La visita de mi hermanita de 9 años 06 Aún cuando nos pueden descubrir
pasamos momentos de adrenalina..
La visita de mi hermanita de 9 años 06 Aun cuando nos pueden descubrir
En la anterior parte Les contaba sobre como mi hermanita Michelle y yo habíamos iniciado a tener sexo anal, y para mi alegría y la suya, le encanto.
Esta vez les voy a contar sobre cómo fue que mi familia tuvo que quedarse en casa varios días seguidos y como no pudimos quedarnos solos tuvimos que hacerlo con ellos ahí, eso, pero primero una ocasión muy especial.
Después de ese día que habíamos tenido sexo anal, en el que habían pasado ya 6 semanas desde que mi hermanita estaba ahí, mi padre volvió a llamar a mi mama, para decirle que el viaje de trabajo se había complicado, las cosas estaban lentísimas, y que aún no podían irse, por lo que Michelle se tendría que quedar indefinidamente. Para mi mama era un fastidio, para mi abuela, era bonito tener una niña pequeña a quien consentir con galletas, y dulces, para mí y para mi hermanita, se traducía en más tiempo para estar juntos. Unos días más tarde, yo estaba escribiendo una tarea que me habían pedido, era bastante temprano, pues me había levantado mucho antes que mi hermana expresamente a hacer eso rápido para tener el día libre pues hoy era día de coger, probablemente, conociendo a mi hermanita. Ella se levanta en lo que estoy ocupado, medio adormilada todavía, pues no solía levantarse tan temprano (Eran como las 7 de la mañana) Me saluda, me da un beso en el ojo, porque fallo en dármelo en la frente, así de dormida estaba, y fue a cepillarse, bajo a servirse un pan con café con leche, y vino de nuevo, se lo estaba comiendo en la cama mientras me veía trabajar. Yo hablaba de vez en cuando con ella, pero mayormente concentrado en mi tarea, cuando la pierdo de vista, y veo que ya no está en la cama, ya se había comido el pan y tomado el café. Sorpresa la mía cuando la encuentro sobando mi entrepierna por sobre mi short.
Ella me dijo de manera cómica que a su café le había faltado más leche, así que opto por tomarse la mía, mientras me sacaba el pene del bóxer, erectandose rápidamente.- ¡Pero no se vale dejar de trabajar! Sigue en lo tuyo mientras estoy aquí.-Me dijo, antes de introducirse mi miembro en la boca, esta vez lo hacía muy lentamente, lamia cada centímetro de mi glande, lengüeteaba mi uretra, ensalivaba mi tronco hasta que quedaban húmedas hasta mis pelotas, mientras que yo tenía que tratar de concentrarme en mi tarea. Me gusto esa dinámica, y no me hubiera imaginado que ella la planearía, llevábamos como 7 minutos ahí, a ella le gusta lamerme la verga, a mí me gusta el masajito placentero que me daba su tibia boca. Cuando de repente suena mi teléfono, el que tenía en la misma mesa de computadora, ella a pesar de oírlo siguió con lo suyo, pues habrá pensado que le iba a poner silencio, pero sorpresa la mía cuando resulta ser mi padre. Y se me ocurre a mí, esta vez proponer un juego. Contesto la llamada
-¡Hola, Papa! ¿Cómo están?-Digo sonoramente, con la intención de que mi hermanita se entere que era nuestro padre. Ella casi que inmediatamente se desprende de mi pene, pero yo tomo su cabeza y se lo clavo de nuevo en la boca, en señal de que siga lamiendo.
-¡Miguel! ¿Cómo están ustedes? Dios te bendiga, Por aquí todo pésimo, las reuniones duran una hora al día, y podemos hacer casi que dos a la semana ¡Es terrible! ¿Y cómo se ha portado Michelle?-Dijo mi padre, por teléfono, que desde el principio, había puesto en altavoz, por lo que mi hermanita podía escuchar mientras seguía chupando mi pene.
-Ah, mi hermanita se porta muy bien, fíjate que para mi abuela es como tenerme otra vez pequeño, le agarro mucho cariño.-Le digo.
-Ahhh, disculpa en serio que tenga que estar allá tanto tiempo, realmente la buscaría si pudiera, pero sabes cómo son las cosas por aquí.-Me dijo.-Pero en serio, en serio, estoy muy agradecido con que la cuides, ella me dice que le gusta mucho estar con su hermano mayor, realmente te agradezco que seas tan responsable.
