La visita de mi hermanita de 9 años 03 La Primera vez
como mi hermanita y yo perdimos nuestra virginidad juntos.
La visita de mi hermanita de 9 años 3ra Parte: La Primera vez.
En la anterior parte, que por si no la han leído la voy a dejar por aquí:
https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/incestos-en-familia/la-visita-de-mi-hermanita-de-9-anos-02-la-ducha/
Les contaba lo que ocurrió cuando me duche junto con mi hermanita, sobre como acordamos seguir pasando buenos momentos juntos en secreto de nuestras familias y sobre como averiguamos que su visita se iba a extender por más cuatro meses más, por lo que teníamos mucho tiempo en nuestras manos.
Como dije en el último capítulo, mi hermanita y yo acordamos otra sesión de felaciones mutuas el siguiente lunes, ya que de lunes a viernes, nos quedamos solos bastante rato (De 8 de la mañana a 6 de la tarde), ¡Pero joder, ella parecía estar desesperada! Obviamente delante de mi mama y mi abuela, yo me comportaba con total normalidad, pero parecía que mi hermana no es muy buena fingiendo, en los dos días que mi mama y abuela se quedaron en casa, la sentía demasiado apegada a mí, demasiado melosa, siempre que nos sentábamos en la cama para ver la televisión en familia (Usamos la cama de mi cuarto como sillón para ver la tele) mi hermanita se sentaba siempre al lado mío y se aferraba automáticamente a mi brazo, mientras que discretamente sobaba mi espalda de una manera tan sensual que no sé cómo una niña de 9 años soba de esa manera. No sé si mi familia se dio cuenta de lo pegada que estaba ella a mí, o si solo era yo que ya no podía ver su actitud hacia mí de manera normal, sino como una incitación sexual. Pero definitivamente donde peor lo pase fue durante esas dos noches, tanto la del sábado como del domingo, ella me abrazaba por la espalda, y desde que nos acostábamos hasta que nos parábamos, ella mantenía al menos una mano en mi paquete, que como se sabe, en las mañanas forma la súper tienda de campaña. Pero definitivamente la segunda noche fue el clímax de ambos días. Ella me pidió que esta vez, yo la abrazara a ella (Todas los días anteriores, habíamos dormido primero dándonos la espalda, pero despertaba con ella abrazándome por la espalda y con la pierna montada sobre la mía), porque como ya les había dicho, ella duerme así con su mama todavía. De todas maneras le hice caso y nos quedamos en posición cucharita. Ella se acomodó bien en mi entrepierna, se incrusto lo más que pudo contra mi cuerpo, y esto inevitablemente hizo que una ligera erección apareciera. Yo me moría de la vergüenza, porque ahora el contacto con el cuerpo de mi hermanita, no producía más que excitación sexual. Pero al parecer esto era lo que ella quería, pues acto seguido, luego de sentir como mi erección seguía aumentado con sus movimientos de cadera, abrió ligeramente las piernas y puso mi miembro y lo coloco en medio, y ahí siguió con ciertos movimientos de muslo, para frotarse ella.
-Michelle, Michelle no…Por favor, es mejor esperar a mañana.-Le dije susurrando mientras posaba una mano sobre su mejilla.
-¿En serio no lo podemos hacer ahorita? ¡Es que tengo muchas ganas! Los cuartos de tu mama y tu abuela bastante lejos, no creo que se den cuenta.-Me dijo susurrando también.
-Escucha, este tipo de situaciones son precisamente en las que uno se descuida, y ¡bam! nos cachan. Así que por favor, espera hasta mañana, ¡Son solo unas cuantas horas de sueño!-Le dije.
-¡Muoghh!… Está bien.-Dijo, lanzando un quejido de frustración que me pareció adorable al mismo tiempo que se separaba un poco de mi para liberar mi pene, e incluso sentí con la mano que tenía en su mejilla, que empezó a hacer pucheros. ¡Dios mío, que adorabilidad!
En ese momento sentí como mi Erección empezó a bajar, a pesar de tenerla aun abrazada y sentir su cuerpo, era bastante pequeño comparado al mío, ella cabía estirada de pies a cabeza, entre mi pecho y mis tobillos. Entonces supe que mi hermanita no solo me producía deseo sexual. También tenía el deseo de cuidarla, protegerla, quererla. Es definitivamente una extraña sensación. Es una relación muy extraña si lo piensas filosóficamente ¿La veía como una hermana con la que podía tener experiencias sexuales, o la veía como una novia con la que compartía lazos sanguíneos? Nunca supe cómo explicarme a mí mismo como veía a mi hermanita, pero ciertamente, eran puros sentimientos positivos.
