Las Aventuras con mi pareja y mi hijastra. Capítulo 4
Un nuevo amigo entra en escena.
Me sentía muy mal por Abi y como era la situación en la casa ahora, pensé que no me dejaba sólo por el hijo que esperábamos y por el miedo y vergüenza a que su hija la abandonara y se fuera conmigo, aunque era poco probable y yo mismo le hubiera dicho a Valeria que estaba mal y tenía que vivir una vida con su madre, aunque a esa edad de rebeldía a quien menos escuchas es a tu progenitora y hubiera hecho lo que hubiera querido.
Pero mejor se sentía mi verga dentro del coño apretadito, caliente y casi virgen de Valeria, era una delicia que a sus 15 años fuera mi esclava sexual y cualquier cosa que le dijera la hacía, alguno pensaría que era abuso por como me aprovechaba de su edad, pero en ese momento estaba en la cima del mundo y hubiera sido un tonto si parara, cualquier hombre hubiera seguido con la complicidad de la jovencita, sobre todo por lo que se vendría a continuación.
Abi había traído a casa a un perrito Pastor Alemán para que le hiciera compañía, no la culpaba, casi no estaba en la casa entre el trabajo y mis escapadas con Valeria, más lo segundo que lo primero, era un buen guardián de la casa ante mi ausencia, pronto me di cuenta de que era algo más.
La zoofilia había sido propuesta hace algunos años entre nuestras aventuras sexuales, al ser una pareja abierta sexualmente no hubiera sido una locura que en lugar de gustarnos menores (y de la familia) nos hubiéramos ido por ese lado. Simplemente no pasó, hasta ahora.
La complicidad con el perro que era de una complexión grande era visible, a veces, hasta él ocupaba mi espacio en la cama y yo me tenía que ir al sofá o al cuarto de Valeria, lo trataba como si fuera su novio. No me molestaba pues lo tomaba como venganza y me lo había buscado, pero mi instinto me decía que pasaba algo más, hasta que le tuve que preguntar uno de esos días por la noche en que podía, para mi suerte, ocupar el lado de mi cama.
-Se ha adaptado muy bien Rocky a la casa
-Si la verdad que si
-Perdón, se que tendría que estar más presente, sobre todo con tú estado, pero no se..
-Qué no sabes? Qué eres tan poco hombre como para abandonarme estando embarazada, y no solo eso, con mi hija menor?
No podía culparla, me merecía cada palabra.
-Si por eso, me siento mal aunque no lo creas.
-Pues si, no te creo, y no te dejo porque aún y con todo te amo, y creo que esta es sólo una etapa, y que pronto vamos a estar como antes.
El deseo siempre de las mujeres de poder cambiar al hijo de puta, hasta un mujerón como Abi lo tenía, teniendo la oportunidad de estar casi con cualquiera y dejarme a mi suerte, me halagaba un poco, también era verdad.
-Que lindo escuchar eso, en serio lo valoro mucho. Y…. a pasado algo?
-Con qué?
-No lo sé, te veo tan cerca de él, y me acuerdo de los planes que teníamos hace algunos años
-Jaja, pues lo pervertida no se me ha ido, y te mentiría si no lo traje para eso, tengo mis necesidades, además de que cuidara la casa, y la verdad sólo nos hemos dado piquitos, me da miedo algo más con mi estado, he estado leyendo relatos pero sola no me atrevo… estaba pensando si…
-Por supuesto
-Jaja que?
-Quieres que te ayudemos no? Una nueva aventura nos ayudaría
-Bueno pensaba en ti solamente, no se si Valeria quiera o incluso le dé asco.
-Pero si lo haremos en casa será complicado ocultarselo, además ya la hemos pervertido bastante desde pequeña, no creo que este sea su límite
Básicamente le estaba diciendo que era una putita hecha y derecha y aunque entendía su intención de volver a tener algo juntos sólo nosotros, me era muy complicado de aquí en más no involucrar a mi niña en estas cosas
-Sí tienes razón, lo quieres intentar hoy?
Era martes a la noche, sabía cómo terminaría la cosa y seguramente ocuparía todo el miércoles para nuestras perversiones. Mi madre, que como comenté tenía una relación cercana con la gente que manejaba la agencia de viajes, ya me había advertido que alguna falta más y tendrían que buscar a otra persona para que se encargue, había faltado varias veces para irme con Valeria a coger, no me importó.
-Sí, cómo lo quieres hacer?
-Tengo una idea.
La idea por supuesto era no involucrar a Valeria de entrada, dije que sí aunque sabía porqué lo hacía.