-Pfff, no te preocupes, que Michelle para mí no es ninguna carga, es más, tener una hermana al menos me mantiene ocupado, sabes que con lo de la cuarentena, incluso mis clases se pusieron muy apagadas ¡Casi que no hago nada!.-Le digo. (Si supiera lo que le estoy haciendo a su hija)
-¿Y se porta bien verdad?-Me pregunta.
-¡Claro! mira de hecho, esta aquí, ¿te gustaría hablar con ella un rato?-Le digo
-pásamela pues.-Me dice.
Yo saco mi miembro de la boca de Michelle, y le paso el teléfono.- ¡Hola papi, ¿cómo está mi mama?!-Dice ella al teléfono, mientras yo empiezo a pajearme cerca de su cara, ella aún estaba arrodillada entre mis piernas.
-Hola hija, bien, justo ahorita, se está bañando aquí en la habitación de hotel que nos dieron, pero la verdad no es gran cosa, es un cuartucho.-Le dijo el, tal vez con el pensamiento de que así, no haría a una niñita anhelar estar allá, pero muy lejos estaba de la realidad.-¿Y te portas bien? ¿Te comes toda la comida cuando te sirven?
-Sí, me porto bien, y sí, me como todo.- (Todo, sin duda) Pienso yo.-La comida de la abuelita de Miguel es muy rica.-Le dice.
En ese momento empezaron a tener una charla común de padre e hija, pero yo me concentraba en mi paja. Quería hacer algo concreto, acelere lo más que pude, para hacerlo antes de que terminaran la llamada.
-Sí, yo siempre me cepillo bien los dientes y ¡Ahhh…!-Fue interrumpida mi hermanita, cuando un buen chorro de mi semen cayo en su cara, cabello y parte del teléfono.-Heww…-Dijo ella
-¿Que paso Michelle, estas bien?-Pregunto mi padre exaltado.
-¡Si, si! es que se me derramo el café con leche que me estaba tomando, y estaba algo caliente.-Le dijo mi hermanita a su padre como excusa.
-¿En serio? ¡Ten cuidado! quítate esa ropa rápido y cámbiate, pásame a tu hermano.-Le dijo.
-¿Si? Si, ya vi lo que paso, no te preocupes, ella ya fue al baño, ahorita le paso otra bata…Si…si…ok…Chao.-Le decía, terminando la llamada con el teléfono a cierta distancia, para no llenarme la oreja de semen, pero Michelle aun seguía en frente de mí, toda manchada.
-Bueno al final los dos perdimos, es un empate.-Decía ella mientras se pasaba los dedos por la cara para llevarse el semen a la boca.
-Uff, eso fue intenso… Creo que tengo el corazón en el cuello.-Le dije yo. A pesar de lo simple de la situación, vivirlo es muy intenso y muy excitante.- No podemos hacer otra vez algo como eso. Mi cuerpo no resistiría.-Le decía yo, mientras sudaba como loco y sentía mi corazón con una mano en el pecho.
-Pero si fue tu idea hacer eso, hahaha, que tonto eres.-Me dijo ella mientras esta vez lamia el teléfono.
En ese momento yo empecé a pensar filosóficamente, ya saben, esos bajones que me dan de vez en cuando, que mi mente empieza a pensar muchas cosas profundas muy rápido. Y pensé en lo jodidamente hipócrita que es el mundo. Es decir, todos se escandalizarían por lo que estamos haciendo mi hermana y yo, tanto por lo del incesto como porque ella tiene 9 y yo 19. Cuando por lo que pude enterarme en Hollywood hay una industria de trafico infantil que da serio miedo, es decir si tienes el suficiente dinero, y la suficiente autoridad, no importa si tienes 60 años, no importa si estas obligándolos, puedes cogerte a los niños que quieras de la edad que quieras. Además, con la de contenido Hentai de lolis y toddlercon que hay en internet (nunca me pajie al menos con los del toddler, pero sé que existe, soy algo así como un experto del porno) En caso de que a la gente ya de 18 les siga gustando las niñas pequeñas son enfermos, entonces una muy buena cantidad de personas, y no solo de hombres, están locos.
