La Visita de Nora 01
En el regreso, ahora cuento algo que ocurrió después de que Michelle se fue..
La visita de Nora 01
Esta es otra serie de relatos, que le siguen al anterior, que por si no los han leído, pueden buscarlos como «La visita de mi hermanita de 9 años» Son 10 en total.
Claro, solo si quieren leerlos, pues es una historia relacionada a mi propia vida sexual, y existe como no, una continuidad, pero, si solo están aquí para leer algo que los impulse a masturbarse, que es lo más probable, tampoco hay problema, después de todo, si lo cuento aquí, es porque es sumamente subido de todo, lo que va a acontecer en esta historia.
Después de la sumamente triste partida de Michelle, quien tuvo que volver a casa de sus padres, después de aproximadamente 2 meses y medio en mi casa, en la que gran parte de ese tiempo, estuvimos follando de diferentes maneras, Yo me quede en blanco. A pesar de que ya había pasado el Shock inicial, pase aproximadamente 12 días, sin querer hacer nada, ni siquiera me masturbaba, incluso teniendo como comente en relatos anteriores, algunas fotos y videos de cuando follaba con mi hermanita de 9 años (Los cuales al final tuve que borrar, por una situación que incluía un inminente prestado de mi PC a un tercero), además de mi colección personal de porno normal, claro.
Los días pasaban lentamente, pero yo seguía sin querer hacer nada, de vez en cuando mi hermanita y yo hacíamos alguna videollamada, pero como siempre estaba al lado de sus padres, era poca cosa de la que podíamos hablar.
-Me gustaría estar contigo.-Fue una de las frases que soltó, en una de nuestras llamadas, tal vez para todos, era simplemente una hermana menor, queriendo estar con su hermano mayor por cariño, pero solo yo sabía el mensaje que se ocultaba detrás de esas palabras.
-Sí, yo también quiero.
Llego un día en que mi mama, entrando a mi habitación, me pidió que me bañara, ella también me noto decaído, y pensó (No erróneamente) Que se debía a la partida de Michelle. Me dijo que ese día vendría mi madrina de visita, y que al menos estuviera presentable. Después de bañarme bien, con agua caliente, tratando de lavar mi tristeza en una ducha en la que solo estaba yo, ya no estaba Michelle chocando de vez en cuando conmigo para agarrar la esponja. Llore, me vestí y fui directo a la cama de nuevo. Cerré los ojos y diría que me dormí por un rato.
-¿Qué haces?-Escuche repentinamente
Abrí mis ojos y en frente de mí, muy cerca, estaba Nora, de pie al lado de la cama, inclinando su rostro sobre el mío.
-mmmm….Hola…Solo dormía.-Le dije, fingiendo un excesivo cansancio en mi voz.
-Ok…-Dijo ella.
Ese día, por lo poco que había visto, llevaba un vestido de volantes ligero, de esos que dejan al descubierto los hombros, con tirantes en los brazos, y un pantalón de licra negro, el cual se amoldaba a su figura ya voluptuosa de preadolescente. Yo simplemente pase de verla, y continúe en mi autocompadecimiento, pensando que ella simplemente se iría al verme dormido, así que simplemente me di la vuelta hacia el lado de la pared de la cama.
Sorpresa fue la mía cuando siento como detrás de mí, Nora se sienta en el colchón, para posteriormente acostarse a mi lado.
-(Oh, mierda)-Pensé cuando empecé a recordar algunas cosas, que hasta ese momento, había dejado de pensar. La extraña pelea que tuvieron Michelle y Nora por estar en la cama, y su extraño beso de despedida aquel día que se fueron. Ella se quedó acostada en la cama, por lo que pude sentir por el movimiento, se quedó viendo al techo, con las manos entrelazadas a la altura de su cintura y las piernas cruzadas. A pesar de que no la veía directamente por estar volteado, el sonido de su ropa y el movimiento del colchón me lo hicieron saber. Era igual de malcriada, latosa y rebelde que siempre ¿Quién demonios le dio permiso para acostarse a mi lado si ve que estoy intentando dormir? ¡¿Acaso es siquiera lógico acostarte en la cama de alguien más en ese contexto?! Pero lo más incómodo fue el silencio sofocante que se hizo, ni quería hacer ruido al respirar, ni moverme, en esos momentos preferiría pasar por un objeto inerte.
-¿Y tus hermanos?-Dije, para tratar de romper la incomodidad del momento, pero sin siquiera voltearme, como dando ese aire de que poco me importaba.
-¿Ah? Eh…ah, pues no vinieron, prefirieron quedarse en la casa, ellos se aburren aquí cuando mi mama viene a visitar la tuya.-Dijo, aunque me extraño el principio, en el que parecía asombrada o confundida por la pregunta que le hice, quizá esperaba que le preguntara «¿porque estas aquí?» o «¿Porque no te vas? ¿No ves que estoy durmiendo?»
