La visita de mi hermanita de 9 años 09 Contención
la semana que pasó mi madrina y sus tres hijos en nuestra casa.
La visita de mi hermanita de 9 años 09 Contención
En la última parte les contaba sobre como los planes de tener sexo todos los días que le quedaban a mi hermanita en mi casa, se vieron arruinados por la intromisión de mi madrina y sus tres latosos hijos.
Ese mismo viernes, llego mi Madrina, Nélida y sus tres hijos Nora, Nerio y Natalia. Mi hermana y yo, después de bañarnos, por separado, fuimos a la sala de abajo, donde mi mama estaba hablando vivazmente con mi madrina, mientras que los tres niños jugaban con unos legos, que supongo que ella misma había traído. Michelle se presentó, ocurrió todo este asunto de ¿Cuántos años tienes? ¡Que bella! ¿Cómo es Miguel como hermano? ¿Te gusta estar aquí?, seguido, además de la avalancha de preguntas que tenían el trio de críos.
Entre cuento y cuento, me entere de que mi madrina estaba aquí porque descubrieron una infestación de insectos en el pequeño edificio en donde está su apartamento, por lo que por toda una semana desde ese día, estarían ahí. Parece que a mi madre la presencia de mi madrina y sus tres hijos era más amena que la de mi hermanita, me sentí un poco molesto por eso, pero no le preste atención. ¡LO QUE SI ME MOLESTO, FUE QUE EN ESAS CONDICIONES MI HERMANITA Y YO TENDRIAMOS 0 OPORTUNIDADES DE ACOSTARNOS! Ahora, no solo teníamos las vista de dos adultos, sino de tres, además también del bonus de tres chiquillos impertinentes. Como siempre, mi habitación era la predilecta para poner a los inquilinos temporales.
Además de no poder tener sexo, mi hermanita y yo no podríamos coquetear, como de vez en cuando hacíamos, cero besos de boca, cero toqueteos sugerentes, cero baños juntos. Ambos estábamos de acuerdo en no querer levantar ni la más mínima sospecha, y ella como niña pequeña, me instruyo sobre lo peligrosos que son los niños, pues por lo general, los adultos los veían como tontos, sordos y ciegos, por lo que muchas veces cometían descuidos garrafales delante de ellos, y como los niños son unas esponjas, pues peor. Ella sabía que tener tres niños pequeños en la casa era muy peligroso para desarrollar nuestras actividades.
-Ahora que lo pienso, recuerdo muchas veces en las que mi papa y mi mama se decían cosas en frente de mi.-Me dijo Michelle.
-¿En serio los adultos pueden ser tan descuidados?-Le dije.
-Bueno, no sé, solo sé que se cuchicheaban cosas que yo podía escuchar, incluso se manoseaban, como nosotros lo hacemos, pero por encima de la ropa, delante de mí… Tal vez creían que yo no le prestaría atención, o lo olvidaría.
-Joder, ese Manuel…-Le dije, por primera vez diciéndole a mi padre por su nombre.
Paso la primera noche, viernes, y como había intuido, todos se quedaron a dormir en el que ahora era el cuarto de mi hermanita y mío. «Ay es que el tuyo es el más grande» decía mi madre. Puras patrañas, es solo que ahora los adultos creen que los adolescentes no necesitamos privacidad, o que no nos importa tener intrusos en su espacio privado, aunque bueno, de privado no tenía mucho, ni puerta tenia. Los ronquidos de los chiquillos eran insoportables, El nivel de energía que tienen los niños es increíble, me repetí a mí mismo, pero esta vez sin derivativos sexuales.
Llego el segundo día, el sábado, y mi madre salió como de costumbre, junto con mi abuela a trabajar, mi madrina se quedó en la casa, y se podría decir que Michelle entablo cierta amistad como Nora, la hija de 11 años de mi madrina. A pesar de ser casi tres años mayor, se llevaron estupendamente, o al menos, todo lo estupendamente que se puede llevar una niña de 9 introvertida, otaku y gamer, con una de 11, extrovertida, parlanchina, normi, y bastante inquisidora. Nora en realidad no es mala, solo que su personalidad, no estaría en mi top 5 de mejores personalidades, y creo que en el de Michelle tampoco. Paso la segunda noche, he igual, la cantidad de gente en un solo cuarto se hizo notar. Esta vez, Nerio a mitad de la noche llamo a Michelle, zarandeándola de los hombros para preguntarle si la podía acompañar al baño. Yo estaba relativamente despierto y pude escuchar todo. Resulta que en menos de dos minutos, Nora y Natalia se levantaron también a pedirle a Michelle que los acompañara al baño. La actitud de mi hermanita al volver a mi cama denotaba cierto aire de molestia, supongo que a ella tampoco le gusta que la despierten, además de estar frustrada por nuestro plan fallido. Trate de consolarla rascándole la cabeza hasta que se durmió de nuevo.