Es decir, yo no es que estoy orgulloso de mi por hacer esto ni nada por el estilo, tampoco es que considero que el mundo tenga que incentivar «¡Oh, sí, tipos de 30-40 años, pueden follarse a cualquier niña que quiera!» En realidad todo depende mucho de las circunstancias. Y al menos puedo decir que mi hermanita cayo en buenas manos para iniciar su vida sexual, eso nadie lo puede negar. Nosotros disfrutamos, nos queremos, y además, la cuido y me aseguro de no lastimarla, nuestra relación es más sana que la de muchos influencers.
Pero no me importa para nada no decírselo a nadie, no me importa que esto esté oculto, como dije, no siento que esto deba ser un orgullo, además, el que come callado, come el doble como dice el dicho.
Entonces, terminada la ocasión especial, sigo con el relato principal. Ese mismo día, en realidad, no teníamos muchas ganas de hacer nada después de eso, ni ella me dijo nada ni yo le dije nada, todo el día fue puro ver películas, jugar juegos y un muy ocasional besuqueo, pero no pasaba de eso. Yo pensaba que estaba satisfecha todavía, y como me la había mamado en la mañana, yo me daba por satisfecho. Almorzamos, llego la tarde, llegaron mi mama y mi abuela, pasamos un rato en familia, cenamos, tuvimos un tiempo familiar, jugando Jenga, llego la hora de dormir, y cada quien se fue a su habitación. Nos tocó dormir como siempre, a los dos juntos, en posición de cucharita, yo la abrace, sin morbo alguno y me dispuse a dormir. Ya estaba bastante dormido cuando de repente, empiezo a escuchar un ruido sumamente conocido, mi hermanita estaba gimiendo ¿De placer?
Cuando termino de caer en cuenta, mi hermana efectivamente estaba gimiendo, y su cuerpo se retorcía levemente entre mis brazos. Trato de seguir haciéndome el dormido, intentando percibir el movimiento que hace mi hermana, y sorpresa la mía cuando descubro su mano frotando su vaginita, estaba tratando de ocultar su actividad haciendo movimientos muy cortos y suaves, pero era imposible hacerlos pasar desapercibido, sobre todo por sus gemidos, que aunque muy ahogados, en el silencio de la noche, se escuchaban muy bien. Michelle se seguía masturbando con vivacidad y por mi contacto con la piel de sus brazos, podía sentir su elevada temperatura, y su sudor. Mi debate sobre si dejarla estar o intervenir fue corto, rápidamente mi mano se dirigió también a su vagina, la cual empezó a masajear junto con su manita.
-¡¿eh?!-Susurro ella, volteando la cabeza hacia mí.
-¿Qué hacer?-Le pregunte también susurrando.
-¡Perdón si te desperté…hah… en serio lo siento!-susurraba ella deteniendo su autosatisfacción y dejándome el trabajo a mí.
-No te preocupes, pero ¿Porque no fuiste al baño?-Le dije, mientras masajeaba su clítoris en círculos.
-Es que….huh…..el baño siempre es frio en la noche….hah…y tu estas muy calientito.-Me dijo al oído.
-¿ah, sí?-Le dije mientras sentía como una enorme cantidad de sangre ya se dirigía a mi entrepierna.-Me hubieras dicho, yo te hubiera ayudado desde el principio.
-Es que no quería molestarte…ha… después de todo, ya te habías corrido en la mañana, por eso no te dije hoy para…ya sabes.-Me dijo mientras empezaba a sentir como sus nalgas empezaban a hundirse entre mis piernas para entrar en contacto con mi erección.
-¿Tenias ganas desde la mañana?-Le pregunte mientras sentía como su culito se meneaba en mi pene totalmente erecto sobre el bóxer.
-Si…la verdad aun quiero, por eso me empecé a tocar, pero creo que mejor esperamos hasta mañana, como tu mama y tu abuela están aquí…-Decía ella mientras dejaba de moverse provocativamente y encogía su cuerpo. La verdad sentí tristeza y decepción en sus palabras, por lo que le había masajeado, podía sentir que estaba sumamente mojada, he interrumpir así algo como eso, es definitivamente frustrante, en serio una vez hace un par de años me paso algo similar mientras me masturbaba libremente viendo una peli porno que solo tenía en DVD y la tenía que poner en el televisor de mi habitación que como saben, no tiene puertas. Pero ese día estaba solo y tenía vía libre, Sorpresa la mía, que llego mi mama, y no solo mi mama, sino llego con mi madrina y sus tres hijos para quedarse a cenar, y mi velada se vio frustrada.