Ahhh…Bueno.-Dije.
El silencio volvió, y más incómodo que nunca. ¡¿Porque demonios se quedaba ahí si era tan incómodo?! ¿Será que era una de esas situaciones en las que es más vergonzoso retirarse que seguir indefinidamente? Como cuando cruzas accidentalmente miradas con un desconocido en la calle y prefieres que el otro desvié la mirada primero, porque sería más vergonzoso hacerlo tú.
-¿Michelle se fue?-Pregunto Nora, rompiendo abruptamente el silencio.
-Si… Sus padre la vinieron a buscar no se hace cuantos días…
-¿Pero siguen hablando?-Seguía, esta vez moviendo su cuerpo, levantando su torso y apoyándose en un brazo, quizás para tratar de verme a la cara, pues seguía de espaldas a ella. Parecía emocionada de descubrir que me podía sacar conversación.
-Si… De vez en cuando la llamo, pero igual, la extraño mucho.-Dije, sin voltearme aun, pero me estaba sintiendo cómodo con esta conversación, era normal ¡ERA NORMAL!
-Ahhh…-Dijo ella y se volvió a acostar en la posición inicial.
Paso otro rato en silencio, Parecía que en cada intercambio de oraciones, había una pausa de 30 o 40 segundos que por la incomodidad sentía eternos.
-Miguelito… ¿Tú te la cogías?
La pregunta me cayó como una tonelada de cemento en la cabeza, de repente se me acelero el corazón, sentía mis manos muy frías, mis pulmones reclamaban respirar más rápido. Adema de lo increpante de la pregunta, la forma en la que estaba formulada, fue lo que más me asusto “Tú te la…» Es decir, era como si solo yo, era quien actuaba en la relación que tenía con Michelle, «Yo le hacía algo a ella». Y el «…Cogías» Además, de que ella tenía la perspectiva de que era yo quien le hacía algo a Michelle, la palabra que escogió para referirse al acto sexual era a mi parecer la más vulgar y denigrante que pudo pronunciar. «¿Tú te la cogías?» La pregunta aun no era procesada por mi cabeza, ni siquiera me formule el cómo lo había descubierto, para ese momento, era lo de menos.
-¿Queh….yoh…queh?-Dije, mientras la mandíbula me tiritaba. Estaba tratando de hacerme el tonto, o el ofendido por semejante pregunta, pero con ese comienzo, lo veía improbable.
-¿Tú te la cogías, verdad?-Repitió ella, con una cara aterradora de lo sería que era, Era como tener una bomba C4, que en cualquier momento podría explotarme en la cara, e ir a decir a pleno pulmón a mi madre, mi abuela y mi madrina, que yo había violado a Michelle, En ese momento, en ese preciso momento, la idea del suicido se estaba asomando sobre la mesa.
-¡¿Co-como se te ocurre?! ¿Qué es esa pregunta Nora? ¡¿Quién te enseño esas palabras?!-De dije, como tratando de hacerme ahora el adulto responsable.
-Si sigues fingiendo le voy a decir a tu mama.-Sentencio ella, mirándome a los ojos, aun con su cabeza apoyada en la almohada.
En esos momentos, creo que perfectamente me hubiera podido dar un infarto. Si, a mis 19 años, morir de un infarto. ¿Qué mierda le iba a contestar? ¿Qué iba a pasar? Mi mente estaba aturdida, sentía un zumbido en mis oídos, mientras que los latidos de mi corazón amenazaban con destrozar mi pecho. Mis manos estaban húmedas y frías, me sentía en la incapacidad de ponerme de pie o de sostener algo entre mis dedos.
-Ella…y yo… Nos acostábamos…-Le dije, casi desfalleciendo.
-¿Pero te la cogías porque ella quería verdad?-Dijo, ahora con una cara de interrogación y casi molestia, parecía que me estaba juzgando, para ver si me ponía en el saco de los violadores o no. Aunque que haya seguido usando el «…Te la cogías» Me seguía estremeciendo, pero de miedo.
-¡Claro que sí, nunca hice nada que ella no quisiera!-Le dije, en lo que sería la versión de un grito en susurros. Y era verdad, nunca hice nada que no quisiera, y al menos, era una de las pocas cosas de las que yo mismo estaba orgulloso.
-Mhhhh…-Decía Nora, viéndome a los ojos, como esperando que alguna señal de engaño se materializara en mi cara, para correr hacia mi familia con el chisme.-Bueno…Supongo que por eso ella te quiere tanto.-Dijo al final, pero su voz era diferente, ya no era seria ni interrogativa, volvió a ser una voz de niña malcriada y latosa, pero sensible.