La noche paso con tranquilidad después de eso, despertamos, nos despedimos en la mañana de mi mama y mi abuela y procedimos a nuestra rutina diaria, hice el desayuno, y nos dispusimos a comer, cuando ya habíamos terminado, noto como ella se me queda mirando fijamente, como esperando algo, como un niño en su cumpleaños que espera impaciente a que le den sus regalos. Pase un poco de ella y fui a mi habitación a hacer algunos deberes de la universidad por internet, ella obviamente me siguió, se quedó acostada en la cama, me veía de la misma manera, mientras apretujaba una almohada. Quiero resaltar, que la noche anterior había dormido con una batica de dormir y sus braguitas, mas nada, yo la veía de reojo de vez en cuando solo para ver que mientras ella se había acostado boca abajo con la cabeza levantada, la batica que traía se había enrollado hasta su cintura, así que sus braguitas y esas nalgas tan perfectas, estaban a la vista. Yo termine de escribir los informes que me faltaban, Apague la computadora, me senté al lado de ella y ahí decidí hacer «La Pregunta».
-Bueno… ¿Qué quieres hacer?-Le dije, con una sonrisa serena.
-¡¿Porque tardaste tanto?! ¡Te estaba esperando desde la mañana!-Decía ella mientras se quitaba la batica y las bragas, para dejarlas en la cama, se abrió de piernas y dejo expuesto su tesoro ante mí de nuevo.- ¡Quiero que nos hagamos una «Pelacion»!-Me dijo, antes le había dicho que cuando usamos nuestras bocas en esas partes, se dice Felación, pero, como se puede entender, los términos sexuales pueden ser algo nuevo y difícil para una niña.
-Hehehe, es «Felación» Mira, espera un momento-Le dije mientras me desvestía yo también, como suelo ir solo con shorts holgados, una camiseta y boxers, en poco tiempo ya esta desnudo acostado en mi cama al lado de ella. Mi pene ya estaba bastante erecto, y parecía un mástil al estar yo acostado.-Ven, ponte al revés.-Le dije, mientras la ubicaba yo mismo como debía estar.
Entonces empecé a dedear su pequeño agujerito, el cual para mi sorpresa, ya estaba bastante mojado. Ella empezó a gemir y emitir esa respiración característica, mientras que hacía lo propio también con mi pene, masturbándome lentamente y con delicadeza.
Como había hecho antes, hacia movimientos circulares entre sus labios y su clítoris, y de vez en cuando, metía uno o dos dedos, a cierta profundidad, en ese momento aún tenía miedo de romperle el himen accidentalmente provocándole dolor, pues, con mis dedos, podía sentir tanto esta vez como la anterior, esa pequeña pared delgada, como una membrana casi que al comienzo de su agujero. Entonces empecé a lamer y chupar su botón y los alrededores de su vagina, introducía mi lengua en su agujero, y esto es algo que me da un poco de pena, pero me encanta tratar de «Penetrar» su uretra con mi lengua, es decir, sé que mi lengua sería demasiado gruesa para entrar en un agujero que dificultosamente entraría un hisopo, pero sentir ese pequeño agujerito siendo empujado me encanta. Ella también empezó a chuparme la verga, al parecer los niños realmente son esponjas de conocimiento, porque esta vez, la sentí mas experimentada, lo que antes eran lamidas y chupadas torpes, ahora estaban llenas de ritmo y estimulaban los lugares correctos, de hecho, parecía que mi hermanita, sentía que lamia su uretra pues ella hacia lo mismo conmigo, metía la punta de su lengüita en el hoyito de mi pene, y esto lejos de disgustarme me provocaba unos corrientazos deliciosos. Yo no me quedaba atrás, empezaba a lamer y a chupar con aun más intensidad y fuerza, mi lengua podía cubrir toda su vaginita, así que empecé a dar lengüetazos largos y lentos, a ella le gustó mucho, pues soltó un enorme gemido y empezó a estremecerse, aunque todavía no se iba a correr. Del lado de ella, al menos por lo que podía ver y todo lo que sentía a través de mi pene, aun no la tenía fácil contra mis 18 centímetros de carne, pero podía ver como esta vez, su pequeña boquita abarcaba más de su extensión (Diría que podía meterse 12 centímetros ahora). Su carita estaba roja, y sus ojos tenían lagrimitas a los lados, con mi pene podía sentir el final del paladar de mi hermanita, por lo que, a pesar de que no entraba aun en la garganta, si se la llevaba hasta la úvula, no sé cómo no le daban reflejos de vomitar, pues sentía perfectamente ese pequeño bultico ahí.