Entonces decidí tomar cartas en el asunto y aliviar los deseos de mi hermanita, aunque eso costara cierto riesgo de ser descubierto… («Nah, lo hice por la adrenalina», diría mi parte morbosa y pervertida.) Sin decir una palabra, levante la sabana que nos cubría, me levante de la cama con el menos ruido posible (Mi cama es de madera, algo vieja y rechina un chingo).
-Hey, ¿Que pien…?-Trato de decir ella.
-Shhhh.-Le dije yo, llevando un dedo a su boca, en señal de silencio y luego se lo metí en la boca, el cual ella empezó a chupar, una de las veces ella había empezado a hacer eso, ¡Yo no se lo enseñe, ella sola lo hizo!
Alce la bata que traía puesta hasta su cintura, para terminar de quitarle las braguitas que ya estaban cerca de sus rodillas. Seguía masturbándola hábilmente mientras ella gemía con mis dedos en su boca. Me detuve un momento y le dije que levantara los brazos, así termine de desvestirla totalmente, yo también me quite la ropa, ambos quedamos desnudos en la cama. Yo ahora estaba acostado de nuevo, a su lado, mientras estiraba mi cuello para chupar sus pezones, mientras que mis manos hacían lo suyo en su entrepierna. Ella misma se había tapado la boca para suprimir sus gemidos, había entendido lo que tenía en mente, hacerlo ahí mismo, con gente en la casa, así que había que ser lo más silenciosos posible.
Mi pene estaba totalmente erecto y chocaba contra su espalda, me baje un poco y volteando su cuerpo, empecé a frotarlo contra su vaginita, su cuerpo empezó a tener pequeños espasmos, y sus gemidos ahogados de hacían más intensos. Ella sabía que quería hacer, pero al parecer lo quería ya, una de sus manos tomo mi erección y la ubico en su entrada, ella misma empezó a ensartárselo entre fuertes respiraciones, y contracciones. Su piel se erizo, su vaginita recibía gloriosa mi pene, podía sentir de nuevo la estreches, la humedad, la suavidad, estaba especialmente caliente esta vez. Una buena parte de mi miembro había entrado y ya me sentía en el cielo, sentía corrientazos de placer que casi hacen que me corra inmediatamente, y creo que la situación de mi hermanita no era muy diferente. Ella empezó a mover las caderas unos segundos después, estábamos acostados de lado, abrazándonos mientras nuestros sexos se volvían uno. Yo también empujaba, lo suficiente para no lastimarla, en ese momento, aproximadamente 10 centímetros ya podían entrar en su agujerito, aunque ahí en medio de la oscuridad y siendo una ocasión tan particular, me mantenía en cierta longitud más cómoda para ella. Estábamos teniendo sexo con mi familia en la casa, era sin duda lo más arriesgado que habíamos hecho, llevábamos ya unos 5 minutos, tanto ella como yo estábamos hundidos en el placer más absoluto y sublime, entre espasmos, gemidos ahogados sudor y respiraciones entrecortadas, cuando de repente mis sentidos captaron algo. Me detuve por un momento para escuchar mejor.
-Uhhh….Uhhh…. ¿Porque te dé…?-Trato de decir mi hermana antes de que yo le tapara la boca.
Eran pisadas…Y no pisadas cualquiera. Eran de mi abuela ¡Y se dirigían a la habitación! Rápidamente tome las ropas que nos habíamos quitado y las puse a nuestros pies, tome la cobija que antes nos cubría, y con ella tape tanto la ropa como a nosotros, quería hacer como si estuviéramos dormidos.
-Mi abuela viene para acá, hazte la dormida, trata de soportarlo.-Le dije a mi hermana susurrando.
Acto seguido, le di una fuerte embestida, mi pene seguía dentro de ella, con la cual, separe solo de nuestra cintura para arriba. Ella iba a soltar un fuerte gemido, pero hundió su boca en su almohada, nuestros torsos se separaron, por fuera de la cobija parecía que había cierto espacio entre nosotros, pero por dentro, de nuestras caderas para abajo seguían pegadas. Probablemente nuestros cuerpos formaban una especie de «Y».