Espera, ¿A qué venia todo esto? Si su intención era delatarme, y ya sabía de antemano, lo mío con mi hermana, entonces ¿Para que preguntar? Eso era muy raro, pero como la atmosfera de un momento a otro se aliviano, y la opción del suicido se alejaba lentamente diciéndome «Cuidadito, Wasawsky…Cui-da-di-to» Entonces reuní de nuevo el valor para hacerle una pregunta:
-Co… ¿Cómo lo supiste?
-Mmmm, en realidad no lo sabía, solo lo sospechaba, hehehe, pero tu reacción confirmo mi teoría.-Dijo, viéndome con una sonrisa burlona de «Yo gane»
(ESTA…) Pensaba yo, viéndome caído ante una trampa tal vez no tan obvia, pero si simple y algo estúpida, ahora me sentía como un verdadero idiota, aunque debo admitir, que todo se debió al jodido miedo que me invadió al saberme descubierto.
-Entonces…hah… ¿Porque empezaste a sospechar de eso?-Dije, viendo como la conversación tomaba de nuevo un aura pacifica
-¿De qué? ¿Que te la cogías?-Dijo ella, parecía empecinada en usar ese término que en ese momento me sonaba de lo más denigrante.
-¡Yo no me la cogía! ¡Hacíamos el amor! O cuando menos, teníamos sexo.-Dije yo, tratando de marcar una diferencia en los términos
-¿Y acaso no es lo mismo, tonti?
-Bueno, ya, dime cómo fue que lo sospechaste, pues.
-Es que….Ay, te parecerá raro…Pero…Lo supe…-Nora hablaba interrumpiéndose a cada rato en largos «Ehm». Parecía que realmente le apenaba lo que iba a contarme.-Bueno, es que, cuando estábamos aquí de visita por esos días… ¿Te acuerdas?…Bueno, lo que pasa es que, la primera noche que dormimos todos aquí, pues, los olí a ustedes cuando dormían, y tenían olor a que habían cogido.-Dijo ella, con una cara que empezaba a ruborizarse, lo cual era extraño ver en piel tan morena.
-¿Eh?-Dije yo, primero porque estaba confundido, y segundo, que yo sepa, se acercó a la cama de manera extraña fue en la quinta noche ¿Entonces esa respiración tan agitada era porque nos estaba olfateando? Además, que yo sepa, nos bañamos después de que nos acostamos ese día, mi hermanita se estaba bañando cuando ellos llegaron y sé que ambos nos bañamos muy bien. ¿Y cómo que olor de cuando la gente coge? Yo había leído sobre el olor que desprenden las feromonas que se encuentran en el semen y en los jugos de las mujeres, y de cómo después de follar, ambos se quedan con un olor que es la mezcla del olor del sudor y de estas feromonas, pero ¿Cómo se daría cuenta si nos habíamos bañado? ¿Porque siquiera sabría a que huele el sexo?
-Si…Lo que pasa es que, cuando estaban dormidos, yo los olí, perdón, pero desde que había entrado al cuarto a dormir, empecé a sentir ese olor, y desde el principio sospeche que venía de ustedes ¡Ay, ya sé que me vas a tratar de loca, pero así fue!-Dijo, tapándose la cara con las manos
-¿Y cómo sabes a que huele eso, niña?-Le pregunte
-Lo que pasa es que un día, hace tiempo, soñé algo feísimo, y fui al cuarto de mis papas, toque la puerta, y escuche muchos ruidos adentro, después de un rato y todos nerviosos fue que me dijeron que entrara, y cuando les decía lo de mi sueño, pude sentir ese olor tan raro. Al final me mandaron a mi cuarto otra vez, y al rato, empecé a escuchar ruidos otra vez, como voces y gritos pequeños, y como chirriaba la cama. Después le conté eso a una amiga y ella me dijo que de seguro era que estaban cogiendo.-Termino de contar
Después de contar semejante anécdota, se hizo de nuevo el silencio. Parecía que su intención al contarme esto, fue el de mantener un equilibrio de confianza, porque ¿Porque mierda me contaría eso? cualquier cosa, hubiera dicho «Ay, es que solo lo sé» y ya. Además, esa historia, tal vez no era tan alarmante, porque de hecho, es más común de lo que se cree, pero igual, si Nora fuera una niña normal, esa experiencia, no es que hubiera dejado traumas, pero al menos, andaría pensativa, y por el contrario, parecía no importarle, o al menos, verlo como algo normal.
-¿Y entonces que quieres?-Le dije la pregunta del millón de trillones. Si había llegado hasta ahí, para echarme en cara que sabía o por lo menos sospechaba de lo mío con Michelle, era porque quería algo. Mi experiencia, no tanto en la vida, sino de cómo se desarrollan las líneas de pensamiento en las historias, predijeron que solo había tres opciones de respuesta a mi pregunta:
A) Quiero que me des dinero o sino, cuento lo que se. (Que sería la respuesta mala)
B) Nada. No le diré a nadie. (Que sería la respuesta, para algunos buena, para otros, neutral)
Y la última, que para algunos seria la respuesta buena, pero para mí sería el principio del fin era: C) Quiero que me…
-…Cojas a mi también.-La ultima opción, salió sin más de su boca.