Llego el tercer día, todo fue igual, llego la tercera noche, y antes de que pudiera decir nada, Michelle ya estaba durmiendo del lado de la pared, dejándome a mí en la orilla, era como decirme sin hablarme «Si a ellos les dan ganas de hacer pis, ve tu» Casi me podía imaginar su pequeña voz de niñita toda enojada, Dios mío, que adorabilidad. En efecto, esta vez al que toco despertar fue a mí. Curiosamente fue Natalia, de 6 años, la menor de los tres, quien me pidió acompañarla al baño. Es cierto que esta oscuro, y el baño tiene una ventana que lleva a un patio vecino donde hay aún más oscuridad, pero…pero queda ahí mismo por Dios, no hay necesidad de llamar a alguien para ir, y si sí, ¡¿Entonces por qué no llama a su propia madre?! ¿Sera que saben que ella si los regañaría? Me toco acompañarla al baño, incluso me pidió que entrara con ella para no sentirse sola. Me sentí algo incómodo. A pesar de que en efecto, me atrae Michelle, que es menor, tampoco me gustan TAN menores. No lo había dicho antes, pero tanto mi madrina como sus tres hijos, comparten un color de piel moreno tirando a canela, de pelo oscurísimo y lleno de rizos. Natalia específicamente, tiene un cuerpecito normal para una niñita de 6 años. Es un poco rellenita, sin caderas, con las piernitas rechonchas y su cabeza prominentemente más grande en proporción de su cuerpecito. Una bebe de cabo a rabo. En ese momento verla con instinto sexual me resultaba imposible.
-Miggelito, voteate mientras hago pipí-Me dijo casi susurrando, mientras se bajaba el monito de la pijama junto con su minúscula braguita delante del WC.
-¿No prefieres que espere afuera?-Dije también susurrando mientras me volteaba y me acercaba a la puerta.
-¡No, no me dejes sola, me da miedo!-Dijo, mientras saltaba del WC y se aferraba a mi brazo.
-Está bien, está bien, solo ve rapi…-Me quede pasmado un segundo, Natalia no se había subido su ropa, había venido a mí con su mitad inferior desnuda, y como alzaba sus brazos para sujetar el mío, su camisa de pijama no se interponía para que mi vista interceptara su entrepierna.
-¡Ok!- dijo nuevamente susurrando y fue a orinar a mis espaldas.
No quería pensar en ello, pero la imagen que acababa de ver había quedado grabada en mis retinas, como si alguien me hubiera marcado con un fierro ardiendo. Como cuando vez directamente a un bombillo fluorescente y su figura a contracolor se te queda en la vista unos instantes. Aun podía ver esa vaginita, como tenía sus piernas cerradas, se veía más rechonchita de lo que debería, su piel en esa parte era un poco más clara que la del resto de su cuerpecito moreno.
Mientras escuchaba el sonido de la orina cayendo en el váter, mi mente se encontraba congelada en el tiempo. No me gusto para nada que yo mismo le haya tomado importancia a esa experiencia. «¿qué demonios está pasando con mi cabeza?» me repetía. Me sentía mal, a pesar de que no había pasado nada de nada, sentía como si estuviera siéndole mentalmente infiel a mi hermanita, pero ¿Porque me importaba siquiera serle fiel mentalmente a Michelle? No es como si fuéramos pareja o algo así. Pero así era como mi subconsciente lo veía.
-Miggelito… ¡Miggelito!-me decía Natalia mientras me jalaba de una manga.-Ya termine, vámonos.-Me dijo.