Ella respiraba pesadamente, se estremecía, y paraba de vez en cuando para tomar aire, y a pesar de que yo estaba acostado, concentrado en su cucharita, y lo más quieto posible, no puede evitar tener un espasmo de cadera un par de veces, creo que esto algunos ya lo saben, pero involuntariamente el propio cuerpo trata de hacer las embestidas. Yo me controlaba, no quería «Apuñalar» la garganta de mi hermanita con mi pene, esto tenía que ser lento y cuidadoso sobre todo porque es una niña.
Parecía que estar dos días sin correrse la habían puesto sensible, pues no paso mucho tiempo para que su cuerpo empezara a temblar mucho, signo que ya estaba por acabar, y no era la única, a mi también me había afectado. Ella seguía chupando diligentemente mi miembro, mientras que con ambas manos masturbaba mi base, esto hizo la combinación perfecta para alcanzar el orgasmo. Ella se corrió primero, fue un buen chorro, que no cupo completamente en mi boca, parte se deslizo por mis mejillas hacia la cama, pero lo más excitante fue escuchar como gemía mientras tenía mi pene dentro de su boca, era un sonido ahogado, salvaje y muy erótico
-¡MHLLGHHM!
Por primera vez, estaba viendo en vivo como una mujer, y no solo una mujer, una niña y mi hermana, tenía un doble orgasmo. Yo ya había parado de estimularla, cuando ella volvió a empezar a temblar, a gemir y volvió a soltar un buen chorro de líquidos hacia mi cara. En ese preciso momento, llegue a tal punto que un enorme chorro de semen, seguido de tres más salieron disparados de mi pene, En ese preciso momento, no supe hacia donde habían parado, ni siquiera sabía si mi hermanita tenia aun mi verga en su boca, estaba tan asombrado por el espectáculo que me estaba dando su coñito que me desconecte un momento.
Luego de calmado el ambiente, escucho a mi hermana haciendo sonidos de como cuando uno quiere toser, pero aguanta en la boca el sonido. Yo inmediatamente levanto mi torso y observo la situación de mi hermana.- (¡Tenia mi pene en la boca cuando eyacule!…y….¡¡Y se estaba ahogando con mi semen!!)-pensé en ese momento.
Trataba de terminar de levantarme, pero el cuerpecito de mi hermana seguía encima de mí, y es más, no tenía intenciones de moverse, seguía con la boca enchufada a mi pene, y con todo mi semen dentro. Tenía la cara roja, varias lágrimas le salían de los ojos cerrados mientras fruncía el ceño. Por un momento pensé que iba a vomitar o a escupir mi leche, pero de repente, en el silencio de la habitación de ese momento, la escucho tragar.
-Glup…glup…glup-Hacia el típico sonido de garganta cuando uno traga grandes cantidades de líquido. Entendí que al parecer ella quería, por voluntad propia, comerse toda mi corrida, porque ni una gota salió por la comisura de sus labios. Después de tragar varias veces más, por fin saco mi pene flácido de su boca, empezó a respirar profundamente, recobrando el aliento.
-¡¿Porque hiciste eso?! ¡Es muy peligroso pudiste ahogarte!-Le dije, mientras hacía que se sentara al borde de la cama.
-Es que…tu si te tomas todo lo que sale de mi…así que quise hacer lo mismo.-Me dijo.
-Y vaya que lo hiciste Michelle, pero no me gustaría que te ahogaras solo por eso, o que vomites y te sientas mal ¿sí? Aun eres nueva en esto…no tienes que ser buena en todo desde un principio.-Le dije, mientras arreglaba un poco su cabello y sobaba su mejilla.
-Pero Hermano Miguel, me gusto sentir tu semen en mi boca. ¿No puedo volver a tomármelo alguna otra vez?-Me pregunto de una de las maneras más inocentes e ingenuas del mundo. Sonó a una pregunta que haría cualquier niño a un adulto, pero lo que decía la pregunta era evidentemente alarmante, como si no supiera las implicaciones de decirlo.
Yo la abrace, y mientras tenía su cabeza en mi pecho le dije.-Esta bien, pero por favor no te fuerces a nada ¿ok?
En ese momento ella, noto algo que ni yo había sentido.-Oye Hermano Miguel, ¡tu pene esta duro otra vez! ¡¿Significa que podemos seguir haciendo cosas?!
Mi separe un poco de ella y me di cuenta de que en efecto, tenía otra erección. Y definitivamente me hubiera encantado seguir en ese mismo momento, pero decidí avanzar con cuidado. Le dije que primero era mejor que fuéramos por algo de agua, pues hacer tanto ejercicio requería hidratación. Bajamos a la cocina, desnudos y yo con un enorme falo en frente, que ni siquiera se bajó después de tomar agua fría. Vivimos a subir y ella se tiró en la cama primero, quedando con las piernas abiertas en frente de mí.
