden al padre, la tenía sin parar…la nena desesperada le acariciaba la pija y le decía cosas, seguramente que haga todo lo posible para rescatarla. Hasta se puso a chuparle la pija, apenas se le endureció, se la metió un poco, menos de la mitad y en silencio se empezó a mover, la nena ayudaba sacudiendo su cadera, pasaron varios minutos y levantando su mano, aviso que ya estaba.
La nena se paró y se vio la leche chorreando hacia el suelo.
Me señalaron a mí.
Agarre mi niña, la senté sobre mi pija y mientras entraba le metí la lengua en la boca, casi me la muerde, hasta que se dio cuenta que era algo agradable…Yo levante mi mano enseguida, ya había acabado, casi antes de empezar.
Rápidamente lo señalaron a mi amigo, que ya tenía la pija re dura, volvió a arrastrar la nena que no dejaba de gritar y pedirle a su madre que la ayudara.
El bestia se la metió casi toda de un solo golpe…hizo dos o tres movimientos y levantó la mano.
La madre agarró nuevamente a la nena en sus brazos, estaba inconsciente, pero mostró a todos que le salía semen de su conchita. También sangre…
Le dieron la orden al padre, que pareció asimilar la situación y entre él y la niña, lograron una erección. La hija se sentó sobre la pija, lo abrazaba fuerte y le pedia que acabara, que le llenara la concha de leche, tardaron un poco, pero al fin el padre levantó la mano.
Yo sin perder tiempo, abracé a mi nena y continué besándola, tardé bastante, pero acabé, hubo gritos de triunfo, yo ya me podía ir, llevándome mi trofeo.
Le trajeron la nena a mi amigo, seguía desmayada, así que el hijo de puta se la cogió sin problemas, en pocos minutos la levantó mostrando como goteaba semen de la argolla, nuevos gritos de festejo…
El padre se acostó en el suelo, su hija se subió y empezó a galopear, estaban felices, porque esa era la última cogida y significaba volver a casa.
Se podía ver que gozaban los dos, se miraban y sonreían…y el indio acabó…la nena se paró con las piernas abiertas y la leche comenzó a caer sobre la panza de su papá.
La nena que había elegido preparaba una gran bolsa con cosas para llevarse…Yo caminaba solo recorriendo la aldea, una nena, con una gran panza, al parecer estaba en sus últimos días, me miraba con picardía, le hice seña a el indio que estaba a su lado, si me la podía coger. La empujo don el brazo, para que viniera hasta mí.
Me senté en un tronco y ella se sentó arriba mido mirándome. Se fue sentando lentamente y pija entraba sin dificultad, la nena me abrazo por el cuello y suspiraba de placer.
Se empezó a mover, Podía sentir cosas dentro de su concha, cosas que me daban placer.
De pronto justo cuando estaba por venirme, sentí que me mojaba toda la parte de abajo, la nena pegó un grito y se quiso levantar, pero la retuve de las caderas y me seguí moviendo yo solo, le seguía saliendo líquido, había roto su bolsa y estaba por parir, me movía más rápido y pude sentir la cabeza del feto que comenzaba a salir, eyaculé con un orgasmo hermoso,
Mientras ella se levantaba el bebe salía de su concha. Se podía ver su cabecita llena de mi leche.
Nos marchamos, entre gritos de la tribu, mi amigo llevaba a su nenita debajo del brazo, ya estaba consciente, pero gritaba como un marrano a punto de morir.
El camino de regreso era largo…acampamos a unas ocho horas de marcha, hicimos una fogata y comimos algo los seis.
Mi nena después de comer, me empezó a acariciar la pija, se la hice chupar…más allá un poco más alejados, el padre y la hija cogían entre risitas.
MI amigo perdonó a su niñita que, aunque poco, seguía sangrando, ya no lloraba con fuerzas, solo pedía por su mamá.
Al otro día volvimos como héroes, nos dieron ropa y comida.
No tenían idea de que era lo que había pasado, solo les dijimos que estuvimos en “La tribu de los amantes de niños”
Cada uno contará su relato, como y cuando lo quiera contar.
Yo dejé la nena que me habían asignado con esta tribu, ella no quería y la tuve que convencer, pedí privacidad en una tienda y le pedí que me la chupara, creo que estaba enamorada de mí, me chupo entre lágrimas y se tomó toda mi leche sin siquiera hacer un gesto, despues de eso me fui…MI amigo venia con su beba…estaba decidido a llevarla, ya la nena estaba más calmada y prefería ir con él que quedarse entre desconocidos.
El padre de la nena era considerado ahora un poderoso guerrero, le permitirían usar la tienda del jefe, y lo más importante para él, permitirían que se pudiera coger a su hija y así ser feliz.
¡Escríbame!
Qué cuento tan cachondo y morboso. Me imaginé que estaba allí.