Salimos del baño y antes de que apagara la luz de este, mi vista se fijó inconscientemente en el trasero de Natalia. A pesar de que los niños de 6 años no tienen caderas ni muslos, por lo general si tienen nalguitas bien prominentes y esponjosas, y el hecho de que me fijara en eso en ese preciso momento me hizo sentir aun peor conmigo mismo. Natalia se acomodó en su colchoneta y yo fui a mi cama, donde Michelle miraba hacia la pared, aun se podía ver el hueco que había quedado de mi salida de la cama, y decidí ocuparlo rápidamente. Me coloque en posición de cucharita, lleve mi brazo sobre la cintura de Michelle, y esta, tal vez medio dormida, tomo mi mano, y la llevo a su pecho. Se sentía cálido y acogedor, pero aun así, mi mente no me dejaba pegar ojo. Lo que había visto, aun me tenía pensando sobre mi integridad sexual y moral. «Duérmete ya maldito enfermo» Resonó en mi cabeza. Era yo mismo quien me lo decía.
Llego la cuarta noche, la historia se repitió. Michelle se acostó del lado de la pared, dejándome a merced del trio terrible. Y esta vez, fue Nerio quien me llamo en la noche para que lo acompañe al baño. «¿En serio…no puedes llamar a tu propia madre?» pensé. Lo lleve al baño y este hizo lo suyo, orino conmigo dándole la espalda y se fue a la cama. Esta vez sentí un alivio ya que ningún pensamiento morboso se cruzó por mi mente, pero me seguía preguntando «¿Realmente es que no me atraen los niños pequeños o es solo que me atraen las niñas pequeñas específicamente?» Me volví a acostar junto a Michelle. Me sentía mal por ella. Estos últimos dos días, se veía la ansiedad que sentía, tanto porque poco a poco se acercaba el día de su recogida, como por el hecho de que no podríamos hacerlo, yo no estaba muy lejos de ese nivel de estrés, definitivamente la abstinencia de relaciones sexuales era un problema que ahora compartíamos.
Llego la quinta noche, martes, yo aún no me había dormido del todo, esperaba que Natalia o Nerio me pidieran que los llevara al baño antes de poder descansar plácidamente, pero esta vez la que se levanto fue Nora. En la penumbra pude ver su silueta levantarse e ir al baño sola, ni me llamo, lo cual vi entendible, después de todo tiene 11 años, y a esa edad daría pena pedirle a alguien que te acompañe al baño por miedo a la oscuridad. Por mi bien, no quería que me traicionara de nuevo la vista, y sobre todo con Nora, pues era mayor que Michelle por casi tres años, su cuerpo era bastante similar a la de mi hermanita, solo que un poquito par rellenita más alta, sus pechitos de niña eran más prominentes, sus caderas más anchas, y por lo poco que me había fijado esos días, su culito era más grande. Ella al igual que sus hermanos también era de piel morenísima, de pelo hecho rulos oscuros, y ojos igual de negros. Pero la situación tomo un giro extraño cuando ella salió del baño. Note que iba a apagar la luz de este, pero antes de hacerlo, salió del baño y se acercó a la cama que Michelle y yo compartíamos. Qué bien que en ese momento no estábamos de cucharita, porque habría sido demasiado raro, pero yo estaba boca arriba, y mi hermanita usaba uno de mis brazos como almohada, mientras que una de mis manos posaba en su cabello, como si antes hubiera estado rascando su cabeza. Nora se nos quedó viendo unos segundos que sentí eternos, mientras yo me hacia el dormido y la luz que se filtraba del baño iluminaba tenuemente la habitación. La respiración de Nora se escuchaba un poco agitada, me pareció extraño, pero finalmente se alejó, apago la luz y volvió a su colchoneta. Yo respire aliviado lo más bajo que pude y me dispuse a dormir
Llego la sexta noche, miércoles, Esa noche, Mi madrina decide dormir en cuarto de mi madre, pues quería hablar con ella antes de dormir, por lo que en mi cuarto solo estaban el trio terrible. A pesar de que mi hermanita estaba pasando buenos días, jugando, viendo anime, hablando con Nora, las pocas veces que nos quedábamos solos, aprovechaba, me daba un beso en la boca, y me decía lo mucho que quería hacerlo. Me sentía impotente. Esa noche, transcurrió con calma, nadie llamo, y me dormí inmediatamente. Sorpresa la mía cuando me despierto en medio de voces que discuten, una proveniente de mi derecha, la otra de mi izquierda, se veía que ya había amanecido, en la habitación había luz, pero era la iluminación típica de las 5 o 6 de la mañana, demasiado temprano.