Fuimos a la sala y metimos al perrito, ella estaba sólo en una bata, el animal se queda a dormir en la parte trasera de la casa. En el sofá empezaron a jugar y besarse, como ya habían hecho más veces, yo sólo observaba, del otro lado sólo en boxer y con mi verga ya totalmente erecta me empezaba a tocar.
La cosa iba bien, en un momento determinado, con la calentura que le provocaban esos juegos, Abi se quitó la bata para que el perrito pudiera probar y lamer más partes de su cuerpo, verla desnuda, al natural, con esa carita, ahora un poco más gordita por el embarazo que me volvió loco desde el primer día, me hizo traer sentimientos del pasado, que Valeria no estuviera involucrada ayudaba, sólo tenía ojos para ella.
El can empezó a lamer sus negros y gordos pezones, pasaba la lengua por la barriga hasta llegar a su conchita, lo hizo varias veces hasta que me atreví a participar. Esos pezones se veían suculentos, no recuerdo la última vez que los había probado, así que me pegué como bebé a su izquierdo y el perro al verme así decidió ir a lamer al otro, Abi pegó un grito de lujuria y satisfacción, nos agarraba la cabeza con las manos, me daba gusto que volviera a disfrutar del sexo y sobre todo que la ayudaba.
-Creo que es el momento
Me dijo
-Si mi amor.
Se puso en cuatro en el piso de la sala, había traído una toalla y le puse calcetines al perrito para que no la resguñara, si iba al doctor no queríamos que preguntara qué onda con las marcas
Acomodé a Rocky detrás de ella y como era normal no encontraba el agujero, para eso estaba yo, para guiarlo y que disfrutara de el manjar que estaba hecho mi mujer. Su cosa ya estaba totalmente a su máximo esplendor, sólo faltaba donde meterla, mojé mis dedos y los pasé por el coño de Abi, no lo necesitaba pues estaba casi que escurriendo jugos con los besos y caricias del perrito, pero no estaba de más para que empezara a sentir placer.
Finalmente metí la verga de Rocky en el coño húmedo de mi mujer, y aunque entraba y salía y a cada rato lo tenia que meter de nuevo, Abi de a poquito ya disfrutaba de la verga gorda del perro, era fácil ver porqué las mujeres se aficionan a esta depravación, una verga gorda y grande es complicada de encontrar, si le sumamos eso el morbo de hacer algo prohibido es fácil hacerse adicta.
En un momento el perro encontró cierta constancia en los movimientos y empezó a empujar fuerte, Abi soltaba gemidos más fuertes y constantes Rocky con la lengua de fuera dejaba caer unas gotas de saliva por el cuello y espalda, estaba disfrutando el condenado, hasta que llegó el famoso momento de abotonarse.
Con la verga totalmente erecta se la acerqué a Abi para que me la mamara, me estiré para agarrar la cola del perro y que no le hiciera daño, Rocky se dio vuelta para quedar culo con culo, mi pareja soltó un grito escandaloso que estoy seguro se escuchó a dos o tres casas a la distancia, afortunadamente nadie preguntó nada después.
Fue un grito de placer y dolor
-Estás bien?
-Mejor que nunca, esto es lo que quería, me a acabado como 3 veces ya.
Era verdad, podía ver una especie de orina salir de entre la verga del perro y el coño de Abi. Yo tampoco aguante mucho más y termine en su boca, enlechada por su mascota y su pareja, el sueño de cualquier zoofilica.
-Que pasa?
Se despertó Valerita toda modorra por el grito, en algún otro momento nos hubiera preocupado el espectáculo que estaba por ver, afortunadamente la habíamos entrenado bien para que uno de estos shows no la impresionará, al contrario, le calentara
-Tu mami tuvo una idea, quieres unirte?
-Rocky? Wow mami, estás bien?
-Si amor, tienes que probar esto, es lo mejor.
Se acercó a donde estabamos y le planté un beso en la boca, ella no dejo de ver el abotonamiento de su madre y la mascota, eran ojos de impresión y lujuria, hasta para ella que había vivido cosas a su corta edad esto era algo increíble
-Quieres ver más de cerca?
Le pregunté
Hizo un gesto afirmativo con su cabecita.
Se quitó la pijamita e hincada vio el abotonamiento más de cerca, hasta que de pronto Rocky logró despegarse con ruido de POP y chorreando semen mezclado suyo y de su hembra. Valeria empezó a comerle el coño a su madre para probar esos jugos, le dije que yo me encargaba, que le ayudara al perrito que estaba lamiéndose su verga toda mojadita, serviría como su primera experiencia zoofilica.