Mi mente de nuevo empezó a emitir un zumbido en el fondo de mi cráneo, no podía creer que algo tan jodidamente cliché, estuviera pasando, en serio, de veras, creí que todos esos relatos, o comics, o mangas o anime porno donde una niña descubría a un hombre en una relación sexual con otra niña y lo que pedía era que follara con ella también, eran puras patrañas, puras fantasías retorcidas de sujetos que realmente desearían que eso ocurriera en la realidad. Pero ahí estaba, pasando ante mis ojos. Este era la segunda situación de ese estilo que me pasaba, después del principio de mi relación especial con Michelle. El mundo cada vez se distorsionaba más ante los ojos de la parte racional de mi mente… La parte depravada, por el otro lado… ¡Pero no!, Yo quería liberarme de esa situación.
No sabría como seria la reacción de Nora si me negaba a cumplirle, conociendo lo latosa y rebelde que era, lo más probable era que no se iba a quedar de brazos cruzados después de recibir un No, así que, vengándome de ella por el engaño del principio, decidí hacer una jugada inteligente. Mientras estaba acostado viéndola de frente, esperando alguna respuesta, mi mano lentamente se acercaba a mi teléfono. Esto lo había practicado bastante. Odiaba esas situaciones cliché en las series o novelas donde el malo actúa como santo o como víctima frente a todos, pero en privado con el bueno le dice al oído, o le habla estilo «hehehe, todo el mundo me creerá a mi» «Te voy a destruir la vida» «Nadie se enterara que no fuiste tú, sino yo quien lo mato» Y tal. Desbloquee mi teléfono debajo de la sabana, suerte que estaba en modo silencioso. Mi dedo fue directo a la aplicación de «Grabadora de Voz» que sabía dónde estaba, y sabía dónde estaba el botón de grabar. Por un momento metí me cara dentro de la sabana, fingiendo que la exigencia de Nora me producía vergüenza, y vi que efectivamente ya estaba grabando. Acerque lo más que pude el teléfono por debajo de la sabana a la cara de Nora y así, fue que hice la pregunta:
-¿Y si te digo que No?
-Mhhhh…-Ella pareció pensar, pero supe que lo hizo para hacerse la cool, ya ella tenía la respuesta desde antes.- Miguelito, si no me coges a mí, voy a decirle todo a tu mama y tu abuela.-Ya con eso la tenía.
-¿Pero por qué tengo que ser yo? -Le dije, esta vez fingiendo angustia con la voz, pues para ese punto, sentía un inmenso alivio. La grabadora seguía registrando todo, quería ver hasta qué punto escalaba el vocabulario de esa niña metiche.
-Porque te conozco, y sé que no le dirías nada a mi mama, por eso. Además…-De repente se interrumpió.
-¿Además, que?
-Bueno, es que como son hermanos…Es que…-Yo realmente no entendía mucho a Nora, de vez en cuando su voz era autoritaria, burlona y diría que hasta malvada, pero parecía que era una fachada, una que ocultaba su verdadero pensar, mucho más vergonzoso de lo que incluso yo me podría imaginar.- Es que…Ay, bueno, a ti te lo puedo contar: Es que a mí… me gusta mi hermanito…-Me dijo.
¡¿QUE?! ¿A Nora, la hermana mayor de 11 años, le gusta su propio hermano, de 8? Esto ya se salió de control. El mundo ya se salió de control. Pensaba
-Bueno…Eh…Eso se podría decir que es…Nor…-Iba a decir.
-Y mi hermanita.-Dijo
-¿Eh?
-Que también me gusta mi hermanita, me gustan los dos.-Dijo
Ok, definitivamente el mundo se estaba yendo a la mismísima mierda. Esta situación ya no podía ser más extraña en el sentido anglosajón de la palabra. ¿Cómo que a una niña de 11 años le gustaban sus dos hermanos pequeños, un niño de 8 y una niña de 6, y además de eso, viene a la casa de un joven de 19 para pedirle que tenga sexo con ello? ¿Qué sentido tiene esto? Me recordó a esas películas porno baratas donde la historia no tenía el mínimo sentido y en lo único en lo que se concentraban era en el sexo. ¿Ahora mi vida era una película porno barata que se puede encontrar solo en la Deep Web? Mi cabeza ya no daba para más.
-¿Ooookey…?… ¿Pero eso que tiene que ver conmigo?-Le digo. A esas alturas ya yo no quería tener nada que ver con esto, sinceramente, la experiencia que pase con mi hermana fue lo suficientemente tabú, prohibida y extraña para mí. Esto me superaba tres planetas.