-¡Ya te dije, la cama es muy pequeña!-Decía una voz, que suponía era de Michelle casi susurrando.
-¡Claro no, cabemos perfectamente, solo es que no quieres compartir!-Decía una voz que me parecía la de Nora, también susurrando aunque un poco más alto.
-¡¿Como que cabemos?! ¡Si casi estas sobre mi hermano, mejor bájate! ¡Hermano, hermano!-Me llamaba ahora Michelle.
-¿Ehh?… ¿Qué, que pasa?… ¿Qué?-Decía yo aún medio dormido.
-¡Hermanito dile que se baje, que la cama no es tan grande para los dos!-Me dije Michelle
Yo en ese momento termine de espabilar, cuando me encuentro abrazando dos cuerpos, uno era el de mi hermanita, quien de hecho, me tenía bien agarrado de mi cintura opuesta a la suya, y el otro ¡Era el de Nora! ¡QUIEN TAMBIEN ESTABA DEMASIADO CERCA DE MI! Di un brinco repentino del asombro mientras de mi boca salían incoherencias, y probablemente mi cara estaba roja.
-Miguelito, dile a Michelle que si podemos dormir los tres en la cama ¡Ella no quiere compartirla!-Decía Nora, mientras me tomaba un hombro.
-¡La cama no es tan grande, vamos a dormir incomodos! ¿Verdad Hermano?-Decía Michelle.
Ya estaba entendiéndolo todo. Vi hacia el piso donde se encontraban las colchonetas donde se supone estaban durmiendo en una Nora, y en la otra Nerio y Natalia por ser los más pequeños, ahora, estas estaban ocupadas cada una por los dos menores. Probablemente Nora, desde que me dormí se escabullo para dormir en mi cama junto con Michelle y conmigo.
-¡Ay, Es que Nerio y Natalia estaban durmiendo incomodos, y para que pudieran dormir bien yo me vine para acá!-Dijo Nora, corroborando mi hipótesis. La muy… astuta, había aprovechado que su mama dormiría en otro cuarto para hacer esto. Y Michelle no estaba celosa por compartir la cama, estaba celosa por compartirme a mi.
Salte de la cama lo más rápido que pude.-Ajajaja, si quieren quédense con la cama, yo ya no tengo sueño…jajajaja…-Soltaba una risa nerviosa mientras me dirigía al baño. Me cepille los dientes y baje a la sala, me senté en el sillón un rato. Confirme que eran las 6 de la mañana, mi abuela y mi mama no se habían ido, pero se estaban preparando para salir.
-¿Y eso que te levantaste tan temprano?, eso es raro de ti.-Me dijo mi mama mientras se retocaba las cejas en el espejo de la sala.
-Ayer dormí temprano.-Le excuse.
Pase la mañana queriéndome alejar de temas sexuales, por lo que decidí ver solo videos de Drossrotzank, pero no podía sacar de mi mente la escena de la cual formaba parte hace solo un momento. Yo en medio de Michelle y Nora en la cama, con los cuerpos muy juntos y en Pijama Michelle, por lo que recuerdo, llevaba una bata color aguamarina, sin estampados pero con volantes y lazos de decoración. Nora, como me imagino que tenía que ser más recatada al ser casa ajena, llevaba unos Shorts, un poco cortos y ajustados la verdad, pero también una camisa gris OBEY, bastante holgada, su cuello le revelaba un hombro, haciendo ver que debajo no llevaba sujetador. . En ese momento agradecí no haber amanecido con una erección. Definitivamente Nora no sería tan inocente como para no saber qué era eso, y ella si sería capaz de levantarse e ir a decírselo a su madre. Con lo latosa que era. No sería precisamente acusado de acoso sexual, pero si sería una anécdota muy vergonzosa.
-Mira, prepare el desayuno para el batallón-Bromeo mi abuela.-Asegúrense de no comer tan tarde. Tu madrina aún está dormida en el cuarto de tu mama.-concluyo, poco antes de irse junto con mi mama.