La imagen era hermosa, una bella jovencita pasando su lenguita en la verga de un perrito, por momentos se juntaban y llegaban a besarse, Abi y yo nos subimos al sofá y con cuidado de no molestarle en la barriga hicimos un 69 sin dejar de ver a la menor y al animal.
Lo que siguió hasta la tarde del siguiente día fue perversión y lujuria, Valeria no fue a la escuela ni yo al trabajo.
Por la madrugada, después de haber dormido un poco en el sofá me levanté y vi a Abi mamando la verga del perrito, yo desperté a Valeria poniendo mi verga en su boca, se despertó como nueva y rápidamente se puso a trabajar. Sentado en el Sofá la cabalgaba como muchas veces había hecho, nunca dejaría de gustarme ese sentimiento, lo distinto era que ambos teníamos la mirada fija en Abi y el espectáculo que estaba dando, sentada en el piso con la barriga totalmente expuesta no dejaba la verga del perrito, con desesperación mamaba y por momentos me clavaba la mirada con desprecio, me lo merecía, pero no hacía nada más que calentarme y querer darle más fuerte a su hija
-Ya está lista para ti bebe
El perrito quería más, no solo una boca y un coñito apretado de una adolescente era el manjar ideal, era la envidia para cualquier hombre pensé, en una noche viviría lo que muchos hombres a lo largo de su vida jamás tendrían oportunidad, una embarazada buenísima y una menor pervertida también con sus encantos.
Valeria ya caliente no dudo, además no la había hecho acabar. Se puso en 4 en el piso a lado de su madre y ambos ayudamos para que entrara la verga del perrito, se quejó más que su madre algo que era normal para su cuerpecito, Abi la alivió un poco acostándose enfrente de ella y dándole su coñito para que se distrajera un poco y lo lamiera, yo cuidaba que el perro no hiciera un movimiento raro y la lastimara.
Finalmente sucedió su primer abotonamiento y pegó un grito de dolor.
-Que deliciaaaaaa
-Verdad que si amor
-Siiiii creo que encontré un nuevo juguete
Me había puesto un poco celoso, no podía ocultarlo
Madre e hija se empezaron a besar apasionadamente mientras el perro, minutos después, por fin pudo salir del coño juvenil, ahora fue Valeria quien aprovechó para lamer la verga y los jugos de su hija en ella. Yo aproveche para practicarle sexo oral y hacerla terminer, tembló mientras orinaba todo el Sofá, ya mañana limpiariamos el desastre que habíamos hecho.
Por la mañana la acción siguió, fui a su cuarto y la cargué para bañarla.
-Iré a la escuela?
-Creo que mami nos necesita, ayer la vi sonreír y disfrutar como hace tiempo, creo que hoy nos podemos tomar el día.
-Siii, quiero coger con Rocky más.
-Y conmigo?
-También tontito
Nos besamos y limpiamos bien para desayunar algo y más tarde seguir con nuestra sesión zoo-incestuosa, Abi se despertó más tarde y vio como le preparé unos waffles, lo hacía siempre que había una fecha importante o festejabamos algo.
-Waffles? Qué festejamos?
-Esta nueva vida, y verte radiante de nuevo.
-Si mami, estas espectacular.
-Gracias amores, pero se les hace tarde para sus actividades.
-Hoy somos tuyos, no queremos irnos de ti.
Le dije a Abi, vi como le brillaron sus ojos al ver que de nuevo la involucramos en nuestras actividades.
Lo que siguió fue más de lo mismo, lo hicimos en nuestro cuarto, en el cuerto de Valeria, el perro terminó cansado de probar el ano también de sus dos amas, ni que decir su coño, lo único que nos faltó fue la doble penetración pero ya habría tiempo.
Por la noche recibí un mal mensaje, mi madre me había dicho que esto no podía seguir así y que debido a mis múltiples faltas la agencia habían decidido hacerme a un lado, le dije que no era fácil ser padre joven y que mi necesidad de estar cerca de Abi no me permitía concentrarme de todo, obviamente era mentira y si le dijera la verdad me hubiera mandado a un centro de ayuda mental.
Lo entendió a medias pero no faltó una llamada de atención, me dio el sermón de que con un hijo en puerta tenía que buscar un trabajo estable, sin dejar de mostrarme su amor maternal y disponerse a pagar el parto.
De igual manera se venían tiempos difíciles, había recuperado sensaciones con Valeria pero no tenía trabajo, tendría que ver cual era mi siguiente movimiento.
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