Las aventuras de Nicolas y su Papa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por frannsalazaress.
Desde que mis padres se separaron papa y yo nos acercamos mucho mas, pasamos mas tiempo juntos, hablamos de temas que antes no tocábamos, le cuento acerca de mis romances y de mis intereses etc.
Los últimos meses del año me tocaba ir con papa, como los años anteriores, de echo la pasamos muy bien.
Papa había planeado una salida a nuestro lugar favorito la montaña, siempre íbamos ahí cuando yo era niño y por diversas situaciones dejado de ir.
Ambos disfrutábamos del paisaje, andar a caballo, el aire fresco etc.
En esta época del año había mucha gente así que debíamos rentar una cabaña lo antes posible para no quedarnos fuera.
– Rápido, pone todo así nomas.
-dijo papa doblando su ropa y metiendola a la maleta.
En menos de un minuto ambos estábamos cargando las cosas en el auto, nos subimos y antes de que papa pudiera arrancar la camioneta baje a toda velocidad para buscar mi teléfono, lo había olvidado.
– ¿Te vas a llevar eso? -pregunto papa mirando mi celular como si fuera algo malo.
– Si, por las dudas, para escuchar música, nose.
– respondí metiendolo en mi bolsillo
El camino era bastante largo, dentro del auto sonaba rock y por encima nosotros, hablando.
Platicamos de todo tipo de temas; que iba a estudiar.
fútbol.
música.
política.
mujeres.
aunque de ese ultimo no tenia tanto interés pero claro el no sabia.
El sol iba cayendo y el cielo se iba oscureciendo.
El paisaje había cambiado por completo, de edificios y casas a montañas, mesetas, rocas, animales y pequeñas chozas.
-Voy a para, tengo ganas de mear.
-Dijo papa parando el auto a un costado de la carretera.
Asentí con la cabeza y seguí moviéndome de un lado al otro para buscar una posición cómoda, el cuello me dolía de tanto estar quieto, baje del auto un segundo para estirarme, mientras extendía mis brazos y retorica mi cuello pude ver la silueta de papa.
Tras unos segundo de estar mirándolo, el volteo y camino en dirección al auto.
Papa llevaba unos shorts rojos que mostraban su piernas velludas, una camiseta de tirantes y una gorra a pesar de que el sol había caído.
Los dos nos pusimos en marcha nuevamente y el tramo siguiente a la cabaña lo pase dormido.
En mi cabeza pasaban escenas con mi padre una y otra vez, siempre estaba pensando en ello, mi padre es un hombre de estatura normal, robusto y velludo.
Siento una gran admiración por el y siempre trato de buscar la ocasión para verlo desnudo aun que aun no lo consigo.
– Despertare, llegamos.
-Exclamo mi papa, sacudiéndome para que reaccionara aun que estaba mas bien entre dormido y todo el camino me la pase escuchado como tarareaba las canciones.
Bostezando baje del auto y me quede sentado sobre una maceta que había en la entrada de la cabaña, una gran casa de madera barnizada con unos establos y una piscina a un lado.
– ¿Te ayudo? – pregunte refregando mis ojos.
– Obviamente, no voy a llevar todo yo.
-respondió papa lanzándome mi maleta.
Luego de que bajamos las maletas, entramos a la cabaña y ahí nos esperaba un hombre un poco mas grande que mi padre, 50 tal vez.
El llevaba una jardinera de jean y una camisa blanca debajo, me llamo mucho la atención su gran bulto, había mucha presión ahí abajo, no quite la vista de ahí hasta que nos acercamos para saludarlo.
Mi padre y aquel hombre se quedaron hablando un rato acerca del lugar mientras que yo fui a la habitación para descansar, mis parpados pesaban mas que mis piernas y las bolas de aquel señor.
Abrí la puerta y me lleve una gran sorpresa al ver que solo había una cama matrimonial en la habitación.
En ese momento no le preste mucha atención a como íbamos a dormir y me lance sobre la cama de un salto y al poco tiempo quede dormido.
A la mañana siguiente desperté lentamente y el sol me obligo a cerrar los ojos y voltear, al abrir los ojos nuevamente me tope con la cara de papa, no me acordaba de que había solo una cama.
Contuve la respiración y trate de no moverme mucho para no despertarlo, sali de la cama y al destaparme note que no tenia puesta su camiseta y solo llevaba unos boxers.
– Te despertaste.
-dijo papa con una voz ronca y gruesa.
– Hola.
-respondí mientras me ponía mis pantalones.
Papa rezongo y de un golpe se levanto de la cama estirándose, mostrando su espalda musculosa y algo velluda.
– Me voy a bañar ¿sabes? Cuando salga desayunamos.
– Dale, me quedo acá con el celular.