-Yo quiero coger con Nerio y con Natalia, pero no sé cómo…solo se tocarme a mí, y no quiero lastimarlos.-Dijo, dejando salir su lado más personal y pervertido.-¡Por eso tienes que enseñarme!-Dijo ella, volviendo a su tono de voz intimidante y autoritario.
-Bueno, pues mi respuesta es No. No voy a tener sexo contigo Nora.-Dije
-Entonces le voy a decir a tu mama…-Trato de decir.
En ese momento, detuve la grabación de audio, Me levante de golpe, y tomando entre mis dos manos el teléfono (En caso de que quisiera arrebatármelo para borrar la grabación) Lo deje a la vista de ella, y empecé a reproducir lo que había grabado, que para mi suerte, a pesar de haber una tela en medio del teléfono y la cara de ella, se escuchaba muy bien.
-«¿Y si te digo que No?»
-«Mhhhh… Miguelito, si no me coges a mí, voy a decirle todo a tu mama y tu abuela.»- Empezaron a sonar nuestras voces.
-¡EHHHHH! ¡HEY ESO NO ES JUSTO!- Casi que grito ella, por un momento pensé que desde abajo, la iban a escuchar.
-Aquí tengo todo grabado. Si le dices algo a mi familia, yo le mostrare esto a la tuya. Y déjame decirte que me parece que lo tuyo es más grave que lo mío.-Sentencie.
-¡No es justo, no es justo, no es justo!-Decía, esta vez susurrando, dándole golpecitos a la cama.
-Escucha, no le voy a mostrar esto a nadie, si me prometes no contar lo mío con Michelle ¿Ok? No pienso tener sexo contigo.-Le dije.
-¡Mmmmmggg!-Ella soltó un largo quejido seguido de un puchero, incluso puso una mueca de querer llorar. Se le humedecieron los ojos. Cruzo sus brazos estando acostada sobre la cama y de vez en cuando se secaba sus lágrimas rápidamente.
Yo me sentí tranquilo, habíamos llegado a un pacífico punto muerto, así que ninguno de los dos tenia las de ganar, y ella lo sabía tan perfectamente como yo. Aunque diría que yo tenía ventaja, pues ella solo tenía su palabra, yo tenía una grabación de la situación tan escandalosa que quería desencadenar ella misma.
-Oye…-dijo ella
-¿Qué?
-¿En serio no se la vas a mostrar a nadie si no hablo?
-Te lo prometo.
-Bueno…Oye…
-¿Queee?
-¿Puedo ir a tu baño un momento?-Dijo, mientras sus mejillas se ruborizaban de nuevo
-Bueno, pero si vas a hacer caca, te tengo que dar papel porque creo que se…-Trate de decir yo, pensando que se trataba de una necesidad fisiológica normal.
-Quiero tocarme.-Dijo ella, para mi asombro.
-¿Qué? ¿Y porque tiene que ser aquí? ¡Espera a volver a tu casa y…!-Volví a ser interrumpido
-Es que hablar contigo sobre coger, hizo que me mojara…¿Ves?-Dijo, mientras rápidamente se bajaba su pantalón de licra negro y sus bragas al mismo tiempo, y dejaba expuesta su vagina, que claramente estaba llena de fluidos, incluso las bragas se veían húmedas.
Vi por un momento eso, pero mi naturaleza tímida hizo que me volteara inmediatamente, no quería tener de nuevo otras partes impresas a fuego en mis retinas.
-¡Ok, ok, Ve! Ya te busco papel…Joder…-Dije, mientras me levantaba sorteando completamente su cuerpo, para ir a un cajón en busca de un rollo. Se lo acerque y ella lo tomo.
-Gracias…por ser tan… bueno.-Dijo ella mientras tomaba el papel, me daba un rápido beso en la mejilla y se adentraba en mi baño, cerrando las cortinas detrás de ella.-Si mi mama pregunta dile que me dieron ganas de hacer popo.-Dijo.
-Okeey, ¡solo trata de hacerlo rápido!-Dije.
No lo podía creer, Nora estaba manoseándose en mi propio baño, y me pidió permiso para hacerlo. La situación era cada vez más irreal. (Si le llego a contar esto a alguien no me creería ni en un millón de años, me dirían «No, que vas a estar contando tú, ¡Hazte para allá, virgen de mierda!») Pensaba yo.