Mi abuela entro en la habitación, cerré mis ojos pero escuchaba sus pisadas en el suelo de cerámica cerca de nosotros, al lado de la cama, podía escucharla, probablemente estaba viéndonos.- (Mierda… ¿La cama hacia tanto ruido?).-Pensaba yo, mientras mi corazón y por lo que podía sentir por mi pene, también el de mi hermana estaban a mil. Yo sabía que se podía escuchar algunas cosas del piso de arriba estando en el piso de abajo, entre ellas, los chirridos de mi cama de madera. Probablemente mientras estábamos haciéndolo, hicimos que la cama sonara rítmicamente, lo que despertó a mi abuela, quien siempre había sido de sueño muy ligero. Y ahora ella nos estaba observando desde una distancia muy corta. No podía evitar respirar estrepitosamente y mi hermana tampoco, en medio de la oscuridad y el silencio era muy obvio que estábamos agitados, al menos para mi buen oído, quien sabe si para mi abuela. Rogaba con que estuviera lo suficiente somnolienta para que no lo notara. Pero lo que me tenía nervioso era el hecho de que si se le ocurría siquiera desarropar hasta el hombro a mi hermana quien estaba en la orilla, vería que estaba desnuda, probablemente también terminaría de alzar la cobija y vería que mi pene estaba dentro de ella, y sería el fin, a pesar de estar oscuro, si se podría ver de todo. No podía moverme, si se me ocurría siquiera mover un musculo, el movimiento se transmitiría a mi pene, que estando dentro de mi hermanita, no evitaría gemir, lo que terminaría de levantar las sospechas de mi abuela.
Sentí a mi abuela acercar su cara a nosotros, luego alejarse, mover la cortina del baño, probablemente asegurándose de que esté cerrada, y luego escuche sus pasos alejarse de nuevo, para bajar la escalera.
-Ahhh…. ¡Tengo el corazón en la garganta!-Me dijo Michelle al oído susurrando.
-Hahahaha, eso fue muy intenso.-Le dije yo
-Ahh….¿Quieres seguir?-Me pregunto ella.-Tu pene sigue duro dentro de mi.-susurro mientras con su mano tanteaba el tronco que sobresalía aun de su vagina, aunque gran parte estaba dentro.
Yo no dije nada, y me limite a continuar el movimiento. Ella empezó a gemir en voz baja, mis manos se dirigieron primero a sus pezones, empecé a estrujarlos enérgicamente hasta que decidí levantarme un poco.
-¡Ahhh!-Ella gimió bastante, por un momento me preocupe de que se escuchara abajo. Yo me había alzado sobre ella, cambiándola de la posición de lado, ahora a la de misionero, pero no terminaba ahí. Empecé a gatear por la cama con mi pene en la vagina de mi hermanita, ella entre gemidos ahogados y pequeños espasmos también se movió. Quería que estuviéramos en una posición en donde la cama sonara lo menos posible ambos queríamos continuar hasta quedar satisfechos, pero necesitábamos ser más silenciosos, el casi ser descubiertos había disparado mi adrenalina, y la de Michelle probablemente también, su vagina me apretaba maravillosamente y estaba casi tan mojada como si hubiéramos usado lubricante. Llegamos gateando poco a poco a uno de los lados de la cama donde yo sabía que no haríamos ruido, la cabeza de Michelle sobresalía del borde de la cama y quedaba casi colgando. Por el placer que le estaban dando mis embestidas, dejo caer su cabeza miraba al techo en medio de la penumbra mientras cubría su propia boca con sus manitas. Yo empecé a lamer un pezón, mientras que el otro lo estrujaba con una mano, y con la otra estimulaba su clítoris, entre embestida y embestida. La cantidad de estímulos que le estaba dando era para que gritara del placer, pero se estaba conteniendo, entre sus respiraciones agitadas y gemido ahogados sentí que sus manitas, que estaban cubriendo su boca, estaban llenas de saliva. Definitivamente para ella debió ser una experiencia muy intensa, y para mi también lo estaba siendo. El hecho de no ver bien su cuerpo, hacía que mi sentido del tacto estuviera mucho más activo, podía sentir la suavidad de su piel, la firmeza de sus músculos que se tensaban y relajaban entre embestidas, podía escuchar su respiración y todos los sonidos obscenos que lanzaban nuestros sexos al chochar. No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero sé que no fueron más de 7 minutos, hasta que nos corrimos, admito que lo hice primero. ¡Se sentía demasiado bien! Todo mi semen empezó a inundar los adentros de Michelle.