Era jueves. Mañana iban a recoger a mi hermanita y lo que había sido probablemente el capítulo más feliz de ambos iba a llegar a su fin. Aunque sabíamos que nos podríamos ver después, nada iba a ser tan convenientemente libre como esa situación por la cual habíamos pasado semanas hermosas. Prácticamente estábamos convencidos de que incluso nuestra despedida iba a ser triste, pues la última vez, había sido aquella hace ya varios días, y no la habíamos tomado con tanta importancia como deberíamos. Nuestra vida sexual junta iba a culminar de manera triste y seca. Pero de repente, a las 8 de la mañana, mi madrina salió del cuarto de mi mama teléfono en mano.
-…Así que no necesitan más tiempo?…¿El problema no era tan grave?…Ahh…Ok, ok… ¿Ósea que hoy ya podemos volver?…Ah, Ok, si, te veo dentro de un rato.-Culmino, mientras que la uña larga y arreglada de su pulgar chasqueaba contra la pantalla de su teléfono.-¡Uuuy, que bien! ¡Miguel, hijo, ve a despertar a mis niños, rápido!-Me dijo, acercándose a mí.
-¿Eh…que? ¿Qué paso?-Le dije, probablemente con brillo en mis ojos, ya podía suponer la respuesta.
-¡Resulta que ya podemos volver al apartamento, los fumigadores ya terminaron! ¡Apúrate, tengo que arreglar los bolsos!-Me dijo
Yo subí corriendo a mi habitación, primero porque realmente quería que se fueran lo mas rápido posible, segundo, no quería que mi madrina viera la inmensa y diría que hasta vulgar sonrisa que se había apoderado de mi rostro. Llegue a mi habitación, Natalia y Nerio aun dormía, Nora y Michelle se habían dormido en mi cama, cada quien por su lado dándose la espalda, pero no pude evitar notar que ambas tenían mi cobija, como si se la pelearan, a pesar de que cada una tenía la suya propia, y la tenían encima del rostro, como si cada una la estuvieran ¿oliendo? Decidí no prestarle mucha más atención, y despertar a los tres hermanos. Nerio y Natalia bajaron las escaleras tomados de la mano, medio dormidos, mientras que yo aún despertaba a Nora. Ella se levantaba lentamente, frotando sus ojos y viéndome risueña, como si agradeciera que lo primero que ve al despertar de nuevo sea yo, o al menos así lo sentí en ese momento, quizás simplemente era medio egocentrista, aunque más tarde lo iba a confirmar, eso será otro relato. Termine de despertarla y decirle que su madre la llamaba. Michelle se despertó también, y al ver que sacaba de su sueño a los tres hermanos con tanta prisa, probablemente también deducía que ocurría, sus ojos tenían un brillo inmenso, diría que los míos desbordaban la misma esperanza.
-¡Rápido, Nora, ayuda a tus hermanos a cepillarse, que nos vamos de una vez!-Decía mi madrina
-¿Pero ni siquiera van a comer? Mi abuela les hizo el desayuno.-Decía yo, principalmente para aparentar, en mis adentros decía «Rápido, rápido, rápido, váyanse de una vez».
-Ay, hijo nos tocara llevárnoslo porque Sergio nos está esperando.-Decía mi madrina, Sergio es el nombre del padre de los tres hermanos.- ¡Nerio, dale a Miguelito un topper, para la comida que nos va a dar!-Le dijo.
Estaba terminando de echar el huevo revuelto y el guiso de salchicha con unos panes de sándwich, cuando mi madrina se acercó a mí, con un bolso y una cartera en mano. Le di la vianda y ella la encajo en su cartera, mientras que sacaba las llaves de su carro, el cual habían dejado aparcado al frente.
-Bueno, hijo, cuando tu mama llegue dile que le deje algo en su cuarto, por dejarnos quedarnos estos días, aunque yo le voy a mandar un mensaje, recuerda decirle que cualquier cosa se pase por la casa.-Decía mi madrina, mientras que a pesar de que la veía a los ojos, mi mente se encontraba repasando mi «Lista de cosas por hacer» las cuales se habían acumulado, habían muchas, y muy importantes.-Bueno, hijo, muchas gracias por el trato que tuviste con nosotros, si no te importa ¿cuento contigo y tu mama si necesito que cuiden de mis hijos?.
