La turquita, amiga de Alma, mi nieta- Parte III
Habiendo ya tomado posesión de la virginidad de la Turquita, la amiga de mi nieta, el tema era Alma. Estaría dispuesta también a darme su virgo?.
Alma es una preciosura, ya me había echo sexo oral, pero todo inducido por su amiga la Turquita quien fué la primera en mamarme la verga, y también la primera en regalarme su virginidad. Pronto obtendré también su culito, el cual me tiene bastante excitado. Pero Alma es mi nieta y tenía cierto recelo a lo que la niña pudiera contar o mostrar ante la familia. La tarde en que desvirgué a la Turquita, Alma se quedó algo compungida. Creo en realidad que ella también quería que la coja pero de a una por vez.
Y llegó el día en que Alma me regaló todo. Día sábado, mi mujer trabajando, yo en casa preparando la casa para el fin de semana que siempre viene la familia. De pronto tocan el timbre, abro y era Alma. Estaba preciosa, para comérsela ahí mismo en la vereda. Traía una falda amplia pero cortita, y un top que marcaba mucho sus hermosos pechos. Inmediatamente sentí el calor en mis testículos y la verga comenzó a ponerse dura. La hice pasar y al caminar delante mío no pude dejar de observar su lindo culo. Debía ser mío. Al llegar a la cocina, pregunta por la abuela y le digo que no está, y que no vendrá hasta mucho más tarde. Veo en su rostro una pícara sonrisa, se me acerca y me abraza, me apoya su pubis en la verga, se frota y me dice, bueno entonces tenemos la casa para nosotros solos. Y baja su mano y manotea mi pedazo por arriba del short. Bajo mis manos y la tomo por las nalgas atrayéndola más hacia mi pija. Ella gime al sentir la dureza de mi miembro. La tomo por las caderas y la subo a la mesa, la acuesto y subo su falda, descubro su calzón ya con una mancha de humedad. Se lo saco y allí está su tesoro virginal. Su conchita está cerrada pero brillosa, abro sus piernas y me acomodo comenzando a darle una tremenda lamida de concha que pronto la tiene a mil, está muy excitada y así logra su primer orgasmo, yo sigo lamiendo, ahora ya voy hasta su culo donde lamo y meto un dedo, Alma no se queja, se deja hacer, es que está muy excitada, insisto con la saliva y meto dos dedos en su culito, se queja un poco pero pronto se deja hacer, mientras sigo chupando su concha y su clítoris. Al meter la punta del tercer dedo me dice que le duele mucho. No insisto. No quiero presionarla, ya llegará el momento, voy al baño y traigo el gel lubricante, me acomodo entre sus piernas, la coloco al borde de la mesa y me queda justo a la altura, tomo sus piernas y las pongo alrededor de mis caderas, mi rabo ya está muy duro y grueso, mis 20×6.5cms invadirán su concha aunque le duela. Pongo bastante gel en la cabeza de la verga y metiendo dos dedos en su ano inyecto gel para ir preparándolo. Me dedico entonces a penetrarla, lentamente inserto la punta de mi pija entre sus labios vaginales, encuentro su agujerito virginal y lo lleno con mi barra de carne, ella gime y suspira fuerte, insisto un poco más y ya un tercio de la pija llega hasta su himen, le pido que aguante y antes de que se de cuenta le perforo el virgo y me interno hasta el fondo de su concha. Ella se queda quietecita con el intruso colmando su cueva. Es muy estrecha, ya que a pesar de tener mucho gel a la verga le cuesta desplazarse por su vagina. El placer para mí es intenso, y entiendo que para ella también ya que pronto comienza a gemir y a sus pirar mientras mi tripa va y viene, pronto está por acabar, le doy fuerte y le saco un orgasmo intenso, sigo dándole matraca y enseguida le sobreviene otro orgasmo más intenso que el anterior, la nena es multiorgásmica, queda medio desmayada, aprovecho a sacarle la verga, pongo más gen en su culo y en la cabeza de mi tripa y sin miramientos se la apoyo en el ano y empujo, al principio hay resistencia pero de golpe su esfínter se relaja y la cabeza con un pedazo de verga se interna en su túnel trasero Pegó un grito y comenzó a llorar, yo seguí penetrándola hasta que mis testículos pegaron en sus nalgas. Cuan de calmó, y se acostumbró al grosor de la verga yo comencé a cogerla, pronto teníamos un ritmo del demonio y no aguanté más y le llené el culo de semen. Caliente como estaba le saqué la verga y se la enterré de una otra vez en su vagina, no duró ni dos minutos y tuvo tres orgasmos enlazados uno con otro. Cuando mi verga se murió se la saqué. Ella quedó desmadejada sobre la mesa. La tomé en brazos y la llevé al baño a ducharse. La tuve que bañar, ni hablar que al tenerla desnuda delante de mí, mientras la bañaba mi tripa volvió a ponerse dura, se arrodilló y me dio una rica mamada. No pude acabar pero la dejó limpita. Y ella estaba más que satisfecha. Busqué en el botiquín una clema con calmante que suele usar mi mujer cuando le hago el culo y se la unté en su arito destrozado. Sonriéndome salió hacia la cocina, movía su culo como loca. Se da vuelta y me pregunta, Abuelo quien coge mejor La Turquita o yo? A lo que simplemente le contesté, Almita, vos sos lo más. Y con eso ya me aseguré que voy a tener a las dos pendejas para cuando quiera tener sexo joven.
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