-¡Eshta….Callienteh!…-Dijo antes de también tener su orgasmo.
Antes de esa vez, ya me había corrido en su vagina sin condón y también en su culito, como les conté antes, y ella me decía que se sentía demasiado bien, y debí ser así, pues después de tener un largo orgasmo, su cuerpo quedaba temblando a ratos, su piel se erizaba y su respiración se relajaba. Nos quedamos un rato así hasta que mi pene perdió la dureza y salió por su cuenta. Decidí levantarme rápidamente al cajón de al lado a buscar algunas toallas. No encendí la luz, pero con la linterna del teléfono decidí chequear como había quedado todo.
-hehehe. Esto es un desastre-Le susurre mientras veía como había manchas de semen, mucho sudor y los líquidos pegajosos tanto en la sabana como en el cubrecama.-Definitivamente tendré que lavar esto mañana.-le dije.
-Eso fue muy emocionante… ¿Podríamos repetirlo alguna vez?-Me decía mientras también se asomaba a ver.
-Ahh…no sé…Esto es muy peligroso…Por poco nos descubren.-Le dije.
-¿Esto no cancela el sexo de mañana verdad?-Me dijo sorpresivamente.
-Para nada.-Le dije yo antes de darle un buen beso en la boca.
Termine de limpiar lo que pude con las servilletas y estaba a punto de ponerme la ropa.
-Oye, ¿No podemos dormir desnudos? Es que quiero sentir tu piel.-Me pregunto.
-No, ¿y si nos resfriamos?-Le dije.
-Uhhh…Bueno, ok, ella también busco su ropa.
Pero se me ocurrió algo. Le dije que esperara y que se acostara desnuda, entonces tome mi propia ropa, mis bóxer, acostándome muy pegado de ella, de cucharita, nos puse el bóxer a ambos, pues sé que se estiran bastante, son de calidad. Hice lo mismo con el short holgado, y con la camiseta. Ella estaba emocionada, decía que se sentía muy tibio y acogedor. Mi pene no pudo evitar erectarse al estar en contacto directo con sus nalguitas, y ella lo recibió encantada entres sus piernas. Así decidimos dormir esa noche, por ahora satisfechos.
Fin de la sexta parte.
Si quieren que siga contando la historia pueden decírmelo a los comentarios. Gracias de paso a todos los que siguen mis publicaciones y me comentan. Si quieren aconsejarme algo acerca de cómo seguir contando, o simplemente mandarme algo aquí les dejo mi correo: [email protected] .
Hola brother muy buenas tus historias me gustan demasiado sigue así porfavor mete alguna amiga de ella o algo así sería interesante
Sigo fielmente todos tus relatos, me encanta como estan bien contados, sigue asi y no tardes tanto en publicar, saludos xD
Estupenndos relatos y bien narrados syge asi con lujo de detslles no te preocupes
Está ha Sido la parte más peligrosamente exaltante, explicada detalle a detalle mientras están juntos, que bueno que del miedo no paso nada más, eso es mantenerse firme, si me gustaría ver la parte 7 luego de tanto se volvió más emocionante y muy buen desarrollado.
el incesto entre una hermana y un hermano es rico hay que hacerlo con seguridad y poniéndose condones para que no se quede embarazada. Muy buen relato. El sexo es lo mejor. Sigan haciéndolo y disfruten
ecleente serie, expero la sigas que vuelva y con otra primita o amiga al menos una semana pero con el mismo titulo y agregados asi se la ubica facil. excelente escrito
5 Estrellas como en todos tus otros relatos. En verdad la putita de tu hermanita ya es toda una experta. Deberias darle mas seguido por el culo y con harta fuerza. Ojala le rompas un poco el ojete de su culo y sangre un poco para que pruebe el orgasmo con dolor. Que opinas?. Iremos por el Nº 7 otro dia creo.
Que rico relato continúa con la siguiente parte