– conteste acostándome en la cama de nuevo
Pasaron al rededor de 5 minutos y papa salio del baño, el aun estaba mojado, los vellos de su pecho estaban húmedos al igual que el de su estomago que bajaba en una linea gruesa hasta su pubis el cual no podía ver por que tenia una toalla envuelta.
Trata de ir en contra de mis instintos y no mirarlo para que el no se de cuenta, cuando se termino de cambiar salio de la habitación y fue a buscar nuestro desayuno, sabia que papa se demoraría así que entre al baño y busque su ropa sucia, tome su camisa y la olfatee, el olor a hombría hizo que de inmediato mi pene empezara a cobrara tamaño.
En la zona de las axilas estaba algo mojado, su sudor, saque mi lengua y lamí toda su transpiración.
Mi siguiente presa fueron sus calzoncillos, blancos y en la zona del pene tenia algunas manchas amarillas, su orina.
Con sus calzoncillos en mi cara y el olor de su entrepierna adormeciendo mis sentidos empece a masturbarme por encima de mi pantalón, metí mi mano y note que había un mar de liquido pre seminal.
Empece a sentir un hormigueo y de inmediato saque mi verga, dura y húmeda.
Unos cuantos chorros salieron despedidos de mi pene.
Luego de que me limpiara y de que pusiera todo como estaba papa llego con dos vasos de café y unas galletas.
Los dos salimos a tomar aire fresco y el me contó acerca de algo que le paso en el camino pero no le preste mucha atención ya que solo pensaba en su ropa interior.
– ¿Nos sentamos acá? – pregunto papa, señalando unos bancos.
– Si, que linda vista.
– exclame
Ambos nos sentamos uno enfrente de el otro y nos dispusimos a disfrutar de nuestro desayuno.
– El señor con el que hable ayer me dijo que por aquí hay unas aguas termales, podemos ir a verlas.
– Si, igual acá hay una piscina.
-Dije
– Si, pero esta rota, están por arreglarla.
– respondió dándole un sorbo al café.
– también podemos ir a andar a caballo.
– Dale, me gusta la idea.
– respondí
Papa tomo una de las galletas y la sumergió en el café, cuando la estaba por llevar a su boca un poco de café callo en su pantalón, mire y me di cuenta que por el costado de su short y boxers sueltos se asomaba parte de su testículo.
– Hace frió.
– dije inmediatamente algo nervioso esperando que no me haya visto.
Papa me dio la razón con la cabeza y cada vez que el miraba para otro lado aprovechaba a mirar su huevo, era redondo, velludo y quería tocarlo para comprobar que tan suave era.
Después de que tomamos ese café y contemplamos el paisaje a pesar de que cada uno tenia un paisaje diferente; el la montaña y yo sus pelotas decidimos ir a dar una vuelta por el lugar, caminamos un largo rato por un sendero mientras hablábamos, jugábamos a lanzar piedras o simplemente disfrutamos de la madre naturaleza.
– Nico, mira.
– exclamo mi padre enseñándome una masa de agua, parecida a una laguna cubierta de piedras y pasto verde a su alrededor.
– ¿Esas son las aguas?- pregunte acercándome un poco
– No se, solo hay una manera de saberlo.
– respondió papa poniéndose a mi lado, pensé que iba a simplemente a tocar el agua con su mano pero en su lugar se quito la camiseta y los shorts quedando con unos boxers suelto a rayas y de un salto se lanzo a la laguna o lo que fuera.
Luego de unos segundo salio a flote y me salpico algunas gotas de agua con su mano.
– ¿Y, que tal? – pregunte esquivando las gotas.
– Métete esta calentita.
– respondió sumergiéndose nuevamente.
El pudor que había entre ambos parecía haberse esfumado pero aun así me costo un poco desvestirme y quedar solo en boxers, rápidamente me lance al agua y fui sorprendido por mi padre que trato de ahogarme, siguiéndole el juego comenzamos a luchar entre nosotros.
Mi cuerpo adolescente y un poco velludo rozaba contra su robusto, velludo y masculino cuerpo.
Mas de una vez nos tocamos el bulto accidentalmente por sobre nuestros boxers, asumo que las de el fueron accidentales a diferencia de las mías.
Papa salio del agua y todo su cuerpo estaba mojado y cubierto de barro, sus bóxer se habían pegado a su piel mostrando lo que parecía ser una gran selva de pelos y el contorno de un glande.
Papa escalo las rocas y desde la sima de la mas alta se lanzo gritando algo que no alcance a distinguir, antes de que el pudiera salir a la superficie yo ya había salido del agua y estaba escalando las rocas como mi padre, pero antes de que pudiera subir a la sima resbale y me raspe toda la pierna con las rocas.
Un ardor invadió mi cuerpo y en segundos papa estaba a mi lado, podía sentir como nuestros alientos se fundían mientras el miraba que es lo que me había hecho en la pantorrilla y la parte interna del muslo.