-Hermano Miguel… ¿Porque no has querido tener sexo conmigo?-Me pregunto.
Me parece que ya era costumbre de mi hermanita hacer preguntas que me dejen congelado. Una niña…de 9 años…preguntando con un tono casi de molestia e interrogación que porque yo no había querido tener sexo con ella.-Eh…pero si…lo que hemos hecho cuenta como sexo…si, así que no se-Trate de desviar su pregunta.
-¡Me refiero al verdadero sexo! ¡El sexo en el que tu metes tu pene en mi cucharita!-Me dijo con una cara de fastidio.-Solo nos hemos tocado y lamido nuestras partes, pero ni siquiera has mencionado querer tener sexo conmigo, se supone que eso es lo que más rico se siente ¡Lo más cercano que hiciste fue usar mis muslos!-Me decía, tomando una postura infantil de esas que tratan de manipularte, haciéndote ver que cometiste un error.
-hmm….Abre las piernas ¿si hermanita?-Le dije, mientras me acercaba.
Ella medio emocionada se acercó al borde de la cama y abrió sus piernas, dejando a mi disposición su cucharita. Yo acerque mi pene a ella, sin siquiera tocarla, solo quería que ella viera la comparación que había de tamaños.
-Escucha, hermanita, si no te he dicho que tengamos sexo, que eso sería «Hacer el amor» en un lenguaje más romántico, es porque creo que eres muy pequeña, y no quiero lastimarte….Escucha, tu eres virgen, y a pesar de que yo también lo soy, las niñas tienen algo dentro de sus vaginas, es como una telita delgada, que se rompe cuando tienen relaciones sexuales por primera vez, y eso duele bastante, y hasta le sale sangre.-Le dije, tratando de asustarla un poco, para que desistiera de la idea, realmente no quería llegar a eso.
-¡Si, yo sé! Estuve leyendo de nuevo mi libro de biología, sé que duele la primera vez, y que tengo eso, pero…pero es que yo…-Decía ella, mientras empezaba a sollozar.-Es que yo…tengo miedo…no quiero tener eso ahí para siempre hermano Miguel…Si va a doler, quiero que lo rompas tu…Tú has sido muy bueno conmigo, y siempre me cuidas, pero quiero hacerlo…Quiero sentirte aquí a ti, y sé que es tu primera vez también y que vas a ser muy amable…Al menos intentémoslo ¿va?.
Me mente estaba saturada de pensamientos, ¿Felicidad? ¿Orgullo? ¿Lujuria? ¿Pasión? ¿Amor? Yo la mire con calma y determinación, y procedí a besarla. En todo este tiempo nunca nos habíamos besado, esta era la primera vez. Yo había tenido novias antes hace muchos años, y supe como besar, pero ella era bastante inexperta, primero se quedó con la boca en forma de O, mientras yo buscaba su lengua con la mía. Después ella también empezó a participar en ese acto de amor puro. Estábamos besándonos de lengua de una manera tan pura, casi innata. Sentía su aliento, su tibia saliva, su paladar…su boca es bastante pequeña comparada a la mía, después de todo, ella tiene 9, yo 19. Después de pasar como dos minutos comiéndonos la boca, nos separamos, ella tenía los ojos llorosos y un hilo de saliva conectaba nuestras lenguas. Ella jadeaba, era obvio que no había respirado mucho en tanto eso.
-Tu boca huele a café.-Me dijo con una sonrisa que sentí extremadamente picara. En efecto, yo tomo varias tazas de café al día, pero no me imaginaba que se sentiría tanto.
-¿Ese fue tu primer beso?-Le pregunto
-No…Antes tenía un amiguito en la escuela, pero él no sabía besar como tu…me gusto más tu beso.-Me dijo, mientras me sujetaba ambas mejillas y me veía a los ojos.
Después de eso, le dije que iría por un par de cosas, que me esperara.
Fui al baño, después de todo estábamos en mi cuarto, Tome una toalla limpia, un paquetico de pañuelitos húmedos, servilletas y un condón (No es que lo comprara, en realidad, hacia cierto tiempo, en la universidad nos dieron una charla sobre sexualidad, estas típicas, de prevención del embarazo, y en esta, nos repartieron a todos folletos y condones, y en ese momento agradecí profundamente la existencia de las charlas sobre la prevención el embarazo). A pesar de que el condón que tenía ya de por si tenía lubricante, decidí ir un momento al cuarto de mi mama. Yo sabía que una vez le dio estreñimiento, y que tuvo que usar supositorios, en los cuales tenía que aplicar lubricante, así que fui por la pequeña botella de lubricante. Quería que esto fuera lo más cómodo y menos doloroso para ella.