Entonces empecé a escuchar los sonidos típicos de una mujer masturbándose, piel mojada restregándose, una respiración relativamente acelerada, pequeños gemiditos y chapoteos resonaban como eco tenuemente en la cerámica del baño. Entonces comprendí algo, Yo realmente siempre tuve un muy buen oído. Prácticamente podía escuchar si tocaban la puerta, estando yo en el tercer piso de la casa. Incluso varias veces tuve que avisarle a mi mama o a mi abuela quienes estaban más cerca de la puerta que estaban tocando. Por eso es que mi oído me permitía saber algunas cosas sin verlas, y me había salvado en un par de ocasiones mientras estaba con mi hermanita. Y esto tal vez es lo mismo que le pasaba al olfato de Nora. Supongo que cada quien tiene su propio sentido refinado.
Podía seguir escuchado como Nora se auto complacía ahí dentro. Ya no eran toqueteos leves, estaba pasando furicamente sus dedos por su rajita y su clítoris. El sonido del chapoteo era intenso, hasta me asustaba que alguien entrara y lo escuchara, pero lo más preocupante eran sus gemidos, cada vez más sonoros, al menos para mí.
-¡trata de hacer menos ruido, niña!- Le dije acercándome a la cortina.
No recibí respuesta, pensé que en medio del éxtasis suyo, me había ignorado, pero pude sentir, como se tapó la boca con una mano, mientras que los sonidos de chapoteo se escuchaban menos impúdicos. No lo vi, pero si tuviera que adivinar, diría que en vez de frotar sus labios y clítoris, se metió los dedos, hasta llegar a su punto G. Los sonidos eran ahogados.
Pero sinceramente yo no tenía la mínima intención de ver a Nora sexualmente. Mi mente al menos, seguía fiel a Michelle.
-(¿Como que fiel, Miguel? Si ella no es tu novia, ni nada. Solo es tu hermana, con quien te acostaste, pero eso ya término, supéralo.)-Me decía a mí mismo, pero mis propias palabras rasgaban cruelmente mi corazón, quien no estaba de acuerdo conmigo. ¿Había desarrollado una dependencia sentimental hacia Michelle? ¿Me había enamorado de veras de ella?
Mis pensamientos fueron interrumpidos súbitamente por un gemido, que para mi gusto, se escuchó demasiado fuerte en el cuarto. Mi mente generaba excusas de emergencia que darle a mi madrina o mi familia en caso de que suban, mientras después de un rato callado, escuche la llave abriéndose en mi baño. Nora, quien había estado todo el tiempo sentada en el WC con la tapa abajo, se había levantado y estaba presumiblemente lavándose las manos. Termino lo suyo, y volvió a salir del baño. Se quedó de pie un momento en frente del baño, viéndome fijamente sentado en uno de los bordes de la cama, mientras se secaba las manos con los laterales de su pantalón ajustado de Licra. Estaba claramente avergonzada. Debo admitir que Nora tiene un buen cuerpo para su edad, a diferencia de la forma de pera de Michelle, ella tiene una forma de reloj de arena. Finalmente se movió, y se dirigió automáticamente a sentarse a mi lado. No había contacto físico, pero estaba bastante cerca.
-Oye…-Dije.
-¿Qué?
-¿Cómo es que te llegaron a gustar tus hermanos menores? Incluso tu hermanita… ¿Que, eres bisexual?-Pregunte, la verdad la curiosidad carcomía mis pensamientos.
-¿Bi-que? ¿Bisexual? ¿Qué es eso?-Dijo. Bueno, supongo que en el ambiente familiar de los tres hermanos no se toca mucho temas como la diversidad sexual, pero vamos, casi que se sobreentiende que significa, pensé.
-Bisexual, ¿Te gustan tanto los niños como las niñas?-Pregunte, ahora de manera más infantil.
-Me gustan mi hermano y mi hermana, nadie más.-Dijo con talante, quizás mi pregunta la había ofendido por ser malinterpretada.
-¡Bueno! Eso significa que eres bisexual, que te pueden gustar tanto los hombres como las mujeres.-Sentencie
-y eso es… ¿Malo?-Dijo ella, con cierta preocupación, pero probablemente no por alguna norma moral, sino por las repercusiones sociales.
-No, para nada. Solo que es un poco raro, que justamente te gusten tus hermanitos. ¿Cómo fue eso?
-¿Qué? ¿Qué porque me empezaron a gustar?-Dijo, parecía que tenía que repetir cada pregunta que le hacía a su manera.
-Siiii, eso, dime, si quieres, claro.
-Bueno… Es que es muy raro, aunque no creo que me digas rara, después de lo tuyo con Michelle.-Asentí al escucharla.- Bueno…es que…Mira, hace unas semanas que se tocarme, una amiga me enseño.
-Se llama masturbación.-Dije, mientras sentía un repentino Deja Vú.
-Sii, sé que se llama así, no tienes que decírmelo.