El estaba tan cerca que me di cuenta que en su pecho se empezaban a asomar algunas canas al igual que en su barba.
– Volvamos a la cabaña.
– ordeno papa seriamente, al parecer era mas grave de lo que pensaba.
Papa tomo su camiseta y seco su cuerpo con ella, la puso en su espalda y se coloco sus shorts, el me ordeno que me subiera a su espalda para que me cargara hasta la cabaña, realmente podía caminar pero no dije nada y disfrute de sus brazos sosteniéndome en su espalda.
En cuanto llegamos el señor que nos había recibido el primer día se alarmo al ver la sangre y vino a preguntar que había pasado, papa le explico y le pidió un botiquín.
– ¿Estas bien? mira si te hubieras pegado en la cabeza, tu madre me mataría.
– dijo alarmándose un poco, poniendo una toalla sobre la cama y recostándome sobre ella para no manchar las sabanas.
– Estoy bien pa -respondí luego de un gemido de dolor- No es para tanto.
Papa tomo unas gasas y las mojo con agua y empezó a limpiar mi pantorrilla, podía sentir el ardor extenderse hasta mi pubis, un poco mas arriba.
-Sácate un poco eso.
– dijo papa luego de limpiar mi muslo.
Lo mire a los ojos y tome las gasas para hacerlo por mi cuenta, tenia vergüenza así que baje solo un poco el elástico de mis boxers y limpie la sangre.
-Dame eso, ¿que crees que no te he visto desnudo?- pregunto papa arrebatándome las gasas.
– te cambie el pañal mil veces.
Luego de que papa dijera eso de a poco me quite los boxers dejando al aire mi pene y mis pelotas, entre cerré los ojos y espere alguno de sus comentarios.
– Ya estas hecho un hombre, tenes los huevos peludos.
– soltó sin dejar de limpiarme.
Simplemente no respondí y trate de taparme con la mano pero era muy evidente y algo exagerado.
Solo rogaba no tener una ereccion.
– Deja de exagerar, nene, saca la mano que la tenes sucia y se va a infectar.
– dijo apartando mi mano.
Luego de que papa terminara de limpiarme el raspón que me había hecho fui a tomarme una ducha de agua caliente, pensé en todo lo sucedido y obviamente me eche una paja.
Luego entro papa y yo estaba bastante cansado así que me metí a la cama y caí en un profundo sueño.
En medio de la noche desperté completamente sudado, las luces estaban apagadas pero no hicieron falta para darme cuenta que papa tenia una erección.
Suspire y levante las sabanas metiéndome dentro de ellas, rápidamente el olor a hombre fusionado con mi olor invadieron mi olfato.
Al parecer papa también estaba sudado, hacia bastante calor aquí.
Inevitablemente mi pene quedo duro como una piedra, gire y trate de acomodarme para poder masturbarme y que papa no se diera cuenta, saque mi glande por el costado del bóxer y comencé a masaje ralo, al cabo de unos minutos me di cuenta que la cama se movía, gire y papa estaba completamente destapado, entre sus manos sostenía su pene de unos 18 centímetros.
No salia de mi asombro, de reojo busque la cara de mi padre, el tenia una expresión de placer pero sus ojos estaban cerrados y en ningún momento los abrió, realmente no sabia si el estaba despierto o dormido.
Lentamente gire quedando en la misma posición que el y seguí tocándome mientras miraba sus manos resbalar por su pene haciendo ese típico sonido.
Mas de una vez pensé en agarrar sus pelotas o lamer su glande pero no me atreví y simplemente me limite a masajear mi verga.
Analice cada centímetro del pene de mi padre, su miembro era diferente a como yo me lo imaginaba, era grueso, venoso y velludo, ahora tenia la posibilidad de ver sus dos pelotas, una era mas grande que la otra y su escroto era flácido.
Papa giro y de su mesa de noche tomo un papel, era el comprobante de la renta.
Con una mano lo sostenía y con la otra seguía masturbándose, luego de unos segundo unos chorros salieron de su miembro depositándose en el papel siendo ese el único ruido que se escucho.
Dejo el papel a un lado y se volvió a tapar, puso sus manos detrás de su cabeza y siguió durmiendo o lo que sea.
Simplemente estaba estupefacto, no lo podía creer y agradecía tanto poder haber visto eso.
Mire de reojo y a pocos centímetros de mi cara tenia sus brazos y sus axilas velludas, estire mi cuello tratando de olerlas pero estaba muy excitado y en cualquier momento me correría, tome aquel papel y me corrí sobre el semen de mi padre el cual olía exquisito.
Luego de ese tenso y excitante momento me acomode de modo que quede tocando el torso de mi padre, sudado por el calor y así fue como me dormí sintiendo el aroma de nuestro semen.
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