Volví de nuevo a la cama con todo en manos. Extendí la toalla sobre la cama, por si manchábamos las cosas de sangre, o bien, de corrida. Le explique a Michelle lo que íbamos a hacer, al menos para la primera vez. Le explique que usaba condón, no para evitar embarazarla, porque…tiene 9 años, ni porque crea que tiene una enfermedad, sino para hacer mi pene más liso y así más «Amigable» a su agujerito. Le dije para qué era el lubricante y los pañuelos, así que ella coopero sin rezongar, y es más, estaba bastante emocionada.
Ya todo estaba listo, las sabanas estaban puestas, teníamos todo lo necesario, yo abrí el condón y lo estire para ponérmelo, mi hermana lo veía asombrada, dijo que parecía un globo desinflado, pero lleno como de aceite. Le dije para que era así y empecé a ponérmelo, ella empezó a reírse pues me decía que parecía que le ponía ropita a una mascota. Después de estar preparado, le dije que esta vez me dejara hacer todo, y que por ahora, permaneciera quieta, ella asintió con una mirada llena de determinación y abrió sus piernas, con sus pies apoyados también en la cama, sobre la toalla, ella estaba como en posición de mariposa, recostada sobre una almohada, y con otra, la cual abrazaba y apachurraba, tal vez para calmar su propio nerviosismo.
Yo empecé con untarme un poco de lubricante en los dedos e ir pasándoselo delicadamente por su vaginita, primero por afuera, y lentamente empezaba a ir a sus labios inferiores, esto lo hacía primero para que ella también fuera lubricándose y además, para dilatar un poco más su cucharita. Esta se abría y cerraba, sus caderas empezaron a tener pequeños espasmos mientras soltaba uno que otro gemido. Usaba un solo dedo, metiéndolo lo más profundo que podía hasta toparme con esa pared delgada de nuevo, quería tener bien claro como a que profundidad se encontraba. Después introduje un segundo dedo, y si agujero aún se podía dilatar, sabía que esto llevaría su tiempo, pero tampoco quería que mi hermanita se corriera antes del acto principal. Entonces introduje un tercer dedo, empecé a sentir la estrechez, como las paredes se estiraban, ella empezó a hacer esfuerzo entre gemidos y respiraciones profundas, como cuando uno resiste un dolor, o una sensación incomoda.
-¿Estas bien? ¿No te duele?-Le pregunto.
-Siento que algo se me estira hermano miguel…hah…pero se siente rico…-Me dijo, mientras seguía abrazando su almohada con estampado de Frozen.
Yo empecé a sacudir un poco los dedos dentro de la cucharita de mi hermana, como si estuviera tanteando la cavidad, mientras que ella empezaba a lanzar gemidos más fuertes y duraderos. Así hacía, paraba un ratito, y seguía, paraba un ratito, y seguía, mantenía un ritmo pausado, mientras la dilataba poco a poco. Ella se estremecía, le lloraban de nuevo los ojos, e incluso algo de baba se desprendía de su boca, supongo que nunca había sentido una estimulación tan intensa. Cuando sentí que su vagina se había dilatado lo suficiente, me acomode para acercar mi entrepierna a la suya.
-Ya lo voy a meter hermanita, escucha, necesito que me digas si te duele, y parare inmediatamente, en serio, muy en serio, no quiero lastimarte.-Le dije, mientras rodeaba una mano en su cadera y la otra sostenía mis 18 centímetros para apuntarlos bien en el pequeño agujerito palpitante de mi hermanita.
-Ok…ok…solo hazlo…-Me dijo entre gemidos y respiraciones aceleradas.
Acerque mi pene a la entrada de su vagina, y por primera vez hicieron contacto directo, mi hermana dio un brinquito, me imagino que por sentir una masa caliente húmeda y dura en su entrepierna. Parecía que mi pene le daba un besito a la rosada vagina de mi hermana. Empezaba a aumentar la presión con la que empujaba mi miembro hacia su agujero, y a pesar de que al principio no entro para nada, después de unos segundos pude ver como el principio de mi glande se hundía entre labio y labio. Mi hermana apretó lo más fuerte que pudo su almohada, su carita estaba enrojecida y tenía los ojos cerrados. Yo seguí introduciendo mi pene hasta empezar a sentir esa lluvia de sensaciones, la estreches, el calor, la humedad ¡la suavidad! por Dios ¡La suavidad! Masturbarme con la mano se sentía como tela de Jeans comparado a esto. Ella empezó a gemir fuerte y profundo, al sentir un objeto macizo ocupando su espacio interno. Incluso con todos los corrientazos que recorrían mi pene hacia mi columna vertebral, seguía siendo cauteloso, lo introducía lentamente hasta que después de meter como tres centímetros me topé con esa pared delgada y quebradiza, el umbral prohibido hacia el paraíso terrenal.