-Bueno, entonces…
-Entonces… pues, cuando empecé a tocarme de vez en cuando, me sentía rara, pero me gustaba, y como mi amiga me dijo que mis papas no debían saberlo, me tocaba cuando iba al baño, o cuando estaba sola en casa con mis hermanos en el baño, sin que ellos me vieran tampoco.-Yo escuchaba atentamente y asentía de vez en cuando.- Pero una vez me dieron ganas de hacerlo cuando me estaba bañando con mis hermanos. Mi mama nos manda a bañar a los tres juntos para que yo los ayude a ellos y para ahorrar agua. Entonces empecé a tocarme debajo del agua de la bañera, que estaba llena de espuma y pensé que no me verían. Pero mi hermano me vio cuando empecé a jadear, y cuando noto que tenía mi mano en mi vagina, se le paro su pipicito.-Seguía diciendo Nora, mientras yo me empezaba a imaginar la escena, muy a mi pesar, porque era un escenario dominado únicamente por niños pequeños, no podía empezar a verlo morbosamente.- Me dijo que se le puso duro porque me vio tocarme, y que se sentía raro al verme, pero le gustaba. Entonces empecé a tocarle también su pipi, mientras Natalia jugaba en su bañerita. él me dijo que si podía tocarme y yo le dije que sí. Me gustó mucho eso. Sentía como una chispa en mi cuerpo, y Nerio me dijo que el también. Natalia nos miraba mientras nosotros actuábamos raro, con nuestras manos debajo del agua. Al final le dije que no contara nada a nuestros papas, y dijeron que ok.
-Bueno, yo solo te digo que la exploración sexual corporal, es muy común entre hermanos pequeños, pero no necesariamente significa que estas enamorada de ellos do…-Quise decir.
-Si lo estoy…-Dijo, como aceptando algo de lo que muy en su interior estaba segura.- Quiero coger con ellos.
-Bueno…-Yo dudaba un poco, parecía que confundía el amor romántico con la atracción sexual, pero ya para eso no soy.- Y entonces…
-Entonces, otro día, que me toco quedarme sola con Natalia, porque Nerio tenía juego en la cancha, y nuestros papas lo acompañaron, Fuimos y nos bañamos como siempre, y me empecé a tocar otra vez, pero esta vez quería que Natalia me viera, no sé por qué…Ay, es que suena muy mal…-Decía, mientras se cubría nuevamente su rostro con las manos.
-Sigue, sigue… No creo que sea peor de lo que ya he escuchado.-Dije, pretensioso, pero la verdad toda esa situación me tenía muy avergonzado y ¿excitado? Sentía el calor subir hasta la punta de mis orejas, y mi rostro. Me tapaba con una mano gran parte de mi boca y mejillas, probablemente estaba sonrojado.
-Buenooo…entonces… Ella me vio y me dijo que qué estaba haciendo. Me miraba curiosa mientras veía como me metía los dedos.-Recordé aquella vez que Natalia me había llamado para ir al baño, y como casi no le dio vergüenza el estar sin ropa interior en frente de mí. ¿Qué demonios le había hecho Nora? Hasta me podía imaginar la vocecilla de Natalia diciendo «Hemana ¿qué tas haciendo?» Mi nivel corporal de adorabilidad subió mientras que el de libido bajaba. Al menos mi mente no estaba pervertida del todo, ese era el único clavo ardiendo del que me estaba sujetando. -Entonces le dije que si ella quería que le hiciera lo mismo, que se sentía muy rico. Ella me pregunto que si no dolía, y le dije que no. Ayyy…. ¡pero es que es demasiado vergonzoso decirte esto!- Decía cubriéndose la boca, como si no quisiera que más palabras escaparan de ella.
Creo que podría entenderla perfectamente. Ella sentía esa ansiedad de estar haciendo algo escondida, que sabe que está mal y que no se lo puede contar a nadie. De seguro eso ni se lo había contado a la amiga de la que aprendió a masturbarse. Pero al menos yo tenía a mi propia hermanita para hablar con ella, para debatir acerca del bien y el mal, y sobre nosotros. Pero Michelle es sumamente inteligente para su edad. Probablemente Nora se veía atrapada pues sus hermanos son muy pequeños todavía, como para compartir una complicidad, o al menos, como la compartíamos Michelle y yo.
-Ahhh….-Tomo una larga bocanada de aire.- Y buenooo…. Ella se metió a la bañera conmigo y la empecé a tocar a ella también… Me dio cosa porque su cucharita era muy chiquita, apenas la ocupaba un dedo mío, casi que no podía meterlo.- De repente ese dialogo me recordó al de un viejo verde.- Pero me dijo que sentía cosquillas raras, pero que se sentía rico. Preferí parar porque me dio miedo lastimarla, es que está muy chiquita, y su vagina es muy blandita. Pero ahora, cada vez que nos bañamos, ella me pide que la toque, igual que Nerio. Y no sé qué hacer.-Culmino, con una pequeña lagrima en un ojo y dando un gran suspiro. Sin dudas, contarme todo, la había aliviado un poco, ya no se veía en su rostro el rubor intenso de antes.