-Claro, claro, de seguro mi mama no se niega.-Le dije. «Vamos, váyanse, vamos, vamos» pensaba.
Me asegure que no se les quedara nada en ningún lado, no quería que volvieran, ni interrumpieran lo que irremediablemente iba a acontecer apenas ellos estuvieran fuera.
-Bueno, despídete por mí de tu hermanita, de seguro sigue durmiendo.-me dijo.-Bueno niñitos despídanse de Miguelito.
-Adiós, Miggelito, nos vemos después.-Dijo Natalia, la menor, dándome un abrazo mientras yo me agachaba para recibirla.
-Adiós, nos vemos, otro día vengo y me dejas jugar GTA ¿ok? -Dijo Nerio, para luego salir con Natalia agarrados de la mano, hacia su madre, quien ya habría el portaequipajes del auto.
-… Nos vemos Miguel.-Me dijo Nora, para acto seguido abrazarme, yo aún estaba agachado, y en ese momento, siento que me besa una mejilla, pero el beso de repente se siente como una lamida. Acto seguido ella sale corriendo junto a su madre y sus hermanos, se suben al auto y se van saludándome. Yo no lo creía, pero palpando con mi mano, pude sentir que en efecto tenia saliva en el cachete. La loca de Nora me había lamido.
Cierro la puerta y veo a mi hermana bajar las escaleras.
-¿Estamos solos?…-Pregunta ella, aun viendo a la puerta, estrujando el borde de su vestido, como asombrada y expectante, aun a una buena distancia de mí.
-…Si…-Le dije, viéndola a los ojos.
Acto seguido ella corre hacia mi, y mis piernas hacen lo mismo, ambos nos dirigíamos hacia el otro, era una ansiedad, unas ganas, un antojo. Hay pocas palabras que describan lo que probablemente ambos sentíamos.
Ella de un salto se trepa hasta mi cintura, y rodeando mi torso con sus piernas y mi cuello con sus brazos, hunde mi rostro en su pecho, mientras emite un diría muy estridente sollozo, Michelle empieza a llorar a lagrima viva, pero eran lágrimas de felicidad, de alivio y de añoranza. Yo también solté en ese momento una que otra lagrima. Acto seguido su boca se dirige a la mía, nuestras lenguas se entrecruzan saliva y mocos se mezclan de la intensidad mientras mis manos la sostenían de sus nalgas, sus caderas ya emitían un movimiento sugerente, sus ojos estaban perdidos. Ya no habían pensamientos, había placer.
Yo me fui agachando hasta quedar de rodillas en el piso de la sala. Subir hasta la habitación, para el parecer de ambos era pérdida de tiempo, había algo que suplir inmediatamente.
Michelle inmediatamente después de yacer en el suelo se subió su vestidito de volantes y lazos, y se bajó sus bragas empapadas con una velocidad impactante. Ahí estaba de nuevo delante de mí. La cucharita de mi hermanita, ahora estaba enrojecida, hinchada y totalmente mojada. Definitivamente había acumulado mucho deseo, deseo que en un momento iba a ser concebido.
Fin de la novena parte.
Si, sé que muchos se van a enojar, o ya están enojados, primero porque esta parte no fue tan…candente, como las demás, o porque el final fue así de emocionante, solo para dejarlo para el siguiente capítulo, pero lo lamento, el capítulo se estaba haciendo demasiado largo por una parte, y segundo, me di cuenta que configurado de esta manera, hace que el 10, sea donde cuento como fue el reencuentro sexual entre mi hermanita y yo, y déjenme decirles, que de principio a fin, será sobre nosotros. Como siempre, si quieren decirme o mandarle algo interesante, aquí les dejo mi correo:
Hasta la siguiente vez.
Muy bueno hermano, como siempre, ahora me quedé con ganas de saber como avanzan las cosas con esa otra niña jajaj sin duda escribes de una forma atrapante y excitante. Saludos.
A pesar de todo me gusto este capitulo porque es un abre boca de lo que sera el siguiente, siempre te leo, saludos! xD
No tiene problema que el relato no sea erótico, es exitante la emoción del día a día, saber cómo te superas para resistir acabo de leer este y en verdad fue tremendo lo que pasaste.
Jaja tremendo yo tambien senti felicidad al leer que tendrian de nuevo su momento de gloria jeje