-Estoy tocando tu himen Michelle.-Le dije
-Hazlo…-Decía ella con una respiración aceleradísima, mientras estrujaba fuertemente la almohada.
-¿Estas segura?…podemos parar por ahora y…-Le trataba de decir yo
-¡SOLO HAZLO!-Me grito, era la primera vez ella me gritaba de esa forma, entendí que ella también se estaba esforzando…esforzándose para disfrutar de esto junto a mí. De tener su primera vez junto a mí. Así que decidí dejar de dudar y hacerle caso.
Avance de manera decidía, lo suficiente como para saber que se iba a romper, y de una sola envestida, sentí eso de lo que tanto había escuchado, esa sensación de que algo truena, algo se rompe. Vi a mi hermana y en ese momento hecho su cabeza hacia atrás, mientras todo su cuerpo se retorcía, tomo rápidamente su almohada y ahogo lo que habría sido un buen grito en ella, mientras sus piernas temblaban.
-¡¿Estas bien?! ¡Si quieres puedo sacarlo ahora y…!-Le trataba de suplicar.
-¡NO!….¡Nhggg!….¡No lo saques!-Bramaba ella, mientras sus ojos se llenaba de lágrimas y contenía la respiración.
Yo con aproximadamente 5 centímetros de pene dentro de ella, veía como mi hermanita contenía la respiración un rato, hasta que de nuevo comenzó a respirar, profunda y rápidamente. Ella había dejado de lado la almohada que apachurraba con tanto fervor y pude ver su cuerpo desnudo desde otra perspectiva, parecía estar bastante tensa, sus músculos se marcaban en su piel blanca, podía ver sus pequeños pectorales de niña tensar su pecho, el cual subía y bajaba al respirar mientras que hacia fuerza con el abdomen, Ya he comentado que soy dibujante e ilustrador, por lo que sé muy bien de anatomía humana, y ver a mi hermana así, y aun mas con parte de mi penetrándola, se me hacía tan abrumadoramente estremecedor como una obra de arte renacentista.
Después de limpiarse las lágrimas y normalizar su respiración me mira a los ojos, con esa mirada de determinación obstinada que la caracteriza.-Ya…Ya no me duele…Oye…eso realmente dolió…más vale que esto se sienta mejor…Puedes…empezar a moverte.-Me dijo con cierta dificultad.
-Solo…avísame si te duele…-Le recalque, realmente estaba preocupado por ella. Pero desde muy en lo profundo, estaba feliz, muy feliz ¡Ya no era virgen! ¡YA NO ERA VIRGEN!, y no era virgen gracias a nada más y nada menos que mi hermanita de tan solo 9 años…
Entonces seguí metiendo lentamente mi pene en su agujerito, era sumamente apretado, caliente, húmedo y palpitaba, era una sensación trascendental, Mientras más la metía mi hermana aumentaba de nuevo su respiración y daba gemidos más profundos y sonoros Ya tenía adentro un tercio de mi verga, como 6 centímetros, y ya sentía que no podía meterla más, pero tanto ella como yo estábamos en el mismo cielo, y ahí fue cuando pude ver otra de las cosas que pensé nunca vería en vivo. Mi hermanita tenía la lengua afuera, un hilo de saliva emanaba de la punta, sus ojos estaban abiertos, un poco volteados hacia atrás mientras que dos gotitas de lágrimas se asomaban de nuevo en sus ojos. ¡MI hermana estaba haciendo cara de Ahegao! ¡Era real!
Entonces saque un poco mi pene y pude verlo, había un hilillo rojo que salía junto al lubricante y los jugos de mi hermanita, definitivamente tanto la virginidad mía como la de mi hermanita habían llegado hasta allí, así que decidí tomar la responsabilidad, y hacer que la primera vez de mi hermana, fuera lo más mágica posible. Saque un poco, solo un poco mi pene, lo suficiente como para ver el comienzo de mi prepucio, y lo volví a meter, esto con la suficiente lentitud y cuidado como para que ella no sintiera incomodidad. Repetí varias veces el mete y saca, con una mano sostenía una de sus caderas, y la otra la tenía posada en su vientre. ¡Podía sentir mi pene entrando y saliendo a través de su piel! definitivamente mi hermana era bastante frágil comparada conmigo, por lo que proseguí con mi movimiento lo más cariñosa y cuidadosamente posible. Ella estaba gimiendo muy fuerte, todo su cuerpo se estremecía con esa nueva sensación, por un momento pensé que ella iba a acabar, pero al parecer su cuerpo quería seguir sintiendo ese placer.