Mmmm… -Ella había terminado de hablar hace un momento, pero yo aún me planteaba que decirle. En esos momentos ella me veía como una figura adulta que, supone ella, tiene todas las respuestas y que debería responder a sus dudas. y yo no quería quedarle mal. ¿Cómo decirle que ¡mi experiencia de vida no me había PREPARADO PARA NADA PARA AFRONTAR UNA SITUANCION COMO ESTA, Y QUE SEA COMO SEA QUE UNA PERSONA NORMAL VIERA ESTE CASO, LA TACHARIAN DE DEPRAVADA SEXUAL A TEMPRENA EDAD! -Escucha…
-Dime…-Dijo ella, viéndome a los ojos. Pude ver la angustia y la ansiedad reprimiendo sus ojos, mientras que buscaba en mí, alguna clase de salvación.
-Tu… No eres normal.-Al decir esta frase vi como su cara cambiaba a una más llena de pena y preocupación.- Pero…No ser normal no significa que seas mala, o que haya algo malo contigo. Solo significa que eres diferente.- dije, haciendo uso de una frase que creo que había escuchado en una película sobre un niño que tenía autismo, pero en este contexto colaba igual de bien.- Michelle y yo también somos diferentes. Hay mucha gente diferente en el mundo. Algunos buenos, otros malos. Pero tú, eres de las buenas. Así que no te tienes que preocupar.- Podía ver una sonrisa estirar sus comisuras, mientras sus ojos se veían empañados por lagrimas.- No creo que estes «Enamorada» de tus hermanos. Creo que solo sientes atracción sexual hacia ellos, y eso está bien. Mientras no los lastimes, y que todos se diviertan, todo está bien. – Dije, sobando su cabello hecho rulos por primera vez en mucho tiempo. Ella tomo mi brazo y lo puso en su mejilla. Yo no veia a Nora como una candidata sexual ni nada por el estilo, en ese momento la vi como una amiga, y una compañera. Una Nakama.
Paso un rato, y por fin se calmó del todo, ambos seguíamos sentados en el borde de la cama, con el televisor encendido en frente de nosotros, pero lo más correcto sería decir que veíamos a la nada.
-Y bueno… ¿Cómo hago para no lastimarlos?-Pregunto ella, obviamente refiriéndose a tener sexo con ellos.
-Bueno…Ehh…pues…-Estaba tratando de reformar lo que yo tuve que hacer para no lastimar a Michelle la primera vez y achicar el procedimiento en edad. Pero un sonido nos interrumpió.
-¡NOOOORAAA!-Grito mi madrina.- ¡Ya nos vamos, hija!
Mi madrina ya había terminado de hablar con mi mama presumiblemente, y ya se tenían que ir. Ambos bajamos al mismo tiempo y su madre, recibió a Nora para llevarla a la puerta. Suerte que no se veían ojos enrojecidos o nariz hinchada de llorar en la carita de Nora. Probablemente por su color moreno de piel.
-¿Que estaban haciendo hija? Te quedaste alla arriba todo el rato.-Dijo mi madrina.
-Es que estaban pasando la película de Moana, y ella se quedó a verla.- Le dije despreocupadamente. En parte era verdad, de hecho era esa película la que estaban pasando en la tele en ese momento. No sé si lo saben, pero dicen que las mentiras salen naturales si las mezclas con un poco de verdad.
-Ah, ¿Y no te molesto, Miguelito?
-No, para nada, no se preocupe madrina.-Le dije.
-Bueno, ya nos vamos, nos vemos, amiga, chao Miguel.-Decía mi madrina.
Antes de llevársela de la mano, Nora fue y me dio un abrazo bastante fuerte. Tuve que inclinarme un poco para recibirlo. Esta vez no hubo ningún beso extraño. Solo un sincero «-Nos vemos después».
Fin de la primera parte de «La visita de Nora»
Mi madrina volvió de nuevo a nuestra casa a los pocos días, de nuevo para hablar con mi mama otro rato largo, y con ella, también vino de nuevo Nora. Esta vez ella no se iría sin responder a todas sus dudas, pero eso será contado en el siguiente capítulo.
Disculpen a los que les molesta que el relato haya sido más sentimentalismo que otra cosa, pero así fue. Y creo que es mejor empezar esta mini-saga con calma. Nos vemos, y cualquier cosa que me quieran decir, lo pueden hacer en los comentarios o a mi correo:
Hola miguelito, se ve muy prometedor esta serie nueva de relatos xD siempre te leo, espero los proximos. pense que no volverias en un tiempo jejeje sigue contando 😉
hola miguel ya mande una invitacion a tu correo para habla
La verdad para nada me molesta ya que va calmando la tristesa por la despedida de tu hermanita bueno almenos a mi me fue quitando la tristesa