-Hermano…Hah….Hermano….Hah…Te amo hermano….Te amo mucho….Gracias…Hah…-Dijo ella, mientras ponía una mano sobre la que yo tenía en su pancita.
Felicidad, cariño, amor, pasión, lujuria, excitación. Un mar de emociones inundaba mi mente mientras un mar de sensaciones inundaba mi cuerpo, y me imagino que así también se sentía mi hermanita, recién desvirgada por su hermano mayor.
Sin dudarlo, me acerque a ella, y empecé a besarla, nuestras lenguas empezaron a juguetear inmediatamente, mientras seguía mis pequeñas embestidas en su vagina, lentamente, encontraba seguridad para liberar su cadera, y dirigí ambas manos a sus pequeños pezones, quería estimularla lo más posible por todo su cuerpo, nos seguimos besando por un rato, hasta que me separe de su boca y empecé a darle apasionados besos por su cuello, hasta llegar a uno de sus pechos, el cual empecé a lamer y chupar enérgicamente.
-Hah…SI hermano…hah…chúpame más…-Decía mi hermanita mientras rodeaba mi cabeza con sus brazos, al mismo tiempo que yo seguía embistiendo gentilmente su pequeño y apretado agujero.
Entre gemidos, sonidos de chapoteo, chupadas, y pequeños gritos estuvimos por un tiempo, hasta que finalmente sentí un enorme apretón en mi pene, y un buen flujo de líquido salió disparado de la vagina de mi hermana, mientras que su cuerpo se estremecía, se había corrido, pero ese no era el final, yo continúe embistiendo gentilmente su cucharita, ella en cierto momento levanto su torso.
-Es-toy sen-si-ble….Ya me co-rri….-Decia ella, con la voz entrecortada, interrumpida por mis embestidas, las cuales habían aumentado de velocidad.
-Lo sé…solo espera…-Le dije, mientras procedía a besarla nuevamente.
Yo continuaba mi movimiento, que aunque bastante pequeño, era sumamente estimulante para mí, ya no iba a abandonar esa ventana al cielo tan fácilmente, no hasta correrme, su vagina estaba un poco más dilatada que antes, pero seguía siendo sumamente apretada, por lo que llegar no sería tan difícil, ella empezó a gemir fuertemente de nuevo, se notaba que estaba de nuevo sintiendo placer, así que yo proseguí.
Estaba aguantando mi corrida, tratando de mantener movimientos lentos y calmados, hasta que sentí de nuevo su estremecimiento y apretujón vaginal, y empecé a acelerar embestidas, hasta que nos vinimos al mismo tiempo, mi primera corrida dentro de la vagina de una chica, y era la de mi hermanita. Yo me deje caer al lado de ella, mi pene seguía dentro de su vagina mientras que yo la abrazaba desde atrás. Lo único que se escuchaba en la habitación eran nuestras respiraciones agitadas, pasados unos minutos mi pene perdió la dureza, y se salió del condón el cual quedo dentro de la vagina de mi hermana, tanto ella como yo notamos esto después de relajarnos un poco, ella se sentó y yo me puse en frente de ella, Tome con mis dedos la boca del condón para evitar que se derramara mi semen, y tiro levemente de él.
-Hugh-Mi hermanita suelta un pequeño quejido.
-¿Te duele?-le pregunto.
-No…Solo lo siento muy sensible.
Entonces seguí tirando del condón hasta que veía la bolita que estaba hecha mi semen, aunque más que bolita, joder, era solo un poco más pequeña que una bola de pingpong. Seguí tirando de ella y vi como su vaginita se dilataba un poco para dar paso a eso, al mismo tiempo que ella soltaba un gemidito. Entonces vi que en el plástico había lubricante vuelto espuma, restos de sangre y babas de su propia vagina. Ella lo contemplo un tiempo.
-¿Me puedo beber eso?-Me pregunto.
-¡¿Quieres bebértelo?!
-¿No puedo?…es que no quisiera que se desperdicie…además, será más fácil botar escondido eso vacío que lleno de tu leche ¿no crees?…
La mire con inquietud por un momento y le di la bolsita cilíndrica. Ella lo sujeto de arriba y abajo, se metió la apertura en su boquita y pude ver como rápidamente se vaciaba dentro de ella. Después de dejarlo vacío y hacer el típico «Haahhh» de cuando te tomas algo refrescante me lo dio, y lo puse a un lado, decidí empezar a limpiar todo, tome un par de toallitas húmedas y le empecé a limpiar la sangre que había quedado en su cucharita, le pedí que se hiciera a un lado, y recogí la toalla que siempre estuvo debajo de nosotros, y notamos que tenía una pequeña manchita de sangre.
-Ya no soy virgen eh…-Dijo ella, mientras la tanteaba con lo dedos.
-¿estas arrepentida de lo que hicimos?-le pregunte.
Ella me miro a los ojos y me sonrió de la manera más dulce que la he visto sonreír.-Claro que no.
No creí que fuera posible sentir tanto amor en mi vida, mi hermanita era como una luz cálida, que podía tocar.
Después de eso, lleve la toalla a lavar, recogí todo, me vestí, puse cada cosa donde la encontré, tome el condón, lo enrolle lo más que pude en una servilleta y lo tire a la basura. Cuando volví a la cama, mi hermanita estaba sentada al borde de la cama aun desnuda, parecía estar nerviosa por algo.
-Oye, creo que lo mejor será que te vayas a bañar, voy a preparar en almuerzo dentro de poco. -le dije.
-hehehe…es que…tengo un problema…-Me dijo, como tratando de evadir momentáneamente mi mirada.
-¿Eh? ¿Qué ocurre?
Ella se trató de levantar, y cuando estaba de pie al lado de la cama sus piernas empezaron a flaquear y a temblar, hasta que tuvo que volver a sentarse a los pocos segundos.-Creo que no me puedo levantar por ahora… ¿me podrías llevar cargada al baño y…bañarte conmigo?
-Pfff…Claro.-La tome en brazos y la lleve al baño la senté en el tobito, nos bañamos normalmente y al salir con ella cargada y enrollada en una toalla, me pregunto.
-¿Esto…va a pasar siempre que «Hagamos el amor»?-Me pregunto sonrojada, tal vez porque la llevaba como si fuera una princesa.
-hehehe, tal vez…las primeras veces, después no te tendrás que preocupar.-Le dije sonriendo.
-Pero vale la pena.-me dijo.
El resto del día transcurrió normal, almorzamos, mi abuela y mi mama llegaron nos saludaron, les dije que Michelle estaba durmiendo después de hacer tarea, porque aun caminaba gracioso para ese momento, y luego en la noche nos dormimos inmediatamente, nuestros anhelos y necesidades ya estaban cubiertas, y mi hermanita tenía la seguridad de que podía contar conmigo cuando quisiera.
Fin de la tercera parte
Las primeras tres partes fueron solo el preámbulo para lo que siguió en nuestra vida incestuosa a lo largo de estos otros 4 meses, sinceramente nos volvimos más atrevidos hasta el punto de follar en la noche cuando mi familia estaba en la casa. Si quiere que siga contándoles lo que ocurrió déjelo en los comentarios o si quieren decirme o mandarme algo les dejo mí correo: [email protected] . Por cierto, le dije a mi hermanita que publicaba estos relatos, aunque al principio no estaba de acuerdo en que siguiera contando, yo le dije que no había dicho ni nuestros nombres, ni donde vivimos, así que estuvo de acuerdo de esa manera. Obviamente no son los nombres reales ni de mi hermanita ni mío, pero me dijo que de hecho le hubiera gustado llamarse Michelle, ella les manda saludos y «Buena paja» XD.
Hola me encanta tu historia, sería grandioso que pudieras seguir publicando más, pero me gusta también que seas artista, vengo leyendo desde el cap 2 pero me emociono más con tu exelente método de escritura, me encantaría poder hablar más.
Sigue contando por favor, es genial!
seria muy excitante qu no uses condon, y se lo eches adentro que ella pueda gozar el calor del semen de su hermano, esta genial tu historia
Muy bueno como los demas, bien explicado y muy excitante, espero q sigas contando, estoy al tanto de tus relatos 😉
muy buenos los tres relatos, espero la continuacion
Ya t comente en primero y vuelvo y reitero, la calidad en como cuentas las cosas ya había olvidado como era, ya no se encuentra relatos así en estos tiempos,
gracias, claro, para mi es muy importante la elocuencia y el realismo para hacer Relatos de calidad.
Gracias, excelente relato, sigue contando.
Me gustaría saber que tanto le haces a la nena.
Eres increible Miguel.Pude sentir momento a momento como fuiste ingresando a esa chuchita casta, pura, virgen, apretadita, jugosa,caliente,deseoso y lujuriosa de tu rica y putita hermanita.Ya son las 4 de la madrugada del 3 de agosto del 2021.Debo dormir-Será dificil pensando en estos tres relatos que he leido de tus aventuras con tu hermanita Michelle (que bello nombre elegiste).saludos y mañana espero leer otros 3 capitulos mas.